Estrés, coherencia emocional y su impacto en la salud

5-4-2017
Estrés,
coherencia
emocional y
salud.
“La ausencia total de estrés, es la muerte”.
Hans Selye.
Dr. Fernando Marquinez Bascones.
ABANSELF. SL.

Estrés, coherencia emocional y salud. 2
Índice.
1-INTRODUCCIÓN. .................................................................................................. 3
2. FILOSOFÍA DE LA CIENCIA MÉDICA. .............................................................. 5
3. EL SINDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN. ........................................................... 6
4. EL ESTRÉS. .........................................................................................................10
5. S.N. SIMPÁTICO. ...............................................................................................13
6 S.N. PARASIMPÁTICO.........................................................................................13
7. DOS SISTEMAS ANTAGÓNICOS. ........................................................................13
8. REGULACIÓN EMOCIONAL. .............................................................................14
9. RESPIRACIÓN Y EQUILIBRIO DEL SISTEMA NERVIOSO VEGETATIVO. ...18
10. COHERENCIA.....................................................................................................19
11. LA COHERENCIA CARDIACA. ..............................................................................20
12. EFECTOS A LARGO PLAZO. .................................................................................23
13. REDUCCIÓN DE LA PERCEPCIÓN DEL ESTRÉS Y SUS EFECTOS. ........23
14. BIOFEEDBACK. ..................................................................................................25
15. DOLOR, EMOCIONES Y S.N.A. ............................................................................26
16. LA MARGARITA DE LAS EMOCIONES..................................................................27
17. INADAPTACIÓN EVOLUTIVA..........................................................................29
18. COMBATIR EL EXCESO DE CORTISOL. .................................................................29
19. DE LA EMOCIÓN A LA DISFUNCIÓN..............................................................31
20. INTELIGENCIA EMOCIONAL ...............................................................................32
21. EL CEREBRO CORTICAL. .....................................................................................33
22. ¿QUÉ OCURRE CUANDO LOS DOS CEREBROS NO SE LLEVAN BIEN?
..............................................................................................................................36
23. EL CORTOCIRCUITO EMOCIONAL (COMPETICIÓN).............................................36
24. EL ESTADO DE FLUIR Y LA SONRISA DEL BUDA. (COLABORACIÓN) .....................38
25. ESTRÉS LABORAL. ........................................................................................40
26. ESTRÉS Y DEPORTE......................................................................................41
27. EFECTO PLACEBO. .............................................................................................42
28. HACIA LA PSICOSOMÁTICA CIENTÍFICA........................................................43
29. ¿QUÉ PASA CON LA PSIQUIATRÍA? .........................................................43
30. EMOCIONES Y MORAL.......................................................................................45
31. CALIDAD DE VIDA, COMBATIENDO EL ESTRÉS...................................................47
32. MIRANDO AL FUTURO.......................................................................................48
33. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.......................................................................51

1-INTRODUCCIÓN.
La humanidad es relativamente nueva en el planeta. La mayoría de los
animales han habitado la tierra durante mucho más tiempo que los 150.000
años que el homo sapiens ha existido. Nuestros ancestros, homínidos que
caminaban en dos piernas, eran originarios de los valles de África oriental.
Éramos una especie en peligro y muy pocos. Estábamos entre los animales
más débiles de la sabana: sin pies ágiles, sin dientes grandes ni garras como
armas, y con crías vulnerables que necesitaban alimentación y protección
constantes durante mucho tiempo.
Nuestra especie tenía entre otros atributos dos ventajas sobresalientes
respecto a los demás animales; Una era nuestro gran cerebro y con él una
inteligencia aguda y la aptitud de adaptarnos a ambientes hostiles. La otra
era nuestra sociabilidad.
Como muchos otros simios no hubiéramos sobrevivido sin la capacidad de
trabajar en grupo y de cooperar para la caza y la protección mutua. La
capacidad de comunicación (lenguaje) también nos favoreció.
La evolución es en gran medida la adaptación de los animales a su medio
ambiente por la supervivencia de los más aptos.
En cierto modo, ahora, la especie humana se ha hiperadaptado socialmente
pero no ha habido cambios trascendentales en su constitución biológica.
El desarrollo de la ciencia y la tecnología nos sitúa en una sociedad global y
en permanente cambio. (Ref. 22).
La investigación científica de los procesos mentales inconscientes no
comenzó hasta mediados del siglo XX, con las observaciones sobre
pacientes con el cerebro dividido y visión ciega. Michael S. Gazzaniga hizo
uno de los mayores descubrimientos de la historia de la neurociencia: La
teoría del cerebro dividido; la idea de que los hemisferios derecho e
izquierdo del cerebro pueden actuar independientemente uno de otro y
poseen capacidades distintas. (Ref.19). Desde entonces, las diversas
técnicas de obtención de imágenes cerebrales, como las tomografías de
emisión de positrones y las resonancias magnéticas funcionales (T.E.P.y
R.M.F.), han hecho posible averiguar si alguien siente o sabe algo sin que se
percate de que lo siente o sabe. Además, estas técnicas permiten localizar
dichos procesos mentales de una manera no invasiva. Suponen un gran
avance en la posibilidad de visualizar imágenes del cerebro en acción, que
nos ayudan a entender la mente humana.

De cualquier modo, todavía no disponemos de una teoría materialista de la
mente que cuente con la aceptación general. (Ref.18).
Nos dice el gran filósofo Mario Bunge, de padre médico y madre enfermera,
que los rasgos del progreso de la medicina que más debería interesar a los
filósofos son: la adopción del cientifismo, con el consiguiente rechazo de la
anti ciencia y las pseudociencias. La unión de la medicina con la biología
básica. La adopción del método experimental, en particular el ensayo
aleatorizado. La búsqueda de mecanismos de acción, en particular
etiologías y la adopción tácita del materialismo emergentista y sistémico.
Esto lo dice Don Mario para, ayudarnos a los médicos a separar el grano de
la paja, así como a organizar la información y otear el horizonte. (Ref.14).
Para orientarnos hacia la medicina del futuro que, pueda contribuir a la
mejora del ser humano en este convulso planeta.
La doctora vallisoletana, Monica Lalanda, interesada en la ética médica y
excelente comunicadora, en su presentación vídeo Naukas Valladolid 2017,
hace una definición que me ha parecido excelente.
Es como sigue:
“La medicina es:
• La más humana de las artes.
• La más artística de las ciencias.
• La más científica de las humanidades.”

2. FILOSOFÍA DE LA CIENCIA MÉDICA.
*(M. BUNGE)
*(M. BUNGE)

3. EL SINDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN.
En los años treinta del pasado siglo, Hans Selye, fisiólogo y médico
austrohúngaro que posteriormente se nacionalizó canadiense. Tras
terminar la carrera de medicina en Praga, consagró su vida al estudio del
estrés y sus repercusiones. Fue director del instituto de medicina y cirugía
experimental de la Universidad de Montreal (Canadá).
En 1950 publicó su investigación más famosa: “El estrés, un estudio sobre
la ansiedad”.
Describió lo que denominó síndrome general de adaptación. Se trataba del
conjunto de respuestas de los organismos animales (y humanos) a un
agente exterior agresivo (estresor).
Este síndrome general de adaptación (S.G.A), cuya función principal es
preservar la homeostasis, tiene tres fases: fase de alarma, en la cual el
organismo reacciona rápidamente al agente estresor tratando de

adaptarse. Sigue la fase de defensa y de resistencia, cuando la situación
estresante se prolonga. Por fin, la fase de agotamiento aparece cuando el
organismo ha agotado sus recursos adaptativos; que puede conducir
incluso a la muerte del sujeto.
El concepto de homeostasis no es nuevo. Walter Cannon (1871-1945)
acuñó el término y afirmó que “las reacciones fisiológicas coordinadas que
mantienen la mayoría de los estados estables en el cuerpo son tan
complejas y peculiares al organismo vivo que se ha sugerido el empleo de
una designación propia para estos estados, Homeostasis”.
Las visiones de Cannon dependen del trabajo previo del “gigante” Claude
Bernard, padre de la fisiología moderna (1813-1878). El constructo “Le
milieu interieur” incluyó mecanismos fisiológicos responsables del
mantenimiento de la constancia del medio interno. A medida que el trabajo
de C. Bernard evolucionó, éste enfatizó la naturaleza dinámica y oscilatoria
del sistema nervioso en el mantenimiento de un “medio interno”, dentro
de un rango limitado.
La homeostasis como constructo nunca fue planteada para reflejar algo
estático. Más bien definió la retroalimentación dinámica (Feed-Back), y el
proceso de regulación necesario del organismo vivo para mantener estados
internos dentro de un rango funcional. Con el tiempo ha perdido mucho de
su rico significado, y se ha interpretado, a menudo erróneamente,
representando un nivel estático interno.
Clínicamente la Stasis, o falta de variabilidad endógena en sistemas
periféricos, neuralmente mediados, como la movilidad gástrica y la
variabilidad de la frecuencia cardiaca, es un signo de compromiso
fisiológico. Goldberger, en 1990 argumentó que la reducción de la
variabilidad precede a la muerte súbita. Y la variabilidad en sí misma es un
indicador general de salud.
A partir de 1950, la noción de estrés ha evolucionado mucho.
Corresponde al conjunto de agresión-reacción individual y se amplía con la
dimensión psico-social.
Podemos considerar el estrés como el resultado mental y corporal de
cualquier demanda sobre un individuo que excede sus capacidades de
adaptación. Estrés será la sensación desagradable derivada de
pensamientos negativos sobre nuestro entorno, que disminuye la eficacia
de nuestra conducta.

El sentir que uno no es capar de estar “a la altura de las circunstancias”, y
actuar en consecuencia.
Estrés es un término que describe el desgaste que experimentamos los
seres humanos al responder a los acontecimientos y tensiones de la vida
diaria. Esta sería una definición sencilla.
También, podríamos conceptualizarlo como la presión, el esfuerzo excesivo
o la sensación de inquietud interna qué es resultado de nuestra percepción
o reacción a los eventos o a las condiciones de nuestro entorno. Estado de
estimulación emocional negativa, que suele asociarse a sentimientos de
ansiedad que atribuimos a nuestras circunstancias o situaciones.
Estas son definiciones más elaboradas.
Decir que es un estado de compromiso del sistema nervioso autónomo
(S.N.A.), puede facilitarnos su compresión.
El S.N.A. regula la función homeostática y está compuesto por dos
subsistemas: el simpático y el parasimpático. Se originan en el tallo cerebral
y contribuyen a la regulación de una variedad de órganos “diana”,
incluyendo los ojos, glándulas lagrimales, glándulas salivales, glándulas
sudoríparas, vasos sanguíneos, corazón, laringe, tráquea, bronquios,
pulmones, estómago, glándulas suprarrenales, riñones, páncreas, intestino,
vejiga y genitales externos.
En general, el S.N. Parasimpático promueve funciones asociadas con el
crecimiento y la restauración.
Por el contrario, el S.N. Simpático promueve una respuesta metabólica
incrementada para lidiar con desafíos externos al cuerpo.
En líneas generales, cuando un órgano visceral está inervado, tanto por el
S.N.S. como por el S.N.P., los efectos son antagónicos.
Así pues, el estudio del estrés es el epítome de la interacción cuerpo-mente.
Esta sería una definición “culterana”.
Para Bunge es quizá la enfermedad de mayor interés para la filosofía. No
sólo porque involucra varios órganos al mismo tiempo, sino también
porque atraviesa todos los niveles de organización de la realidad (nivel
físico, quimismo, vida, sociedad) salvo el de los artefactos.

En efecto, el estrés es un trastorno PSICO – NEURO – ENDOCRINO –
INMUNO - SOCIAL, de modo que su estudio requiere la convergencia de
múltiples disciplinas.
No hay ningún abismo entre naturaleza y cultura, ni por tanto debe haberlo
entre ciencias naturales y las sociales o culturales. Son disciplinas diferentes
que se solapan parcialmente.
La existencia de hechos biosociales, como la asistencia médica, el suicidio o
los asesinatos, exige el cultivo de disciplinas biosociales como la psiquiatría,
psicología, epidemiología y otras.
La evolución de la especie humana, hasta llegar al sapiens-sapiens de hoy
fue, como el estrés, bio-psico social. (Ref.2).
En todo caso, la clase de evolución que nos condujo al estado actual fue
biopsicosocial, y no puramente biológica, psicológica o social aisladamente.
Además, el aspecto mental de la evolución humana es afectivo tanto como
cognitivo. El énfasis en el aspecto cognitivo de la evolución en detrimento
de sus facetas emocional y social es arbitrario y pobre.
La concepción moderna de la mente difiere en varios aspectos del concepto
de alma tradicional.
Primero, las mentes son materiales en el sentido derivado en que lo son los
movimientos, las reacciones químicas y las innovaciones sociales, es decir,
porque son cambios que ocurren en cosas concretas. Segundo, lejos de ser
constantes, las mentes son variables, tanto desde el punto de vista
ontogénico, como filogénico. Tercero, las mentes se desarrollan en forma
diferente en contextos sociales diferentes, y son medios para la
coexistencia social. (Ref.18).
Las tres características indican que la psicología tradicional, que ignoraba
las sociedades y el cerebro, era gravemente deficiente y defectuosa.
Necesitamos psicología neurocientífica, psicología del desarrollo, social y
evolucionista. (Ref.14).
Por ejemplo, cuando estudiamos el desarrollo de la moralidad en los niños,
debemos recordar, que por ser la parte más reciente del cerebro el órgano
de control, es decir, la corteza prefrontal es también la última en alcanzar
la madurez completa, al parecer en torno a los 20 años. También

necesitamos saber que las morales dependen de las culturas y por ello
están sujetas al cambio histórico.
La psicología comparte el trilema individualismo-holismo-sistemismo. La
escuela de la Gestalt era holística, en tanto que el conductismo y su
heredero el computacionalismo son individualistas. El sistemismo ofrece un
marco más apropiado para la investigación científica de la mente, pues
conduce a centrarse en el individuo en su entorno antes que, o en el
individuo aislado o en la sociedad como totalidad. Por lo tanto, el
sistemismo incluye tanto a la psicología social como a la neurociencia
cognitiva, afectiva y social, además de a la psicología del desarrollo y a la
psicología evolucionista.
Esta estrategia posee importantes consecuencias prácticas, especialmente
en el diseño de políticas de control de la criminalidad, alcoholismo,
drogadicción, absentismo escolar, embarazo de adolescentes y
dependencias de los servicios sociales. En efecto todos estos casos exigen
centrar la atención en el individuo en su ambiente antes que en el individuo
aislado (enfoque médico legal tradicional) o en la sociedad como un todo
(enfoques revolucionaristas y antipsiquiátricos). (Ref. 23).
4. EL ESTRÉS.
Sometido a un estresor, el organismo responde con una cascada de
reacciones complejas. Estas reacciones biológicas son tanto neurológicas
como hormonales.
Aceptamos el estrés como parte inevitable de la vida igual que en el pasado
aceptábamos las enfermedades como un hecho.
Nuestro medio interno es la sangre para los cincuenta trillones de células
que forman nuestro cuerpo. El control químico de este medio interno se
realiza a través de la nutrición y el funcionamiento del sistema nervioso. Se
trata de conjunto de células, tejidos y órganos que, regulan las respuestas
internas y externas del cuerpo a un estímulo. En los vertebrados el S. N. está
formado por el cerebro, la médula espinal, los nervios, los ganglios y los
centros nerviosos receptores. Cuando nuestra mente percibe experiencias
positivas de afecto, hace que el cerebro segregue dopamina, oxitocina y la
hormona del crecimiento. Sin embargo, el mismo cerebro en el mismo
cuerpo ante una amenaza real o imaginada, siente miedo, y el miedo
provoca la liberación de hormonas de estrés que causan la detención del

crecimiento celular y la aparición de trastornos psicosomáticos y
enfermedades más graves.
La comprensión actual de los neuropéptidos y los receptores (Dra. Candace
B. Pert (Nueva York, 1946)), permite teorizar mejor sobre cómo pueden
transcurrir las cosas en condiciones de estrés. (Ref.13).
Cuando el estrés impide que las moléculas de la emoción fluyan libremente,
los procesos, en gran medida autónomos, regulados por el flujo de péptidos
tales como la respiración, la circulación sanguínea, inmunidad, digestión y
eliminación, se van colapsando hasta quedar unos pocos circuitos de
feedback, con lo que la respuesta curativa espontánea del organismo se ve
perturbada.
Todos los seres vivos interpretan y responden a la información del medio
ambiente. En el proceso de percepción, nuestros cerebros leen las señales
ambientales (vista, sonidos, olores, temperatura, dolor, etc.) que son
registrados por los receptores del sistema nerviosos. Basándose en
nuestros instintos y experiencias vitales, la mente evalúa las señales que
percibe, hace una interpretación, un juicio de valor en relación a su
supervivencia, y la interpretación mental de estas señales induce al cerebro
a liberar neuroquímicos que provocan que el cuerpo se oriente hacia: Uno,
una respuesta positiva de crecimiento, dos, una negativa de lucha o huida
o una tercera que ignora las señales puesto que no las considera relevantes
para nuestra supervivencia. Las sustancias neuroquímicas liberadas en el
torrente sanguíneo regulan la conducta celular y vía epigenética controlan
la actividad de los genes, pudiendo provocar mutaciones que den origen,
por ejemplo, a la aparición de diversos tipos de cáncer en última instancia.
El sistema nervioso autónomo (S.N.A.) comprende todos los órganos que
funcionan sin participación de la voluntad.

El sistema cardiovascular, el sistema respiratorio, el digestivo, el urinario, el
reproductivo, las glándulas endocrinas, el sistema emocional y todas las
regulaciones del organismo dependen del S.N.A., como queda dicho.
El S.N.A. es de una complejidad que supera la imaginación desbordada de
todos los inventores de ordenadores reunidos en cónclave, incluso
incorporando a los mejores hackers.
Paradójicamente y al igual que el lenguaje informático, es de una
simplicidad binaria y básica. Comprende sólo dos subsistemas; el S.N
simpático y el S.N. parasimpático, como ya sabemos.
Todos los comandos necesarios para el buen funcionamiento vital
involucran a la relación entre estos dos subsistemas.
El S.N.A. regula más del 90% de las funciones corporales. El corazón, el
cerebro y los sistemas inmunológico, hormonal, respiratorio y digestivo,
están conectados a esta red nerviosa.

5. S.N. SIMPÁTICO.
Usando la metáfora del automóvil, comparamos al S.N. simpático con el
acelerador. Es el sistema que permite reaccionar inmediatamente a una
amenaza. Nos prepara a la huida o al combate (Fight or flight). Moviliza la
energía para la acción, energía dirigida hacia el exterior. El Simpático
acelera el corazón y los pulmones para movilizar la energía.
Despierta nuestra atención y focaliza nuestros sentidos sobre la amenaza.
Bloquea el sistema digestivo y el urinario.
Moviliza la adrenalina, el cortisol y otras hormonas de estrés hacia la acción,
la reacción, el movimiento y la velocidad. De ello puede depender nuestra
supervivencia.
6 S.N. PARASIMPÁTICO, NEUMOGÁSTRICO VAGO. X PAR CREANEAL
Es el freno, el sistema que permite volver a la calma, a la neutralidad. El
sistema N. Parasimpático permite el REposo, la REcuperación, y la
Restauración. Es el sistema que REactiva las funciones necesarias para la
continuidad vital y el crecimiento, que habían sido suspendidas por la huida
o el combate. Todas las funciones del S.N. Parasimpático son las opuestas
exactas de las del Simpático.
El décimo par craneal, también llamado nervio vago o neumogástrico,
además de inervar zonas de la cabeza (faringe, laringe) desciende hacia el
tórax y abdomen e inerva el esófago, la tráquea, los bronquios, el corazón,
el estómago y el hígado. Es un nervio esencial para el habla, la deglución y
las funciones viscerales de numerosas partes del cuerpo, que regulan la
respuesta metabólica al ambiente.
7. DOS SISTEMAS ANTAGÓNICOS.
Son antagónicos porque tienen efectos inversos y funcionan en alternancia.
Nunca pisamos el freno y el acelerador del coche a la vez. Sin acelerador no
saldríamos del parking. Sin frenos no pasaríamos de la primera curva. Dos
sistemas antagónicos, complementarios, pero igualmente indispensables,
tanto el uno como el otro.
En el control de la dinámica del S.N.A. juega un papel principal la amígdala
cerebral, que es una estructura en forma de almendra, de ahí su nombre,

formada por un conjunto de núcleos de características histológicas
diferentes, situada en el seno del lóbulo temporal.
Es el centro subcortical clave que, coordina las respuestas de
comportamiento, neurales, inmunológicas y hormonales ante las amenazas
ambientales. También funciona como almacén de la memoria emocional
del cerebro. Su función es comparar las señales que llegan del ambiente
con los recuerdos emocionales almacenados. De este modo, la amígdala
toma decisiones instantáneas respecto al nivel de amenaza proveniente de
la información sensorial.
Forma parte junto con el hipotálamo, septum, hipocampo y otras
estructuras del sistema límbico, de los circuitos que participan en la
elaboración de la emoción, particularmente del miedo.
8. REGULACIÓN EMOCIONAL.
¿Qué son las emociones?
Para J.J. Gross, contestar a esta simple pregunta es una de las cosas más
complejas y difíciles de definir que existen dentro de lo que él denomina
“ciencia afectiva” (Ref. 25)
Los aspectos nucleares de la emoción son para él:
• Cuando ocurre. (De acuerdo con la Appraisal Theory) Cuando un
individuo percibe y evalúa una situación como relevante para el logro
de una meta que le interesa.
• Su naturaleza multifactorial. Las emociones son fenómenos del
cuerpo en su totalidad que implican cambios relacionados en los
ámbitos de la experiencia subjetiva, la conducta y la fisiología central
y periférica.
En forma muy abstracta y simplificada, Gross representa así lo que
llama “El modelo modal”:
Una emoción es una experiencia compleja que implica al cerebro y al
cuerpo. Ocurre cuando nos exponemos a algo que nos afecta
Situación Atención Appraisal Respuesta

personalmente, por ejemplo, recibir una carta y antes de abrirla sentimos
cierta excitación física y se nos acelera el pulso. También evaluamos
mentalmente ¿Será una multa? ¿Oferta de empleo? O ¿Una vieja amiga que
nos escribe?... ¡Es emocionante!
Las emociones pueden expresarse de muchas maneras; con una sonrisa, un
gesto, una maldición o la urgencia de abrir el sobre; pero, nuestra reacción
instintiva puede controlarse o incluso llegar a anularse en ocasiones. El
trabajo interior de controlarlas es francamente difícil y requiere mucho
entrenamiento.
Nuestras experiencias emocionales más intensas, suelen ocurrir cuando
tres componentes (una triada más), importantes de una emoción
(excitación física, conciencia y expresión) están bien coordinados.
Una emoción dura tanto como el estímulo que la provoca, así que a menudo
son cortas.
Los estados de ánimo (sentimientos) suelen ser más duraderos y en esencia
matizan nuestras experiencias emocionales. Pueden durar horas, días e
incluso muchos años.
La alegría y la pena son emociones, la felicidad y la tristeza son estados de
ánimo.
Un estado de ánimo triste, ensombrece todas las emociones. Un estado de
ánimo feliz, intensifica la alegría y alivia la pena.
Existe una amplia evidencia de que los fallos en la regulación emocional son
una característica importante de muchas formas de psicopatología. Por
ejemplo, la ansiedad y la depresión se caracterizan por el procesado
disfuncional de estímulos afectivos. De acuerdo con el modelo de
integración neurovisceral, las estructuras corticales prefrontales
incluyendo el córtex órbito frontal (C.O.F.) y el córtex prefrontal
medial(C.P.M.) ejercen un control tónico inhibitorio en estructuras
subcorticales, incluyendo el núcleo central de la amígdala, que juega un
importante papel en modular las respuestas cardiovasculares autonómicas
y endocrinas.
En condiciones normales, los circuitos subcorticales excitatorios simpáticos,
están sujetos al control tónico de la actividad inhibitoria prefrontal. En
situaciones inciertas o amenazantes, el córtex prefrontal afloja su control

permitiendo así que estos circuitos simpático excitatorios produzcan
respuestas potentes.
En cambio, el mal funcionamiento del control inhibitorio prefrontal, en
circunstancias normales, conduce a la actividad excesiva(hiperactividad)
subcortical, que resulta en la activación prolongada de mecanismos
defensivos ineficientes tales como hipervigilancia y cognición perseverante.
Por tanto, el control inhibitorio prefrontal es vital para que un organismo
pueda generar respuestas flexibles y adaptativas ante las demandas
situacionales. (Ref.17).
Recientes investigaciones muestran que los circuitos bidireccionales que
conectan el córtex prefrontal con las estructuras subcorticales están ligadas
al corazón vía nervio vago. (Ref.22).
Este décimo par craneal, proporciona impulsos inhibitorios al corazón y
regula la repuesta metabólica al ambiente.
La regulación robusta del corazón por el nervio vago, es decir, un alto tono
vagal, indica una buena inhibición prefrontal de los niveles subcorticales, lo
que permite una buena autorregulación cognitiva, emocional y
autonómica.
Parece ser que las personas con un alto tono vagal no sólo son saludables,
sino que también son social y psicológicamente más fuertes. Más capaces
de concentrarse y recordar cosas, más empáticas, con menor tendencia a
angustiarse y a deprimirse, con mayores habilidades sociales. En una
palabra, tienen mayor resiliencia.
VARIABILIDAD DE LA TASA CARDIACA, Heart Rate Variability (H.R.V.). Se
refiere a las diferencias entre latido y latido que varía con cada pulsación, y
puede reflejar la contribución relativa de los sistemas simpático y
parasimpático en el corazón. Es la variación o los cambios que ocurren en
la frecuencia de los latidos cardíacos.
Se sabe hoy que la H.R.V., mediada por el nervio vago, está relacionada con
los circuitos neurales inhibidores que juegan un importante papel en la
autorregulación como ya hemos visto. (Ref.12).
UN H.R.V. alta en reposo, se asocia con una buena capacidad de control
inhibitorio prefrontal sobre las estructuras subcorticales, lo que permite al
organismo responder adaptativamente, distinguiendo entre seguridad y
amenaza.

Por el contrario, la baja H.R.V. se asocia con un control prefrontal reducido
sobre estructuras subcorticales tales como la amígdala, como queda dicho.
Numerosos estudios relacionan la baja H.R.V con una mayor incidencia de
trastornos psiquiátricos (trastornos de ansiedad generalizada, ataque de
pánico, etc..).
Como ya hemos adelantado, H.R.V. es el grado en el que el corazón se
acelera o se enlentece. Cuanto mayor es la variabilidad, más sano está el
corazón. Midiendo la H.R.V., que son los intervalos cambiantes entre dos
latidos, obtenemos una imagen clara de la capacidad del cuerpo para
recuperarse del estrés.
Revela el impacto de nuestro estilo de vida y nuestras emociones en
nuestra salud general. A medida que envejecemos, la H.R.V. se reduce
naturalmente indicando la edad biológica de nuestro cuerpo. Conviene
señalar que no siempre se corresponde la edad biológica con la cronológica.
H.R.V. se reduce más con las enfermedades y con el estrés crónico. Un nivel
bajo de variabilidad indica que la persona está en riesgo de desarrollar una
enfermedad seria o que está envejeciendo prematuramente.
Investigaciones recientes muestran que los niveles bajos de H.R.V. pueden
predecir futuras enfermedades, así como la posibilidad de muerte súbita
debida a fallo cardiaco.
Si podemos mantener nuestra H.R.V. a un nivel alto, esto beneficiará
nuestra salud y nuestro rendimiento. Mejorará significativamente
funciones cerebrales como concentración, focalización, memoria,
flexibilidad de respuesta, insight intuitivo, juicio y capacidad de decisión.
Los progresos en nuestra comprensión de H.R.V. y de las enfermedades
crónicas nos proporcionan un valioso método para prevenir, diagnosticar y
tratar enfermedades de todo tipo.

9. RESPIRACIÓN Y EQUILIBRIO DEL SISTEMA NERVIOSO
VEGETATIVO.
Existe una conexión muy íntima entre nuestra forma de respirar y las
emociones. Siempre que nos alteramos emocionalmente, el patrón
respiratorio también se altera. Cuando estamos tensos, asustados,
enfadados o muy concentrados, es frecuente contener la respiración de
forma inconsciente. O hacer pausas de diferente duración entre
respiraciones. De manera similar, si se está deprimido, la respiración será
más superficial, con frecuencia suspirosa. La respiración superficial altera la
mente por sí misma, y cuando la mente está alterada hay una afectación
del sistema bioquímico del cuerpo. Si deseamos tener una mente calmada
y equilibrada la respiración debe serlo también.
La clave de esta relación entre la mente y la respiración es el sistema
nervioso autónomo y el centro de control que supone el sistema límbico.

La respiración torácica es el sistema respiratorio de emergencia del cuerpo.
Esta respiración activa la reacción de alarma (lucha o huida). No importa si
realmente hay o no peligro, una vez usamos los mecanismos torácicos, el
cuerpo responde como si realmente existiera.
La respiración diafragmática, regular y suave, la que tenemos al nacer, es la
clave de la regulación del sistema nervioso autónomo y del control de
nuestros recursos internos. Esta respiración natural, se pierde con la
vorágine de la vida.
Con la inspiración, se activan los estímulos reflejos simpáticos, que
preparan al cuerpo para la lucha o la huida. Al exhalar el aire, hay un mayor
funcionamiento del sistema parasimpático con efecto contrario (suspiro de
alivio). Un patrón que induce al reposo es el de doble tiempo de exhalación
por tiempo de inhalación, aunque hay que ajustarlo personalmente.
Resumiendo, cuando la rama simpática del sistema nervioso es hiperactiva
y la parasimpática es hipoactiva durante un periodo de tiempo prolongado,
las demandas energéticas se hacen excesivas, y en última instancia no
pueden ser satisfechas, resultando así un envejecimiento prematuro,
enfermedad y al final muerte.
10. COHERENCIA
La energía mental y la emocional han de ser puestas en coherencia. La
coherencia interna, o coherencia fisiológica, es una alta cota de inteligencia
y piedra angular de nuestra vida afectiva (ejemplo de bombilla frente a
laser). Coherencia sería la conexión lógica, el orden interno o la armonía
entre los componentes de un sistema. Este término también puede
referirse a la tendencia hacia un orden creciente en el contenido
informativo de un sistema o al flujo de información entre sistemas. En física,
dos o más ondas unidas en fase (de modo que su energía es constructiva),
son descritas como coherentes. La coherencia también puede atribuirse a
una sola onda, en cuyo caso denota una distribución ordenada o
constructiva del contenido de poder de la misma.
Recientemente ha aparecido un interés creciente en la coherencia de los
sistemas vivos. Cuando un sistema es coherente, prácticamente no pierde
nada de energía debido a la sincronización interna de sus partes(Ref.4).
Así describe Roland Mc Craty, jefe de investigación del Heart Math Institute
de California, U.S.A., la coherencia fisiológica:
“Es el armonioso flujo de información, cooperación y orden entre los
subsistemas de un sistema mayor, lo que permite la aparición de funciones
más complejas. Esta cooperación de orden superior entre subsistemas

físicos como el corazón, el cerebro, las glándulas y los órganos, así como
entre los sistemas cognitivos, emocionales y físicos, es un aspecto
importante de lo que llamamos coherencia. Es el ritmo del corazón quien
establece el latido de todo el sistema. El rítmico latido del corazón influye
en los procesos cerebrales que controlan el sistema nervioso autónomo, la
función cognitiva y las emociones, lo que nos lleva a proponer que es el
principal conductor del sistema. Cambiando el ritmo del corazón, la
dinámica de todo el sistema puede cambiarse rápida y dramáticamente.
Utilizamos el término coherencia en un contexto amplio para describir
procesos mentales y emocionales más ordenados, así como interacciones
más ordenadas y armoniosas entre diversos sistemas fisiológicos. En este
contexto, la coherencia incluye muchos otros términos utilizados para
describir modos de funciones específicas, como sincronización,
incorporación (entrainment), y resonancia. La coherencia fisiológica es así
un modo específico y medible de funcionamiento fisiológico que incluye
una serie de fenómenos distintos pero relacionados. Correlatos del modo
de coherencia fisiológica son: la mayor sincronización entre las dos ramas
del sistema nerviosos autónomo, un cambio en el equilibrio autonómico, a
favor de la actividad parasimpática, una mayor sincronización corazón-
cerebro, mayor resonancia vascular e incorporación entre los distintos
sistemas fisiológicos oscilatorios. El procedimiento coherente se ve
representado por un patrón en forma de onda sinoidal, en los ritmos del
corazón (coherencia del ritmo cardiaco), y variabilidad a una frecuencia de
0,1 hercios.”
En las organizaciones, el aumento de la coherencia permite la emergencia
(aparición) de nuevos niveles de creatividad, cooperación, productividad y
calidad en todos los estamentos.
11. LA COHERENCIA CARDIACA.
Se trata de un estado particular de la variabilidad cardiaca, que entra en
coherencia. Desde la primera respiración guiada (seis respiraciones por
minuto) la curva cambia completamente. De caótica pasa a armoniosa, la
amplitud aumenta. La variabilidad cardiaca se sincroniza con la respiración.
Al inspirar, el corazón acelera. El mecanismo es complejo. Se trata de una
inhibición del sistema parasimpático (como si levantáramos el pie del freno
en cuesta abajo). Al soplar, el corazón ralentiza. Soplar comprime el
abdomen, lo cual estimula el sistema parasimpático, que enlentece el
corazón (como si pisáramos el freno en el descenso).

Lo que no se ha dicho es que el ritmo es una inspiración de cinco segundos
seguida de una expiración de cinco segundos, en total diez segundos, que
son seis respiraciones por minuto y una frecuencia de 0,1 hercios.
La frecuencia de seis respiraciones por minuto se trata de una frecuencia
llamada de resonancia (entreinment), es decir, la respiración y la
variabilidad cardiaca se sincronizan.
Todos los sistemas ondulatorios tienen una frecuencia de resonancia propia
y única. El bordón de la guitarra la tiene a 86 Hz. (vibra 86 veces por
segundo). La prima, a 330 Hz.
El sistema cardiovascular y el sistema respiratorio tienen una frecuencia de
resonancia de 0,1 Hz, es decir, una vibración cada 10 segundos. Cuando se
consigue esta frecuencia, entran en resonancia y su amplitud aumenta. Se
sincronizan por el fenómeno físico de los armónicos. Así pues, cuando se
respira amplia y calmadamente, prestando atención a la respiración, y se
adopta una frecuencia fija y regular de 0,1 Hz. (seis por minuto) se produce
un fenómeno particular llamado coherencia cardiaca(C.C.). El estado de C.C.
es un estado inducido por la voluntad, y es temporal puesto que dura el
tiempo de la respiración rítmica. El estado de coherencia cardiaca cesa, por
tanto, al acabar la respiración rítmica. Así pues, el fenómeno fisiológico de
estos tres ritmos (otra triada) ciclo respiratorio, ritmo cardiaco y presión
arterial, es llamado coherencia cardiaca. El estado de C.C. produce
numerosos efectos fisiológicos, físicos y mentales. Unos son efectos
inmediatos, mientas persiste el estado de C.C., y son:
- Aumento de la amplitud de la variabilidad cardiaca, que en general
se multiplica por dos o por tres respecto al estado base.
- La curva se redondea y se dice que se hace coherente.
- El corazón acelera y enlentece seis veces por minuto, al ritmo de la
respiración.
- El efecto casi inmediato es un sentimiento de apaciguamiento y de
calma.
Hay otros efectos que permanecen de cuatro a seis horas después de la
sesión, como ocurre con muchas medicaciones, y son:
- Baja del cortisol sanguíneo y salival. El cortisol es la principal
hormona de defensa segregada durante el estrés. La acción de la C.C.
sobre el cortisol es la que explica en gran medida los efectos de esta
práctica sobre el estrés.
- Aumento de la D.H.E.A. (dehidroepiandrosterona). Hormona que
entra en juego para modular el colesterol. Tiene también un papel

principal en el enlentecimiento del envejecimiento (antiaging). Es la
única hormona que baja regularmente con la edad: la acción de la
C.C. sobre la dhea, explica en gran parte los efectos de la C.C. sobre
el enlentecimiento del envejecimiento.
Como antagonista natural de los glucocorticoides del cuerpo, la
D.H.E.A. revierte muchos de los efectos fisiológicos desfavorables del
estrés excesivo. Es la precursora de las hormonas sexuales,
estrógenos y testosterona y sus variadas funciones incluyen la
estimulación del sistema inmunológico, disminución del colesterol y
fomento de la formación de huesos y músculos.
Se ha descubierto que, pacientes con varias enfermedades
importantes tienen bajos niveles de D.H.E.A.
- Aumento de las I.G.A. salivales (inmunoglobulinas A.). Son factores
que participan en la defensa inmunitaria.
- Acción favorable sobre numerosos neurotransmisores, hormonas
que vehiculizan las emociones y sentimientos, tales como la
dopamina (hormona del placer y la recompensa) y la serotonina
(hormona de efectos complejos), que juega un papel capital en la
prevención de la depresión y la ansiedad.
A modo de paréntesis en esta enumeración diremos que
la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) predice que, en el
próximo año 2020, la depresión relacionada con el estrés crónico
será la segunda causa de invalidez en el mundo.
-Aumento de la secreción de oxitocina. Es un neurotransmisor de
información emocional muy curioso. Favorece el attachment,
vinculación, apego, ligazón, etc. Ha sido llamada la hormona del
amor. Segregada particularmente por las mujeres al dar a luz, y
que parece refuerza el vínculo con sus bebés. La secreción de
oxitocina en estado de C.C. incrementa el placer de estar en
presencia de personas queridas.
-Aumento del factor natriurético auricular. Es un término bárbaro
que designa una hormona segregada por el corazón para modular
la presión arterial. Es esta modulación la que explica los efectos
muy positivos de la práctica de la C.C. sobre la hipertensión
arterial.
-Reducción de la percepción de estrés y de otras emociones y
sentimientos desagradables. Muchos estudios clínicos han
demostrado, desde los estudios pioneros de Heart Math institute
de California, USA, que unos minutos de coherencia cardiaca,

después de un ataque de cólera reducen significativamente los
efectos nefastos de esta emoción sobre la salud.
-Impresión general de calma, de distanciamiento de los
acontecimientos, y por tanto de mayor objetividad.
Puesto que la mayoría de estos efectos no duran más de unas
horas, se recomienda practicar tres o cuatro veces al día. Puesto
que la mayoría de los efectos no son inmediatos, se recomienda
realizar los ejercicios durante al menos 3 minutos.
12. EFECTOS A LARGO PLAZO.
Todos los efectos citados se obtienen tras la práctica regular cotidiana. Los
efectos beneficiosos empiezan a aparecer al menos tras siete a diez días de
práctica regular, y tras esa continuidad persisten en el tiempo y duran varias
semanas.
Sin embargo, se recomienda la práctica cotidiana y continua (como el
comer), para conseguir los siguientes efectos favorables sobre la salud.
- Disminución de la hipertensión arterial para las hipertensiones
ligeras a moderadas. Interesante antes de pasar a tomar medicación.
- Disminución del riesgo cardiovascular.
- Disminución de la ansiedad y la depresión.
- Mejor regulación de la tasa de azúcar en diabéticos y prevención de
accidentes neurológicos en estos pacientes.
- Reducción del perímetro abdominal y pérdida de peso en personas
obesas.
- Mejor recuperación del esfuerzo en deportistas.
- Mejora de la concentración y memorización.
- Disminución de los trastornos de la atención y de la hiperactividad
(servicios de pediatría).
- Mejor tolerancia al dolor (migrañas, neuralgias...)
- Mejora de la enfermedad asmática.
13. REDUCCIÓN DE LA PERCEPCIÓN DEL ESTRÉS Y SUS EFECTOS.
Cuando hacemos C.C. estimulamos alternativamente el S.N. Simpático
(inspiración, aceleración), y el S. Parasimpático (expiración,
enlentecimiento del corazón).
Esta alternancia es armoniosa, voluntaria, calmada y adopta un ritmo lento
próximo a la frecuencia de resonancia corazón-pulmón. Esta frecuencia de
resonancia, que aumenta la variabilidad cardiaca, tiene además como

efecto, producir ondas alfa cerebrales. Estas ondas suscitan un estado de
estar despiertos, calmados, atentos y sin estrés. Son ondas de 8 a 12 Hz/sg.
Estamos entrenando al cerebro en una mentira puesto que cualquiera que
sea el ambiente y sus cambios, con la C.C. le damos al cerebro cognitivo la
impresión de que no pasa nada malo a nivel emocional, tomamos distancia
respecto del ambiente. Tomar distancia no quiere decir abandonar, sino al
contrario.
Cuando estamos sometidos al miedo (fear) (ver imagen debajo) y al estrés,
ocurre un fenómeno llamado inhibición cortical. Aparece una
desincronización o reducción de la actividad de la corteza cerebral que
resulta de los ritmos cardiacos erráticos, y de las señales neurales
transmitidas desde el corazón al cerebro. Esta condición puede
manifestarse como deterioro en la capacidad de toma de decisiones, en una
comunicación más impulsiva y en una coordinación física empeorada. Lo
contrario de la situación anterior, de coherencia cardiaca, respiratoria y
cortical (C.C.R.C.).

14. BIOFEEDBACK.
En castellano bioretroalimentación.
Es una técnica que se emplea para controlar las funciones fisiológicas del
organismo humano, mediante la utilización de un sistema de
retroalimentación que informa al sujeto del estado de la función que desea
controlar de manera voluntaria.
Según la definición consensuada por tres organizaciones profesionales:
“Se trata de un proceso que permite a un individuo aprender cómo cambiar
la actividad fisiológica a efectos de mejorar la salud y el rendimiento.
Instrumentos precisos miden la actividad fisiológica, como ondas
cerebrales, función cardiaca, la respiración, la actividad muscular y la
temperatura de la piel. Estos instrumentos, con rapidez y precisión
“retroalimentan” información al usuario. La presentación de esta
información – a menudo en combinación con cambios en el pensamiento,
las emociones y la conducta – apoya los deseados cambios fisiológicos. Con
el tiempo, estos cambios se pueden sostener sin el uso continuado del
instrumento.
Se trata de un término relativamente nuevo que se supone fue empleado
por primera vez en 1969, y es una forma reducida de Biological Feedback.
Podemos conceptualizarlo como un procedimiento en el que se recogen
datos de la actividad biológica de un individuo, estos datos se procesan, y
se le devuelven de tal manera que, en última instancia, pueda modificar
dicha actividad. Se puede representar como la creación de un lazo o rizo de
retroalimentación.
Dada la información apropiada, como ocurre en biofeedback, se ha visto de
manera palmaria que podemos aprender a cambiar funciones corporales
que antes se consideraban inaccesibles. Esto incluye un mayor control tanto
del sistema nervioso voluntario, como del sistema nervioso autónomo.
Tuvimos ocasión de presentar el programa Freeze-Framer del instituto
Heart Math de California (USA), en la Academia de Ciencias Médicas de
Bilbao, el día 26 de octubre del año 2005. Como parece ser que nos
adelantamos mucho al “ZEITGEIST” local, no tuvo prácticamente ninguna
repercusión aquí.
Feedback en general, y coherencia cardiaca en particular, pueden
considerarse como formas de psicoterapia avanzada, de alta tecnología y
cuantificable.

15. DOLOR, EMOCIONES Y S.N.A.
El dolor es un mensajero. Si bien es portador de malas noticias, un peligro,
también ayuda a tomar las medidas necesarias para evitarlo y ponernos a
cubierto en seguridad.
El dolor y sus reacciones automáticas utilizan las vías conocidas del sistema
nervioso autónomo, simpático y parasimpático.
El dolor es una emoción en el sentido literal de la palabra. (Ref.17).
Las emociones son mensajeros que reclaman una acción inmediata en un
ambiente que ha cambiado.
En la fase de alarma, si hay una respuesta adaptativa adecuada, disminuirá
el estrés y continuaremos con nuestra vida satisfactoriamente.
Si la situación estresante persiste, se segregan glucocorticoides, de los
cuales el más importante es el cortisol. Su efecto es aumentar la tasa de
azúcar en sangre para aportar la energía necesaria a los músculos, al
corazón y al cerebro a través del aprovisionamiento continuado de glucosa.
Si el estrés es debido a preocupaciones personales, profesionales o
familiares, y no a un peligro real inmediato, se liberan las mismas sustancias
en el torrente sanguíneo, y como no las metabolizamos, pues no nos
peleamos (fight), ni salimos huyendo como alma que lleva al diablo (flight),
es decir, no hay esfuerzo físico asociado, se convierten en tóxicas.
Son estas sustancias presentes en exceso (catecolaminas, cortisol,
aldosterona) las que causan la toxicidad del estrés.
Si se hace crónico, aparece finalmente un desequilibrio del sistema nervioso
en su conjunto. El S.N. Simpático es estimulado provocando una liberación
de adrenalina, que causa aumento de la frecuencia cardiaca y otros
síntomas derivados.
Cada uno tenemos nuestra forma de reaccionar al estrés, pero siempre
aparece en grados variables lo siguiente:
- Aceleración del ritmo cardiaco.
- Elevación de la presión arterial.
- Respiración más rápida.
- Liberación de hormonas: A.C.T.H., cortisol, adrenalina, oxitocina,
vasopresina, prolactina.
- Fatiga y tensión musculares particularmente la zona lumbar y en el
cuello (cervical).
- Redistribución del flujo sanguíneo del cerebro y de las vísceras hacia
los brazos y las piernas.

- Hipersensibilidad a los ruidos, a los olores, al contacto.
- Irritabilidad emocional, ansiedad.
- Sudoración abundante.
En resumen, los mecanismos biológicos del estrés son complejos.
Interviene el cerebro (hipotálamo e hipófisis), el sistema nervioso
autónomo (Simpático, Parasimpático, formación reticular). Se sigue de una
cascada de secreciones hormonales, primero adrenalina y luego
corticoides, que refuerzan las capacidades del organismo para afrontar la
situación estresante.
Las emociones tienen un significado, un sentido. Se reflejan en la cara y son
mensajes para mí y para mi entorno. Mueven mi cuerpo, me conmueven y
también a los demás. (Etimología, Ex moveré, mover hacia el exterior).
(Ref.13).
Las emociones también son visibles en el trazado de la variabilidad cardiaca,
como veremos más adelante y nos vamos a servir de esta interacción para
regular el sistema emocional.
La mejor herramienta para la prevención y el control del estrés es la gestión
emocional.
16. LA MARGARITA DE LAS EMOCIONES.
Robert Plutchik (1927-2006), profesor emérito de Albert Einstein College
de medicina, creó la Rueda de las Emociones en 1980.
Se basó en la hipótesis de que las ocho emociones de base, que describió
(miedo, ira, tristeza, aversión, sorpresa, anticipación, confianza, alegría),
son biológicamente primitivas, y desencadenan conductas muy útiles para
la supervivencia (huida, combate, socialización, investigación).
Podemos definir la emoción, como hicimos en el apartado 8, de la página
12. Una de las diversas reacciones complejas con manifestaciones mentales
y físicas como el amor, la alegría, la tristeza o el enojo.
La energía emocional es neutral, y se “enlaza” a los pensamientos negativos
o positivos para crear las emociones de diferente tipo.
El número teórico de emociones de base importa poco. Con el paso de los
siglos cada autor aporta su piedra al edificio de la teorización emocional.
Lo que es interesante en el caso de Plutchik, es que ha creado una margarita
emocional, que es a la vez bella y clara.

Por una parte, tiene en cuenta la intensidad de las emociones, que aumenta
a medida que nos acercamos al centro. Por otra parte, tiene en cuenta las
emociones complejas, intercalándolas entre dos pétalos. Por ejemplo, el
amor, sería una mezcla de aceptación y serenidad. El remordimiento, una
mezcla de aversión y tristeza. Otra idea genial es situar las emociones
antagónicas enfrentadas una a la otra. Por ejemplo, la alegría opuesta a la
tristeza, el miedo a la ira…
En la rueda de Plutchik se pueden nombrar 32 emociones de base y
complejas, y evaluar su intensidad.
La asociación de una emoción de valencia negativa (que queremos tratar)
con una de valencia positiva (generada por la coherencia cardiaca) va a
producir un movimiento emocional intermedio próximo a la neutralidad. El
objetivo es desplazar el punto que representa la emoción hacia la derecha,
hacia más agradable. El objetivo final es desensibilizar el organismo, y
erradicar las conductas inadecuadas asociadas a la emoción.

17. INADAPTACIÓN EVOLUTIVA
En tiempos prehistóricos la búsqueda del alimento estaba en el centro de
la actividad de los humanos. El alimento no era ni abundante, ni regular, ni
variado, ni fácil de conseguir. Tampoco era fácilmente almacenable o
conservable. Los ancestros que sobrevivieron lo hicieron por ser capaces de
acumular reservas de energía en su propio cuerpo. La grasa abdominal se
convirtió en la reserva de energía más eficaz.
18. COMBATIR EL EXCESO DE CORTISOL.
El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea producida por la
glándula suprarrenal. Es llamada también HORMONA DEL ESTRÉS. Se
presenta en el cuerpo a niveles más altos por la mañana y más bajos por la
noche.
Los aumentos ligeros tienen efectos positivos:
- Nos da un empujón de energía para funcionar.
- Mejora la memorización.
- Mejora la inmunidad.
- Disminuye la sensibilidad al dolor.
- Ayuda a mantener la homeostasis del cuerpo.

En cambio, si hay aumento excesivo, o si no se detiene su incremento por
la respuesta de relajación, lo que ocurre tan a menudo en nuestra cultura
estresógena, el cuerpo no puede recuperar la homeostasis, apareciendo un
estado de estrés crónico.
Los efectos negativos más comunes son:
• Empeoramiento cognitivo (por bloqueo cortical).
• Suspensión de la función tiroidea.
• Desequilibrio de la glucemia (hiperglucemia).
• Disminución de la densidad ósea.
• Pérdida de masa muscular.
• Aumento de la tensión arterial.
• Baja de la actividad inmune y de la repuesta inflamatoria, con
dificultad en la cicatrización de heridas.
• Otras consecuencias en pérdida de salud.
El incremento de la grasa abdominal se asocia con más problemas de salud
que la grasa depositada en otras áreas del cuerpo. (Ref.4).
La secreción de cortisol varía entre individuos. Somos diferentes, ya se sabe.
Uno puede secretar más cortisol que otro en la misma situación. Se ha visto
que individuos con alta secreción de cortisol en respuesta al estrés tienden
a comer más, y comida más rica en hidratos de carbono que la gente que
secreta menos cortisol.
El mejor predictor de los riesgos de morbilidad y mortalidad es el llamado
índice B.M.I. (body mass index), índice de masa corporal, resulta de dividir
el peso en kg entre el cuadrado de la estatura en metros. La mortalidad es
máxima para valores extremos de B.M.I., esto es, individuos flacos y altos,
y gordos bajos. Es mínima para B.M.I. =25kg/m2. O sea el peso medio
óptimo es 25 veces el cuadrado de la estatura en m., con una tolerancia de
+- 20%.
El síndrome metabólico es también llamado prediabetes, porque de no
tratarse es precursor de diabetes de tipo 2, trastorno cardiovascular y
muerte prematura. Los factores de riesgo incluyen resistencia a la insulina,
obesidad (especialmente obesidad abdominal) tensión arterial alta,
anomalías en la coagulación sanguínea y anomalías lipídicas.
Se diagnostica con tres de los síntomas siguientes:
1- Circunferencia de cintura 92 cm o más en hombres.
2- Triglicérido elevados 150 mg/dl o más.

3- Reducción del hdl (menos de 40 dl en barones y 50 dl en mujeres).
4- T.A. elevada (130/ 85) o más.
5- Fasting glucosa (100 mg/dl o más).
6- Sobrepeso o sedentarismo.
19. DE LA EMOCIÓN A LA DISFUNCIÓN
El cerebro emocional controla todo el bienestar psicológico del individuo,
que a su vez es consecuencia del funcionamiento armónico de la fisiología
corporal.
Los trastornos emocionales resultan de disfunciones en el cerebro
emocional. Para muchas personas las disfunciones se originan en
experiencias traumáticas pasadas, que ya no tienen relación con el presente
y sin embargo continúan controlando su comportamiento.
El objetivo primario del tratamiento, en estos casos es “reprogramar el
cerebro emocional” de modo que se adapte al presente en vez de continuar
influido por experiencias pasadas.
Para lograrlo, es generalmente más efectivo usar métodos que actúen en el
cuerpo e influencien directamente el cerebro emocional, en vez de utilizar
aproximaciones del lenguaje y la razón, a los que el cerebro emocional no
es tan receptivo.
El cerebro emocional tiene mecanismos naturales para la autocuración, un
“instinto” de curación (la clásica vis medicatrix naturae).
Este instinto para curarse comprende las habilidades innatas para
encontrar equilibrio y bien estar, coherencia mental, comparable a otros
mecanismos de autocuración del cuerpo, como la cicatrización de heridas
o la eliminación de una infección.
Los métodos que actúan por la vía del cuerpo utilizan estos mecanismos.
Los métodos naturales de tratamiento que presenta Servan Schereiber
(1961-2011), inciden directamente sobre el cerebro emocional,
prescindiendo casi del lenguaje. Integración neuroemocional mediante
movimiento s oculares (E.M.D.R.), acupuntura, etc. (Ref.5).
En el centro del cerebro humano está el cerebro emocional. Estas llamadas
estructuras “límbicas” (hipotálamo, septum, hipocampo, amígdala) son las
mismas en todos los mamíferos y están hechas de diferente tejido neural,
que el cerebro cognitivo cortical, responsable del lenguaje y del
pensamiento abstracto. Las estructuras límbicas son responsables de las

emociones, particularmente del miedo y de la motivación instintiva, así
como del control del sistema nervioso autónomo. En lo profundo del
cerebro está la amígdala, como ya hemos dicho, órgano diminuto en forma
de almendra, evolutivamente muy antiguo, que siente emociones básicas
como el miedo y la furia. Dada la importancia de estas emociones en la vida
social, es fácil imaginar los trastornos de conducta que sufre una persona
con una amígdala anormal, ya sea atrofiada o hipertrofiada. Si ocurre lo
primero no reconoce signos peligrosos. Si ocurre lo segundo será propenso
a la violencia por su miedo excesivo.
La amígdala es el centro cerebral subcortical clave que coordina las
respuestas conductuales, neurales, inmunológicas y hormonales a las
amenazas ambientales, como vimos.
Según el diccionario de la R.A.E (Real Academia Española de la Lengua)
miedo del latín “metus” = temor, es angustia por un riesgo o daño real o
imaginario. También recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda
algo contrario a lo que desea.
Fobia sería genéricamente aversión o rechazo según la R.A.E.
Desde el punto de vista clínico fobia es una respuesta de miedo excesiva
ante un estímulo generalmente inofensivo.
Algunos objetos fóbicos representan una amenaza como arañas, perros,
ratones, las alturas y los espacios cerrados, pero la gente con fobias no
controla su temor aun cuando no esté en peligro.
Las fobias se presentan cuando el cerebro cortical en sus áreas prefrontales
no puede enviar una señal que anule la innecesaria respuesta de miedo,
como veremos más adelante.
Ciertas fobias se pueden tratar mediante exposición al objeto temido en
condiciones seguras.
20. INTELIGENCIA EMOCIONAL
Este oxímoron es un hallazgo semántico feliz que ya ha ganado
reconocimiento generalizado y está presente en el lenguaje coloquial,
aunque a veces sin saber muy bien lo que implica.
Inteligencia emocional sería el término que mejor define el equilibrio entre
emoción y razón.

El término fue acuñado al parecer por investigadores de Yale, y de la
universidad de New- Hampshire (U.S.A.), pero la divulgación científica ha
corrido a cargo de Daniel Goleman, periodista del New York Times.
Carl Jung (1875-1961) y Jean Piaget (1896-1980) ya habían sugerido en los
años cincuenta que existen varios tipos de inteligencia. En la actualidad se
consideran los siguientes; 1 lógico-matemática, 2 visuoespacial, 3
quinestésica, 4 musical, 5 lingüística, 6 interoceptiva (intrapersonal), 7
interpersonal.
El éxito en la vida, no correspondería a la inteligencia que mide el cociente
intelectual (C.I), a la que se le adscribe un 20%. El 80% restante tendría que
ver con la inteligencia emocional.
Investigadores de Yale definen el cociente emocional (E.Q.) basándolo en
cuatro habilidades esenciales. 1 la capacidad para identificar nuestro
estado emocional y el de otros, 2 la habilidad para percibir el curso natural
de las emociones, 3 habilidad para razonar sobre nuestras emociones y las
de otros, y 4 la habilidad para regular nuestras emociones y las de otros.
Estas cuatro aptitudes proporcionan la base para el autocontrol y el éxito
social. Juntas forman los fundamentos del autoconocimiento, autocontrol,
compasión, y la capacidad para resolver conflictos.
Aunque estas habilidades puedan sonar elementales, y la mayoría de
nosotros estemos probablemente convencidos de que las poseemos,
puede que no sea así.
El poco dominio de las emociones es una de las mayores causas de
obesidad, sino la mayor, con los riesgos para la salud que esta supone.
(Ref.6).
21. EL CEREBRO CORTICAL REGULA AL EMOCIONAL.
La participación de la corteza cerebral en las emociones asegura que exista
un elemento de juicio y de decisión para su regulación y control, hasta un
cierto punto.
La corteza prefrontal no se desarrolla por completo hasta los 20 – 25 años
de edad, lo que explica que los niños tengan rabietas y los adolescentes
sean más impulsivos que los adultos.

No obstante, la regulación emocional varía de unas personas a otras. Hay
quien explota enseguida, por tener un control muy bajo.
En estudios sobre el miedo hemos aprendido mucho acerca de la función
del cerebro en las emociones. Cuando nos enfrentamos a algo aterrador, el
estímulo se registra en el tálamo, en el centro del cerebro, una estación de
transmisión y de recepción sensorial. El tálamo envía una señal a la
amígdala cerebral, que transmite el mensaje a las glándulas suprarrenales.
Estas glándulas liberan hormonas que de inmediato hacen que el cuerpo se
prepare para actuar. Al tiempo que la señal viaja a la amígdala, el tálamo
envía otra señal a la corteza prefrontal, que genera una respuesta más lenta
y reflexionada. El cuerpo quizá haya iniciado su respuesta al miedo a través
de la amígdala, pero las señales de la corteza prefrontal (supra orbitaria y
prefrontal medial, como vimos) pueden anularla si el miedo es considerado
irracional. Por ejemplo, un sonido detrás de un arbusto, puede hacer que la
amígdala inicie una respuesta de temor, pero si la corteza prefrontal razona
que un gato provocó el ruido, podemos controlar el temor y relajarnos.
(Ref.22).
Quizá el mensaje de “cálmate”, que envía la corteza a la amígdala, sea muy
débil para modificar su respuesta emocional inmediata. De ahí la utilidad
práctica de “separarse o hacer un corte” contando mentalmente hasta 10,
o hasta 100 si hiciera falta.
Una excitación emocional moderada, agudiza la conciencia y mejora la
acción, mientras que las emociones intensas provocan que perdamos
claridad en el enfoque mental.
Podemos aprender con entrenamiento suficiente, a controlar la ira y otras
emociones intensas.
Las conexiones (los circuitos) entre la corteza cerebral y la amígdala,
pueden fortalecerse con ejercicios de respiración, meditación, yoga y
feedback de coherencia cardiaca que, aumentan nuestro autocontrol.

Así pues, el cerebro cortical, nuestro córtex, controla la cognición, el
lenguaje y el razonamiento.
El tamaño del cerebro emocional generalmente varía poco de una especie
a otra (siempre proporcional al tamaño global del cuerpo de cada una). Sin
embargo, el córtex prefrontal representa una proporción mucho mayor del
cerebro de los humanos que en otros animales.
El córtex prefrontal es la parte del neo córtex responsable de la atención,
concentración, inhibición de los instintos, regulación de las relaciones
sociales y como mostró el Dr. Damasio, el comportamiento moral. (Ref.9).
Sobre todo, el neo córtex hace planes para el futuro, basado en “símbolos”,
que están sólo en la mente, y no son visibles a los ojos, ni capaces de ser
sentidos con nuestro tacto. Controlando la atención, concentración,
elaboración de planes futuros comportamiento moral y lenguaje, el neo
córtex (nuestro cerebro cognitivo) es un esencial componente de nuestra
humanidad.

22. ¿QUÉ OCURRE CUANDO LOS DOS CEREBROS NO SE LLEVAN BIEN?
Los dos cerebros, el emocional y el cognitivo, pueden cooperar o competir
respecto del control del pensamiento, las emociones y la conducta.
El resultado de su interacción (cooperación y/o competición) determina lo
que sentimos, nuestra relación con el mundo y nuestras relaciones con los
otros. La competición entre los dos en cualquiera de sus formas
(incoherencia), nos hace infelices. (Ref.16).
Sin embargo, cuando el cerebro emocional y el cognitivo trabajan juntos
sentimos lo contrario, una armonía interior.
El cerebro emocional nos dirige hacia las experiencias que buscamos y el
cognitivo trata de llevarnos allí lo más inteligentemente posible (tiramisú).
Hay una coherencia interna. Un estado en el que se genera un incremento
en el orden y la armonía de los sistemas, físico, mental y emocional. En este
estado los sistemas cardiovascular, inmunológico, hormonal y nervioso
funcionan con gran eficiencia.
Los estados de coherencia interna se asocian con la reducción de tendencia
reactiva emocional, con gran claridad mental, creatividad, adaptabilidad y
flexibilidad.
De la armonía resultante surge el sentimiento “estoy donde quiero estar en
mi vida”. Este sentimiento subyace en todas las experiencias duraderas de
bienestar.
Podríamos llamarlo, como hace Bruce Lipton, efecto luna de miel, o la
ciencia de crearnos el cielo en la tierra. Y lo lograremos por medio del amor
a nosotros mismos, del amor de los unos a los otros y del amor a nuestro
planeta. (Ref.21).
23. EL CORTOCIRCUITO EMOCIONAL (COMPETICIÓN)
Bajo estrés excesivo, el córtex prefrontal ya no responde y pierde su
capacidad de controlar el comportamiento. De pronto los reflejos y las
respuestas instintivas toman el control. Estas respuestas son más rápidas y
más cercana a nuestra herencia genética y la evolución les ha dado
prioridad en las emergencias, pues son mejor que la reflexión abstracta
para guiarnos, cuando la supervivencia está en juego.
Cuando nuestras emociones son demasiado fuertes la predominancia del
cerebro emocional sobre el cognitivo comienza a adueñarse de nuestro
funcionamiento mental. Perdemos control del flujo de nuestros
pensamientos y no actuamos en aras a nuestros mejores intereses a largo
plazo.

De hecho, nos encontramos siendo “demasiado emocionales” o incluso
“irracionales”.
Esto se debe a la inhibición cortical, resultante del estrés y los estados
emocionales negativos, que se traduce en una comunicación más impulsiva
y una peor coordinación física, como ya sabemos.
En la práctica clínica vemos dos ejemplos habituales de cortocircuito
emocional. Lo que llamamos trastorno de estrés postraumático (T.E.P.T) es
el primero. Después de un trauma grave, por ejemplo, sobrevivir a una
violación o una catástrofe natural, el cerebro emocional actúa como un
concienzudo centinela que ha sido cogido desprevenido. El T.E.P.T. dispara
la alarma demasiado a menudo como si el cerebro emocional no estuviese
seguro de que todo está a salvo y bien.
Un segundo ejemplo común de cortocircuito emocional es el de los ataques
de ansiedad, a los que los psiquiatras llamamos también ataques de pánico,
del Dios griego PAN. En los países desarrollados casi una de cada veinte
personas los ha sufrido. Ocurre incluso en mentes tan brillantes como la de
Mario Bunge, quien cita en sus memorias uno que sufrió estando en
Valencia.
A menudo los síntomas son tan sobrecogedores que las víctimas creen que
están a punto de sufrir un ataque al corazón. El cerebro límbico toma de
pronto todas las decisiones del cuerpo. El corazón se sale del pecho, el
estómago se tensa, las manos y las piernas tiemblan, el cuerpo entero
empieza sudar. Al tiempo, una sangre llena de adrenalina noquea las
funciones cognitivas. El cerebro cognitivo podría muy bien percibir que no
hay razón para ese estado de alarma, pero mientras permanezca off-line,
desconectado, no será capaz de organizar una respuesta coherente. Las
personas que han sufrido estos ataques los describen como:” Mi cerebro
parecía vacío, no podía pensar. Las únicas palabras que me oía decir a mí
mismo eran; me muero, me muero, llamen a una ambulancia”.
El control cognitivo, sin embargo, es una espada de doble filo. Si actúa en
exceso podría perder contacto con las llamadas de auxilio del cerebro
emocional. A menudo vemos los efectos de una excesiva represión de la
emoción en individuos que han aprendido de niños que sus sentimientos
no eran aceptables.
Un tópico ejemplo es el mandato que los hombres han escuchado tan a
menudo: “Los chicos no lloran”.

Una fatiga inexplicable, tensión arterial alta, resfriados crónicos y otras
infecciones, trastornos intestinales y problemas de piel, pueden aparecer
como secuelas del “bloqueo emocional”.
Investigadores en la universidad de California en Berkley han sugerido
incluso que la supresión de emociones negativas por el cerebro cognitivo
pesa más sobre nuestros corazones y arterias que las emociones negativas
en sí mismas.
Un cerebro que no toma en cuenta la información sobre las emociones se
enfrenta a otros problemas. Es mucho más difícil decidir cuando no
sentimos las preferencias desde dentro, es decir, en nuestro corazón, en
nuestras entrañas. Estas son partes del cuerpo que dan una respuesta
visceral a las emociones, vía plexo solar.
24. EL ESTADO DE FLUIR Y LA SONRISA DEL BUDA. (COLABORACIÓN)
El psicólogo Mihaly Sikszentmyhalyi, que creció en el caos de la Hungría de
postguerra, ha dedicado su vida a entender la esencia del bienestar. Llamó
a esta condición el estado de flujo, fluir (flow).
Resulta que tenemos un simple marcador fisiológico para esta armonía
cerebral, la sonrisa.
Charles Darwin examinó sus fundamentos biológicos hace más de un siglo.
Una sonrisa forzada, una sonrisa producida por circunstancias sociales,
moviliza sólo los músculos zigomáticos alrededor de la boca, descubriendo
los dientes. Una sonrisa “real”, además moviliza los músculos alrededor de
los ojos. Estos músculos orbiculares no se controlan a voluntad a las
órdenes del cerebro cognitivo. La orden debe venir desde las profundas,
primitivas regiones límbicas. Esto explica por qué los ojos nunca mienten.
Sus pliegues, sus arrugas, nos dicen que la sonrisa es sincera. Una sonrisa
cálida, real, nos permite saber intuitivamente que la persona con la que
estamos se encuentra en un estado de armonía con lo que ella cree y siente,
entre la cognición y la emoción.
En contraste con el C.I., que cambia muy poco en el curso de la vida, nuestra
inteligencia emocional puede ser cultivada a cualquier edad. Nunca es
demasiado tarde para poder gobernar nuestras emociones y nuestras
relaciones con los demás.
Desde hace unos años se sabe que el corazón juega un papel importante en
el sistema emocional.

El corazón es un sistema de procesado de información, además de una
bomba. De hecho, hay más nervios que salen del corazón al cerebro, que
de este al corazón (Mc Kraty). (Ref.12).
El corazón comunica información al cerebro y al resto del cuerpo a través
de cuatro vías;
1- Neurológica (sistema nervioso).
2- Bioquímica (hormonas y neurotransmisores).
3- Biofísica (ondas de presión sanguínea).
4- Energética (Campos electromagnéticos).
Toda esta información se origina dentro del mismo corazón.
El modelo o patrón rítmico del corazón, llamado en inglés heart rate
variability (H.R.V) traducido como variabilidad de la tasa cardiaca, como ya
sabemos, es muy sensible a nuestros cambiantes estados emocionales.
Los científicos y los profesionales de la salud usamos los análisis de H.R.V.
como una medida importante de muchas cosas, incluyendo el nivel de
estrés mental y emocional de una persona.
Se ha visto también que H.R.V. es un indicador sensible del grado de
envejecimiento del sistema nervioso e incluso un predictor de mortalidad
por todo tipo de enfermedades.
La coherencia interna es una cota de inteligencia y piedra angular de la vida
afectiva. Puede ser una fuerza muy poderosa en nuestra existencia.
Cuando un sistema es coherente no pierde prácticamente ninguna energía,
puesto que sus componentes operan armónicamente. Se desprende de
esto que cuando todos los sistemas del cuerpo de alinean (se afinan los
instrumentos de la orquesta), experimentamos la satisfacción, la confianza,
el optimismo, que los estados emocionales positivos pueden crear en
nuestra vida.
Aprender a cultivar este estado de coherencia aumenta nuestra capacidad
de adaptación e innovación.
El reto que afrontamos es lograr mayores niveles de coherencia interna en
unos tiempos de creciente caos, complejidad e incoherencia mundial.
No es suficiente con “ser listos.” Necesitamos un nuevo tipo de inteligencia
más rápida, más flexible que la lineal inteligencia de paso a paso que
estamos acostumbrados a usar y que hemos comentado antes de pasada.

En la sociedad de hoy mucha gente tiene la sensación de que el tiempo se
acelera, la información y la energía vuelan. Los acontecimientos se suceden
a velocidad de vértigo. En consecuencia, el estrés va en aumento.
Recientes investigaciones muestran que lo que más estrés causa a la gente
es tener que cambiar de conceptos, intención y focalización de su atención
a diferentes tareas, varias veces en una hora.
Hoy en día, a una persona promedio se le pide que cambie de asunto al
menos siete u ocho veces por hora.
Cada interrupción por un compañero de trabajo, cliente o familiar,
personalmente, por teléfono, fax o email, requiere un cambio de atención.
Muchos de nosotros superamos los cien cambios en una jornada laboral de
ocho horas. Por tanto, no es raro que el estrés sea alto y se vaya
acumulando.
También se ha denominado al estrés “La plaga de los tiempos modernos”,
y esto no parece ser por casualidad. (Ref.6).
25. ESTRÉS LABORAL.
El estrés ocupacional y los riesgos psicosociales de las organizaciones
laborales están muy extendidos.
El 52% de los trabajadores en la Unión Europea, considera que el estrés es
el principal problema de salud y seguridad en sus centros de trabajo. El 27%
reconocieron experimentar estrés, depresión o ansiedad causados o
empeorados por su trabajo en los últimos 12 meses (Eurobarómetro 2014).
Un ambiente laboral psicosocialmente deficiente puede tener también
efectos negativos en las organizaciones, así como en las economías
nacionales, aumentar el absentismo y el “presentismo” (acudir al trabajo
incapaces de funcionar adecuadamente), aumentar las enfermedades
derivadas del estrés y los accidentes laborales con el consiguiente aumento
de los costes. A nivel nacional estos costes se cifran en miles de millones de
euros. (Ref.7).
Sin embargo, aún existen prejuicios y malos entendidos sobre los riesgos
psicosociales en los lugares de trabajo y persiste el estigma adherido a los
problemas de salud mental.
El 79% de los managers en la Unión Europea in formaron de su
preocupación por el estrés en sus lugares de trabajo, pero menos del 30%
dijo disponer de procedimientos para afrontar estos riesgos psicosociales.

Es responsabilidad de los empleadores y su obligación legal evaluar y
manejar los riesgos psicosociales en su lugar de trabajo.
Su participación es esencial.
La mejor manera es la prevención y la creación de un buen clima labora en
el que los trabajadores puedan participar cómodamente para que la
producción y la innovación no declinen, sino todo lo contrario. (Véase
“Aspectos de la organización laboral en la génesis del estrés”. Conferencia
en la academia de ciencias Médicas de Bilbao 26 de noviembre 1991 a cargo
del Dr. Fernando Marquínez.)
26. ESTRÉS Y DEPORTE.
Progresar en el nivel de rendimiento deportivo, depende de la habilidad
para regular las emociones controlando el estrés.
Los atletas que combinan el entrenamiento mental y emocional con el
entrenamiento físico tienen ventaja competitiva y están mejor equipados
para situarse en la zona de rendimiento óptimo (peak performance) más
fácilmente, y permanecer en ella durante más tiempo.
Los pensamientos y las emociones tienen un profundo efecto en los ritmos
cardiacos y como sabemos, estos influyen en el rendimiento. Bajo presión,
los pensamientos y las emociones estresantes hacen que los ritmos
cardiacos sean irregulares (dentados). Este patrón incoherente inhibe el
funcionamiento mental, disminuye el campo visual y reduce la velocidad de
reacción.
Muchos estudios han demostrado que un periodo de entrenamiento severo
junto a un periodo de recuperación insuficiente, o no satisfactorio,
desequilibra el sistema nervioso autónomo, con aumento de actividad del
sistema simpático, con una disminución de la del parasimpático,
provocando una merma en el rendimiento y mayor frecuencia de lesiones
y enfermedades.
Por otra parte, la capacidad de manejar las respuestas emocionales, en el
momento más álgido, más intenso, de una prueba o competición atlética,
puede marcar la diferencia entre perder y ganar.
Una de las utilidades del análisis de la H.R.V. (variación de la frecuencia
cardiaca) en el campo de la medicina deportiva es el seguimiento de la
progresión del entrenamiento, para mejorar su rendimiento sin forzar un
sobreentrenamiento.

Existen dispositivos de software que pueden dar al deportista la capacidad
de identificar los ritmos de su corazón y poder tomar medidas al respecto.
Estos programas le dan técnicas para controlarse bajo presión, o en
situaciones tensas, de modo que puedan manejarlas lo mejor posible tanto
en la competición como en su vida diaria. (Ref.24).
27. EFECTO PLACEBO.
Dice Bunge que los efectos placebo, que antes fueron tema de anécdotas,
son hoy temas candentes de investigación en psicología, neurociencias y
medicina. Conviene distinguir dos componentes de un efecto placebo. Un
objeto placebo es una cosa o un procedimiento que alivia un mal sin actuar
directamente sobre el organismo. Su efecto se llama respuesta placebo.
Aceptamos llamar efecto placebo al par objeto-respuesta.
La respuesta placebo es real, pero no se debe al objeto por sí mismo, sino
a la creencia del paciente en su eficacia, o sea en su expectativa. Si esta es
negativa se habla de nocebo.
Por este motivo, también ha sido llamado efecto creencia. Este efecto
desaparece cuando el sujeto se entera de que había sido engañado. El
efecto placebo también desaparece cuando al paciente se le suministra
naloxona, droga antagonista usada para tratar el abuso de opiáceos. Estos
hechos socaban la tesis dualista de que los efectos placebo se deben a la
acción de la mente inmaterial sobre el cuerpo. En efecto, estudios con
F.M.R.I. (resonancia magnética funcional) han mostrado que un objeto
placebo activa los mismos sitios del cerebro que son estimulados por los
opiáceos, entre ellos las endorfinas que sintetiza el propio cerebro. O sea,
el efecto placebo es un proceso cerebral. Sin duda es un ejemplo de arriba-
abajo (top- down) que ocurre en la frontera entre lo cognitivo y lo emotivo.
Pero lo alto no es inmaterial, sino la corteza cerebral, junto con su entorno
social, y lo bajo está constituido por órganos subcorticales, entre ellos el
núcleo accumbens (ambiguo), o centro del placer, y la amígdala, centro del
miedo. La creencia asociada al efecto placebo sólo ocurre en un cerebro
manipulado por otra persona, la que ofrece el objeto placebo.
Evidentemente, el efecto es tanto más pronunciado cuanto mayor es el
prestigio del profesional. (Ref.18).
Además, los placebos costosos son más eficaces que los baratos, como era
de esperar en una sociedad consumista. Sería interesante saber en qué
región del cerebro ocurre la ilusión placebo. La hipótesis más simple y
plausible es que ocurre en la frontera cortico-límbica o cognición-emoción.
Pero se continúa investigando. (Símil del puño cerrado)

28. HACIA LA PSICOSOMÁTICA CIENTÍFICA.
El nombre de la ciencia básica que corresponde aplicar al arte de la
medicina siguiendo la tradición hipocrática, tendría la palabra más larga
existente en castellano, según el maestro Mario Bunge. Se trata de PSICO-
NEURO-ENDOCRINO-INMUNO-FARMACOLOGÍA (P.N.E.I.F.), que nació en
los años cincuenta del siglo pasado, con el descubrimiento del primer
neuroléptico eficaz, el largactil.
Es la fusión de cuatro disciplinas apenas relacionadas anteriormente entre
sí.
Sólo en las últimas décadas se ha empezado a admitir y con muchas
resistencias aún, que las fronteras entre las distintas ciencias del cerebro
son en gran medida artificiales, pues cada una de ellas estudia una faceta
de un supersistema.
La P.N.E.I.F. es la versión más reciente, rigurosa y eficaz de la antigua
medicina psicosomática.
Otras aproximaciones pseudocientíficas tienen sus propios espacios, pero
no se aceptan en las publicaciones científicas serias de las diferentes
especialidades médicas, ni en los semanarios científicos generales Nature o
Science.
29. ¿QUÉ PASA CON LA PSIQUIATRÍA?
Continúa siendo la cenicienta de las especialidades médicas.
Aquí y ahora, puede que se encuentre en un momento de efervescencia,
por decirlo suavemente, o cómo piensan otros exigiendo un cambio de
paradigma, entendiendo por tal ejemplo o modelo arquetípico que queda
sin definir.
Desde el punto de vista de la clínica individual a los psiquiatras debería
considerársenos como médicos de la mente y del cuerpo a la vez.
Seguiríamos las recomendaciones del Dr. Augusto Murri (1841-1932) que
decía: “Si podéis curar, curad. Si no podéis curar, calmad. Si no podéis
calmar, consolad”. Y todo esto a un individuo en una situación social
concreta.
Según una editorial del Lancet (2015), nuestra especialidad se parece
mucho a un campo de batalla, o mejor a un partido de fútbol entre rivales
históricos con mal genio y marrulleros. Psiquiatras contra psiquiatras,
psiquiatras contra psicólogos, psicólogos conductistas contra

psicoanalistas, psicoanalistas contra psicoanalistas (de otra secta),
pastilleros contra terapeutas alternativos. Y una lucha previsible entre
creyentes en el D.S.M. 5 (Manual de diagnóstico estadístico de USA) contra
los adictos a la clasificación internacional de enfermedades europeas (C.I.E
10) Este conflicto de “identidad profesional” más o menos científica, se
puede ver complicado por el de intereses en la propia reputación y la
adscripción más o menos aparente a un laboratorio farmacéutico. Aunque
consideremos que, en nuestra especialidad, la farmacoterapia es menos
importante que en otras, no deja de tener su peso.
Por tanto, la declaración de conflicto de intereses, es exigible siempre.
A pesar de todo existen posibilidades de progreso por la vía de la
integración y la investigación.
Dice el historiador canadiense Edward Shorter que la psiquiatría es la
especialidad médica especializada en la relación médico-paciente. (Ref.1).
Bien sea que nos inclinemos más del lado psicoterapéutico o bien del lado
neurocientífico, todos aprendemos en nuestra práctica clínica diaria que la
esencia del arte consiste en dedicar tiempo a nuestros pacientes.
Yo estoy totalmente de acuerdo con esta opinión y dedico 50 minutos por
sesión individual y 90 minutos exactos por sesión grupal, de manera
rigurosa.
Estoy firmemente convencido de que la combinación de psicoterapia con
medicación representa el más efectivo de todos los modelos de tratar los
trastornos cerebrales y mentales. Y quien mejor pude hacerlo es un buen
médico psiquiatra, trabajando en equipo con otros especialistas.
En el artículo titulado “La misión política de la psiquiatría” dice Stefan
Priebe que la participación política de la psiquiatría es un imperativo moral
para una profesión creíble, con valores coherentes, independientemente
de que sea efectiva o no. (Ref.20).
Hay evidencias de que, para lograr mejoras substanciales en la salud mental
pública, necesitamos sociedades que cambien y, que implementen todos
los factores que favorecen la salud mental: Las sociedades deben
proporcionar condiciones de crianza protectoras y de apoyo; asegurar la
paz en los países y entre ellos; erradicar la pobreza; garantizar una

educación satisfactoria; luchar por un empleo pleno; promover la cohesión
social y sociedades funcionales y tener poca desigualdad social.
Parece que no estamos logrando grandes avances hacia este tipo de
sociedades en el Siglo XXI.
Termina Priebe su artículo preguntándose: ¿Qué credibilidad y qué
relevancia social tenemos como profesionales, si difundimos evidencias en
revistas científicas, pero no nos preocupamos por la acción política
necesaria para implementarlas?
30. EMOCIONES Y MORAL.
En su libro titulado El gobierno de las emociones, dice la catedrática de
filosofía moral y política de la Universidad Autónoma de Barcelona, Doña
Victoria Camps;” Gobernar las emociones es adquirir madurez moral”.
Las emociones y la razón han de ir de la mano. Sin la guía de la razón, las
emociones y los sentimientos son sólo “sentimentalismo”.
La autora se propone en su libro desarrollar la vinculación estrecha entre
razón y emoción. (Ref.3).
No está prohibido que los ricos se sigan enriqueciendo con desmesura, ni
que los altos directivos se otorguen unos sueldos de vergüenza, teniendo
en cuenta la miseria en que vive una gran mayoría. No es delito hacerlo,
pero es feo. La apelación a la estética aquí añade algo que la ética no tiene,
de la misma manera que una buena película enseña lo que es el mal o el
bien, con más vigor y poder de persuasión que un tratado filosófico o una
prédica moral. La norma del gusto y la norma moral tienen mucho en
común. “Las épocas refinadas son a la vez las más felices y las más
virtuosas” (Hume dixit).
Hay un lujo vicioso y pernicioso, excesivo, pero también hay un lujo
inocente que es el refinamiento en las artes y las comodidades de la vida,
que es beneficioso para las personas y para el buen funcionamiento de la
comunidad. Termina Doña Victoria diciendo que el deber ser o el ideal no
se sustentan sólo en razonamientos intelectuales, sino en afectos y
emociones. Sólo desde esa perspectiva, la ley moral se muestra como algo
digno de ser admirado y las inmoralidades y las vilezas, como lo indeseable.
La filosofía moral de Mario Bunge es el AGATONISMO (del griego agatos =
bueno). (Ref.23).
Se presenta como una ética humanista, realista y materialista, consecuente
con los demás aspectos del pensamiento bungeano (Wikipedia).

El autor la define así: “la filosofía moral según la cual debemos buscar lo
bueno para nosotros mismos y para los demás. Su postulado máximo es
disfruta la vida y ayuda a vivir una vida agradable”. El principio combina el
egoísmo con el altruismo. El agatonismo postula además que los derechos
y los deberes van aparejados, que las acciones deben justificarse
moralmente y que los principios morales deben evaluarse por sus
consecuencias.
Respecto a la filosofía política dice don Mario: “es la rama de la filosofía que
elabora, examina y evalúa proyectos políticos, sean estos de
mantenimiento o de reforma del orden social”.
Todas las sociedades tienen problemas políticos, si bien muy diferentes en
extensión y gravedad.
¿Qué hacer para cambiar y tratar de solucionarlos?
La propuesta bungeana es un nuevo proyecto que se funda sobre tres
pilares (otra triada más);
1- La moral agatonista citada, que se resume en “goza la vida y ayuda a
vivir”.
2- La consigna de la revolución francesa: “libertad, igualdad,
fraternidad”, o mejor aún, solidaridad.
3- Los hallazgos más sólidos de las ciencias y técnicas sociales, desde la
sociología hasta la administración de empresas.
Estas tres ideas tomadas juntas sugieren diseñar y construir un
régimen de democracia integral informado por la sociotecnia.
Por democracia integral entiendo un régimen sin discriminación
sexual ni étnica, así como de participación en la riqueza, en la cultura
y en la política (en las tres).
La democracia económica es necesaria para terminar con la
explotación y el privilegio. Esta democracia se alcanza de dos
maneras: con la pequeña empresa en el caso de los negocios
pequeños y con la cooperativa autogestionada en el caso de las
grandes empresas.
Y la democracia cultural es necesaria para dar a todo el mundo la
oportunidad de desarrollar su cerebro y gozar con el comercio, el
arte, las humanidades y la ciencia.
Pero la democracia no basta; para que funcione bien es preciso que
se ajuste a un código moral mínimo, aceptable por todos, o al menos
por casi todos.
También es necesario que los ciudadanos sepan elegir bien y boten
por los equipos mejor asesorados. Y no basta botar, habrá que
controlar al servidor público. De esta manera, la clase política,

interesada sólo en ganar el poder o en conservarlo, será
gradualmente desplazada por grupos cambiantes de ciudadanos
socialmente conscientes y asesorados por los mejores técnicos del
momento. Llamo “holotecnodemocracia” a este régimen social. Creo
que “la idea huele bien, aunque su nombre suene mal”.
Así termina el capítulo don Mario Bunge, con su elegante sentido del
humor.
31. CALIDAD DE VIDA, COMBATIENDO EL ESTRÉS.
Meik Wiking es el presidente del instituto de investigación sobre la felicidad
de Dinamarca. Se supone que como presidente de este instituto es una
autoridad en tratar de descubrir los secretos de la felicidad.
Dice Wiking: “Tengo el mejor trabajo del mundo: estudio lo que hace feliz a
la gente”. En el instituto de investigación sobre la felicidad, un grupo
independiente de estudio, que se centra en el bienestar, la felicidad y la
calidad de vida. Exploramos las causas y efectos de la felicidad humana y
trabajamos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de todo el
mundo.
Elegimos Dinamarca para fundar y ubicar nuestro proyecto porque el país
siempre se clasifica entre las naciones más felices del mundo. Dinamarca
no es en absoluto una utopía perfecta. El país se enfrenta a retos y
problemas como cualquier otro, pero creo que puede ser una fuente de
inspiración sobre cómo los países pueden aumentar la calidad de vida de
sus ciudadanos”.
La posición de Dinamarca entre los países más felices del mundo ha
suscitado mucho interés mediático. Cada semana periodistas de los más
destacados medios me hacen preguntas como: ¿Por qué los daneses son
tan felices? ¿Qué podemos aprender de los daneses en cuanto a la
felicidad?
Por otra parte, delegaciones de alcaldes, investigadores y dirigentes de
todos los rincones del planeta visitan con frecuencia el instituto de
investigación sobre la felicidad, en busca de… bueno, la felicidad, o por lo
menos de las razones de los altos niveles de felicidad, bienestar y calidad
de vida que se disfrutan en Dinamarca. Para muchos es todo un misterio, -
ya que a parte de una climatología horrible- los daneses también están
sujetos a uno de los regímenes impositivos más altos del mundo.

Resulta interesante el amplio apoyo que existe al estado de bienestar.
Dicho apoyo surge de la conciencia de que el modelo de bienestar
transforma nuestra riqueza colectiva en bienestar. No estamos pagando
impuestos, estamos invirtiendo en nuestra sociedad. Estamos comprando
calidad de vida. La clave para entender los altos niveles de bienestar en
Dinamarca es la capacidad del modelo de bienestar para reducir el riesgo,
la incertidumbre y la ansiedad entre sus ciudadanos y para evitar la
infelicidad extrema.
Sin embargo, recientemente me he dado cuenta de que también había
pasado por alto un ingrediente en la receta danesa para la felicidad, el
Hygge. (Ref.11).
32. MIRANDO AL FUTURO
En el libro “La economía desenmascarada” con el subtítulo “del poder y la
codicia, a la compasión y el bien común”, se recomienda a los científicos
sociales el autoconocimiento y la declaración explícita de sus juicios de
valor. (Ref.10).
Uno de sus autores, Philip B. Smith, predica con el ejemplo y lo hace de este
modo:
“Creo que toda vida humana tiene el mismo valor intrínseco que la mía.
Como consecuencia de sentir que tengo derecho a opinar sobre cómo
conduzco mi vida, para mí, la democracia es la única manera aceptable de
organizar la sociedad. No me opongo al acto de competir si esto significa
competencia para promover el bien común. En lo concerniente a los
derechos básicos, sostengo que todos deben tener derecho a vivir con
dignidad. Esto implica que rechazo la distinción de clase y el racismo.
Más específicamente respecto a la conducta de la gente, considero que,
para alcanzar una comunidad humana aceptable, la sociedad debe cambiar
sus valores de insensibilidad, agresividad, y competitividad por los de
consideración, compasión y voluntad de compartir, es decir, distanciarse de
los valores “masculinos” y adoptar valores “femeninos”.
Se dice en el libro que ahora tenemos dos mundos paralelos. La existencia
de estos dos mundos paralelos revela que nos estamos desplazando, o al
menos intentando hacerlo de un mundo de poder e individualismo a uno
de solidaridad y comunidad, como dice el subtítulo.

Las iniciativas por el cambio que surgen de la sociedad civil son similares al
sistema inmunitario de un ser viviente. No se ve, no se siente, pero ahí está,
funcionando para proteger al cuerpo al que pertenece.
En california, Paul Hawkn y sus colegas, han creado el “Instituto del capital
natural”. Se trata de una inmensa base de datos de las organizaciones de la
sociedad civil en 243 países, territorios y regiones que asciende a cerca de
300.000 colectivos. Esto es sin duda, sólo una fracción de todos los grupos
que existen a lo largo y ancho del mundo.
Una red tan basta de la sociedad civil es un sistema inmunológico colosal,
que una vez el sistema global de poder de arriba hacia abajo alcance su
crisis final, será capaz de favorecer el surgimiento de una nueva democracia
de abajo hacia arriba basada en la solidaridad y la cooperación, que se
extenderá desde la aldea hacia un orden global, y que ofrecerá las
respuestas necesarias para la construcción de un mundo más humanizado.
También parece estar en esta misma línea el insigne filósofo bilbaíno Jesús
Mosterín, cuando en su libro “La naturaleza humana” (Ref.15), dice que
tratar de lograr y mantener al máximo la coherencia, sería acompasar el
pálpito de nuestro corazón al latido divino, sintonizando con el universo.
Sería lograr un estado de exaltación lúcida, y plenitud vital accediendo a
planos superiores de empatía, alegría, lucidez y solidaridad. Esto se puede
lograr, aunque no sea fácil, “con la jugosa conjunción del conocimiento
científico con el sentimiento místico”. Yo añadiría que a esta receta hay que
incorporarle una práctica diaria, inasequible al desaliento. Esto hasta que
tengamos estresómetros individuales de fácil manejo y gratuitos que nos
ayuden a vivir mejor en la fratria global de los “humanes”.
Lograr la coherencia emocional a través del conocimiento y manejo del
estrés según los últimos desarrollos científicos, nos conducirá a ser mejores
personas, tener más calidad de vida y poder ayudar a los demás para
conseguir un mundo más humano y solidario.
Gracias a los avances científicos vivimos más y en mejores condiciones, a
pesar de que algunas aplicaciones de la ciencia hayan tenido fines menos
nobles. El estudio de emociones positivas, como la compasión, es muy
reciente en occidente, y al parecer cada día va en aumento.
Ha habido malos entendidos sobre su significado, haciendo que
confundamos compasión con la caridad (por la cultura eclesiástica
remanente), con la lástima o la pena por el prójimo, cuando realmente la
compasión es el deseo de liberarle de su sufrimiento.

Esto es particularmente importante, de hecho, sería exigible en todos los
médicos y demás profesionales sanitarios.
Una buena técnica para mostrar compasión es simple: Las tres T (otra
trinidad de términos). En inglés Talk /listen, Taketime, Touch. Hablar y/o
escuchar, dedicar tiempo (yo ya he dicho mi marca para las sesiones de
psicoterapia individuales y grupales), y acariciar (dar la mano puede ser
suficiente).
La literatura científica muestra que este argumento puede aplicarse tanto
a los profesionales individuales como a las organizaciones.
Sin embargo, hay que reclamar compasión con conocimiento.
La compasión va más allá de la empatía, aunque la presuponga, ya que es
la percepción y comprensión del sufrimiento del otro y además el deseo de
aliviar o eliminar por completo tal sufrimiento.
Hay que ayudar a nuestros prójimos a que se ayuden a sí mismos porque
nadie puede hacerlo tan bien como ellos.
Parece existir cierto consenso sobre el mejor entrenamiento para fortalecer
el “músculo de la compasión”. Se trata de la meditación; cualquier tipo de
meditación que nos funcione individualmente.
En última instancia practicar la compasión es entrenar el corazón para que
cada día pueda abrirse un poco más y podamos ampliar la capacidad de
amarnos a nosotros mismos y amar al resto de los seres vivos. Podríamos
incorporar el dictum: Ama la vida, no temas la muerte, aspira a la
legalización de la eutanasia.
Tal vez haya que dar otra vuelta de tuerca e incorporar la compasión, no
sólo como objeto de estudio, sino como la conciencia de la ciencia que vele
por el bien común en todas sus aplicaciones, dentro del mundo globalizado
del siglo XXI.
Esto nos va exigir ser mejores personas, repito. Pasar a un nivel de
conciencia más elevado, superando los mecanismos de separación y los
mecanismos primarios del miedo, el deseo y el ansia de dominio,
mecanismos antiguos, que nos sirvieron hace 150.000 años, y hasta hace
poco, pero que, de persistir, nos conducirán al desastre ecológico global,
como nos previenen muchos sabios compasivos. (Ref.16).
Para terminar, una cita del Buda.

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