La hormona del crecimiento ejerce sus efectos a través de sustancias intermediarias llamadas somatomedinas, especialmente la somatomedina C. Se han aislado cuatro somatomedinas, siendo la más importante la somatomedina C o factor de crecimiento parecido a la insulina I (IGF1). Los pigmeos africanos sufren de un defecto congénito que les impide sintetizar cantidades elevadas de IGF1.