Estructura y elaboración de un presupuesto financiero
Lo urgente y lo importante
1. LO URGENTE Y LO IMPORTANTE.
Manfred Nolte
La gran crisis inacabada de 2008 llevó al ánimo colectivo el convencimiento de
que la economía española debía buena parte de su fragilidad diferencial respecto
de los países punteros de la Unión Europea (UE) y del mundo desarrollado, a las
especiales características de su modelo productivo, uno basado en buena parte en
la competitividad en los precios, la construcción y en la masificación de la oferta
en el sector servicios, que ofrecía con escaso margen pero con una sustantiva
cantidad, la necesaria contribución al PIB, a la demanda agregada, a las rentas y
al empleo de la economía española. La lección apenas fue asumida y trasladada a
la actividad productiva, con la muy notable excepción del viraje exitoso hacia las
exportaciones, cuando estalló la crisis Covid.
La lección que no se supo o que no hubo tiempo para aprender ha recobrado su
dramática actualidad a lo largo de los últimos meses, donde la sanidad española
ha revelado notables fisuras y la economía del país ha escalado a la cima de los
infortunios siendo triste líder en el ranking de la UE y de la OCDE en cuanto al
desplome del PIB, la acumulación del desempleo, la magnitud del déficit fiscal y
el acrecentamiento amenazante del stock de deuda pública. Las terapias
anticíclicas aplicadas al alivio de tantos y graves malos han sido coherentes y
deben ser aplaudidas, tanto a nivel del gasto incurrido en las políticas fiscales
como en la generosa liquidez y facilidades crediticias provistas. En esta ocasión,
además, y a diferente de lo ocurrido en la estela de 2008 nadie ha vacilado en
apoyar ideológicamente la pertinencia de tales políticas y celebrar que a las
acciones del gobierno de la nación se hayan sumado las de origen comunitario,
donde por primera vez en la historia de la UE, se va a producir una acción fiscal
común y solidaria sustentada en la emisión de algo que si no son los denostados
2. eurobonos de largos y enconados desacuerdos, se le parecen una enormidad.
Hasta ahí todo bien, sin olvidar las oportunas palabras de la directora general del
FMI, Kristalina Georgieva cuando recuerda que se deben guardar celosamente
facturas y recibos de los gastos incurridos para evitar conductas corruptas y
asumir, cuando toque, la reparación de los estragos de este naufragio general.
Lo malo, y se adelantan las disculpas por lo que puede interpretarse como un
toque de pesimismo, es que, en lo sustantivo, esto es, en lo que se refiere a la
adaptación y mejora de las estructuras que configuran nuestro sistema
institucional, jurídico y económico, se ha hecho poco o muy poco. Pero la cosa no
queda ahí, ya que algunos aspectos positivos que han ayudado al rescate de
nuestra economía en tiempos cercanos están sometidas a impaciente escrutinio,
con lo que finalmente existeel peligro de no solamente no caminar hacia adelante
sino de deslizarse hacia atrás. No oculto la referencia tácita a la reciente iniciativa
de reformar la reforma laboral, que -aunque perfectible en algunos aspectos- ha
contado con la apreciación positiva y el apoyo de un amplísimo espectro de
opiniones cualificadas, cuya calidad y cantidad no cabe repetir hoy aquí.
Los cambios atañen a la naturaleza de la evolución de la vida. Perotras dos crisis
económicas estos resultan indiscutibles, cambios que ya eran exigibles antes de
la irrupción de la pandemia.
Reformar estructuras es algo fácil de entender, pero muy difícil de realizar,
porque, por lo general, deben vencer las resistencias regulatorias y la miopía en
las voluntades, además de requerir como regla ordinaria una dilatada asignación
de tiempo. Se trata de avanzar en la respuesta de nuestra oferta productiva para
asegurar la demanda de nuestra producción el día de mañana. No es difícil hallar
propuestas atinadas sobre la concreción y alcance de estas reformas. Las mismas
recomendaciones del llamado ‘semestre europeo’ ofrecen un buen muestrario de
estas, repertorio que se ha concretado, aun más si cabe, con los destinos de los
fondos de recuperación europeos #NextGenerationEU, programa que constituye
una oportunidad irrepetible para el país. Adaptación a la transición ecológica y
digital, diseño de un mercado setrabajo sostenible y de futuro, la nuevaeconomía
de los cuidados, la cohesión social o el acceso al modelo de colaboración público-
privada entre muchas más.
Pero la última razón de nuestra debilidad y por lo tanto el motivo de la renovada
urgencia en abordar sus fuentes y causalidades se halla en el nulo incremento de
la productividad de nuestro sistema, que hunde sus raíces no solo en factores
sectoriales como la escasa industrialización o la raquítica talla de nuestras
empresas sino, y sobre todo, en el bajo nivel cultural y en la menguada tasa de
conocimiento de nuestra población, que supone un arduo obstáculo para nuestra
competitividad. La deficitaria asignación de fondos para la I+D+i y en general
para la cultura, el conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación no hacen
sino echar leña al fuego de los problemas anteriores.
Lo urgente y prioritario en España hoy es ganar la batalla de la vacunación, cuyo
ritmo se acerca a lo decepcionante, y apuntalar el tejido productivo que registre
el mínimo número de bajas para el futuro inmediato.
Lo importante a medio plazo es aunar esfuerzos para adaptar y transformar
nuestro modelo productivo.