Los Sistemas de Salud Pública esperan que la población adquiera estilos de vida saludables, para que no solo vivan más años, que los vivan con buena salud y con una mayor calidad de vida activa ylibre de enfermedades crónicas y discapacidades funcionales. El objetivo de estudio fue conocer los estilos de vida y su relación con el envejecimiento activo en los adultos mayores del grupo “Juntos por el Bienestar Social A.C”, se aplicó la escala MiniMental Status Examinación, el Instrumento IOWA y el Cuestionario “fantástico”. Se identificóun estilo de vida excelente y bueno más en las mujeres que en hombres, el 6% manifestó un envejecimiento activo, con un deterioro cognitivo leve, con mala relacionesfamiliares, sociales y soporte social, aunque mantenían adecuada actividad física y nutrición.Se concluye que el envejecimiento activo depende de los estilos de vida que el adulto mayor haya desarrollado en sus etapas anteriores.
1. Estilos de vida y Envejecimiento activo en Adultos Mayores
Dra. P.S. María Elena Flores Villavicencio1
, Mtro. G. Octavio Hernández Pelayo2
, Ivis Jennifer Meza
Flores3
, Dra. en C. María Ana Valle Barbosa1
, Dra. en E. Martha Cruz Ávila4
, Korey Villavicencio
Rodríguez5
.
Resumen.- Los Sistemas de Salud Pública esperan que la población adquiera estilos de vida saludables, para que no
solo vivan más años, que los vivan con buena salud y con una mayor calidad de vida activa ylibre de enfermedades
crónicas y discapacidades funcionales. El objetivo de estudio fue conocer los estilos de vida y su relación con el
envejecimiento activo en los adultos mayores del grupo “Juntos por el Bienestar Social A.C”, se aplicó la escala Mini-
Mental Status Examinación, el Instrumento IOWA y el Cuestionario “fantástico”. Se identificóun estilo de vida
excelente y bueno más en las mujeres que en hombres, el 6% manifestó un envejecimiento activo, con un deterioro
cognitivo leve, con mala relacionesfamiliares, sociales y soporte social, aunque mantenían adecuada actividad física y
nutrición.Se concluye que el envejecimiento activo depende de los estilos de vida que el adulto mayor haya
desarrollado en sus etapas anteriores.
Palabras clave: Estilos de vida, envejecimiento activo, adulto mayor
INTRODUCCIÓN
La población de México envejece rápidamente esto significa un importante reto demográfico del siglo
XXI, lograr un progresivo aumento de la esperanza de vida aunado a un envejecimiento de la población de
manera activa y saludable, ya que se debe de aspirar no sólo a vivir más, sino en mejores condiciones para
disfrutar la vida.
Existe un desafío para los adultos mayores en la actualidad, es el lograr mantenerse activos el mayor
tiempo posible, esto depende de los cambios biopsicosociales provenientes de las condiciones de vida social,
personal y cultural, que han subsistido a lo largo de su vida que a su vez han estado influenciadas por los estilos
de vida y la presencia de enfermedades (Zúñiga, 2008).
Cuando se habla de estilos de vida desde una postura de salud, se pretende enfatizar en la tomade
conciencia sobre los riesgos de salud haciendo referencia a conductas y hábitos que el individuo adopta de
manera habitual para sentirse mejor y adaptarse al medio en el que se desenvuelve, independientemente de que
sean saludables o no (Escalante, 2013).
A pesar de no existir una definición consensuada de estilos de vida, retomaremos el concepto de Gómez
(2005) quien define al estilo de vida como saludable al “conjunto de patrones conductuales y hábitos que poseen
efectos favorables para la salud de las personas" que les permiten lograr una mejor calidad de vida (p. 01).
Los estilos de vida al ser considerados como un referente de salud, creemos que es necesario conocer
los indicadores que caracterizan un proceso saludable y una mejor calidad de vida, esto depende por las
manifestaciones de los indicadores que van desde lo material (vivienda, alimentación, actividad física, salud),
lo social (relación con la familia, grupos, redes de apoyo, etc.), ideológico (ideas, valores, creencias) (Anzolar,
1994), personal y psicosocial (sentido de vida, mantenimiento de la autoestima, sentido de identidad, afecto,
integración social y familiar, satisfacción, influencia de factores de riesgo como tabaquismo, alcohol y otras
drogas, estrés, tipo de personalidad etc. etc.) (Engler, 2002), estos indicadores en conjunto determinan las
respuestas o comportamientos de los distintos sucesos de la vida (Citados en Barrón, 2006).
El establecer que los estilos de vida en el adulto mayor también repercuten en su condiciones de salud
física y emocional, esto representa la necesidad de conocer cuál fue la forma en que vivieron a lo largo de su
vida, con que disponibilidad de recursos contaban para mejorar sus condiciones materiales, sociales,
ideológicas, personales y psicosociales de vida, así como la forma de prevención que utilizaban para tratar las
deficiencias y enfermedades asociadas al propio proceso de envejecimiento, estas realidades generan las
posibilidades de que en esta etapa vital se disfrute de mejores condiciones de salud, de funcionalidad y de
calidad de vida (Madrigal, 2007).
1
María Elena Flores Villavicencio Profesora del Centro de Estudios en Salud, Población y Desarrollo Humano, Departamento de Ciencias
Sociales, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara. Marlencilla27@hotmail.com (autor corresponsal)
2
Octavio Hernandez Pelayo Residente de la especialidad de Geriatría del Hospital General Regional No. 46 Guadalajara Jalisco.
anrrox@hotmail.com
3
Ivis Jennifer Meza Flores Estudiante de la carrera de Medicina, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara.
3
María Ana Valle Barbosa Profesora del Centro de Estudios en Salud, Población y Desarrollo Humano, Departamento de Ciencias Sociales,
Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara. mavalle@hotmail.com
4
Martha Cruz Ávila Profesora de Departamento de Psicología Aplicada al Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de
Guadalajara. mca_isidm@yahoo.com.mx
5
Korey Rodriguez Villavicencio Residente del Hospital General de Acapulco Guerrero, México.
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2. Al ser definido el estado de salud de los adultos mayores por la OPS y la OMS (1982), “no como un
déficit, sino como el mantenimiento de la capacidad funcional”, que corresponde a la capacidad de una persona
para llevar a cabo las actividades necesarias para lograr el bienestar a través de la interrelación de sus campos
biológico, psicológico y social (Citado en Sanhueza, 2012, p. 24), nos induce también a considerar al estado de
salud y la enfermedad como características básicas de la vejez, la forma y la magnitud de las diversas anomalías
así como sus consecuencias, se interpretan de manera distinta dependiendo de cada individuo, los roles que han
desempeñado a lo largo de los años, su entorno socioeconómico, sus experiencias de salud y la percepción que
tiene de la propia vida (Ham, 2000, citado en Formiga, 2011).
Por lo tanto el considerar a la salud y al envejecimiento activo como la “capacidad para funcionar de
manera autónoma como un ser social e intelectualmente activo en un contexto social determinado”, entonces se
podrá considerar a un adulto mayor sano, aun cuando tenga alguna enfermedad crónica y esté tomando fármacos
(OMS, 1989, citado en Barrón, 2006 p.21).
En base a esta postura de salud retomamos el concepto de envejecimiento activo desarrollado
originalmente por la OMS quien lo considera como “el proceso en que se optimizan las oportunidades de salud,
participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen, por lo tanto
el envejecimiento activo permite que las personas realicen su potencial de bienestar físico, social y mental
durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y calidad de vida
en la vejez” (OMS, 2002, p. 79)
El mantener el término “activo” nos permite hacer referencia a una participación continua del adulto
mayor en actividades sociales, económicas, culturales, religiosas y cívicas, y no sólo a la capacidad para estar
físicamente activo o participar en el mercado laboral, de hecho las personas de edad avanzada que se retiran del
trabajo y las que están enfermas o viven en situación de discapacidad, ambas pueden seguir contribuyendo con
sus familias, con su comunidad e incidir directa o indirectamente en las políticas públicas (OMS, 2002).
Sin embargo, en la literatura se ha detectado una problemática para la identificación de adultos mayores
con envejecimiento activo, esto se debe a la la variedad de criterios de evaluación unidimensional y
multidimensional que ha provocado una variación en la prevalencia del envejecimiento activo que actualmente
oscila entre 12% a 50% de adultos mayores con envejecimiento activo (Ballesteros, 2009), esta controversia
provoca que no exista un consenso para evaluar y establecer los determinantes (personales, sociales, económicos
y estilos de vida) que participan en el desarrollo de un envejecimiento activo (citado en Zamarrón, 2013).
Por lo que es necesario elaborar una concepción de envejecimiento activo donde implique una
responsabilidad de la persona hacia los cuidados de su salud, a los estilos de vida que adquiera en su nueva
etapa relacionándola con las condiciones vitales y la participación en la realidad social (relacionarse con otras
personas, asociarse, estar presente en la vida de la comunidad, y en especial con su familia), que en conjunto son la
clave para lograr una calidad de vida satisfactoria, e independiente y autónoma.
Por lo tanto consideramos que el fomento de los estilos de vida saludables en los adultos mayores
minimizaran el riego de presentar una mala salud potenciando la perspectiva de un envejecimiento activo
permitiendo continuar con sus capacidad productiva, un integración social y una calidad de vida libre de
discapacidades, por lo que el objetivo del estudio consistió en conocer los estilos de vida y su relación con el
envejecimiento activo en los adultos mayores que acuden del grupo “Juntos por el Bienestar Social, A.C.”
METODOLOGÍA
Se utilizó una muestra de tipo no aleatorio por conveniencia para seleccionar 103 adultos mayores de 60
años y más, de un total de 500 adultos pertenecientes al grupo “Juntos por el Bienestar Social, A.C”.
Instrumentos
Para obtener información sociodemográfica, se diseñó un cuestionario, sobre datos personales y riesgo
cardiovascular e índice de masa corporal, y datos patológicos.
Para evaluar el envejecimiento activo se utilizó varios instrumentos: para evaluar el estado cognitivo se
utilizó El Mini-Mental State Examination (MMSE) (Folstein, 1975), confirmar y cuantificar el estado mental,
evalúa la orientación, el registro de información, la atención y el cálculo, el recuerdo, el lenguaje y la
construcción. Cada ítem tiene una puntuación, llegando a un total de 30 puntos, en la práctica diaria una
puntuación menor de 24 sugiere deterioro cognitivo, entre 23-21 un deterioro cognitivo leve, entre 20-11 un
deterioro cognitivo moderado y menor de 10 para un deterioro cognitivo severo.
Para evaluar la relación con otros y soporte social se tomaron los indicadores del instrumento IOWA Self
Assessment Inventory (ISAI) (Vellas, 1996). Las respuestas favorables son calificadas con 4, aquellas de
naturaleza opuesta 1 y las respuestas intermedias 2 ó 3 (el resultado máximo para cada grupo de preguntas es de
32 y la puntuación mínima de 8).
Para evaluar el Estilo de vida se utilizó el Cuestionario FANTASTICO: Estilos de vida (Grunpeter,
2006), que evalúa 9 diferentes aspectos sobre el estilo de vida los cuales tienen que ver con; familia y amigos,
actividad física, nutrición, tabaco-alcohol, sueño y estrés, tipo de personalidad, introspección, conducción-
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3. trabajo y otras drogas. Con los puntajes se asignan 5 posibles definiciones sobre el estilo de vida, 1. Estilo de
vida excelente, 2. Estilo de vida bueno, 3 Estilos de vida adecuada, 4 Estilos de vida inadecuada y 5 Estilos de
vida no saludable.
Análisis
La captura de los datos el programa Microsoft Office Excel para su análisis estadísticos con el paquete
estadísticoSPSS versión 21, en donde se realizaron medidas de tendencia central; frecuencias, porcentajes para el
análisis de las variables de estudio. Para determinar posibles diferencias entre las variables descriptivas se aplicó
Chi cuadrada y se realizaron tablas de Contingencia para el cruce de variables.
RESULTADOS
La edad promedio de los 103 adultos mayores evaluados fue de 65 años de edad, la distribución por
sexo fue de 37.9% varones y 62.1% mujeres. El estado civil detectado fue de un 54.4% de casados y 28.2% de
viudos y el resto entre solteros y divorciados. El grado de escolaridad que más presentaron fue en el 40.8% con
primaria completa, la principal ocupación detectada fue de ama de casa en un 46.6%.
Estilo de vida
Se identificó un 43.7% de adultos mayores con un estilo de vida excelente, lo que significa que
manifestaban estado de óptimo bienestar físico y mental, un 45.6% mostraron un estilo de vida bueno referido
como un estilo de vida adecuado lo que se refiere a que manifestaban un estilo de vida saludable que permite
mantener un buen estado de salud física y mental, un 9.7% presentaron un estilo de vida inadecuado que se
define como un estilo de vida apenas suficiente para mantenerse saludable. En este grupo de adultos mayores
solo se identificó 1.0% con estilo de vida no saludable (Ver figura 1).
En la tabla 1 se describen los indicadores que caracterizan el estilo de vida en los adultos mayores, se
registró que los indicadores que casi nunca realizaban eran el consumo de tabaco, alcohol y otras conductas que
afectaban su salud como es el consumo de drogas o medicamentos no controlados. Así mismo el 85.5%
menciono tener casi siempre un buen estado de sueño y un adecuado manejo estrés. Mencionaron tener casi
siempre contacto con familiares y amigos (86.3%), y constantemente realizaban actividades físicas (67.9%),
además de mantener una dieta balanceada (70.95). Con respecto al tipo de personalidad (68.0%) refirieron que a
veces manifestaban tener una personalidad acelerada o enojada y eran negativos sus estados emocionales (Ver
taba 1).
Indicadores de Envejecimiento activo: Estado de salud
El primer indicador que se registro fue el estado de salud y se encontró que el 68% presentaban
obesidad y el 15.5% sobrepeso, del grupo que presento obesidad, se identificó que el 36.9% una obesidad grado
2, lo cual condiciono un riesgo cardiovascular en 36.9% de los adultos mayores de tipo severo y en el 4.9% muy
severo. Siendo las mujeres con mayor sobrepeso y obesidad a diferencia de los hombres, la edad promedio de las
mujeres con obesidad fueron las de 60 a 64 años, lo que infiere que a más edad menos obesidad. (Ver figura 2).
Las enfermedades de mayor prevalencia en este grupo evaluado fueron enfermedades cardiovasculares,
diabetes tipo 2, enfermedades articulares y gastrointestinales.
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4. Deterioro cognitivo
Se detectó que en estos adultos mayores evaluados el 41.7% presentaban un deterioro cognitivo leve y
solo un 5.8% manifestaron deterioro severo, siendo la edad de 70 a 79 años (43.2%) la que manifestó más el
deterioro leve, mientras que los adultos que presentaron deterioro severo fueron los de 80 años y más, y
especialmente fueron mujeres. Sin embargo se identificó un 34.7% de adultos de 80 años y más, no presentaron
ningún tipo de deterioro cognitivo. A diferencia del género se identificó que los hombres de mayor edad son los
que presentaron más deterioro leve que las mujeres.
Relación con otros y Soporte social
Con respecto a los indicadores de envejecimiento activo: relación con otros y soporte social, se encontró
que el 51.5% de los adultos mayores consideraron que sus relaciones sociales son buenas, debido a que tienen
amigos buenos y leales, que están abiertos a los otros y cultivan numerosas relaciones, mientras que el 48.5% de
los adultos mayores consideraron que sus relaciones con otros son malas, es decir que son pocas o nulas sus
amistades y escasas sus relaciones con otras personas. Mientras que el indicador de soporte social, se descubrió
que el 56.3% de los adultos mayores los consideraron como malos es decir que se sienten aislados y
desprotegidos, mientras que el 43.7% consideró que su soporte social es bueno, refiriendo que viven en un medio
social bueno con amigos y/o parientes.
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5. Estilos de vida con envejecimiento activoAdultos mayores
Del total de la población evaluada de adultos mayores solo se identificó que el 5.8%
manifestaron un envejecimiento activo, de los cuales reportaron ausencia de enfermedad, sin obesidad,
sin deterioro cognitivo, con buenas relaciones con otros y con un adecuado soporte social, siendo las
mujeres con mayor envejecimiento activo que los hombres, entre las edades de 60 a 69 años de edad,
con una asociación significativa en relación a la edad de P<0.04.Lo que infiere que a mayor edad
mayor edad existe una inadecuado envejecimiento activo, siendo más representativo en hombres que
en las mujeres.
En relación entre los indicadores del estilo de vida con el envejecimiento activo, se demostró una
asociación significativa de p<0.03 entre el indicador de relación familia-amigos con el estado cognitivo, significa
que el mantener buenas relaciones con la familia y amigos desde las etapas anteriores influirá en el desarrollo de
un envejecimiento activo. Pero la de mayor asociaciónn significativa de p<0.000 se demostro en la relación del
consumo de alcohol y estado cognitivo, aunque los datos individuales no reportaron porcentajes significativos.
Además se encontró una asociación significativa p<0.02 en la relación sueño-estrés y estado cognitivo.
Una asociación significativa p<0.006 en la relación uso de drogas y relación con otros, además de una asociación
significativa p<0.002 en la relación uso de drogas y soporte social. Aunque el adulto mayor haya realizado
desde tempranas edades adecuados estilos de vida pero al presentar un deterioro cognitivo leve desde el inicio de
su etapa de envejecimiento esto influenciara a no presente un adecuado envejecimiento activo (Ver Tabla 2).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN
Con los resultados de este estudio llegamos a la conclusión que el mantener un estilo de vida saludable
como una buena relación con la familia y amigos, realizar ejercicio en forma activa, mantener una dieta
balanceada, evitar el consumo de comida chatarra y bebidas con cafeína, mantener un peso adecuado, evitar el
consumo de alcohol, tabaco y drogas, dormir bien, manejar adecuadamente el estrés, mantener un actitud
positiva y optimista a lo largo de la vida, tendrá como resultado alcanzar un envejecimiento activo social y
productivamente.
Pero no hay que olvidar que dentro de cada persona existe un proceso llamado envejecimiento,
independientemente de nuestra visión externa que se desarrolla y culmina en una biografía única e irrepetible,
por lo que hay que considerar que los estilos de vida influyen de forma notable en la duración de la vida sin
enfermedad ni discapacidad y son modificables (Facua, 2013).
La íntima relación que existe entre los estilos de vida saludables y la salud del individuo, es la
importancia que reviste generar cambios de conductas insanas e incorporar estilos de vida saludables en la
práctica diaria de las personas, para esto son necesarios la creación e implementación de programas que
promueva a la población en general la modificación y adopción de estilos de vida saludables (Sarabia, 2005).
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6. Por lo que es necesario fomentar la idea de que un envejecimiento activo adecuado es producto de la
constancia en la práctica de estilos y hábitos saludables a lo largo del ciclo vital (INAPAN, 2010), actualmente
se ha considerado que los adultos mayores son cada vez más activos, desean vivir con mayor autonomía y seguir
participando y desarrollándose en la sociedad, manteniéndose activos e integrados plenamente en el entorno que
les rodea.
Para identificar a los adultos mayores con envejecimiento activo en este estudio se consideraron los
siguientes criterios: ausencia de enfermedad, funcionamiento cognitivo, relación con otros y soporte social.
Sin embargo, encontramos que la variedad de parámetros ha dificultado forma para identificar a un adulto
mayor activo, así mismo lo menciona Zamarrón (2013) no existe un conceso en las diversas investigaciones
sobre envejecimiento activo, por lo que no son comparables, siendo necesario establecer nuevo concepto con sus
determinantes, para llegar a establecer los mismos criterios que permitan las mismas características del adulto
mayor y lograr establecer evaluaciones exactas del envejecimiento activo, acordes a la realidad de la población
mexicana.
Como lo señala la Organización Mundial de la Salud, “para fomentar el envejecimiento activo, es
necesario que los sistemas sanitarios tengan una perspectiva del ciclo vital completo y se orienten a la promoción
de la salud, la prevención de las enfermedades y el acceso equitativo tanto a una atención primaria como a una
asistencia de larga duración de calidad”. Por lo tanto, en el marco del envejecimiento activo, son importantes
tanto las políticas y los programas que promueven las relaciones entre estilos de vida y participación social,
como los planes de prevención de la enfermedad y el deterioro para mejorar la calidad de vida y retrasar la
aparición de enfermedades. Por este motivo, es imprescindible abordar la salud desde una perspectiva preventiva
y trasversal que se incorpore a todas las políticas relacionadas con las personas mayores (citado en Facua,
2013).
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