¿POR QUE SE CONSIDERA SEMIOTICA COMO TEORIA LINGÜÍSTICA?
TEORIA TRIÁDICA DE CHARLIE PIERCE
RELACION ENTRE SEMIOLOGIA Y SEMIOTICA
TEORIAS DE LOS SIGNOS
TEORIA DE SAUSSURE
PRINCIPIOS DE LA SEMIOTICA
1. EXAMEN DE DE WITTGENSTEIN 3ª EVALUACIÓN<br />NOMBREAPELLIDOS<br />“¿Pero cuántos géneros de oraciones hay? ¿Acaso aserción, pregunta y orden? Hay innumerables géneros: innumerables géneros diferentes de empleo de todo lo que llamamos «signos», «palabras», «oraciones». Y esta multiplicidad no es algo fijo, dado de una vez por todas; sino que nuevos tipos de lenguaje, nuevos juegos de lenguaje, como podemos decir, nacen y otros envejecen y se olvidan. (Una figura aproximada de ello pueden dárnosla los cambios de la matemática). La expresión «juego de lenguaje» debe poner de relieve aquí que hablar el lenguaje forma parte de una actividad o de una forma de vida. Ten a la vista la multiplicidad de juegos de lenguaje en estos ejemplos y en otros: dar órdenes y actuar siguiendo órdenes, describir un objeto por su apariencia o por sus medidas, fabricar un objeto de acuerdo con una descripción (dibujo), relatar un suceso, hacer conjeturas sobre un suceso, formar y comprobar una hipótesis, presentar los resultados de un experimento mediante tablas y diagramas, inventar una historia y leerla, actuar en teatro, cantar a coro, adivinar acertijos, hacer un chiste y contarlo, resolver un problema de aritmética aplicada, traducir de un lenguaje a otro, suplicar, agradecer, maldecir, saludar, rezar.” <br />L. WITTGENSTEIN. Investigaciones filosóficas. Traducción de A. García Suárez y U. Moulines Barcelona: Crítica, 1988, § 23, pp. 39-41.<br />1º) ¿Cuál es el tema del texto? (3 puntos) _________________________________________________________________<br />Señala las ideas más importantes: <br />1ª) __________________________________________________________________________________________________<br />2ª) __________________________________________________________________________________________________<br />3ª)___________________________________________________________________________________________________<br />Explica esas ideas: <br />1º) Según Wittgenstein la gramática no está fija sino que nuevos tipos de lenguaje nacen, otros envejecen y mueren. Un ejemplo lo tenemos en las matemáticas. La geometría euclidiana y las no euclidianas. ¿Qué es un juego de lenguaje?_______.<br />_____________________________________________________________________________________________________<br />_____________________________________________________________________________________________________.<br />2ª) ¿Qué función tiene que podamos identificar un marco lingüístico al que aplicamos el concepto de “juego” como poseedor de un “aire de familia”___________________________________________________________________________________<br />_____________________________________________________________________________________________________<br />3ª) Con Saussure que establece una arbitrariedad entre significante y significado, Wittgenstein advierte que el lenguaje se constituye mediante una sintaxis y una gramática que es compartida por todos en una praxis lingüística común. La opinión de Wittgenstein es contra la posibilidad de que exista un lenguaje privado y la imposibilidad del solipsismo, explica esta idea._________________________________________________________________________________________________<br />_____________________________________________________________________________________________________<br />_____________________________________________________________________________________________________.<br />Relaciónalas con las ideas de Wittgenstein: <br />Wittgenstein (Viena, 1889, Cambridge, 1951) es el principal representante de la filosofía analítica en el siglo XX. Investigaciones filosóficas fue escrito hacia 1935-45 (parte I) y entre 1947-49 (parte II); la 1ª edición en Oxford 1953 preparada por G. E. M. Anscombe); con el título Investigaciones filosóficas una segunda edición preparada por Anscombe y R. Rhees en 1958. La obra que Wittgenstein preparó para su publicación, pero apareció como póstuma, es la suma de su filosofía tardía. Wittgenstein entiende por “gramática” un conjunto abierto de reglas para el uso correcto de un sistema simbólico de límites flexibles, cuyo ponente más insigne, aunque no el único, es el sistema abierto del lenguaje. La aplicación de reglas puede ser explícita, como cuando se sigue una regla de forma consciente a modo de instrucción, o implícita, como cuando una persona actúa habitualmente conforme a una regla que bien pudo haberse olvidado hace tiempo. Las gramáticas son independientes del mundo que pretenden dirigir, es decir, no se derivan de él por inducción, tal como se dice que los científicos descubren las leyes de la naturaleza. Las expresiones lingüísticas (palabras y proposiciones tienen significado gracias a su inclusión en juegos de lenguaje y formas de vida. El concepto de juego de lenguaje, que aparece aquí ampliado frente al definido en el Cuaderno azul/Cuaderno marrón, abarca todas las formas reguladas de acción humana, en las que se entretejen la conducta lingüística y no lingüística; además, dicho concepto abarca la totalidad del lenguaje y de las actividades relacionadas con él. El autor critica las teorías del significado en las que se supone, de una u otra manera, que el significado de los signos puede fijarse y está fijado antes de y con independencia de la praxis concordante de su uso. Ya en formas lingüísticas muy primitivas, en cuya descripción puede originarse falsas imágenes del lenguaje, puede mostrarse la referencia de las expresiones al marco social (pensemos en las pinturas de Altamira, o en los jeroglíficos egipcios, o en la escritura ideográfica china). Algo se convierte en una palabra en virtud de sus funciones. Una descripción sin prejuicios del uso fáctico del lenguaje da por resultado que las palabras tienen una multitud de funciones muy diferenciadas, las cuales no pueden reducirse a una función fundamental. Induce a error sobre todo la idea de que todas las palabras tienen una misma función unitaria de nombrar o designar algo. Más bien, la denominación es una forma muy especial del uso del lenguaje y sobre todo una forma que lleva inherente muchos presupuestos. Lo mismo que las palabras, tampoco las proposiciones tienen una función unitaria. Proposiciones con sentido no se producen por el hecho de que los hablantes encadenan denominaciones, sino por el hecho de que éstas se usan de forma socialmente aceptada dentro de juegos del lenguaje. Para Wittgenstein, las definiciones ostensivas (enunciativas) que antes habían sido consideradas fuente de significado, tomadas por sí mismas, pueden interpretarse de muchas maneras. Donde aportan algo, donde fijan una determinada concepción, lo hacen gracias al hecho de que están ya en juego y resultan familiares las prácticas fundamentales del lenguaje en cuestión. Y también en relación con el mostrar mismo. Las cosas a las que se aplica el concepto de “juego” no tienen una naturaleza en común pero están unidas por una red compleja de semejanza de familia. Tales observaciones nos libran de la necesidad de buscar la esencia de la proposición o del lenguaje, una necesidad a la que Wittgenstein estaba sometido todavía en el Tractatus. Más bien, al observador sin prejuicios se le ofrece toda una familia de juegos del lenguaje que está muy ramificada y abierta en muchas direcciones. Nuestro conocimiento del significado de las palabras radica en el dominio de la praxis social de su uso y no en que el hablante particular disponga de reglas explícitas. Eso no significa que el uso de lenguaje y los usos del lenguaje carezcan de reglas. Pero hay que abstenerse de establecer falsas imágenes en torno a las expresiones “estar regulado” y “seguir reglas”. Nos inducen a ello con especial facilidad representaciones equivocadas de las tareas de la lógica y determinados “ideales” ligados a esto (ideales de pureza, exactitud, completitud), los cuales, ante un examen más detallado, se desenmascaran como prejuicios. Wittgenstein critica varias imágenes en torno a las reglas y al seguimiento de las reglas. Rechaza un escepticismo de las reglas en virtud del cual toda conducta habría de interpretarse como un seguimiento de las reglas (con la cual se negaría una diferencia objetiva entre la conducta que sigue las reglas y la que las conculca), lo mismo que una concepción platónica según la cual habría reglas antes de la acción humana e independientemente de ella, unas reglas que fijan en sí para todo futuro qué es seguimiento y qué violación. A esto contrapone, el autor, otra concepción: seguir una regla es una costumbre o institución común y, con ello, un asunto social. Para que alguien siga una regla se requieren varias personas. La conducta prescrita por la regla ha de ser una conducta mostrada regularmente; y ha de ser obvio para nosotros actuar así. El concepto de aprender una norma implica también una posibilidad de aprender. Decir que alguien sigue una regla sólo tiene sentido cuando también otros pueden, en principio, aprender esta praxis (pensemos en el código de la circulación). Finalmente, sólo se da una regla cuando, a la luz de la misma, tiene sentido hablar de que alguien se comporta recta o falsamente; se produce un seguimiento recto de regla cuando la conducta respectiva se tiene por recta, es decir, se reconoce como recta en el grupo correspondiente (el grupo de conductores). Para que alguien pueda considerarse seguidor de una regla, su conducta, en principio ha de ser accesible al control público y a instancias públicas de control (la Dirección General de Tráfico). Parece que, contra la tesis de Wittgenstein de que el significado de los signos no está fijado con independencia de la praxis regulada de la utilización de signos, habla en primer lugar la posibilidad de concebir un lenguaje privado. El mismo Wittgenstein se plantea ese ejemplo contrario, para criticarlo en diversos planos. Pregunta, en concreto, ¿no podrá haber lenguas para las que fuera decisiva la manera como el individuo que las usa entiende los signos? Por ejemplo, ¿no tienen cada uno su propio lenguaje para las sensaciones? Quien cree algo así podría hacerse la siguiente imagen del lenguaje de la sensación: “Las propias sensaciones son privadas; son objetos privados (por ejemplo, estar enamorado, comprar una Kawasaki, o ser del Atlético). Podemos relatar acerca de su aparición. Para ello se requieren expresiones designativas con las que se confeccionan tales relatos. Estas designaciones de lo privado deben ser a su vez privadas. Según esto, en aquel lenguaje en el que quien lo usa, habla de sus sensaciones, tienen que haber designaciones privadas de las mismas”. La llamada “argumentación de los lenguajes privados” en Wittgenstein persigue varios fines en la demostración. Ante todo, el autor quiere demostrar que es absurdo un lenguaje de signos que en principio sólo pueda entender una persona (la felicidad para ser tal ha de ser compartida). Signos de un lenguaje así, no podrían tener ningún significado, pues no sería posible fijar ningún significado de los mismos. No habría ningún criterio de exactitud en el uso de los signos. Y en tal caso, no se puede hablar de correcto o falso, de reglas, juegos del lenguaje y lenguaje. En un segundo momento, Wittgenstein aborda el ejemplo concreto del lenguaje de las sensaciones: 1) No parece haber ninguna interpretación de “privado” según la cual las sensaciones podrían ser privadas; ni éstas son privadas en el sentido de un acceso privilegiado ni hay un criterio de identidad en virtud del cual nadie pueda tener la sensación de otro (pensemos en el comportamiento de la gente en un estadio de fútbol). 2) No informamos sobre las propias sensaciones sino que las expresamos. Y, finalmente, 3) designaciones de objetos privados, no serían designaciones. En un plano constructivo, Wittgenstein intenta esclarecer en qué sentido el lenguaje de las sensaciones y las sensaciones son privados y qué funciones desempeñan de hecho en el lenguaje de las palabras relativas a sensaciones y manifestaciones. Así, las manifestaciones de la sensación en primera persona de ninguna manera son informes sobre procesos identificados en el propio interior; más bien, son una conducta de expresión lingüística que puede suplantar la originaria conducta expresiva, por ejemplo gritar. Después de la argumentación de los lenguajes privados, en las que el autor trata también de las palabras relativas a sensaciones. Wittgenstein pasa a investigar otros conceptos psicológicos. Al recorrer la “gramática” de éstos y otros verbos psicológicos (“esperar”, “opinar”, “querer”), Wittgenstein llega a resultados notables. No sólo depende del entorno el contenido de los fenómenos psíquicos y mentales (por ejemplo, una fiesta o un velatorio); también las preguntas relativas a cualquier tipo de estados de cosas psíquicos, incluso la de si se da algo psíquico en general, sólo pueden responderse por relaciones conceptuales, en conexión con el entorno, pues dependen del juego del lenguaje y de la forma de vida. El tipo y el contenido de los estados psíquicos y mentales de una persona no son independientes de su conducta expresiva de tipo verbal y no verbal, de su conducta restante y, sobre todo, de la manera como el entorno social reacciona ante ellos. Según esto, lo psíquico, lo mismo que el significado lingüístico, no sería pensable sin un marco social. La obra contribuyó a formar el modelo de la filosofía del lenguaje ordinario. Dentro de la psicología psicológica, las Investigaciones filosóficas han ganado mayor actualidad todavía en los últimos años en el marco de un debate agudizado en torno al anti individualismo (H. Putnam, T. Burge).<br />2º) Sitúa al autor en su contexto filosófico (2 puntos)<br />En un libro necesario La Viena de Wittgenstein sus autores Janik y Toulmin nos enseñaron a comprender que entre 1800 y 1920, el problema a la hora de definir tanto los límites como la finalidad de la razón sufrió un doble giro, pues 1º) se transformó en el problema de definir la finalidad esencial y los límites de la representación, y 2º) problemática trasladada, a su vez, al lenguaje. Sin duda, el siglo XX es el siglo del lenguaje. A principios de los años veinte, un grupo de filósofos, físicos y matemáticos austríacos y alemanes, empezó a mantener reuniones periódicas bajo la presidencia de Moritz Schlick (1882-1936), uno de los pocos filósofos asesinado por un estudiante contrariado. Su propósito era una forma de filosofía que no sólo era compatible con las ciencias naturales sino que participaba de muchos de sus métodos e ideales. El grupo se denominó Círculo de Viena. Profesaban un antihegelianismo explícito y contundente que les llevaba a oponerse a la ortodoxia hegeliana imperante en las universidades alemanas. Comprendieron que su primer objetivo era la eliminación de la metafísica. Concebían la metafísica como un tipo de especulación no basada en datos empíricos. Admiradores de las tesis positivistas de Mach tendían a asumir que las sensaciones o, en todo caso, las experiencias privadas proporcionaban el tipo de fundamento incondicional en el que deberían basarse todas las aspiraciones al conocimiento, como escribe Schlick: “Todo observador llena su propio contenido (…) confiriendo de este modo a sus símbolos un significado y llenando la estructura de contenido lo mismo que un niño puede colorear dibujos en los que sólo están trazadas las líneas”. La técnica empleada por los positivistas para la eliminación de la metafísica era sencilla. Una proposición tiene sentido sólo si puede describirse para ella un método de verificación. La totalidad de la religión y buena parte de la filosofía hegeliana no superan la prueba. Advierte Schlick que “allí donde existe un problema con sentido, cabe siempre en teoría indicar el camino que conduce a su solución. Y es que resulta evidente que la indicación de dicho camino coincide con el señalamiento de su sentido (…) El acto de verificación en el que acaba por desembocar el camino hacia una solución es siempre de la misma índole: se confirma la ocurrencia de un determinado hecho (…) por medio de la experiencia inmediata”. La ética resultaba problemática ¿Cómo verificar una máxima moral? El Círculo acabó por considerar el discurso moral como una cuestión de expresión de preferencias que, de hecho, podían basarse en los datos sensoriales de placer y del dolor. El principio de verificación no tardó en ser discutido y adoptado por muchos filósofos ajenos al Círculo. ¿Se trataba de un criterio de significatividad o más bien de una fórmula para describir el sentido de una proposición? ¿Acaso el sentido de una proposición no era ni más ni menos que el método adecuado para verificarla? Se generalizó la idea de que el Círculo defendía esta última versión del principio de verificación. Dado que los integrantes del grupo estaban convencidos de que el uso de los principios de la lógica formal suponía la única manera legítima de analizar la estructura de los discursos empezaron a designar su posición con el nombre de “positivismo lógico”. Más o menos bajo ese rótulo fue incorporado por J. A. Ayer (1910-1992) al mundo de habla inglesa en un best-seller titulado Language, Truth and Logic (1936). Pese a tratarse de una versión algo aligerada de las concepciones de los miembros del Círculo de Viena, suministraba un saludable antídoto contra buena parte de la filosofía occidental al uso en aquella época. La persecución de judíos y liberales por el régimen nazi de los años treinta provocó una emigración a los EEUU de muchos integrantes del Círculo de Viena. Allí el positivismo lógico entraría en contacto con el pragmatismo autóctono, entusiasmado ya con la idea de la lógica como herramienta fundamental del análisis lógico.<br />3º) Comenta un filósofo del mismo período: Ortega (2,5 puntos)<br />José Ortega y Gasset (Madrid, 1883-1955). Fundador y cabeza de la Escuela de Madrid. Crítico de la cultura es considerado un representante español del vitalismo y precursor del existencialismo. En su “raciovitalismo” fusiona el racionalismo y el vitalismo biologicista, que une a un “perspectivismo” (que recuerda el “cubismo” en pintura) de la teoría del conocimiento y a una teoría elitista de la política bajo el signo del hombre-masa. Estudió derecho y filosofía en Bilbao (1897) y Madrid (1898-1902). Después de doctorarse en Madrid (1904), amplió estudios en Leipzig y Berlín (1905/06), así como en Marburgo (1906/08). En 1910 ocupó el puesto de profesor de Metafísica en Madrid. Desde la Guerra Civil (1936) vivió en Francia, en los Países Bajos, en Portugal y en Sudamérica. De 1949 a 1953 continuó su actividad docente en Madrid y, a la vez, trabajó como periodista. Ortega es fundador y coeditor (1915/24) de la revista cultural España y fundador y editor (1923/36) de la Revista de Occidente. De acuerdo con un enfoque perspectivista, Ortega hace suya la tesis nietzscheana de que la sustancia última del mundo es una perspectiva. El sujeto no es para Ortega el eje sobre el que gira la realidad, ni su “fundamento”, como afirmó el idealismo. Pero tampoco es una mera parte, una parte más, de dicha realidad como sostiene el realismo. El sujeto es un espejo activo capaz de seleccionar las impresiones que recibe y, en este sentido, filtra modula y “construye”, lo dado, y siempre como la realidad concreta que es. ¿Qué realidad? Sencillamente una vida. Una vida creadora de la cultura, lo que lleva a Ortega a definir los valores culturales como funciones vitales, obedientes a leyes. La misma razón, que no es una instancia exterior a la vida ni se identifica tampoco sin más con ella, es una función suya, siendo además en la vida donde arraiga el conocimiento. Con ello quedaba prefigurado el tema de la “razón vital” (o de la vida como razón). El raciovitalismo orgteguiano –o doctrina de la “razón vital”- se opone a cualquier reducción de la razón a razón científico-positiva (física o matemática) y, en cualquier caso, abstracta. El hombre tiene que usar la razón para vivir. La razón vital es una realidad. “La vida es prisa y necesita saber a qué atenerse y es preciso hacer de esta urgencia el método de la verdad. El progresismo que colocaba la verdad en un vago mañana, ha sido el opio entontecedor de la humanidad, verdad es lo que ahora es verdad y no lo que se va a descubrir en un futuro indeterminado”. Pero la vida no es sólo prisa, ni siquiera “es” porque es un tejerse y destejerse a sí misma sin tregua y reposo en unas circunstancias concretas. La vida es drama. Incluso naufragio (recordemos el cuadro del pintor alemán Caspar David Friedrich Naufragio con espectador, del que el hombre busca salvarse mediante la cultura. Es la “realidad radical”. Los materiales que la construyen no son biológicos sino biográficos. La vida es una estructura narrativa. Este es el “tema de nuestro tiempo” por decirlo con el título de un influyente libro de 1923. Y de ahí también la paulatina introducción de la “razón histórica” tan central en la Historia como sistema (1941). Aquí Ortega afirma el rango filosófico de las necesidades más concretas e inmediatas de la existencia humana y, ante todo, el “saber a qué atenerse” en la situación histórica en la que se encuentra. Las ciencias son una contemplación “oblicua” y a medias de la realidad. En la crisis de fundamentación que experimentan las ciencias de la naturaleza en el siglo XX, lo único que se salva de ella es su función de información y de instrumentalidad fenoménica: “lo único que no ha fracasado de la física es la física”. La filosofía es un saber radical: “la filosofía, que es el radicalismo o extremismo intelectual, se resuelve llegar por el camino más corto a esa línea última donde los principios últimos están y, por eso no es sólo conocimiento sino que es formalmente viaje al descubrimiento de los principios”. Y también: “no cabe desconocer que siendo la filosofía la exploración hacia los auténticos principios, en esto consiste su alfa y su omega”. La crisis del idealismo es la crisis del cartesianismo que paralelamente denunció Heidegger y denunciado también por Wittgenstein (la imposibilidad del solipsismo). La decisión de sustituir el imperio de la razón teórica “pura” por una razón viviente o histórica, definiendo a la vida humana como realidad radical cuyas categorías pueden y deben ser sacadas a la luz –o lo que es igual, la decisión de ordenar el mundo “desde el punto de vista de la vida”-, hunde sus raíces en la conciencia de esta crisis y anticipa, al mismo tiempo, el sentido de una “innovación metafísica”. <br />4ª) Comenta un filósofo de otro período: Nietzsche (1,5 puntos)<br />Nietzsche (Röcken, 1844- Weimar, 1900) filósofo y filólogo clásico era el primogénito de la familia de un pastor protestante. Su niñez estuvo ensombrecida por la temprana muerte de su padre. Desde 1858 hasta 1864 estudió en la escuela real de Pforta, luego cursó estudios en Bonn y Leipzig y, finalmente, en 1869, a la edad de 24 años, fue llamado a Basilea como profesor adjunto de filología clásica. Las figuras dominantes en esta época de su vida eran Schopenhauer, a cuyo pensamiento se había dedicado intensamente desde 1865 y Wagner de cuya música esperaba una reforma universal de la cultura. A principios de 1872 apareció su primera obra filosófica, El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música, que produjo entusiasmo en Wagner y extrañeza en los filólogos. Entre 1873 y 1876 aparecieron las Consideraciones intempestivas en cuatro tratados, de los cuales los dos últimos están dedicados a Schopenhauer y a Wagner. Con la cuarta intempestiva, que era un escrito homenaje a los primeros festivales de Bayreuth (1876), en el fondo Nietzsche se despedía ya de Wagner, precisamente, los festivales fueron para el filósofo una vivencia desilusionante. Su siguiente obra Humano, demasiado humano selló el distanciamiento recíproco. Con este libro, Nietzsche encontró una nueva forma literaria (el aforismo) y una nueva filosofía. El empeoramiento de su salud le obligó en 1879 a renunciar definitivamente a su puesto docente. A partir de entonces se movió entre Italia, Francia y Suiza; estuvo cada vez menos en Alemania. En 1881 apareció Aurora y en agosto del mismo año Nietzsche concibió en Sils María (Engadina) el pensamiento que desde entonces consideró el “pensamiento de sus pensamientos”: “el eterno retorno de lo mismo”. En 1882 conoció en Roma a Lou-Andreas Salomé. Después de una dolorosa ruptura con ella y con P. Rée, se retiró de nuevo a la soledad. Durante esta crisis surgió el poema filosófico Así habló Zaratustra; luego aparecieron las importantes obras en prosa: Más allá del bien y del mal y Sobre la genealogía de la moral y entre ambas, una nueva edición de sus escritos preparada por él mismo (entre otras cosas, con nuevos prólogos). El panfleto El caso Wagner, compuesto en Turín durante la primavera de 1888 y aparecido a finales del verano, que es un arreglo de cuentas con el ya fallecido compositor (1883), llamó la atención por primera vez de un amplio público sobre la enemistad existente desde tiempo. Entretanto, Nietzsche había renunciado al proyecto de la obra La voluntad de poder. Entonces surgieron de un plumazo sus últimos escritos especialmente, El ocaso de los ídolos, El anticristo y Ecce Homo. A principios de enero de 1889, Nietzsche sufrió su definitivo derrumbamiento mental; envió a Jacob Buckhardt la llamada “cédula de locura”. Seguidamente fue ingresado en la clínica de enfermedades nerviosas de Basilea y una semana más tarde en el manicomio de Jena. En una creciente demencia, Nietzsche pasó los últimos años de su vida, primero bajo el cuidado de su madre en Naumburgo y, desde 1897, con su hermana Elisabeth Förster-Nietzsche en Weimar<br />5ª) Actualidad del pensamiento del autor (1 punto)<br />¿Qué opinas de la importancia que da Wittgenstein a los “juegos del lenguaje”? ¿Te parece que efectivamente es así? Pon un ejemplo:______________________________________________________________________________________________<br />_____________________________________________________________________________________________________<br />El dominio del lenguaje es la praxis común comunicativa en la que todos compartimos una serie de reglas. ¿Es posible salirse de estas reglas? ¿Si fuera así, crees que podríamos comunicarnos con algún ente comunicativo inteligente?_______________<br />_____________________________________________________________________________________________________.<br />