Iñigo Sagardoy de Simón, abogado y profesor titular de Derecho del Trabajo en la Universidad Francisco de Vitoria, valora los últimos datos de empleo en El Mundo
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Iñigo Sagardoy de Simón, abogado y profesor titular de Derecho del Trabajo en la Universidad Francisco de Vitoria, valora los últimos datos de empleo
1. 2016 29
i ECONOMÍA
A. Matilla y E. Amade / EL MUNDO
n %)
< 25 25 y más
OCUPADOS POR SECTORES (en miles)
TOTAL
18.094,2
(525,1)
Servicios
13.792,5 (421,5)
Agricultura
779,7
(50,8)
Construcción
1.058,5
(28,1)
Industria
2.463,4 (24,6)
PARADOS POR SECTORES (en miles)
Servicios
Industria
TOTAL
4.779,5
(-678,2)
2.328,7 (-425,4)
1.377,5 (-53,4)
Agricultura
222,6
(-48,8)
Construcción
207,6 (-21,3) 174,4 (-37,7)
Busca
primer empleo
468,7 (-91,7)
Perdieron su empleo
hace más de 1 año
La crisis se ceba con las empresas de I+D
El gran reto que tenemos por delante es la crea-
ción de empleo. Un desafío en mitad de una tor-
menta perfecta de cambios en las organizacio-
nes, de impacto de las nuevas tecnologías, de
nuevas formas de trabajo, de globalización de la
economía, y, en fin, de competencia feroz en to-
dos los ámbitos. Nada fácil. Los efectos de la
macroeconomía (tipos de interés, petróleo, etc.)
y de la geopolítica (inmigración, crisis de países,
etc.) afectan a todos por igual, pero lo cierto es
que hay países que consiguen superar el reto y
mejorar su mercado laboral, y otros no. Y es que
el empleo se crea por una suma de cuatro facto-
res muy relacionados entre sí: la confianza de
los empresarios e inversores por un entorno fa-
vorable de crecimiento económico, dentro de
otro de estabilidad política; reformas económi-
cas que liberalicen productos, mercados y servi-
cios; regulaciones laborales que supongan re-
mover obstáculos para facilitar la contratación y
el empleo estable; y, finalmente, prácticas acor-
dadas en las empresas y con los agentes socia-
les que escapen de la arbitrariedad y planteen
soluciones para el mercado de trabajo.
Cualquier país occidental con buenas tasas de
empleo ha respetado estos principios, consi-
guiendo que en situaciones difíciles, con reque-
rimiento de sacrificios importantes a corto pla-
zo, se haya salido de las mismas con mayor vi-
gor. Esto es lo ortodoxo y comprobable. España
está recorriendo ese camino, que nadie augura-
ba fácil pero que es necesario para equilibrar el
sistema económico y el mercado laboral. Por
ello, en España no son tiempos de aventuras si-
no de realidades sensatas. Si hay algo que repu-
dia la heterodoxia, es la creación de empleo.
Y de ahí los últimos datos que acabamos de
conocer. La última EPA histórica de ayer –es de-
cir, los datos reales– ha venido a demostrar que
frente a entornos económicos del pasado en
nuestro país, todo el crecimiento económico se
está trasladando al empleo. España ha recupe-
rado un tercio de los empleos destruidos duran-
te la crisis, y el paro se reduce más rápido que
nunca, siendo España el líder en la creación de
empleo a nivel europeo, incluido el indefinido.
Son muy buenas noticias que no se pueden ob-
viar ni minimizar. Se ha producido una rever-
sión de la situación de degra-
dación en la que se encon-
traba el mercado laboral
hace pocos años.
De cualquier forma es
preciso tener muy claro que
la eficiencia económica debe
ir atemperada por la eficien-
cia social. Un crecimiento
económico sin filosofía so-
cial subyacente tiene poco recorrido y conse-
cuencias negativas, ya que el malestar social es
un torpedo en la cohesión de la sociedad y en la
felicidad de las personas. Las consecuencias de
una política económica ensimismada en sus fe-
tiches de ratios y eficiencia, suelen ser la crispa-
ción social, la desestructuración de la sociedad,
el desánimo y al final el retroceso económico.
Dicho de otro modo: la estabilidad y el creci-
miento económico son fundamentales (si no hay
tarta, mal se puede repartir nada) pero deben ir
acompañadas de una distribución equitativa de
los bienes y servicios.
El Gobierno ha hecho una labor muy meri-
toria en el desastre económico que teníamos
y así lo han reconocido en las altas instancias
de la gobernanza económica. Y eso era algo
fundamental. Pero evidentemente –y estoy se-
guro de que nuestros gobernantes son cons-
cientes de ello–, el tema social tiene una gran
trascendencia y si no se solucionan sus pro-
blemas fundamentales, de poco valdrá el éxi-
to económico. Como han dicho no hace mu-
cho los dos grandes periódicos económicos,
en una visión bifronte de España, hemos te-
nido «un gran éxito económico a pesar de la
crisis social» (Wall Street Journal) y tenemos
«una gran crisis social a pesar del éxito eco-
nómico» (Financial Times).
Ahora toca administrar
bien lo conseguido, seguir
impulsando la economía ha-
cia el empleo y lograr un
equilibrio socioeconómico
que mejore la calidad de vida
de todos. En todo caso, noti-
cias como las de ayer son las
que realmente alimentan la
esperanza de que se puede
conseguir y que, con políticas acertadas y realis-
tas, la economía española es capaz de crear em-
pleos masivamente sin necesidad de incurrir en
desequilibrios económicos. Ésa es la forma de
evitar las desigualdades, con mayor y mejor em-
pleo.
Iñigo Sagardoy de Simón es abogado y profesor titu-
lar de Derecho del Trabajo en la Universidad Francis-
co de Vitoria.
Sueño
o realidad
ÍÑIGO SAGARDOY
«Ahora toca lograr
un equilibrio que
mejore la calidad
de vida de todos»
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E.G.M.:
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ECONOMIA
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29 Enero, 2016