El documento trata sobre la filosofía del lenguaje y la hermenéutica. La filosofía del lenguaje estudia la naturaleza del significado y la relación entre lenguaje, usuarios y el mundo. La semántica se ocupa de la relación entre lenguaje y mundo, mientras la pragmática estudia la relación entre usuarios y lenguaje. La hermenéutica es el arte y conocimiento de la interpretación, especialmente de textos, para determinar el significado exacto. Tiene ramas como la filológica, bíblica
1. Filosofía del lenguaje
La filosofía del lenguaje es el estudio del lenguaje en sus aspectos más generales y
fundamentales, como la naturaleza del significado, de la referencia, y la relación entre el
lenguaje, los usuarios del lenguaje y el mundo. A diferencia de la lingüística, la filosofía
del lenguaje se sirve de métodos no-empíricos (como experimentos mentales) para
llegar a sus conclusiones. En general, en la filosofía del lenguaje no se hace diferencia
entre el lenguaje hablado, el escrito o cualquiera otra de sus manifestaciones, sino que
se estudia aquello que es común a todas ellas.
La semántica es la parte de la filosofía del lenguaje (y de la lingüística) que se ocupa de
la relación entre el lenguaje y el mundo. Algunos problemas que caen bajo este campo
son el problema de la referencia, la naturaleza de los predicados, de la representación y
de la verdad. En el Crátilo, Platón señaló que si la conexión entre las palabras y el
mundo es arbitraria o convencional, entonces es difícil entender cómo el lenguaje puede
permitir el conocimiento acerca del mundo. Por ejemplo, es evidente que el nombre
«Venus» pudo haber designado cualquier cosa, aparte del planeta Venus, y que el
planeta Venus pudo haberse llamado de cualquier otra forma. Luego, cuando se dice
que «Venus es más grande que Mercurio», la verdad de esta oración es convencional,
porque depende de nuestras convenciones acerca de lo que significan «Venus»,
«Mercurio» y el resto de las palabras involucradas. En otro lenguaje, esas mismas
palabras podrían, por alguna coincidencia, significar algo muy distinto y expresar algo
falso. Sin embargo, aunque el significado de las palabras es convencional, una vez que
se ha fijado su significado, parece que la verdad y la falsedad no dependen de
convenciones, sino de cómo es el mundo. A este «fijar el significado» se lo suele llamar
interpretación, y es uno de los temas centrales de la semántica.
Un problema ulterior en esta dirección es que si una interpretación se da en términos
lingüísticos (por ejemplo: «Venus es el nombre del segundo planeta a partir del Sol»),
entonces queda la duda de cómo deben interpretarse las palabras de la interpretación. Si
se las interpreta por medio de nuevas palabras, entonces el problema resurge, y se hace
visible una amenaza de regresión al infinito, de circularidad, o de corte arbitrario en el
razonamiento (tal vez en palabras cuyo significado sea supuestamente auto evidente).
Pero para algunos este problema invita a pensar en una forma de interpretación no
lingüística, como por ejemplo el conductismo o la definición ostensiva.
La pragmática, por otra parte, es la parte de la filosofía del lenguaje que se ocupa de la
relación entre los usuarios del lenguaje y el lenguaje. Algunas de las cuestiones
centrales de la pragmática son la elucidación del proceso de aprendizaje del lenguaje, de
las reglas y convenciones que hacen posible la comunicación, y la descripción de los
muchos y variados usos que se le da al lenguaje, entre ellos: describir estados de cosas,
preguntar, dar órdenes, contar chistes, traducir de un lenguaje a otro, suplicar,
agradecer, maldecir, saludar, rezar, etc.
HERMENEUTICA.
La hermenéutica (del griego ερμηνευτική τέχνη, hermeneutiké tejne, "arte de explicar,
traducir, o interpretar") es el conocimiento y arte de la interpretación, sobre todo de
textos, para determinar el significado exacto de las palabras mediante las cuales se ha
expresado un pensamiento.
2. Clasificación
Hermenéutica filológica
Surgida históricamente en Alejandría por la tarea de establecer el sentido auténtico de
los textos antiguos, y particularmente los grandes poemas de Homero, oscurecidos por
el tiempo, en tanto que aquel es inmanente a la situación de comunicación en la que han
sido producidos. Ya en el siglo XX, filólogos influidos por el Idealismo alemán y sobre
todo Leo Spitzer, propusieron un nuevo método de interpretación de los textos mediante
la estilística y el círculo filológico.
Hermenéutica bíblica
Se encuentra desde los siglos XVII y XVIII aplicada a una interpretación correcta,
objetiva y comprensible de la Biblia. Baruch Spinoza es uno de los precursores de la
hermenéutica bíblica. Ésta pretende indagar en el contexto histórico bíblico, y en su
connotación, pertinencia y relevancia, teniendo en cuenta el ámbito actual. Esta rama de
la hermenéutica intenta trazar un puente de comprensión entre el pasaje bíblico (palabra
escrita) y la realidad presente. La hermenéutica bíblica, siempre respeta el sentido
histórico y literario del texto, pero abre las puertas para una interpretación sólida y
pertinente, sin violentar lo que se quiso decir inicialmente.
Hermenéutica filosófica
Por otra parte, la «hermenéutica filosófica» es independiente de la lingüística y busca
determinar las condiciones trascendentales de toda interpretación. Es decir, interpreta
las actividades del hombre culto.
Hermenéutica jurídica
«HERMENÉUTICA JURÍDICA, INTERPRETACIÓN JURÍDICA» Es un método de
interpretación de textos legales, o de la legislación positiva en su conjunto. El
hermeneuta busca la compatibilidad del significado transmitido con el "todo". En el
caso del derecho, el "todo" se compone no sólo por la totalidad de disposiciones que
forman el orden jurídico, sino por las reglas y principios que constituyen la doctrina
aplicable al orden jurídico en cuestión. La argumentación jurídica es, desde sus inicios,
una interpretación hermenéutica; busca "reconstruir" y "actualizar" el significado de los
materiales jurídicos dados (costumbre, sentencias, leyes).
Origen y evolución de la hermenéutica
El término hermenéutica proviene del verbo griego hermenéuticos que significa
interpretar, declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir. Significa que alguna
cosa es vuelta comprensible o llevada a la comprensión. Se considera que el término
deriva del nombre del dios griego Hermes, el mensajero, al que los griegos atribuían el
origen del lenguaje y la escritura y al que consideraban patrono de la comunicación y el
entendimiento humano; lo cierto es que este término originalmente expresaba la
comprensión y explicación de una sentencia oscura y enigmática de los dioses u
oráculo, que precisaba una interpretación correcta. Otros dicen que el término
3. hermenéutica deriva del griego ermēneutikē, que significa "ciencia", "técnica", y que
tiene por objeto la interpretación de textos religiosos o filosóficos, especialmente de las
Sagradas Escrituras, y del sentido de las palabras de los textos, así como el análisis de la
propia teoría o ciencia volcada en la exégesis de los signos y de su valor simbólico.
Hermetismo
Otro punto de vista afirma que lo hermético viene de la escuela instituida en Egipto y
que debe su nombre a su fundador, Hermes Trismegisto. Quedando así para la historia
el concepto de lo hermético –la enseñanza ocultista de una escuela, lo secreto- como
aquello que sólo se revela a un grupo de miembros militantes de una doctrina, tal como
se pretendía en esta escuela. Hermetismo es, por ende, lo secreto, lo no revelado, lo
cerrado o encerrado, lo no accesible ni público, lo oculto e incluso, lo que está –por
mágico o irrazonable- más allá de la comprensión simple. Así, la hermenéutica es el
estudio del significado de cualquier símbolo oculto detrás de algo, principalmente de la
palabra y un intento de minimizar la enajenación del lenguaje. La hermenéutica intenta
descifrar el significado detrás de la palabra y, con ello, intenta la exégesis de la razón
misma sobre el significado. Muchos escritos –Platón en Timeo declara que son decenas
de miles, mantenidos por más de 9.000 años en los corredores del templo de Neith en
Sais, Egipto son atribuidos a Hermes Trismegisto. Durante el medievo y el
renacimiento, los documentos que le fueron atribuidos a Hermes, se conocieron como
“hermética” e influyeron en los alquimistas y magos de la época. Por otra parte, la frase
o término: "sellado herméticamente", hacía referencia a los conjuros que protegían
mágicamente cualquier objeto. La hermenéutica es una herramienta magnífica del
intelecto, es -como se dijo antes- exégesis de la razón misma, sólo que, ligada
inevitablemente a la razón y por ello a la palabra, conoce el límite en el símbolo. La
idea, trasciende la razón.
La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por las complejidades del
lenguaje, que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso
contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. El camino a recorrer entre el
lector y el pensamiento del autor suele ser largo e intrincado. Ello muestra la
conveniencia de usar todos los medios a nuestro alcance para llegar a la meta propuesta.
Evémero de Mesene (siglo IV a. C.) realizó el primer intento de interpretar
racionalmente las leyendas y mitos griegos reduciendo su contenido a elementos
históricos y sociales (evemerismo). En el siglo VI a. C. Teágenes de Regio intentó una
empresa parecida para interpretarlos de forma alegórica y extraer su sentido profundo.
Hermenéutica y Teología
Pero el origen de los estudios hermenéuticos se encuentra realmente en la teología
cristiana, donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han
de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que, como revelados
por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos significados distintos: el literal y el
espiritual, este último dividido en tres: el anagógico, el alegórico y el moral:
• El sentido literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto
por la exégesis filológica que sigue las reglas de la justa interpretación. Según
Tomás de Aquino, en Summa Theológica 1,1,10:
4. Omnes sensus (sc. sácrae Scriptúrae) fúndentur súper litteralem.
Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.
• El sentido espiritual, infuso por Dios en el hombre según la creencia cristiana,
da un sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos
diferentes:
o El sentido alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una
comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su
significación en Cristo; de esa manera el paso del mar Rojo simboliza la
victoria de Cristo y el bautismo. (Cf. 1 Co 10:2).
o El sentido moral, por el cual los acontecimientos narrados en la
Escritura pueden conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción (1 Co
10, 11; Cf. Pablo a los hebreos 3-4,11).
o El sentido anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden
ver realidades y acontecimientos de una significación eterna, que
conduce (en griego anagogue) a los cristianos hacia la patria celestial.
Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (Cf.
Apocalipsis 21,1-22,5)
Romanticismo y Friedrich Schleiermacher
Después de permanecer recluida durante varios siglos en el ámbito de la Teología, la
hermenéutica se abrió en la época del Romanticismo a todo tipo de textos escritos. En
este contexto se sitúa Friedrich Schleiermacher (1768-1834), que ve en la tarea
hermenéutica un proceso de reconstrucción del espíritu de nuestros antepasados. Así,
Schleiermacher plantea un círculo hermenéutico para poder interpretar los textos,
postula que la correcta interpretación debe tener una dimensión objetiva, relacionada
con la construcción del contexto del autor, y otra subjetiva y adivinatoria, que consiste
en trasladarse al lugar del autor. Para Schleiermacher la hermenéutica no es un saber
teórico sino práctico, esto es, la praxis o la técnica de la buena interpretación de un texto
hablado o escrito. Trátase ahí de la comprensión, que se volvió desde antaño un
concepto fundamental y finalidad de toda cuestión hermenéutica. Schleiermacher define
la hermenéutica como "reconstrucción histórica y adivinatoria, objetiva y subjetiva, de
un discurso dado".
Historicismo diltheiano
Esta perspectiva influirá en la aparición del Historicismo diltheiano. Wilhelm Dilthey
(1833-1911) cree que toda manifestación espiritual humana, y no sólo los textos
escritos, tiene que ser comprendida dentro del contexto histórico de su época. Si los
acontecimientos de la naturaleza deben ser explicados, los acontecimientos históricos,
los valores y la cultura deben ser comprendidos. Según Wilhelm Dilthey, estos dos
métodos serían opuestos entre sí: explicación (propia de las ciencias naturales) y
comprensión (propia de las ciencias del espíritu o ciencias humanas):
Esclarecemos por medio de procesos intelectuales, pero comprendemos por la
cooperación de todas las fuerzas sentimentales en la aprehensión, por la
inmersión de las fuerzas sentimentales en el objeto.
5. Wilhelm Dilthey fue el primero en formular la dualidad entre las "ciencias de la
naturaleza" y las "ciencias del espíritu", que se distinguen respectivamente por el uso de
un método analítico esclarecedor, una, y el uso de un procedimiento de compresión
descriptiva, la otra. Comprensión y aprehensión de un significado y sentido es lo que se
presenta a la comprensión como contenido. Sólo podemos determinar la compresión por
el sentido y el sentido apenas por la comprensión. Toda comprensión es aprehensión de
un sentido. Para Dilthey todo conocimiento de las ciencias del espíritu es una
comprensión y un conocimiento histórico. Este conocimiento es posible porque la vida
(el objeto de estudio de las ciencias del espíritu) genera estructuras, ya sean desde una
obra pictórica a una literaria; entonces concede a la hermenéutica el papel de disciplina
encargada de interpretar dichas estructuras, permitiendo el conocimiento en las ciencias
del espíritu.
Paúl Ricoeur
Paúl Ricoeur (Essais d’herméneutique, París: Seuil, 1969) supera en su aporte a las dos
corrientes anteriores, y propone una "hermenéutica de la distancia", lo que hace que
surja una interpretación es el hecho de que haya un distancia entre el emisor y el
receptor. De esta hermenéutica surge una teoría cuyo paradigma es el texto, es decir,
todo discurso fijado por la escritura. Al mismo tiempo este discurso sufre, una vez
emitido, un desarraigamiento de la intención del autor y cobra independencia con
respecto a él. El texto ahora se encuentra desligado del emisor, y es una realidad
metamorfoseada en la cual el lector, al tomar la obra, se introduce. Pero esta misma
realidad metamorfoseada propone un "yo", un "Dasein", que debe ser extraído por el
lector en la tarea hermenéutica. Para Ricoeur interpretar es extraer el ser-en-el-mundo
que se halla en el texto. De esta manera se propone estudiar el problema de la
"apropiación del texto", es decir, de la aplicación del significado del texto a la vida del
lector. La reelaboración del texto por parte del lector es uno de los ejes de la teoría de
Paúl Ricoeur.
Martín Heidegger
Ya en el siglo XX, Martín Heidegger, en su análisis de la comprensión, afirma que,
cualquiera que sea, presenta una "estructura circular":
Toda interpretación, para producir comprensión, debe ya tener comprendido lo
que va a interpretar.
Heidegger introduce nuevos derroteros en la hermenéutica al dejar de considerarla
únicamente como un modo de comprensión del espíritu de otras épocas y pensarla como
el modo fundamental de situarse el ser humano en el mundo: existir es comprender.
Desde entonces su hermenéutica de la facticidad se convierte en una filosofía que
identifica la verdad con una interpretación históricamente situada (Hans-Georg
Gadamer). La hermenéutica es considerada la escuela de pensamiento opuesta al
positivismo.
Mauricio Beuchot
La propuesta de Hermenéutica Analógica hecha por Mauricio Beuchot surge a partir del
Congreso Nacional de Filosofía, llevado a cabo en la ciudad de Cuernavaca, en
6. Morelos, México, en 1993. Influenciado por otro gran filósofo argentino, Enrique
Dussel, y el llamado método analéptico, para posteriormente retomar ideas de la
analogía en Peirce, Mauricio Beuchot propone un proyecto hermenéutico novedoso y
original denominado Hermenéutica Analógica, o también, Hermenéutica Analógico-
Icónica. La Hermenéutica Analógica se estructura como intermedia entre la univocidad
y la equivocidad. La univocidad tiende a la identidad entre el significado y su
aplicación, es una idea positivista y fuerte que pretende objetividad. Por ejemplo la
hermenéutica de Emilio Betti. Mientras que la equivocidad es la diferencia del
significado y de aplicación, tiende al relativismo y subjetivismo. Por ejemplo la
filosofía de Ricard Rorty. La hermenéutica analógica trata de evitar posturas extremas,
abriendo el margen de las interpretaciones, jerarquizándolas de una manera ordenada de
modo que exista una interpretación que sea el analogado principal y otras
interpretaciones que sean analogazos secundarios. Así se plantea como una postura
moderada, que recupera la noción aristotélica de la Frónesis, y puede plantearse como la
interpretación de textos que permite una postura ni equivocista (lo que no es) ni
univocista (lo que es), sino prudente en un punto medio.
Estructuras básicas de la comprensión
• Estructura de horizonte: el contenido singular y aprendido en la totalidad de
un contexto de sentido, que es preaprendido y coaprendido.
• Estructura circular: la comprensión se mueve en una dialéctica entre la
precomprensión y la comprensión de la cosa, es un acontecimiento que progresa
en forma de espiral, en la medida que un elemento presupone otro y al mismo
tiempo hace como que va adelante.
• Estructura de diálogo: en el diálogo mantenemos nuestra comprensión abierta,
para enriquecerla y corregirla.
• Estructura de mediación: la mediación se presenta y se manifiesta en todos los
contenidos, pero se interpreta como comprensión en nuestro mundo y en nuestra
historia.
FILOSOFIA ANALITICA.
Filosofía analítica es un término genérico para un estilo de filosofía que comenzó a
dominar a los países de lengua inglesa en el siglo XX. En los Estados Unidos, el Reino
Unido, Canada, Escandinavia, Australia y Nueva Zelanda, la gran mayoría de los
departamentos de filosofía de las universidades se identifican a sí mismos como
departamentos “analíticos”.
El término “filosofía analítica” puede referirse a:
(a) Una tradición de hacer filosofía caracterizada por un énfasis en la claridad y la
argumentación, comúnmente alcanzadas a través de la lógica formal y el análisis del
lenguaje, y por un gran respeto por las ciencias naturales.
(b) Algunos desarrollos en la filosofía de inicios del siglo XX, tales como el trabajo de
Bertrand Russell y Gottlob Frege, y el positivismo lógico. En este sentido, la filosofía
7. analítica tiene compromisos filosóficos específicos (algunos rechazados por filósofos
analíticos contemporáneos), en concreto:
• La visión del positivista que considera que no hay verdades específicamente
filosóficas y que el objeto de la filosofía es la clarificación lógica de los
pensamientos. (Esto se puede contrastar con el fundacionismo tradicional,
derivado de Aristóteles, que mira a la filosofía como un tipo especial de ciencia,
la más alta, que investiga las razones fundamentales y los principios de todo.7
Como resultado, muchos filósofos analíticos han considerado a sus
investigaciones como continuas con, o subordinadas a, las de las ciencias
naturales.
• La visión de que la aclaración lógica de los pensamientos sólo puede ser
alcanzada a través del análisis de la forma lógica de proposiciones filosóficas.
(La forma lógica de una proposición es una forma de representarla
(normalmente usando la gramática formal y el simbolismo de un sistema lógico)
para mostrar su similaridad con todas las otras proposiciones del mismo tipo. Sin
embargo, los filósofos analíticos disienten ampliamente sobre cuál es la forma
lógica correcta del lenguaje ordinario.
• El rechazo de sistemas filosóficos omniabarcantes en favor de la atención a los
detalles, el sentido común y el lenguaje ordinario.El movimiento analítico: 1900
- 1960
Historia
En un sentido estrecho, “filosofía analítica” se usa para referirse a un programa
filosófico específico que usualmente se fecha entre 1900 aproximadamente y 1960.
El programa analítico en filosofía se fecha ordinariamente con el trabajo de los filósofos
ingleses Bertrand Russell y G.E. Moore a principios del siglo XX. Se alejaron de las
entonces formas dominantes de hegelianismo (objetando en particular su idealismo y su
obscuridad) y comenzaron a desarrollar un nuevo tipo de análisis conceptual, basado en
los nuevos desarrollos en lógica.
Los orígenes: Frege
Al inicio de su carrera, Russell y su colaborador Alfred North Whitehead, estuvo
fuertemente influenciado por Gottlob Frege, quien desarrolló el cálculo de predicados.
Esto permitió que se pudiera analizar la forma lógica de un gran rango de oraciones,
muchas más de las que permitía la lógica aristotélica. Frege fue una figura clave
también para la filosofía de las matemáticas. En contraste con la “Filosofía de la
Aritmética” de Husserl, que intentaba mostrar que el concepto de número cardinal se
deriva de actos mentales de agrupar objetos y contarlos, Frege buscó mostrar que las
matemáticas y la lógica tenían una validez propia, independiente de los juicios o estados
mentales de matemáticos y lógicos individuales (justo lo que proponía el psicologismo
de Husserl). En su obra cumbre, la ‘Conceptografía’, Frege construye la lógica moderna
a través de un cálculo de proposiciones y de predicados. Frege desarrolló su filosofía de
la lógica y de las matemáticas, sobre todo la noción lógica de número, en ‘Fundamentos
de la aritmética’ (1884) y ‘Leyes de la aritmética’ (1893 & 1904). Entre la publicación
de ambas obras, Frege desarrolló a profundidad los conceptos semánticos de sentido y
8. referencia, así como los lógicos de función, concepto y objeto. Bertrand Russell y
Alfred North Whitehead desarrollaron el logicismo fallido de Frege e intentaron mostrar
a su vez que las matemáticas son reducibles a principios lógicos fundamentales. Los
“Principia Mathematica” (1910-1913) alentaron a varios filósofos a tomar un renovado
interés en el desarrollo de la lógica simbólica. Además, Russell adoptó la lógica como
su herramienta filosófica primaria, una herramienta que pensó podía exponer la
estructura subyacente de diversos problemas filosóficos. Por ejemplo, las siguientes tres
oraciones, aunque similares en español, tiene tres diferentes significados en la lógica de
predicados:
• en 'el gato “está” dormido’: el “está” de predicación dice que 'x es P': P(x)
• en 'ahí “hay” un gato”’: el hay de existencia dice que hay una x: ∃(x)
• en 'tres “es” la mitad de seis’: el “es” de identidad dice que x es lo mismo que y:
x=y
Russell buscó resolver varios problemas filosóficos aplicando distinciones claras como
las anteriores. Su análisis más famoso quizá sea el de las descripciones definidas en
“Sobre la denotación”.
Análisis de un lenguaje ideal
Más o menos de 1910 a 1930, filósofos analíticos como Russell y Ludwig Wittgenstein
se enfocaron a crear un lenguaje ideal para el análisis filosófico que estaría libre de las
ambigüedades del lenguaje ordinario que, según su visión, usualmente metía en
problemas a los filósofos. En esta fase, Russell y Wittgenstein buscaron comprender el
lenguaje, y por tanto los problemas filosóficos, haciendo uso de la lógica formal para
formalizar las afirmaciones filosóficas. Wittgenstein desarrolló un sistema
comprehensivo de atomismo lógico en su “Tractatus lógico-philosophicus”. Ahí
argumentó, de modo bastante críptico a lo largo de varias sentencias, que el mundo es la
totalidad de los hechos, y los hechos pueden ser expresados en el lenguaje de lógica de
predicados de primer orden. Así, el lenguaje es una “figura” del mundo que se puede
construir expresando hechos atómicos en proposiciones atómicas ligándolas usando
operadores lógicos.
Positivismo lógico
Entre las décadas de 1920 y 1940, el formalismo de Russell en los “Principia
Matemática” y Wittgenstein en el “Tractatus lógico-philosophicus fue tomado muy en
serio por un grupo de pensadores en Viena y Berlín, quienes conformaron el Círculo de
Viena y el Círculo de Berlín. Su doctrina se conoce como positivismo lógico (o
empirismo lógico). El positivismo lógico usa herramientas lógicas formales para
sostener una explicación empirista de nuestro conocimiento del mundo. Filósofos como
Rudolf Carnap y Hans Reichenbach, junto con otros miembros del Círculo de Viena
sostenían que las verdades de la lógica y las matemáticas eran tautologías y las de la
ciencia eran aseveración empíricamente verificables. Estas dos constituían el universo
entero de juicios con significado; cualquier otra cosa era un sinsentido. Las
aseveraciones de la ética, la estética y la teología serían, de acuerdo con esto, pseudo-
afirmaciones, ni verdaderas ni falsas, sino puro sinsentido carente de significado. La
insistencia de Karl Popper en el rol de la falsación en filosofía de la ciencia constituyó
una reacción a los positivistas lógicos. Con la llegada al poder de Hitler y el Nazismo en
9. Alemania y Austria, muchos miembros de los círculos de Viena y Berlín se vieron
obligados a huir, debido a sus simpatías de izquierdas y el origen judío de algunos de
ellos. Se refugiaron sobre todo en el Reino Unido y en Estados Unidos, lo que ayudó a
reforzar el dominio del positivismo lógico y de la filosofía analítica en el mundo
angloparlante. Los positivistas lógicos típicamente consideraron que la filosofía tenía un
rol bastante estrecho. La filosofía tendría que ver con la clarificación del pensamiento,
más que con contenidos concretos propios. Los positivistas lógicos adoptaron el
principio de verificación o verificacionismo, según el cual toda aserción con significado
o bien es una proposición analítica o bien es susceptible de ser verificada a través de la
experiencia. Esto condujo a los positivistas lógicos a rechazar muchos problemas
filosóficos tradicionales, especialmente los de metafísica u ontología, por considerarlos
carentes de significado.
Análisis del lenguaje ordinario
Después de la Segunda Guerra Mundial hacia finales de la década de los cuarenta y
durante la década de los cincuenta, la filosofía analítica dio un giro hacia el análisis del
lenguaje ordinario. Este movimiento tuvo lugar en el auge de la filosofía tardía del en
ocasiones llamado “segundo” Wittgenstein, misma que se distancia en algunos puntos
centrales de su primera filosofía. En contraste con filósofos analíticos anteriores
(incluido el primer Wittgenstein), quienes pensaban que los filósofos debían evitar las
engañosas trampas del lenguaje natural construyendo lenguajes ideales, los filósofos del
lenguaje ordinario sostuvieron que el lenguaje natural de hecho refleja un gran número
de distinciones sutiles que suelen pasar inadvertidas en la formulación de teorías y
problemas filosóficos tradicionales. Mientras escuelas como el positivismo lógico se
centraban en términos lógicos, supuestamente universales e independientes de factores
contingentes como la cultura, el lenguaje, las condiciones históricas, etc., la filosofía del
lenguaje ordinario enfatiza el uso del lenguaje que hacen los usuarios ordinarios. Esto,
claro, acerca un poco más a la filosofía del lenguaje ordinario a disciplinas como la
historia y la sociología. Los filósofos del lenguaje ordinario más prominentes durante
los años cincuenta fueron Austin y Ryle, además del propio Wittgenstein. Bajo su
visión, los problemas filosóficos se disuelven, que no resuelven, mostrando que son
resultado de malinterpretar el lenguaje ordinario. El ejemplo de Ryle del "Fantasma en
la Máquina" y un sinfín acargo de Wittgenstein, entre otros.
Después de 1960
A principios de la década de los cincuenta, el positivismo lógico había sido fuertemente
desafiado por Wittgenstein en las “Investigaciones filosóficas”, Quine en “Dos dogmas
del empirismo” y por Wilfrid Sellars en “El empirismo y la filosofía de la mente”. En
los sesenta, tanto el positivismo lógico como la filosofía del lenguaje ordinario pasaron
rápidamente de moda y la filosofía en lengua inglesa comenzó a incorporar un mayor
rango de intereses, temas y métodos.] No obstante, hoy día la mayoría de los filósofos
de Estados Unidos, Reino Unido y Australia se consideran a sí mismos “filósofos
analíticos”. En gran medida la noción de “filosofía analítica” se extendió desde de los
programas específicos que dominaron la filosofía anglófona antes de 1960 a una noción
mucho más general de “estilo analítico”, caracterizado por la precisión y profundidad
con respecto a un tema limitado y en oposición a “discusiones imprecisas y arrogantes
sobre temas muy amplios”. Esta interpretación de la historia está muy lejos de ser
universalmente aceptada, y los oponentes de la filosofía analítica restan mucha
10. importancia al rol de Wittgenstein durante los sesenta y setenta. Peter Hacker,
representa la visión de los seguidores de Wittgenstein cuando critica que mucha de la
filosofía contemporánea que se dice a sí misma analítica realmente no merece el título.
De acuerdo con él, a mitad de la década de los setenta, en parte por razones económicas,
el centro de gravedad de la filosofía se trasladó de Gran Bretaña a los Estados Unidos,
donde la influencia de Wittgenstein nunca fue definitiva. Aquí, bajo la influencia del
creciente prestigio de ciertos desarrollos científicos y tecnológicos como las
informática, la neurofisiología y la lingüística chomskyiana, los argumentos
wittgensteinianos fueron relegados a un segundo término o descartados por completo.
“Lo que desde la perspectiva de Wittgenstein eran enfermedades del intelecto, muchas a
las que sucumbió en su juventud y en las que trabajó largo tiempo para extirparlas,
surgieron nuevamente en formas violentamente mutadas”. (Hacker, p. 272)
Filosofía analítica contemporánea
Aunque los filósofos contemporáneas que se identifican a sí mismos como “analíticos”
tienen intereses, presunciones y métodos divergentes –y en ocasiones han rechazado las
premisas fundamentales que definieron al movimiento antes de 1960- la filosofía
analítica, en su estado actual, se define por un estilo particular caracterizado por la
precisión y la profundidad sobre temas muy específicos. Algunos de los campos más
importantes y activos de la filosofía analítica contemporánea se resumen en las
siguientes secciones:
Filosofía de la mente y ciencias cognitivas
Motivado en parte por el interés en el verificacionismo de los positivistas lógicos, el
conductismo fue la teoría de la mente más prominente en la filosofía analítica de la
primera mitad del siglo XX. Los conductistas sostenían o bien que toda proposición
sobre la mente era equivalente a proposiciones sobre conducta y disposiciones para
actuar de modo particular o bien que los estados mentales eran equivalentes a conducta
y disposiciones para actuar. En la década de los cincuenta, el conductismo cedió
posiciones a favor del fisicalismo de tipos o teoría de la identidad y en los sesenta por el
funcionalismo y la teoría de la identidad de casos (en oposición a la de tipos), sobre
todo en la versión de Donald Davidson y su monismo anómalo. Actualmente los temas
de filosofía de la mente se encuentran estrechamente vinculados con diferentes aspectos
de las ciencias cognitivas como la modularidad de la mente o el innatismo. También ha
habido unos cuantos filósofos analíticos que han defendido el dualismo, la importancia
de la conciencia y el dualismo de propiedades, en buena medida alentados por David
Chalmers. John Searle sugiere que la obsesión con la filosofía del lenguaje en la primera
mitad del siglo XX fue superada en la segunda mitad por un mayor énfasis en la
filosofía de la mente, en la cual el funcionalismo probablemente sea la teoría dominante.
En años recientes, un tema central de investigación en filosofía de la mente ha sido la
conciencia. Las teorías más conocidas sobre la conciencia son la heterofenomenlogía de
Daniel Dennett; el representacionismo de Fred Dretske y Michael Tye; las teorías de
segundo-orden de David M. Rosenthal, David Armstrong y William Lycan; el tomismo
analítico de Anthony Kenny, además de la propia obra de John Searle.
Ética
11. La primera mitad del siglo XX estuvo marcada por una negligencia generalizada de la
ética filosófica y la popularidad de actitudes escépticas con respecto al valor (v.gr. el
emotivísimo). Durante este tiempo, el utilitarismo era la única aproximación no-
escéptica a la ética que siguió siendo popular. Sin embargo, en la segunda mitad del
siglo XX, varios filósofos analíticos comenzaron a recobrar el interés en la ética. El
libro “Filosofía moral moderna” de 1958 de Elizabeth Anscombe revivió la ética de
virtudes de Aristóteles y “Una teoría de la justicia” de 1971 de John Rawls restableció
el interés en la filosofía ética kantiana. Actualmente, la filosofía ética se halla dominada
por tres escuelas: el utilitarismo, la ética de virtudes y el kantismo. Otro desarrollo
importante en la segunda mitad del siglo XX (c. 1970) ha sido la gran preocupación de
la filosofía ética contemporánea con las aplicaciones prácticas de la ética, en especial en
relación con asuntos del medio ambiente, derechos de los animales y los grande retos de
la ciencia médica a través de la bioética. Como un efecto colateral del énfasis en la
lógica y el lenguaje en los años iniciales de la filosofía analítica, los filósofos analíticos
tenían poco que decir sobre la ética. La actitud estuvo bastante difundida y se orientaba
más a explicar por qué la filosofía tenía poco o nada que decir al respecto. Wittgenstein,
en el “Tractatus”, observa que los valores no pueden ser parte del mundo, y si en
realidad son algo deben estar de alguna manera más allá o fuera del mundo y por lo
tanto del lenguaje natural, que sirve para describir los hechos del mundo, y no puede
pronunciarse en absoluto sobre su valor. Una interpretación de estas observaciones
encontró eco en la doctrina de los positivistas lógicos de que las oraciones de valor –
incluyendo todos los juicios éticos y estéticos- no son en realidad proposiciones, es
decir, no pueden ser ni verdaderas ni falsas. Cuando mucho podían expresar la actitud
personal de un sujeto. La filosofía política y social, la ética y la estética, así como
materias especializadas como la filosofía de la historia fueron marginales en la filosofía
analítica por mucho tiempo. Para los años cincuenta, los ataques de Phillipa Foot a esta
posición contribuyeron al colapso del positivismo lógico y comenzó un renovado interés
en la ética. Foot promocionó mucho el estudio de la ética de virtudes, en oposición al
utilitarismo y la deontología de corte kantiano que sobrevivían en la época. En términos
de filosofía de la acción la monografía más importante quizá sea “Intención” de
Elizabeth Anscombe, a la cual Donald Davidson denominó como “el tratamiento más
importante de la acción desde Aristóteles”, y es normalmente considerada como una
obra maestra de la psicología moral. En su artículo de 1958, “Filosofía moral moderna”
introdujo el término “consecuencialismo” al léxico filosófico y declaró que el impasse
de la pregunta “ser-deber ser” era un callejón sin salida y condujo a revivir la ética de
virtudes.
Filosofía de la religión
Como con el estudio de la ética, la filosofía analítica temprana tendió a evitar el estudio
de la filosofía de la religión, en gran parte rechazando el tema como parte de la
metafísica y algo sin sentido. También en la segunda mitad del siglo XX comenzó a
haber un renovado interés en la filosofía de la religión, con destacados filósofos como
William Alston, J. L. Mackie, Alvin Plantinga, Tim O’Connor, Antony Flew y Richard
Swinburne. Plantinga, Mackie y Flew han debatido sobre la validez lógica de defensa
del libre albedrío como solución del problema del mal Alston, en conexión con la
filosofía del lenguaje, trabajó en la naturaleza del lenguaje religioso.
Filosofía política
12. La filosofía política analítica contemporánea le debe mucho a John Rawls, quien en dos
textos de los cincuenta: el artículo “Dos conceptos de reglas” y el libro Justicia como
equidad, y luego en su clásico libro de 1971 Una teoría de la justicia, produjo una
defensa sofisticada y refinadamente argumentada del liberalismo en política por la vía
contractualista. Siguió de cerca de Rawls el libro de Robert Nozick Anarquía, Estado y
Utopía, una defensa del liberalismo de libre mercado. A la par, Isaiah Berlín,
igualmente, ha tenido una gran influencia tanto en la filosofía política analítica como en
el liberalismo, principalmente a través de su conferencia que luego sería editada bajo el
nombre Dos conceptos de libertad. En décadas recientes ha habido muchas críticas al
liberalismo, incluyendo el feminismo de Catherine MacKinnon, el comunitarismo de
Michael Sandel y de Alasdair MacIntyre, y el multiculturalismo de Charles Taylor.
Aunque no se trata propiamente de un filósofo analítico, Jürgen Habermas es otra
importante figura en la filosofía política contemporánea y ha recibido bastante atención
por parte de la filosofía política analítica.
Comunitarismo
Comunitaristas como Alasdair MacIntyre, Michael Sandel y Charles Taylor ponen en
entredicho la presunción liberal de que el individuo puede verse como completamente
autónomo de la comunidad en la que vive y crece. En cambio, ellos pugnan por una
concepción del individuo que enfatiza el rol que juega la comunidad al forjar sus
valores, pensamientos, cosmovisiones y opiniones.
En este link también sale información pero no se si
también va http://pdf.rincondelvago.com/filosofos-y-
corrientes-filosoficas.html