La fruta es una fuente natural de vitaminas, azúcares y minerales que a la vez contiene sustancias funcionales. Actualmente, sus consumidores habituales se preocupan por encontrar en el mercado frutas que estén apenas procesadas. Productos con estas características se pueden obtener gracias al uso de la tecnología: mediante sistemas de refrigeración, modificando atmósferas controladas o mediante la aplicación de envases que impidan el crecimiento de cualquier tipo de bacteria. Sustancias antibacterianas combinadas como el nisin, la natamicina y el chitosan son de mucha utilidad para este último propósito.