Kissinger basó su teoría de relaciones internacionales en el análisis de Europa a principios del siglo XX. Estudió la naturaleza del liderazgo político y la relación entre la diplomacia y la política militar en sistemas internacionales estables y revolucionarios. Desarrolló dos modelos: un sistema estable basado en la legitimidad generalmente aceptada, y un sistema revolucionario en el que una potencia busca transformar el orden existente. Kissinger argumentó que la estabilidad resulta de la legitimidad, no de la búsqueda