El documento describe la base económica y territorial de los pueblos indígenas en México. Se centra principalmente en la agricultura de subsistencia como maíz, frijoles y calabazas cultivados de manera comunal en pequeñas parcelas. También incluye cultivos comerciales orientados al mercado y cultivos de traspatio realizados por las mujeres. La tierra comunal es fundamental para la identidad y supervivencia de las comunidades indígenas.