El documento describe la mercantilización del sistema educativo chileno y propone algunas medidas para desmercantilizar la educación. Específicamente, explica cómo la educación se ha convertido en un producto que se intercambia en el mercado y cómo esto ha generado desigualdades y distorsiones como la reproducción de la estratificación social. También propone fortalecer la educación pública a través de un financiamiento estatal preferente y la participación comunitaria, así como regular a los sostenedores privados para que cumplan con criterios