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Etiología, cronificación y tratamiento
del dolor lumbar
Aetiology, chronification, and treatment
of low back pain
M.ª ISABEL CASADO MORALES1
JENNY MOIX QUERALTÓ2
JULIA VIDAL FERNÁNDEZ3
RESUMEN
El dolor lumbar es un problema que afecta en torno al 70-80 % de la pobla-
ción general en algún momento de su vida, de los que un 15 % aproximada-
mente tienen un origen claro, pero el resto, se considera inespecífico o inclasi-
ficable, siendo en estos casos donde el tratamiento convencional ha fracasa-
do. En el origen de este dolor lumbar inespecífico se encuentran factores bio-
lógicos, psicológicos y sociales y factores como las conductas de dolor y
otros procesos de aprendizaje que influyen en su proceso de cronificación. Es
el mayor responsable de incapacidad y de absentismo laboral con el consi-
guiente elevado coste económico y deterioro en la calidad de vida de quienes
lo padecen. Los tratamientos clínicos deben unificarse para aumentar su efica-
cia, evitar los procesos de cronificación y reducir los costes económicos.
ABSTRACT
Low back pain affects around 70-80 percent of general population during
lifetime, 15 percent of which have a clear source whereas the rest is conside-
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 379
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.° 3 - Págs. 379-392. ISSN: 1135-0806
ARTÍCULOS
1 Universidad Complutense de Madrid.
2 Universidad Autónoma de Barcelona.
3 Área Humana. Centro de Psicología Clínica y Psiquiatría
red non-specific or unclassifiable –and the conventional treatment has traditio-
nally failed. The aetiology of non-specific low back pain is associated with bio-
logical, psychological and social factors along with factors such as pain beha-
viour and other learning processes which also influence their chronic process.
Low back pain is the main cause of absenteeism –which increases costs and
worsens quality of life. In order to improve efficiency, avoid chronification and
reduce costs, clinical treatments should be integrated.
PALABRAS CLAVE
Dolor lumbar, lumbalgia crónica, Lumbalgia inespecífica, Aspectos psicoló-
gicos, Factores de riesgo.
KEY WORDS
Low back pain, Chronic low back pain, Non-specific low back pain, Psycho-
logical factors, Risk factors.
Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
380 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades musculoes-
queléticas representan en la actuali-
dad uno de los principales proble-
mas de salud en los países occiden-
tales, ya que si bien su tasa de mor-
talidad es muy baja, inferior al
0,002% anual, presentan una alta
tasa de morbilidad derivaba princi-
palmente de su enorme incidencia y
prevalencia, afectando a un elevado
porcentaje de la población general y
representando el 40% de todas las
enfermedades crónicas (Yelin,1992).
En términos de morbilidad, entre las
enfermedades musculoesqueléticas
destaca en primer lugar la artrosis y
en segundo lugar el dolor de espal-
da (Lawrence et al., 1989; Yelin y
Felts, 1990; Reynolds et al., 1992).
El dolor lumbar se define como
un síndrome musculoesquelético o
conjunto de síntomas cuyo principal
síntoma es la presencia de dolor
focalizado en el segmento final de la
columna vertebral (zona lumbar), en
el área comprendida entre la reja
costal inferior y la región sacra, y
que en ocasiones puede compro-
meter la región glútea, provocando
disminución funcional. Al igual que
otras enfermedades reumáticas, el
diagnóstico de la lumbalgia no ofre-
ce dificultad debido a que los sínto-
mas de la enfermedad son muy cla-
ros.
Puede presentarse en forma de
dolor agudo, debido principalmente
a lesiones infecciosas, traumáticas,
a esfuerzos leves o moderados,
etc., o en forma de dolor crónico, de
naturaleza más compleja, de más
larga duración (a partir de 3 meses)
o que persiste una vez resuelta la
lesión (Penzo, 1989). Una de las
principales diferencias entre la lum-
balgia crónica y la aguda, radica en
que en la primera los factores cog-
nitivos, emocionales, comportamen-
tales y sociales adquieren una espe-
cial importancia en el mantenimien-
to del dolor.
Atendiendo a factores etiológicos,
la causa específica de la mayoría de
los dolores lumbares tanto agudos
como crónicos son las alteraciones
de las diferentes estructuras que
forman la columna vertebral, como
ligamentos, músculos, discos verte-
brales y vértebras que puede deber-
se a múltiples factores como: trau-
matismos, un esfuerzo excesivo,
una mala postura, debilitamiento
muscular o sobrecarga mecánica
entre otros. Sin embargo, el dato
más destacable en cuanto a su etio-
logía es que el 85% de los casos de
dolor lumbar se atribuye a una
causa inespecífica (Moix, Cano y
Grupo español de Trabajo del Pro-
grama COSTB13 , 2006).
El dolor lumbar inespecífico se
define como un dolor más o menos
intenso, que modifica su intensidad
en función de las posturas y la acti-
vidad física, se acompaña de dolor
con el movimiento y puede asociar-
se o no a dolor referido o irradiado.
El diagnóstico de lumbalgia inespe-
cífica implica que el dolor no se
debe a fracturas, traumatismos o
enfermedades sistémicas y que no
existe compresión radicular demos-
trada ni indicación de tratamiento
quirúrgico (CIE 10, 1994). Por ello,
M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 381
no deja de resultar paradójico que
haya una gran tendencia al uso de
la cirugía como tratamiento de elec-
ción en este tipo de dolor (Bravo y
González-Durán, 2001).
Si unimos su alta incidencia con
su baja efectividad terapéutica, no
es de extrañar que aunque de
carácter benigno, esta patología se
haya convertido en un grave proble-
ma de salud en la sociedad occi-
dental, por su elevada frecuencia y
repercusión social, laboral y econó-
mica con consecuencias profesio-
nales, familiares, sociales y psicoló-
gicas para quienes la padecen que
merman su calidad de vida, hasta el
punto que el 29% de ellos acaban por
padecer depresión (Watson, Main,
Waddell, Gales, y Purcell-Jones,
1998; Breivick et al., 2006). En torno
a este problema hay una gran preo-
cupación, no sólo por como afecta
a la calidad de vida de las perso-
nas, sino también por los costes
que genera este problema a la so-
ciedad.
En los países occidentales el 70-
80 % de la población padece dolor
lumbar en algún momento de su
vida (Muñoz-Gómez, 2003) y se
convierte en la principal causa de
restricción de movilidad, discapaci-
dad a largo plazo y disminución de
la calidad de vida (Frymoyer y
Durett, 1997; Waxman y Flamen-
baum, 2008) y por ende, en una de
las principales causas de absentis-
mo laboral y de consulta médica en
los servicios de traumatología y
cirugía ortopédica. Todo ello sitúa al
dolor lumbar como la condición
mecánica más cara y la primera
causa de discapacidad laboral de
origen musculoesquelético y segun-
da causa de discapacidad laboral
general por detrás de las infeccio-
nes respiratorias (Skovron, 1992).
En Europa, sólo los costes asocia-
dos a lumbalgia suponen al año
entre el 1,7% y 2,1% del producto
interior bruto (Ekman, Johenell, Lid-
gren, 2005; Van Tulder, Koes, Bou-
ter, 1995)
Pero aún parece que en España
este problema se agrava y con él los
costes sanitarios. Según un estudio
epidemiológico realizado por la
Sociedad Española de Reumatolo-
gía en nuestro país, la lumbalgia
sería la enfermedad con mayor pre-
valencia en la población adulta de
más de 20 años, con un 14,8 % de
lumbalgia puntual, una prevalencia
del 7,7% de lumbalgia crónica, y un
0,8 por cien de lumbalgia de carac-
terísticas inflamatorias (EPISER,
2001).
En cuanto a los costes, por dar
algún dato concreto, en nuestro
país, supuso el 11.4% de todas las
incapacidades temporales en el
periodo 1993-98, y sólo ese con-
cepto generó un coste total de 75
millones de euros (González y Con-
don, 2000). Pero evidentemente, al
gasto que conlleva la condición de
incapacidad temporal producida por
lumbalgia, hay que añadirle toda
una serie de costes tanto directos
(prescripción de pruebas clínicas,
cuidados de salud, hospitalizacio-
nes o intervenciones quirúrgicas)
como indirectos (absentismo labo-
ral, disminución de la productividad,
etc.).
Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
382 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
Pero a pesar de su alta inciden-
cia, no parece afectar a todos por
igual. Hay estudios de carácter des-
criptivo que buscan el perfil del
paciente con lumbalgia crónica
inespecífica para dirigir sus esfuer-
zos preventivos, aunque los datos
no son unívocos. Como ejemplo
valga un estudio realizado por Hum-
bría (2004) en la Consulta Monográ-
fica de Columna Lumbar del Hospi-
tal de la Princesa de la Comunidad
de Madrid con 337 pacientes,
donde encuentra que el perfil de
este paciente corresponde a una
mujer, entre 30 y 60 años, de medio
urbano, con trabajo que requiere
esfuerzo físico moderado, por cuen-
ta ajena y correspondiente al sector
servicios.
CAUSAS DEL DOLOR LUMBAR
Partiendo del actual modelo biop-
sicosocial imperante en las ciencias
de la salud, si queremos referirnos a
factores etiológicos implicados en el
dolor lumbar debemos hacer un
inexcusable recorrido multifactorial.
Entre los biológicos podríamos des-
tacar factores estructurales o altera-
ciones del sistema musculoesquelé-
tico y estado de salud general. Entre
los factores sociales podríamos
destacar, como una de las principa-
les causas, las condiciones labora-
les desfavorables que conllevan un
importante número de elementos
reseñables (posturales, movimientos
o esfuerzos). Pero este puzzle no
estaría completo sin mencionar el
papel de los factores psicológicos,
teniendo en cuenta que el dolor es
un fenómeno de naturaleza comple-
ja, vinculado a sensaciones aversi-
vas y experiencias afectivas donde
también los cambios conductuales,
los reajustes en motivación, los
estados emocionales y las cognicio-
nes van a jugar un papel destacado,
tanto en la percepción como en el
afrontamiento del dolor.
El dolor crónico en general y la
lumbalgia en concreto se han asocia-
do en numerosas ocasiones a facto-
res psicosociales como el estrés, la
ansiedad, la depresión, la ira y otros
procesos psicológicos (Casado y Ur-
bano, 2001; Moix, 2005; Moix y Ca-
no, 2006; Brage, Sandanger y Ny-
gard, 2007; Bair, Wu, Damush, Su-
therland y Kroenke, 2008; Mok y Lee,
2008; Waxman, Tripa y Flamen-
baum, 2008)
Pero si los factores psicológicos
pueden tener un peso importante en
la génesis del dolor lumbar, será en
su mantenimiento y cronificación
donde jugarán el papel más relevan-
te.
FACTORES DE MANTENIMIENTO
Y CRONIFICACIÓN DEL DOLOR
LUMBAR
El dolor lumbar sigue un patrón
de curso episódico marcado por
periodos de remisión y exacerba-
ción. Por ello, su recuperación o
mantenimiento y cronificación no
sólo van a depender de factores físi-
cos sino especialmente de factores
psicológicos.
Aunque sólo entre un 5 y un 20
por ciento de las lumbalgias se cro-
M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 383
nifican, será la lumbalgia crónica,
por razones obvias, la que más inte-
rés científico despierte, e incluso
por razones tan de peso como el
gasto que ocasionan al sistema de
salud. Sólo este porcentaje es res-
ponsable del 85% de los gastos
debidos a esta afección (Gómez y
Méndez, 1999). De hecho más del
70% de los costes globales de esta
dolencia son producidos por el 20%
de los pacientes más crónicos
(Anderson, 1997).
Además de la persistencia de los
factores que lo han originado, el
dolor continúa y se cronifica por
factores tan claves como la evita-
ción de la actividad diaria y el miedo
al dolor (Jansen, 2002; Turk y Okifu-
ji, 2002).
Ciertas actividades o lugares o
posturas son evitados por el pacien-
te para prevenir la aparición o agra-
vamiento del dolor. Esta conducta
se considera adaptativa en el dolor
lumbar agudo pero no en el crónico.
La evitación del trabajo, el ejercicio
y la vida social es entendida por los
clínicos como un índice de discapa-
cidad. Estas conductas de evitación
son consecuencia de un conjunto
formado por la historia personal de
dolor y las estrategias de afronta-
miento. Es el modelo de miedo-evi-
tación que provoca una percepción
exagerada del dolor con la conse-
cuente adopción de una respuesta
evitativa por parte del paciente.
Intentemos describir los pasos de
este peligroso camino.
El dolor lumbar tiende a reducir-
se, en un primer momento, con el
reposo y la inactividad. Por ello, se
da un primer bucle que va a ayudar
a su cronificación: las actividades
diarias, tanto laborales como socia-
les, se ven reducidas y con ellas un
buen número de actividades pla-
centeras y reforzantes para el
paciente, lo cual facilita la focaliza-
ción de la atención al dolor, lo que a
su vez incrementa su percepción y
aumenta su miedo al mismo. Para-
lelamente la reducción en el grado
de movilidad influye negativamente,
produciendo a la pérdida y atrofia
de masa muscular y por tanto difi-
cultando la recuperación y aumen-
tando el dolor.
Desde este primer bucle, al per-
sistir el dolor, se entra en un segun-
do bucle donde las constantes con-
ductas de evitación del dolor que
aumentan su percepción al focalizar
la atención sobre él, aumentan el
miedo al mismo y con él aparecen
estados emocionales negativos (an-
siedad, síntomas depresivos, etc.)
que a su vez exacerban el dolor (Gó-
mez y Méndez, 1999; Casado y Urba-
no, 2001; Redondo, Miguel-Tobal, y
Pérez Nieto, 2007) y aumentan el
deterioro psicológico inhibiendo los
procesos de recuperación.
Bajo esta misma idea, Vlaeyen y
Linton (2000) proponen su modelo
de miedo-evitación. Tras el dolor
provocado por una lesión, pueden
aparecer dos respuestas diferentes.
El dolor experimentado es interpre-
tado como no amenazante. En este
caso el dolor es afrontado de un
modo adaptativo. Se da un descan-
so inicial en la zona lumbar para
comenzar después con un aumento
Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
384 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
gradual de la actividad. El otro cami-
no es interpretarlo como una ame-
naza, catastrofizando sobre las con-
secuencias negativas del mismo. El
paciente entra entonces en el círculo
vicioso que va a promover y aumen-
tar su miedo al dolor, y la evitación
de actividades que interpreta como
amenazantes (Eysenck y Eysenck,
2007), provocando hipervigilancia
hacia el dolor y, consecuentemente,
discapacidad.
En esta misma línea, Leeuw et al.
(2007) sostienen que el miedo al
movimiento y a que reaparezca el
dolor está relacionado con la inca-
pacidad funcional, y por tanto con el
desarrollo y mantenimiento del dolor
lumbar crónico. Por el contrario el
enfrentarse al miedo, es decir cuan-
do el paciente se expone, se reduce
la intensidad del dolor (De Jong et
al., 2005).
Parece por tanto innegable el
papel de la emocionalidad negativa
en la cronificación del dolor lumbar,
confirmada por la existencia de una
alta correlación entre alteraciones
psicológicas, sobre todo ansiedad y
depresión, y cronificación del dolor
lumbar. Diversas investigaciones
afirman que los pacientes que en la
fase aguda de dolor presentan más
cogniciones negativas, más ansie-
dad y más conductas de enferme-
dad, en una proporción significativa,
continúan con dolor tres meses
después (Philips, Grant y Berkowitz,
1991).
Otro de los factores especialmen-
te implicado en la cronificación del
dolor lumbar son las conductas
desadaptadas de dolor, entendien-
do como tales conductas de enfer-
medad en situaciones en las que la
persona aumenta o disminuye los
síntomas (quejas, expresiones facia-
les, cambios posturales, búsqueda
de atención, etc.); estas conductas
están mediadas por los procesos de
aprendizaje (condicionamiento clási-
co, condicionamiento operante y
aprendizaje observacional). El man-
tenimiento de estas conductas por
reforzamiento positivo y negativo
son un elemento fundamental en
este proceso de mantenimiento y
cronificación. Romano y colabora-
dores llevaron a cabo un estudio en
el que grabaron a 121 pacientes
con dolor crónico realizando algu-
nas tareas del hogar con sus pare-
jas, mostrando cómo los comporta-
mientos solícitos por parte de la
pareja (ayudar en exceso, no dejar
hacer algunas actividades,…)
aumentaban las conductas de dolor
de los pacientes (Romano, Jensen,
Turner, Good y Hops, 2000).
En definitiva, estamos haciendo
referencia al hecho de que la adop-
ción del papel de enfermo puede
conllevar en ocasiones un buen
número de ganancias, como la evi-
tación de responsabilidades y
obtención de privilegios (ganancia
primaria), el logro de un tipo espe-
cial de interacción social y la expre-
sión de simpatía o cuidados por
parte de los demás (ganancia
secundaria) o incluso cumplir con
las expectativas que los demás tie-
nen sobre nuestro comportamiento
como enfermos y que les proporcio-
na satisfacción por su prestación de
M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 385
ayuda (ganancia terciaria). Así, las
conductas de dolor pueden quedar
bajo el control de distintos estímu-
los discriminativos del ambiente que
indican cuando existe una alta pro-
babilidad de reforzamiento de las
manifestaciones de dolor. Esta cro-
nificación de las muestras de dolor
por parte del paciente contribuye a
su deterioro y discapacidad. Han-
sen, Edlund, y Branholm, (2005)
señalan la frecuencia e intensidad
de estas conductas como factores
predictores que dificultan la reincor-
poración laboral
Podemos afirmar, por tanto, que
los factores psicosociales juegan un
papel importante en la transición del
dolor agudo al crónico en la lumbal-
gia (Linton, 2000; Bravo y González,
2001; Kovacs, 2002; Pincus, Burton,
Vogel, y Field, 2002; Michalski y
Hinz, 2006; Jellena et al., 2007 ).
TRATAMIENTO DEL DOLOR
LUMBAR
Al igual que en el 80 % de la
población presenta dolor lumbar en
algún momento de la vida (Muñoz-
Gómez, 2003), hay que reseñar que
en la mayoría de estos casos, el
dolor desaparece en unos pocos
días o semanas, con la aplicación
de los tratamientos convencionales
o incluso sin tratamiento. Sin
embargo, alrededor de un 10% de
estos pacientes desarrollarán un
cuadro de dolor lumbar crónico con
alto índice de incapacidad (Bran-
cos, 1993). El mayor porcentaje
dentro de este grupo corresponde a
los casos en el que el dolor se con-
sidera inespecífico o inclasificable,
en los cuales el tratamiento con-
vencional obtiene un altísimo índice
de fracaso. Es a este grupo de
pacientes a los que la psicología
debe prestar especial atención, tra-
tando el problema dentro del con-
texto general de los mecanismos
que rigen el dolor, su mantenimien-
to y evolución hacia un problema
de dolor crónico.
Hoy en día se acepta que el repo-
so y los analgésicos (tratamiento
clásico del dolor lumbar) aunque
son las pautas indicadas para el
dolor agudo durante 2 o 3 días, si
se prolonga se torna negativo al
favorecer la atrofia muscular y la
pérdida de masa ósea. Por el con-
trario, la actividad física devuelve la
función, mejora la conducta y dismi-
nuye la percepción de dolor. Este
efecto beneficioso ha llevado al
desarrollo de las escuelas de espal-
da, donde se trabaja con educación
sanitaria, higiene postural, inducción
a la tolerancia al ejercicio y fortaleci-
mientos musculares entre otras
(Brancos, 1993).
Los objetivos generales de trata-
miento en pacientes con dolor lum-
bar crónico, no distan, en líneas
generales, de los tratamiento multi-
componente aceptados para el
dolor crónico en general: generar
expectativas positivas respecto al
tratamiento, dotar de información
sobre la relación de las emociones
negativas y el dolor, regular la per-
cepción de dolor, identificar y redu-
cir las emociones negativas (ansie-
dad, depresión e ira), fomentar
estrategias de afrontamiento activo
Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
386 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
frente al dolor, aumentar la percep-
ción de control sobre su dolor,
incrementar las actividades gratifi-
cantes y normalizar su vida y activi-
dad laboral (Vicente Fatela et al.,
2007).
Para la consecución de estos
objetivos se utiliza desde la psicolo-
gía distintos tipos de técnicas. Las
técnicas conductuales son las más
utilizadas. Su objetivo fundamental
es evaluar y controlar los reforzado-
res positivos y negativos responsa-
bles del mantenimiento y cronifica-
ción del dolor. Así se reducen las
conductas de dolor y se incremen-
tan las actividades diarias, mejoran-
do la funcionalidad del paciente. En
cuanto a su eficacia, estas técnicas
de control de contingencias han
resultado eficaces para incrementar
la capacidad funcional en el dolor
de espalda crónico e incluso se ha
visto que como tratamiento único
producen disminución del dolor y
mejora el estado funcional de los
pacientes
Sin embargo, por el papel que
hemos visto que desarrolla el com-
plejo miedo-evitación, se hace
imprescindible la introducción de
técnicas cognitivas que ayuden al
paciente a controlar sus pensamien-
tos, sus emociones negativas, a
desarrollar conductas de afronta-
miento adaptativas que le ayuden a
reinterpretar el dolor, a modificar su
percepción y en definitiva a contro-
larlo y convivir con él en las mejores
condiciones posibles, fomentando
el desarrollo de una mejor calidad
de vida.
Pero aunque las intervenciones
de carácter cognitivo-conductual se
han mostrado eficaces en numero-
sas investigaciones (Chou y Fuman,
2007; Hoffman, Papas, Chatkoff, y
Kerns, 2007), quizá el éxito radique
en que no sean consideradas técni-
cas que se “añaden” a los trata-
mientos médicos, sino que deberían
estar dentro de programas interdis-
ciplinares, donde el paciente sea
tratado de forma coordinada por
médicos, psicólogos, asistentes
sociales, terapeutas ocupacionales
y fisioterapeutas (Moix et al., 2003).
Los tratamientos multidisciplinares
arrojan gran evidencia de ser supe-
riores al no tratamiento, a la lista de
espera, o a cualquier otra técnica en
solitario como tratamiento médico
o fisioterapia (Flor, Fydrich y Turk,
1992). Y todo ello sin olvidar la im-
portancia de que la intervención se
produzca de forma precoz en estos
pacientes para evitar el proceso de
cronificación y la incapacidad.
Desde esta línea multidisciplinar
se ha trabajado para conseguir la
unificación de criterios en la inter-
vención en la lumbalgia crónica
inespecífica, y como ejemplo del
resultado de este esfuerzo es el des-
arrollo de la Guía de Práctica Clínica
para la Lumbalgia Inespecífica del
Programa Europeo COST B13
(Grupo de Trabajo Programa Euro-
peo COST B13, 2006) que pretende
mejorar los resultados de los trata-
mientos, reducir el riesgo de iatroge-
nia y reducir los costes sanitarios
orientando a médicos y pacientes,
desde la evidencia científica (Moix,
Cano y Grupo español de Trabajo
del Programa COSTB13, 2006).
M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 387
El tratamiento propuesto en esta
guía consistiría en dar información
positiva y tranquilizadora al pacien-
te, evitar el reposo en cama y man-
tener el mayor grado posible de
actividad física, prescribir fármacos
de primera línea (paracetamol,
antiinflamatorios no esteroides),
derivar a una unidad acreditada en
la realización de intervenciones
neurorreflejoterápicas a partir de
los 14 días de dolor, prescribir ejer-
cicio a partir de las 2-6 semanas,
“escuela de espalda” a partir de las
4-6 semanas, antidepresivos a
dosis analgésicas (esté o no depri-
mido el paciente), tratamiento psi-
cológico cognitivo-conductual a
partir de las 6 semanas o 3 meses
(según si tiene o no signos psico-
sociales de mal pronóstico), par-
ches de capsaicina a los 3 o más
meses, opiáceos si es resistente a
los tratamientos anteriores, progra-
mas rehabilitadores multidisciplina-
rios a partir de los 3 meses o más,
y neuroestimulación percutánea
(PENS) como última opción de tra-
tamiento.
Actualmente, en España se está
llevando a cabo un estudio centra-
do en demostrar la efectividad de la
terapia cognitivo-conductual en
pacientes con dolor lumbar crónico
atendidos en Unidades de dolor.
Dicha investigación está siendo
cofinanciada por el Programa de
Promoción de la Investigación Bio-
médica y en Ciencias de la Salud
del Ministerio de Sanidad y Consu-
mo (FIS) y la Fundación Kovacs.
Los resultados serán publicados en
el 2009, coincidiendo con la publi-
cación del protocolo de interven-
ción. Se trata de un manual prácti-
co en el que se describe el trata-
miento cognitivo-conductual consti-
tuido por 12 sesiones en el que se
persigue la disminución del dolor, el
aumento de la calidad de vida y la
reducción de emociones negativas
como la ansiedad o la tristeza-
depresión. Pretende ser un manual
práctico que sirva de apoyo a los
profesionales de la salud que tratan
a personas con dolor crónico en
general y lumbalgia en particular.
Las sesiones abordan las siguientes
temáticas: introducción a la terapia
cognitivo-conductual; entrenamien-
to en respiración y relajación; técni-
cas de manejo atencional; reestruc-
turación cognitiva; solución de pro-
blemas; manejo de las emociones y
asertividad; valores y estableci-
miento de objetivos; organización
del tiempo y actividades reforzan-
tes; ejercicio físico, higiene postural
y del sueño; para finalizar con pre-
vención de recaídas (Moix y Ko-
vacs, en prensa.)
PREVENCIÓN DE LA APARICIÓN
DEL DOLOR LUMBAR
Como ya hemos señalado ante-
riormente, es conveniente hacer una
intervención temprana de los aspec-
tos implicados en el dolor lumbar
con el objetivo fundamental de pre-
venir la cronificación del dolor (Jelle-
ma, et al., 2007; Koleck, Mazaux,
Rascle y Bruchon-Schweitzer, 2006;
Michalski, y Hinz, 2006).
La Guía de Práctica Clínica COST
B13, (Grupo de Trabajo Programa
Europeo COST B13, 2006), resume
Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
388 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
las recomendaciones para la pre-
vención de la aparición o recurren-
cia de la lumbalgia como:
1) Prescribir ejercicio físico.
2) Explicar que la lumbalgia tiene
buen pronóstico y es necesario
mantener la actividad; esto
puede hacerse bien a través de
los profesionales u o bien me-
diante el uso de folletos informa-
tivos (“Manual de la Espalda”), o
remitiendo a los pacientes a
fuentes de información concor-
dantes en Internet (www.espal-
da.org).
3) Si los episodios son recurren-
tes, valorar la recomendación
de programas mixtos de apren-
dizaje de higiene postural y
ejercicio, pero no Escuelas de
la Espalda centradas principal-
mente en aspectos de higiene
postural.
4) No hay evidencia científica
para la prevención de la lum-
balgia del uso de estrategias
como la manipulación verte-
bral, o el uso de plantillas,
alzas, cinturones lumbares, tipo
de silla o colchón específico,
aunque es mejor un colchón de
firmeza intermedia.
5) En cuanto a los trabajadores en
activo, se recomienda la rein-
corporación laboral temprana
aunque haya algo de dolor.
6) En el caso de los escolares, no
hay datos consistentes y aun-
que no debe tomarse como
recomendaciones, se puede
tener en cuenta el evitar los
deportes competitivos, el
material escolar excesivamente
pesado, el mobiliario inadecua-
do o exponerse a factores psi-
cosociales como la infelicidad
o la baja autoestima.
En conclusión, el abordaje, pre-
vención y tratamiento del dolor lum-
bar debe conllevar un cambio en la
mentalidad tanto de los profesiona-
les sanitarios, como de los pacien-
tes y de la sociedad en general. Por
ello, se hace imprescindible una
buena difusión de la información
científica de la que disponemos,
esperando no sólo conseguir redu-
cir los altos costes asistenciales
sino, lo que es más importante, el
sufrimiento personal y la calidad de
vida de estos pacientes.
M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal
Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 389
Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
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Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar
392 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3

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  • 1. Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar Aetiology, chronification, and treatment of low back pain M.ª ISABEL CASADO MORALES1 JENNY MOIX QUERALTÓ2 JULIA VIDAL FERNÁNDEZ3 RESUMEN El dolor lumbar es un problema que afecta en torno al 70-80 % de la pobla- ción general en algún momento de su vida, de los que un 15 % aproximada- mente tienen un origen claro, pero el resto, se considera inespecífico o inclasi- ficable, siendo en estos casos donde el tratamiento convencional ha fracasa- do. En el origen de este dolor lumbar inespecífico se encuentran factores bio- lógicos, psicológicos y sociales y factores como las conductas de dolor y otros procesos de aprendizaje que influyen en su proceso de cronificación. Es el mayor responsable de incapacidad y de absentismo laboral con el consi- guiente elevado coste económico y deterioro en la calidad de vida de quienes lo padecen. Los tratamientos clínicos deben unificarse para aumentar su efica- cia, evitar los procesos de cronificación y reducir los costes económicos. ABSTRACT Low back pain affects around 70-80 percent of general population during lifetime, 15 percent of which have a clear source whereas the rest is conside- Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 379 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.° 3 - Págs. 379-392. ISSN: 1135-0806 ARTÍCULOS 1 Universidad Complutense de Madrid. 2 Universidad Autónoma de Barcelona. 3 Área Humana. Centro de Psicología Clínica y Psiquiatría
  • 2. red non-specific or unclassifiable –and the conventional treatment has traditio- nally failed. The aetiology of non-specific low back pain is associated with bio- logical, psychological and social factors along with factors such as pain beha- viour and other learning processes which also influence their chronic process. Low back pain is the main cause of absenteeism –which increases costs and worsens quality of life. In order to improve efficiency, avoid chronification and reduce costs, clinical treatments should be integrated. PALABRAS CLAVE Dolor lumbar, lumbalgia crónica, Lumbalgia inespecífica, Aspectos psicoló- gicos, Factores de riesgo. KEY WORDS Low back pain, Chronic low back pain, Non-specific low back pain, Psycho- logical factors, Risk factors. Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar 380 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
  • 3. INTRODUCCIÓN Las enfermedades musculoes- queléticas representan en la actuali- dad uno de los principales proble- mas de salud en los países occiden- tales, ya que si bien su tasa de mor- talidad es muy baja, inferior al 0,002% anual, presentan una alta tasa de morbilidad derivaba princi- palmente de su enorme incidencia y prevalencia, afectando a un elevado porcentaje de la población general y representando el 40% de todas las enfermedades crónicas (Yelin,1992). En términos de morbilidad, entre las enfermedades musculoesqueléticas destaca en primer lugar la artrosis y en segundo lugar el dolor de espal- da (Lawrence et al., 1989; Yelin y Felts, 1990; Reynolds et al., 1992). El dolor lumbar se define como un síndrome musculoesquelético o conjunto de síntomas cuyo principal síntoma es la presencia de dolor focalizado en el segmento final de la columna vertebral (zona lumbar), en el área comprendida entre la reja costal inferior y la región sacra, y que en ocasiones puede compro- meter la región glútea, provocando disminución funcional. Al igual que otras enfermedades reumáticas, el diagnóstico de la lumbalgia no ofre- ce dificultad debido a que los sínto- mas de la enfermedad son muy cla- ros. Puede presentarse en forma de dolor agudo, debido principalmente a lesiones infecciosas, traumáticas, a esfuerzos leves o moderados, etc., o en forma de dolor crónico, de naturaleza más compleja, de más larga duración (a partir de 3 meses) o que persiste una vez resuelta la lesión (Penzo, 1989). Una de las principales diferencias entre la lum- balgia crónica y la aguda, radica en que en la primera los factores cog- nitivos, emocionales, comportamen- tales y sociales adquieren una espe- cial importancia en el mantenimien- to del dolor. Atendiendo a factores etiológicos, la causa específica de la mayoría de los dolores lumbares tanto agudos como crónicos son las alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral, como ligamentos, músculos, discos verte- brales y vértebras que puede deber- se a múltiples factores como: trau- matismos, un esfuerzo excesivo, una mala postura, debilitamiento muscular o sobrecarga mecánica entre otros. Sin embargo, el dato más destacable en cuanto a su etio- logía es que el 85% de los casos de dolor lumbar se atribuye a una causa inespecífica (Moix, Cano y Grupo español de Trabajo del Pro- grama COSTB13 , 2006). El dolor lumbar inespecífico se define como un dolor más o menos intenso, que modifica su intensidad en función de las posturas y la acti- vidad física, se acompaña de dolor con el movimiento y puede asociar- se o no a dolor referido o irradiado. El diagnóstico de lumbalgia inespe- cífica implica que el dolor no se debe a fracturas, traumatismos o enfermedades sistémicas y que no existe compresión radicular demos- trada ni indicación de tratamiento quirúrgico (CIE 10, 1994). Por ello, M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 381
  • 4. no deja de resultar paradójico que haya una gran tendencia al uso de la cirugía como tratamiento de elec- ción en este tipo de dolor (Bravo y González-Durán, 2001). Si unimos su alta incidencia con su baja efectividad terapéutica, no es de extrañar que aunque de carácter benigno, esta patología se haya convertido en un grave proble- ma de salud en la sociedad occi- dental, por su elevada frecuencia y repercusión social, laboral y econó- mica con consecuencias profesio- nales, familiares, sociales y psicoló- gicas para quienes la padecen que merman su calidad de vida, hasta el punto que el 29% de ellos acaban por padecer depresión (Watson, Main, Waddell, Gales, y Purcell-Jones, 1998; Breivick et al., 2006). En torno a este problema hay una gran preo- cupación, no sólo por como afecta a la calidad de vida de las perso- nas, sino también por los costes que genera este problema a la so- ciedad. En los países occidentales el 70- 80 % de la población padece dolor lumbar en algún momento de su vida (Muñoz-Gómez, 2003) y se convierte en la principal causa de restricción de movilidad, discapaci- dad a largo plazo y disminución de la calidad de vida (Frymoyer y Durett, 1997; Waxman y Flamen- baum, 2008) y por ende, en una de las principales causas de absentis- mo laboral y de consulta médica en los servicios de traumatología y cirugía ortopédica. Todo ello sitúa al dolor lumbar como la condición mecánica más cara y la primera causa de discapacidad laboral de origen musculoesquelético y segun- da causa de discapacidad laboral general por detrás de las infeccio- nes respiratorias (Skovron, 1992). En Europa, sólo los costes asocia- dos a lumbalgia suponen al año entre el 1,7% y 2,1% del producto interior bruto (Ekman, Johenell, Lid- gren, 2005; Van Tulder, Koes, Bou- ter, 1995) Pero aún parece que en España este problema se agrava y con él los costes sanitarios. Según un estudio epidemiológico realizado por la Sociedad Española de Reumatolo- gía en nuestro país, la lumbalgia sería la enfermedad con mayor pre- valencia en la población adulta de más de 20 años, con un 14,8 % de lumbalgia puntual, una prevalencia del 7,7% de lumbalgia crónica, y un 0,8 por cien de lumbalgia de carac- terísticas inflamatorias (EPISER, 2001). En cuanto a los costes, por dar algún dato concreto, en nuestro país, supuso el 11.4% de todas las incapacidades temporales en el periodo 1993-98, y sólo ese con- cepto generó un coste total de 75 millones de euros (González y Con- don, 2000). Pero evidentemente, al gasto que conlleva la condición de incapacidad temporal producida por lumbalgia, hay que añadirle toda una serie de costes tanto directos (prescripción de pruebas clínicas, cuidados de salud, hospitalizacio- nes o intervenciones quirúrgicas) como indirectos (absentismo labo- ral, disminución de la productividad, etc.). Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar 382 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
  • 5. Pero a pesar de su alta inciden- cia, no parece afectar a todos por igual. Hay estudios de carácter des- criptivo que buscan el perfil del paciente con lumbalgia crónica inespecífica para dirigir sus esfuer- zos preventivos, aunque los datos no son unívocos. Como ejemplo valga un estudio realizado por Hum- bría (2004) en la Consulta Monográ- fica de Columna Lumbar del Hospi- tal de la Princesa de la Comunidad de Madrid con 337 pacientes, donde encuentra que el perfil de este paciente corresponde a una mujer, entre 30 y 60 años, de medio urbano, con trabajo que requiere esfuerzo físico moderado, por cuen- ta ajena y correspondiente al sector servicios. CAUSAS DEL DOLOR LUMBAR Partiendo del actual modelo biop- sicosocial imperante en las ciencias de la salud, si queremos referirnos a factores etiológicos implicados en el dolor lumbar debemos hacer un inexcusable recorrido multifactorial. Entre los biológicos podríamos des- tacar factores estructurales o altera- ciones del sistema musculoesquelé- tico y estado de salud general. Entre los factores sociales podríamos destacar, como una de las principa- les causas, las condiciones labora- les desfavorables que conllevan un importante número de elementos reseñables (posturales, movimientos o esfuerzos). Pero este puzzle no estaría completo sin mencionar el papel de los factores psicológicos, teniendo en cuenta que el dolor es un fenómeno de naturaleza comple- ja, vinculado a sensaciones aversi- vas y experiencias afectivas donde también los cambios conductuales, los reajustes en motivación, los estados emocionales y las cognicio- nes van a jugar un papel destacado, tanto en la percepción como en el afrontamiento del dolor. El dolor crónico en general y la lumbalgia en concreto se han asocia- do en numerosas ocasiones a facto- res psicosociales como el estrés, la ansiedad, la depresión, la ira y otros procesos psicológicos (Casado y Ur- bano, 2001; Moix, 2005; Moix y Ca- no, 2006; Brage, Sandanger y Ny- gard, 2007; Bair, Wu, Damush, Su- therland y Kroenke, 2008; Mok y Lee, 2008; Waxman, Tripa y Flamen- baum, 2008) Pero si los factores psicológicos pueden tener un peso importante en la génesis del dolor lumbar, será en su mantenimiento y cronificación donde jugarán el papel más relevan- te. FACTORES DE MANTENIMIENTO Y CRONIFICACIÓN DEL DOLOR LUMBAR El dolor lumbar sigue un patrón de curso episódico marcado por periodos de remisión y exacerba- ción. Por ello, su recuperación o mantenimiento y cronificación no sólo van a depender de factores físi- cos sino especialmente de factores psicológicos. Aunque sólo entre un 5 y un 20 por ciento de las lumbalgias se cro- M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 383
  • 6. nifican, será la lumbalgia crónica, por razones obvias, la que más inte- rés científico despierte, e incluso por razones tan de peso como el gasto que ocasionan al sistema de salud. Sólo este porcentaje es res- ponsable del 85% de los gastos debidos a esta afección (Gómez y Méndez, 1999). De hecho más del 70% de los costes globales de esta dolencia son producidos por el 20% de los pacientes más crónicos (Anderson, 1997). Además de la persistencia de los factores que lo han originado, el dolor continúa y se cronifica por factores tan claves como la evita- ción de la actividad diaria y el miedo al dolor (Jansen, 2002; Turk y Okifu- ji, 2002). Ciertas actividades o lugares o posturas son evitados por el pacien- te para prevenir la aparición o agra- vamiento del dolor. Esta conducta se considera adaptativa en el dolor lumbar agudo pero no en el crónico. La evitación del trabajo, el ejercicio y la vida social es entendida por los clínicos como un índice de discapa- cidad. Estas conductas de evitación son consecuencia de un conjunto formado por la historia personal de dolor y las estrategias de afronta- miento. Es el modelo de miedo-evi- tación que provoca una percepción exagerada del dolor con la conse- cuente adopción de una respuesta evitativa por parte del paciente. Intentemos describir los pasos de este peligroso camino. El dolor lumbar tiende a reducir- se, en un primer momento, con el reposo y la inactividad. Por ello, se da un primer bucle que va a ayudar a su cronificación: las actividades diarias, tanto laborales como socia- les, se ven reducidas y con ellas un buen número de actividades pla- centeras y reforzantes para el paciente, lo cual facilita la focaliza- ción de la atención al dolor, lo que a su vez incrementa su percepción y aumenta su miedo al mismo. Para- lelamente la reducción en el grado de movilidad influye negativamente, produciendo a la pérdida y atrofia de masa muscular y por tanto difi- cultando la recuperación y aumen- tando el dolor. Desde este primer bucle, al per- sistir el dolor, se entra en un segun- do bucle donde las constantes con- ductas de evitación del dolor que aumentan su percepción al focalizar la atención sobre él, aumentan el miedo al mismo y con él aparecen estados emocionales negativos (an- siedad, síntomas depresivos, etc.) que a su vez exacerban el dolor (Gó- mez y Méndez, 1999; Casado y Urba- no, 2001; Redondo, Miguel-Tobal, y Pérez Nieto, 2007) y aumentan el deterioro psicológico inhibiendo los procesos de recuperación. Bajo esta misma idea, Vlaeyen y Linton (2000) proponen su modelo de miedo-evitación. Tras el dolor provocado por una lesión, pueden aparecer dos respuestas diferentes. El dolor experimentado es interpre- tado como no amenazante. En este caso el dolor es afrontado de un modo adaptativo. Se da un descan- so inicial en la zona lumbar para comenzar después con un aumento Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar 384 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
  • 7. gradual de la actividad. El otro cami- no es interpretarlo como una ame- naza, catastrofizando sobre las con- secuencias negativas del mismo. El paciente entra entonces en el círculo vicioso que va a promover y aumen- tar su miedo al dolor, y la evitación de actividades que interpreta como amenazantes (Eysenck y Eysenck, 2007), provocando hipervigilancia hacia el dolor y, consecuentemente, discapacidad. En esta misma línea, Leeuw et al. (2007) sostienen que el miedo al movimiento y a que reaparezca el dolor está relacionado con la inca- pacidad funcional, y por tanto con el desarrollo y mantenimiento del dolor lumbar crónico. Por el contrario el enfrentarse al miedo, es decir cuan- do el paciente se expone, se reduce la intensidad del dolor (De Jong et al., 2005). Parece por tanto innegable el papel de la emocionalidad negativa en la cronificación del dolor lumbar, confirmada por la existencia de una alta correlación entre alteraciones psicológicas, sobre todo ansiedad y depresión, y cronificación del dolor lumbar. Diversas investigaciones afirman que los pacientes que en la fase aguda de dolor presentan más cogniciones negativas, más ansie- dad y más conductas de enferme- dad, en una proporción significativa, continúan con dolor tres meses después (Philips, Grant y Berkowitz, 1991). Otro de los factores especialmen- te implicado en la cronificación del dolor lumbar son las conductas desadaptadas de dolor, entendien- do como tales conductas de enfer- medad en situaciones en las que la persona aumenta o disminuye los síntomas (quejas, expresiones facia- les, cambios posturales, búsqueda de atención, etc.); estas conductas están mediadas por los procesos de aprendizaje (condicionamiento clási- co, condicionamiento operante y aprendizaje observacional). El man- tenimiento de estas conductas por reforzamiento positivo y negativo son un elemento fundamental en este proceso de mantenimiento y cronificación. Romano y colabora- dores llevaron a cabo un estudio en el que grabaron a 121 pacientes con dolor crónico realizando algu- nas tareas del hogar con sus pare- jas, mostrando cómo los comporta- mientos solícitos por parte de la pareja (ayudar en exceso, no dejar hacer algunas actividades,…) aumentaban las conductas de dolor de los pacientes (Romano, Jensen, Turner, Good y Hops, 2000). En definitiva, estamos haciendo referencia al hecho de que la adop- ción del papel de enfermo puede conllevar en ocasiones un buen número de ganancias, como la evi- tación de responsabilidades y obtención de privilegios (ganancia primaria), el logro de un tipo espe- cial de interacción social y la expre- sión de simpatía o cuidados por parte de los demás (ganancia secundaria) o incluso cumplir con las expectativas que los demás tie- nen sobre nuestro comportamiento como enfermos y que les proporcio- na satisfacción por su prestación de M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 385
  • 8. ayuda (ganancia terciaria). Así, las conductas de dolor pueden quedar bajo el control de distintos estímu- los discriminativos del ambiente que indican cuando existe una alta pro- babilidad de reforzamiento de las manifestaciones de dolor. Esta cro- nificación de las muestras de dolor por parte del paciente contribuye a su deterioro y discapacidad. Han- sen, Edlund, y Branholm, (2005) señalan la frecuencia e intensidad de estas conductas como factores predictores que dificultan la reincor- poración laboral Podemos afirmar, por tanto, que los factores psicosociales juegan un papel importante en la transición del dolor agudo al crónico en la lumbal- gia (Linton, 2000; Bravo y González, 2001; Kovacs, 2002; Pincus, Burton, Vogel, y Field, 2002; Michalski y Hinz, 2006; Jellena et al., 2007 ). TRATAMIENTO DEL DOLOR LUMBAR Al igual que en el 80 % de la población presenta dolor lumbar en algún momento de la vida (Muñoz- Gómez, 2003), hay que reseñar que en la mayoría de estos casos, el dolor desaparece en unos pocos días o semanas, con la aplicación de los tratamientos convencionales o incluso sin tratamiento. Sin embargo, alrededor de un 10% de estos pacientes desarrollarán un cuadro de dolor lumbar crónico con alto índice de incapacidad (Bran- cos, 1993). El mayor porcentaje dentro de este grupo corresponde a los casos en el que el dolor se con- sidera inespecífico o inclasificable, en los cuales el tratamiento con- vencional obtiene un altísimo índice de fracaso. Es a este grupo de pacientes a los que la psicología debe prestar especial atención, tra- tando el problema dentro del con- texto general de los mecanismos que rigen el dolor, su mantenimien- to y evolución hacia un problema de dolor crónico. Hoy en día se acepta que el repo- so y los analgésicos (tratamiento clásico del dolor lumbar) aunque son las pautas indicadas para el dolor agudo durante 2 o 3 días, si se prolonga se torna negativo al favorecer la atrofia muscular y la pérdida de masa ósea. Por el con- trario, la actividad física devuelve la función, mejora la conducta y dismi- nuye la percepción de dolor. Este efecto beneficioso ha llevado al desarrollo de las escuelas de espal- da, donde se trabaja con educación sanitaria, higiene postural, inducción a la tolerancia al ejercicio y fortaleci- mientos musculares entre otras (Brancos, 1993). Los objetivos generales de trata- miento en pacientes con dolor lum- bar crónico, no distan, en líneas generales, de los tratamiento multi- componente aceptados para el dolor crónico en general: generar expectativas positivas respecto al tratamiento, dotar de información sobre la relación de las emociones negativas y el dolor, regular la per- cepción de dolor, identificar y redu- cir las emociones negativas (ansie- dad, depresión e ira), fomentar estrategias de afrontamiento activo Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar 386 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
  • 9. frente al dolor, aumentar la percep- ción de control sobre su dolor, incrementar las actividades gratifi- cantes y normalizar su vida y activi- dad laboral (Vicente Fatela et al., 2007). Para la consecución de estos objetivos se utiliza desde la psicolo- gía distintos tipos de técnicas. Las técnicas conductuales son las más utilizadas. Su objetivo fundamental es evaluar y controlar los reforzado- res positivos y negativos responsa- bles del mantenimiento y cronifica- ción del dolor. Así se reducen las conductas de dolor y se incremen- tan las actividades diarias, mejoran- do la funcionalidad del paciente. En cuanto a su eficacia, estas técnicas de control de contingencias han resultado eficaces para incrementar la capacidad funcional en el dolor de espalda crónico e incluso se ha visto que como tratamiento único producen disminución del dolor y mejora el estado funcional de los pacientes Sin embargo, por el papel que hemos visto que desarrolla el com- plejo miedo-evitación, se hace imprescindible la introducción de técnicas cognitivas que ayuden al paciente a controlar sus pensamien- tos, sus emociones negativas, a desarrollar conductas de afronta- miento adaptativas que le ayuden a reinterpretar el dolor, a modificar su percepción y en definitiva a contro- larlo y convivir con él en las mejores condiciones posibles, fomentando el desarrollo de una mejor calidad de vida. Pero aunque las intervenciones de carácter cognitivo-conductual se han mostrado eficaces en numero- sas investigaciones (Chou y Fuman, 2007; Hoffman, Papas, Chatkoff, y Kerns, 2007), quizá el éxito radique en que no sean consideradas técni- cas que se “añaden” a los trata- mientos médicos, sino que deberían estar dentro de programas interdis- ciplinares, donde el paciente sea tratado de forma coordinada por médicos, psicólogos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas (Moix et al., 2003). Los tratamientos multidisciplinares arrojan gran evidencia de ser supe- riores al no tratamiento, a la lista de espera, o a cualquier otra técnica en solitario como tratamiento médico o fisioterapia (Flor, Fydrich y Turk, 1992). Y todo ello sin olvidar la im- portancia de que la intervención se produzca de forma precoz en estos pacientes para evitar el proceso de cronificación y la incapacidad. Desde esta línea multidisciplinar se ha trabajado para conseguir la unificación de criterios en la inter- vención en la lumbalgia crónica inespecífica, y como ejemplo del resultado de este esfuerzo es el des- arrollo de la Guía de Práctica Clínica para la Lumbalgia Inespecífica del Programa Europeo COST B13 (Grupo de Trabajo Programa Euro- peo COST B13, 2006) que pretende mejorar los resultados de los trata- mientos, reducir el riesgo de iatroge- nia y reducir los costes sanitarios orientando a médicos y pacientes, desde la evidencia científica (Moix, Cano y Grupo español de Trabajo del Programa COSTB13, 2006). M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 387
  • 10. El tratamiento propuesto en esta guía consistiría en dar información positiva y tranquilizadora al pacien- te, evitar el reposo en cama y man- tener el mayor grado posible de actividad física, prescribir fármacos de primera línea (paracetamol, antiinflamatorios no esteroides), derivar a una unidad acreditada en la realización de intervenciones neurorreflejoterápicas a partir de los 14 días de dolor, prescribir ejer- cicio a partir de las 2-6 semanas, “escuela de espalda” a partir de las 4-6 semanas, antidepresivos a dosis analgésicas (esté o no depri- mido el paciente), tratamiento psi- cológico cognitivo-conductual a partir de las 6 semanas o 3 meses (según si tiene o no signos psico- sociales de mal pronóstico), par- ches de capsaicina a los 3 o más meses, opiáceos si es resistente a los tratamientos anteriores, progra- mas rehabilitadores multidisciplina- rios a partir de los 3 meses o más, y neuroestimulación percutánea (PENS) como última opción de tra- tamiento. Actualmente, en España se está llevando a cabo un estudio centra- do en demostrar la efectividad de la terapia cognitivo-conductual en pacientes con dolor lumbar crónico atendidos en Unidades de dolor. Dicha investigación está siendo cofinanciada por el Programa de Promoción de la Investigación Bio- médica y en Ciencias de la Salud del Ministerio de Sanidad y Consu- mo (FIS) y la Fundación Kovacs. Los resultados serán publicados en el 2009, coincidiendo con la publi- cación del protocolo de interven- ción. Se trata de un manual prácti- co en el que se describe el trata- miento cognitivo-conductual consti- tuido por 12 sesiones en el que se persigue la disminución del dolor, el aumento de la calidad de vida y la reducción de emociones negativas como la ansiedad o la tristeza- depresión. Pretende ser un manual práctico que sirva de apoyo a los profesionales de la salud que tratan a personas con dolor crónico en general y lumbalgia en particular. Las sesiones abordan las siguientes temáticas: introducción a la terapia cognitivo-conductual; entrenamien- to en respiración y relajación; técni- cas de manejo atencional; reestruc- turación cognitiva; solución de pro- blemas; manejo de las emociones y asertividad; valores y estableci- miento de objetivos; organización del tiempo y actividades reforzan- tes; ejercicio físico, higiene postural y del sueño; para finalizar con pre- vención de recaídas (Moix y Ko- vacs, en prensa.) PREVENCIÓN DE LA APARICIÓN DEL DOLOR LUMBAR Como ya hemos señalado ante- riormente, es conveniente hacer una intervención temprana de los aspec- tos implicados en el dolor lumbar con el objetivo fundamental de pre- venir la cronificación del dolor (Jelle- ma, et al., 2007; Koleck, Mazaux, Rascle y Bruchon-Schweitzer, 2006; Michalski, y Hinz, 2006). La Guía de Práctica Clínica COST B13, (Grupo de Trabajo Programa Europeo COST B13, 2006), resume Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar 388 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3
  • 11. las recomendaciones para la pre- vención de la aparición o recurren- cia de la lumbalgia como: 1) Prescribir ejercicio físico. 2) Explicar que la lumbalgia tiene buen pronóstico y es necesario mantener la actividad; esto puede hacerse bien a través de los profesionales u o bien me- diante el uso de folletos informa- tivos (“Manual de la Espalda”), o remitiendo a los pacientes a fuentes de información concor- dantes en Internet (www.espal- da.org). 3) Si los episodios son recurren- tes, valorar la recomendación de programas mixtos de apren- dizaje de higiene postural y ejercicio, pero no Escuelas de la Espalda centradas principal- mente en aspectos de higiene postural. 4) No hay evidencia científica para la prevención de la lum- balgia del uso de estrategias como la manipulación verte- bral, o el uso de plantillas, alzas, cinturones lumbares, tipo de silla o colchón específico, aunque es mejor un colchón de firmeza intermedia. 5) En cuanto a los trabajadores en activo, se recomienda la rein- corporación laboral temprana aunque haya algo de dolor. 6) En el caso de los escolares, no hay datos consistentes y aun- que no debe tomarse como recomendaciones, se puede tener en cuenta el evitar los deportes competitivos, el material escolar excesivamente pesado, el mobiliario inadecua- do o exponerse a factores psi- cosociales como la infelicidad o la baja autoestima. En conclusión, el abordaje, pre- vención y tratamiento del dolor lum- bar debe conllevar un cambio en la mentalidad tanto de los profesiona- les sanitarios, como de los pacien- tes y de la sociedad en general. Por ello, se hace imprescindible una buena difusión de la información científica de la que disponemos, esperando no sólo conseguir redu- cir los altos costes asistenciales sino, lo que es más importante, el sufrimiento personal y la calidad de vida de estos pacientes. M.ª I. Casado, J. Moix y J. Vidal Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 389
  • 12. Etiología, cronificación y tratamiento del dolor lumbar 390 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 Andersson G.B.J. (1997). The epidemiolo- gy of spinal disorders. En: J.W. Frymoyer (ed.), The adult spine: Principles and practice (pp 93-141). 2nd ed. New York: Raven press. Anderson, L. (1989). Educational approaches to management of low back pain. Orthopaedic Nursing, 8, 43-46. Bair, M. J., Wu, J., Damush, T. M., Sutherland, J. M., Kroenke, K. (2008). Asso- ciation of depression and anxiety alone and in combination with chronic musculoskeletal pain in primary care patients. Psychosomatic Medicine, 70 (8), 890-7. Bosch, F. y Baños, J.E. (2000). Las reper- cusiones económicas del dolor en España. Medicina Clínica, 115, 639. Brage, S., Sandanger, I., y Nygard, J. F. (2007). Emotional distress as a predictor for low back disability: A prospective 12-year population- based study. Spine, 15 (32), 269-74. Bravo, P.A. y González-Durán, R. (2001). Valoración clínica de los factores psicológi- cos que intervienen en el dolor lumbar cróni- co. Revista de la Sociedad Española de Dolor, 8 Supl. II, 48-69. Brancos Cunill, M.A. (1993). Tratamiento del dolor lumbar crónico, 101(15), 579-580. Casado, M.I. y Urbano, M.P.(2001). Emo- ciones negativas y dolor crónico. Ansiedad y Estrés, 7(2-3), 273-282 Chou, R y Huffman, L.H. (2007). No phar- macologic therapies for acute and chronic low back pain: a review of the evidence for an American Pain Society/American Colle- ge of Physicians clinical practice guideli- ne. Annals ofIinternal Medicine, 147( 7), 492- 504. De Jong, J.R., Vlaeyen, J.W., Onghena, P., Goossens, M.E., Geilen, M., y Mulder, H. (2005). Fear of movement/(re)injury in chronic low back pain: education or expo- sure in vivo as mediator to fear reduction?. The Clinical Journal of Pain. Jan-Feb; 21(1), 9-17. Ekman M, Johnell O, y Lidgren, L. (2005). The economic cost of low back pain in Swe- den in 2001. Acta Orthopedica, 76(2), 275- 84. EPISER (2001). Prevalencia e impacto de las enfermedades reumáticas en la población adulta española [en red]. Disponible en http://www.ser.es/proyectos/episer-resulta- dos.html. Marzo 2001. Eysenck, M.W. y Eysenck, W. (2007). Four-factor theory and the anxiety disorders. Ansiedad y Estrés, 13, 283-289. Flor, H., Fydrich T.H y Turk, D.C. (1992). Efficacy of multidisciplinary pain treatment centres; a meta analytic review. Pain, 42, 221-230. Frymoyer, J. W., y Durett, C. L. (1997). The economics of spinal disorders. The adult spine: principles and practice. 2nd ed. Philadelphia: Lippincott-Raven Publishers. Gómez Conesa, A. y Méndez Carrillo, F.X. (1999). Génesis y mantenimiento del dolor lumbar: análisis psicológico. Revista de psi- cología de la Salud, 11(1-2). 103-124. González, M.A. y Condon, M.A. (2000). Incapacidad por dolor lumbar en España. Medicina Clinica (Barc), 114, 491-492. Grupo de Trabajo Programa Europeo COST B13. ( 2006 ). Lumbalgia. Guía de prác- tica clínica COST B13. Ansiedad y Estrés, 12(1), 131-138 REFERENCIAS
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