Las enfermedades transmitidas por el agua como el cólera, la fiebre tifoidea y la hepatitis se propagan rápidamente en lugares sin instalaciones sanitarias adecuadas debido a que las heces expuestas contaminan el agua y los alimentos con organismos infecciosos. Algunas medidas de prevención sencillas incluyen hervir o clorar el agua potable, lavarse las manos con jabón antes de comer o preparar alimentos, y no comer alimentos crudos cultivados con agua contaminada.