Este documento presenta un prólogo escrito por Alberto Cordero para la monografía número 100 de la revista Investigación y Ciencia sobre filosofía de la ciencia. El prólogo describe cinco usos principales de la filosofía de la ciencia: 1) la crítica de las ideas, métodos y resultados de la ciencia, 2) el ascenso del pensamiento científico moderno como una nueva forma de racionalidad, 3) el análisis de nuevas aperturas en la imaginación inducidas por la ciencia, 4) conocer el mundo sin garantías
Programa de Investigación Científica - Imre Lakatosroxy
El documento resume la teoría del filósofo húngaro Imre Lakatos sobre los programas de investigación científica. Lakatos critica el falsacionismo ingenuo de Popper y propone en su lugar que la unidad de análisis epistemológico sea el programa de investigación científica. Un programa consta de un núcleo central irrefutable y un cinturón protector de hipótesis auxiliares refutables. Un programa es progresivo si anticipa nuevos hechos y regresivo si sólo acomoda los conocidos. Los programas deb
Tema 1-presentacion-epistemologia de la investigacionJuanita Rincón
El documento trata sobre la epistemología de la investigación. Explica brevemente la alegoría de la caverna de Platón y diferentes enfoques epistemológicos como el hipotético deductivo, inductivo y de proyecto. También discute autores clave en la epistemología como Popper, Kuhn, Locke y cómo se ha desarrollado la ciencia a través de la historia.
El documento describe la visión falsacionista de la ciencia. Según esta visión, la ciencia progresa mediante la formulación de conjeturas o hipótesis que luego son sometidas a pruebas de refutación. Las teorías no pueden probarse como verdaderas de forma definitiva, sino que solo pueden mostrarse como las explicaciones más adecuadas disponibles hasta el momento al no haber sido refutadas por la observación y experimentación. El progreso científico se da a través de la refutación de teorías anteriores y la formulación de
Este documento trata sobre la epistemología y la filosofía de la ciencia. 1) Explica que la epistemología estudia cómo se genera y valida el conocimiento científico, considerando factores sociales, psicológicos e históricos. 2) Señala que en Latinoamérica existe poca importancia de esta disciplina en las universidades, lo que afecta negativamente el desarrollo de una buena investigación científica. 3) Discute las relaciones entre la filosofía y la ciencia, y las distintas disciplinas af
Este documento resume brevemente la historia y evolución de varias ramas de la ciencia como las matemáticas, la física, la medicina, la química y la tecnología. Detalla los orígenes y principales descubrimientos de cada disciplina desde la prehistoria hasta el siglo XXI, incluyendo figuras científicas clave. Concluye que la ciencia nos ha ayudado a mejorar nuestra comprensión del mundo y calidad de vida a través del trabajo de muchos científicos a lo largo de la historia.
El documento resume las ideas principales del filósofo Karl Popper sobre el falsacionismo. Según Popper, la ciencia avanza mediante la propuesta de hipótesis falsables que pueden ser refutadas por la observación y experimentación. Para que una teoría sea considerada científica, debe ser posible demostrar su falsedad. La ciencia progresa cuando las teorías existentes son falsadas y reemplazadas por nuevas teorías con mayor valor explicativo.
Este documento presenta una descripción general de la ciencia y su método. En menos de 3 oraciones, resume lo siguiente:
La ciencia se caracteriza por ser un conocimiento sistemático, analítico, verificable y falible que se basa en la observación y experimentación para descubrir patrones y leyes que expliquen los fenómenos naturales. El método científico involucra la formulación de hipótesis y teorías sobre la base de la evidencia empírica, y someter dichas hipótesis a pruebas experimentales y observaciones para verificar
El documento resume los primeros cinco capítulos del libro "La estructura de las revoluciones científicas" de Kuhn. Kuhn argumenta que la ciencia no progresa mediante la acumulación lineal de descubrimientos, sino a través de revoluciones científicas donde un paradigma es reemplazado por otro. Define el concepto de paradigma y describe las características de la ciencia normal, donde los científicos resuelven puzzles basados en el paradigma reinante. Explica que los paradigmas guían la investigación científica sin
Programa de Investigación Científica - Imre Lakatosroxy
El documento resume la teoría del filósofo húngaro Imre Lakatos sobre los programas de investigación científica. Lakatos critica el falsacionismo ingenuo de Popper y propone en su lugar que la unidad de análisis epistemológico sea el programa de investigación científica. Un programa consta de un núcleo central irrefutable y un cinturón protector de hipótesis auxiliares refutables. Un programa es progresivo si anticipa nuevos hechos y regresivo si sólo acomoda los conocidos. Los programas deb
Tema 1-presentacion-epistemologia de la investigacionJuanita Rincón
El documento trata sobre la epistemología de la investigación. Explica brevemente la alegoría de la caverna de Platón y diferentes enfoques epistemológicos como el hipotético deductivo, inductivo y de proyecto. También discute autores clave en la epistemología como Popper, Kuhn, Locke y cómo se ha desarrollado la ciencia a través de la historia.
El documento describe la visión falsacionista de la ciencia. Según esta visión, la ciencia progresa mediante la formulación de conjeturas o hipótesis que luego son sometidas a pruebas de refutación. Las teorías no pueden probarse como verdaderas de forma definitiva, sino que solo pueden mostrarse como las explicaciones más adecuadas disponibles hasta el momento al no haber sido refutadas por la observación y experimentación. El progreso científico se da a través de la refutación de teorías anteriores y la formulación de
Este documento trata sobre la epistemología y la filosofía de la ciencia. 1) Explica que la epistemología estudia cómo se genera y valida el conocimiento científico, considerando factores sociales, psicológicos e históricos. 2) Señala que en Latinoamérica existe poca importancia de esta disciplina en las universidades, lo que afecta negativamente el desarrollo de una buena investigación científica. 3) Discute las relaciones entre la filosofía y la ciencia, y las distintas disciplinas af
Este documento resume brevemente la historia y evolución de varias ramas de la ciencia como las matemáticas, la física, la medicina, la química y la tecnología. Detalla los orígenes y principales descubrimientos de cada disciplina desde la prehistoria hasta el siglo XXI, incluyendo figuras científicas clave. Concluye que la ciencia nos ha ayudado a mejorar nuestra comprensión del mundo y calidad de vida a través del trabajo de muchos científicos a lo largo de la historia.
El documento resume las ideas principales del filósofo Karl Popper sobre el falsacionismo. Según Popper, la ciencia avanza mediante la propuesta de hipótesis falsables que pueden ser refutadas por la observación y experimentación. Para que una teoría sea considerada científica, debe ser posible demostrar su falsedad. La ciencia progresa cuando las teorías existentes son falsadas y reemplazadas por nuevas teorías con mayor valor explicativo.
Este documento presenta una descripción general de la ciencia y su método. En menos de 3 oraciones, resume lo siguiente:
La ciencia se caracteriza por ser un conocimiento sistemático, analítico, verificable y falible que se basa en la observación y experimentación para descubrir patrones y leyes que expliquen los fenómenos naturales. El método científico involucra la formulación de hipótesis y teorías sobre la base de la evidencia empírica, y someter dichas hipótesis a pruebas experimentales y observaciones para verificar
El documento resume los primeros cinco capítulos del libro "La estructura de las revoluciones científicas" de Kuhn. Kuhn argumenta que la ciencia no progresa mediante la acumulación lineal de descubrimientos, sino a través de revoluciones científicas donde un paradigma es reemplazado por otro. Define el concepto de paradigma y describe las características de la ciencia normal, donde los científicos resuelven puzzles basados en el paradigma reinante. Explica que los paradigmas guían la investigación científica sin
El documento compara el positivismo y el falsacionismo popperiano. El positivismo se basa en el método inductivo y la verificación empírica, mientras que Popper critica la inducción y la verificación, proponiendo en su lugar que una teoría puede ser falsada pero no verificada, y que el progreso científico viene de refutar teorías existentes. Popper también establece un criterio de demarcación entre ciencia y no-ciencia basado en la refutabilidad.
La tensión entre el conocimiento y la ignorancia lleva a la formulación de problemas y ensayos de solución. El método científico implica proponer soluciones a través de ensayos y someterlas a una crítica objetiva con el fin de refutarlas o aceptarlas provisionalmente. La objetividad radica en la tradición crítica que permite cuestionar dogmas dominantes.
La epistemología estudia el conocimiento científico de manera crítica. Examina conceptos como la ciencia, el sistema conceptual científico, y el conocimiento científico. También considera la relación entre la ciencia y la filosofía, y la interacción de la epistemología con disciplinas afines como la lógica y la ciencia de la ciencia. Explora definiciones de la epistemología y su campo de estudio. Además, revisa brevemente la historia y periodos de la epistemología, así como sus usos prá
Este documento describe las etapas del desarrollo científico según Thomas Kuhn, incluyendo la pre-ciencia, la ciencia normal, la crisis científica y la ciencia revolucionaria. Explica que la ciencia normal opera dentro de un paradigma aceptado que guía la investigación, pero las anomalías pueden conducir a una crisis del paradigma y el surgimiento de uno nuevo a través de la investigación extraordinaria durante una revolución científica.
La ciencia se basa en el método científico, que incluye formular hipótesis verificables y someterlas a prueba mediante la observación y el experimento. El conocimiento científico es provisional y objetivo, ya que se basa en hechos empíricos que pueden ser verificados de manera independiente. El método científico busca el conocimiento verificable pero no da resultados definitivos, sino que todo conocimiento es susceptible de ser modificado a la luz de nueva evidencia.
Este documento presenta un resumen de la epistemología y del método científico. Introduce los conceptos clave de la epistemología y analiza su evolución histórica, desde sus orígenes hasta convertirse en una disciplina profesional. También examina las diferentes ramas de la epistemología, como la filosofía de las ciencias formales, la física, la biología, la psicología y las ciencias sociales. Finalmente, discute la utilidad de la epistemología para comprender mejor el conocimiento científico.
El documento presenta conceptos clave de la filosofía de la ciencia como epistemología, metafísica, circulo de Viena y pseudociencia. Luego resume las perspectivas de Thomas Kuhn y Karl Popper, dos importantes filósofos de la ciencia. Kuhn propuso que el progreso científico ocurre a través de revoluciones entre paradigmas incomensurables, mientras que Popper argumentó que la demarcación entre ciencia y no ciencia se da mediante la falsabilidad y no la verificación.
Nuestro mayor interés es guiar a los investigadores en seguir paso a paso las etapas del proceso investigativo, y así llegar a una correcta construcción del Marco Teórico.
El documento trata sobre la epistemología y la filosofía de la ciencia. La epistemología estudia el conocimiento, mientras que la filosofía de la ciencia investiga el conocimiento científico y la práctica científica. El documento discute diferentes visiones sobre criterios de demarcación entre ciencia y no-ciencia, así como debates sobre si la ciencia puede acceder a la verdad objetiva.
El Círculo de Viena fue un movimiento filosófico y científico formado en Viena en 1922 que se disolvió en 1936. Estaba compuesto por científicos y filósofos como Moritz Schlick que se reunían para crear un programa de ciencia unificada basada en la lógica y la experiencia empírica, rechazando la metafísica. Sus ideas incluían el empirismo, el naturalismo y el cientificismo.
Theodor W. Adorno desarrolló una "dialéctica negativa" que rechazaba afirmaciones absolutas y buscaba captar la realidad en su contradicción mediante un pensamiento dialéctico en constante movimiento. Su método crítico examinaba distintos fenómenos sociales burgueses para desarrollar la conciencia crítica y revelar la falsedad de las filosofías idealistas subyacentes. Adorno también se dedicó al análisis de Kant, Hegel y Heidegger para relacionarlos con la fenomenología
La diferencia conceptual de epistemología en autores comoAlejandra Acurio
Los autores definen la epistemología de diferentes formas: para Piaget es el estudio del proceso de adquirir conocimiento más avanzado, mientras que para Ceberino y Watzlawich es el estudio de los elementos que procuran la adquisición del conocimiento. Jaramillo considera la epistemología como el estudio del conocimiento que sustenta una disciplina y su influencia social.
El documento describe el contexto histórico y filosófico del Positivismo Lógico y el Círculo de Viena. El Positivismo Lógico, también conocido como Neopositivismo, fue un movimiento filosófico fundado en Viena que criticó las tesis metafísicas tradicionales y enfatizó la verificación empírica. El Círculo de Viena, fundado por Moritz Schlick, promovió esta visión y tuvo influencia internacional hasta su disolución en 1938.
La ciencia su método y su filosofía para publicarMily BaVill
Este documento resume cuatro ensayos de Mario Bunge sobre la ciencia. Define la ciencia como conocimiento sistemático y verificable, y distingue entre ciencias formales e ideales que usan lógica y ciencias fácticas o materiales que usan observación y experimento. Explica que el método científico incluye plantear problemas, formular hipótesis, probarlas y ajustar teorías. Las leyes científicas representan relaciones constantes o principios generales. Finalmente, discute las relaciones entre filosofía y ci
Este documento resume las ideas centrales del racionalismo crítico de Karl Popper. Popper propuso que la ciencia avanza a través de la falsación de hipótesis, no de su verificación. Criticó el positivismo lógico y creyó que el conocimiento científico evoluciona a través de un proceso de refutación continua de teorías. Popper rechazó la idea de que la ciencia se basa en la inducción y afirmó que el objetivo de la investigación científica es eliminar las hipótesis que conducen a conclusion
Thomas Kuhn propuso que la ciencia evoluciona en cinco fases dinámicas: 1) el establecimiento de un paradigma dominante, 2) investigación normal basada en ese paradigma, 3) el surgimiento de anomalías que generan una crisis, 4) una revolución científica que reemplaza al paradigma anterior, y 5) el establecimiento de un nuevo paradigma. Kuhn argumentó que este proceso histórico y no lineal de transición de paradigmas, en lugar de un progreso acumulativo, es lo que impulsa el desarrollo de la ci
Se trata de una presentación con los elementos principales de la hermenéutica, precursores y aportes. Además se relata sobre la heurística, la narrativa y la complejidad.
El documento resume las ideas principales del racionalismo crítico como corriente epistemológica del siglo XX. Enfatiza el papel de la razón y la crítica en la adquisición del conocimiento científico. Se opone al empirismo y al positivismo. Su principal exponente fue Karl Popper, quien propuso el falsacionismo como criterio de demarcación entre ciencia y no ciencia a través del método hipotético-deductivo.
Resumen de la obra la estructura de la revolución científica. RGCHOCCEL
1) El documento resume los primeros capítulos de "La estructura de las revoluciones científicas" de Thomas Kuhn. 2) Kuhn argumenta que la ciencia no progresa de forma acumulativa, sino a través de revoluciones científicas que reemplazan los viejos paradigmas. 3) La ciencia normal ocurre entre revoluciones y se basa en la investigación de problemas guiada por los paradigmas existentes, buscando resolver enigmas dentro de esos marcos teóricos.
El documento describe los orígenes y desarrollo de la investigación científica en enfermería. Explica los diferentes métodos de investigación como el cuantitativo y cualitativo, y los paradigmas como el empírico, simbólico-interpretativo y dialéctico crítico. También describe las etapas del método científico como la formulación del problema, hipótesis, recolección de datos, análisis e interpretación. Finalmente, discute los conceptos clave en la filosofía de la ciencia como falsación, paradigma y
Este documento presenta 12 tesis erróneas comúnmente sostenidas sobre la ciencia y la tecnología. El autor argumenta que la ciencia no comienza con la observación sin hipótesis previas, sino que involucra creatividad e invención. También señala que la ciencia no es un proceso algorítmico ni especializado, sino que implica trabajo colectivo. Finalmente, sostiene que la ciencia no es neutral sino que está influenciada por factores sociales y culturales.
El documento compara el positivismo y el falsacionismo popperiano. El positivismo se basa en el método inductivo y la verificación empírica, mientras que Popper critica la inducción y la verificación, proponiendo en su lugar que una teoría puede ser falsada pero no verificada, y que el progreso científico viene de refutar teorías existentes. Popper también establece un criterio de demarcación entre ciencia y no-ciencia basado en la refutabilidad.
La tensión entre el conocimiento y la ignorancia lleva a la formulación de problemas y ensayos de solución. El método científico implica proponer soluciones a través de ensayos y someterlas a una crítica objetiva con el fin de refutarlas o aceptarlas provisionalmente. La objetividad radica en la tradición crítica que permite cuestionar dogmas dominantes.
La epistemología estudia el conocimiento científico de manera crítica. Examina conceptos como la ciencia, el sistema conceptual científico, y el conocimiento científico. También considera la relación entre la ciencia y la filosofía, y la interacción de la epistemología con disciplinas afines como la lógica y la ciencia de la ciencia. Explora definiciones de la epistemología y su campo de estudio. Además, revisa brevemente la historia y periodos de la epistemología, así como sus usos prá
Este documento describe las etapas del desarrollo científico según Thomas Kuhn, incluyendo la pre-ciencia, la ciencia normal, la crisis científica y la ciencia revolucionaria. Explica que la ciencia normal opera dentro de un paradigma aceptado que guía la investigación, pero las anomalías pueden conducir a una crisis del paradigma y el surgimiento de uno nuevo a través de la investigación extraordinaria durante una revolución científica.
La ciencia se basa en el método científico, que incluye formular hipótesis verificables y someterlas a prueba mediante la observación y el experimento. El conocimiento científico es provisional y objetivo, ya que se basa en hechos empíricos que pueden ser verificados de manera independiente. El método científico busca el conocimiento verificable pero no da resultados definitivos, sino que todo conocimiento es susceptible de ser modificado a la luz de nueva evidencia.
Este documento presenta un resumen de la epistemología y del método científico. Introduce los conceptos clave de la epistemología y analiza su evolución histórica, desde sus orígenes hasta convertirse en una disciplina profesional. También examina las diferentes ramas de la epistemología, como la filosofía de las ciencias formales, la física, la biología, la psicología y las ciencias sociales. Finalmente, discute la utilidad de la epistemología para comprender mejor el conocimiento científico.
El documento presenta conceptos clave de la filosofía de la ciencia como epistemología, metafísica, circulo de Viena y pseudociencia. Luego resume las perspectivas de Thomas Kuhn y Karl Popper, dos importantes filósofos de la ciencia. Kuhn propuso que el progreso científico ocurre a través de revoluciones entre paradigmas incomensurables, mientras que Popper argumentó que la demarcación entre ciencia y no ciencia se da mediante la falsabilidad y no la verificación.
Nuestro mayor interés es guiar a los investigadores en seguir paso a paso las etapas del proceso investigativo, y así llegar a una correcta construcción del Marco Teórico.
El documento trata sobre la epistemología y la filosofía de la ciencia. La epistemología estudia el conocimiento, mientras que la filosofía de la ciencia investiga el conocimiento científico y la práctica científica. El documento discute diferentes visiones sobre criterios de demarcación entre ciencia y no-ciencia, así como debates sobre si la ciencia puede acceder a la verdad objetiva.
El Círculo de Viena fue un movimiento filosófico y científico formado en Viena en 1922 que se disolvió en 1936. Estaba compuesto por científicos y filósofos como Moritz Schlick que se reunían para crear un programa de ciencia unificada basada en la lógica y la experiencia empírica, rechazando la metafísica. Sus ideas incluían el empirismo, el naturalismo y el cientificismo.
Theodor W. Adorno desarrolló una "dialéctica negativa" que rechazaba afirmaciones absolutas y buscaba captar la realidad en su contradicción mediante un pensamiento dialéctico en constante movimiento. Su método crítico examinaba distintos fenómenos sociales burgueses para desarrollar la conciencia crítica y revelar la falsedad de las filosofías idealistas subyacentes. Adorno también se dedicó al análisis de Kant, Hegel y Heidegger para relacionarlos con la fenomenología
La diferencia conceptual de epistemología en autores comoAlejandra Acurio
Los autores definen la epistemología de diferentes formas: para Piaget es el estudio del proceso de adquirir conocimiento más avanzado, mientras que para Ceberino y Watzlawich es el estudio de los elementos que procuran la adquisición del conocimiento. Jaramillo considera la epistemología como el estudio del conocimiento que sustenta una disciplina y su influencia social.
El documento describe el contexto histórico y filosófico del Positivismo Lógico y el Círculo de Viena. El Positivismo Lógico, también conocido como Neopositivismo, fue un movimiento filosófico fundado en Viena que criticó las tesis metafísicas tradicionales y enfatizó la verificación empírica. El Círculo de Viena, fundado por Moritz Schlick, promovió esta visión y tuvo influencia internacional hasta su disolución en 1938.
La ciencia su método y su filosofía para publicarMily BaVill
Este documento resume cuatro ensayos de Mario Bunge sobre la ciencia. Define la ciencia como conocimiento sistemático y verificable, y distingue entre ciencias formales e ideales que usan lógica y ciencias fácticas o materiales que usan observación y experimento. Explica que el método científico incluye plantear problemas, formular hipótesis, probarlas y ajustar teorías. Las leyes científicas representan relaciones constantes o principios generales. Finalmente, discute las relaciones entre filosofía y ci
Este documento resume las ideas centrales del racionalismo crítico de Karl Popper. Popper propuso que la ciencia avanza a través de la falsación de hipótesis, no de su verificación. Criticó el positivismo lógico y creyó que el conocimiento científico evoluciona a través de un proceso de refutación continua de teorías. Popper rechazó la idea de que la ciencia se basa en la inducción y afirmó que el objetivo de la investigación científica es eliminar las hipótesis que conducen a conclusion
Thomas Kuhn propuso que la ciencia evoluciona en cinco fases dinámicas: 1) el establecimiento de un paradigma dominante, 2) investigación normal basada en ese paradigma, 3) el surgimiento de anomalías que generan una crisis, 4) una revolución científica que reemplaza al paradigma anterior, y 5) el establecimiento de un nuevo paradigma. Kuhn argumentó que este proceso histórico y no lineal de transición de paradigmas, en lugar de un progreso acumulativo, es lo que impulsa el desarrollo de la ci
Se trata de una presentación con los elementos principales de la hermenéutica, precursores y aportes. Además se relata sobre la heurística, la narrativa y la complejidad.
El documento resume las ideas principales del racionalismo crítico como corriente epistemológica del siglo XX. Enfatiza el papel de la razón y la crítica en la adquisición del conocimiento científico. Se opone al empirismo y al positivismo. Su principal exponente fue Karl Popper, quien propuso el falsacionismo como criterio de demarcación entre ciencia y no ciencia a través del método hipotético-deductivo.
Resumen de la obra la estructura de la revolución científica. RGCHOCCEL
1) El documento resume los primeros capítulos de "La estructura de las revoluciones científicas" de Thomas Kuhn. 2) Kuhn argumenta que la ciencia no progresa de forma acumulativa, sino a través de revoluciones científicas que reemplazan los viejos paradigmas. 3) La ciencia normal ocurre entre revoluciones y se basa en la investigación de problemas guiada por los paradigmas existentes, buscando resolver enigmas dentro de esos marcos teóricos.
El documento describe los orígenes y desarrollo de la investigación científica en enfermería. Explica los diferentes métodos de investigación como el cuantitativo y cualitativo, y los paradigmas como el empírico, simbólico-interpretativo y dialéctico crítico. También describe las etapas del método científico como la formulación del problema, hipótesis, recolección de datos, análisis e interpretación. Finalmente, discute los conceptos clave en la filosofía de la ciencia como falsación, paradigma y
Este documento presenta 12 tesis erróneas comúnmente sostenidas sobre la ciencia y la tecnología. El autor argumenta que la ciencia no comienza con la observación sin hipótesis previas, sino que involucra creatividad e invención. También señala que la ciencia no es un proceso algorítmico ni especializado, sino que implica trabajo colectivo. Finalmente, sostiene que la ciencia no es neutral sino que está influenciada por factores sociales y culturales.
Recoge los puntos de vista de algunos autores acerca de la naturaleza de la ciencia.
Se contrastan dos puntos de vista: la visión positivista de la ciencia y la visión de ciencia como construcción humana (Giere, 1999).
Tomado de: Sanmartí, N. (2002). Didáctica de las Ciencias en la educación secundaria obligatoria. Madrid: Síntesis. Págs: 40 y sgs.
Este documento discute la evolución de la filosofía de la ciencia a lo largo del siglo XX. Señala que la falsabilidad, no la verificación, demarca la ciencia de lo no científico. También explora los conceptos de paradigma e historicismo científico introducidos por Kuhn, y cómo estos han influenciado el entendimiento de la ciencia. Finalmente, analiza cómo los paradigmas científicos cambian a lo largo del tiempo a medida que se descubre nueva evidencia.
Este documento resume los principales conceptos y debates en la filosofía de la ciencia a lo largo del siglo XX, incluyendo la noción de falsabilidad introducida por Popper, los paradigmas científicos de Kuhn, y las perspectivas historicistas extremas de Feyerabend. También discute cómo los conocimientos científicos se convierten en sentido común con el tiempo, y cómo los paradigmas científicos reflejan tanto el descubrimiento de la verdad como convenciones sociales y culturales. El documento concluye defendiendo la
Este documento resume los conceptos clave del paradigma científico según Thomas Kuhn. Explica que un paradigma es un modelo o ejemplo a seguir por una comunidad científica que guía la investigación a través de teorías, problemas, técnicas y supuestos. La ciencia normal sigue el paradigma vigente para resolver enigmas, pero las anomalías pueden llevar a una crisis del paradigma y al surgimiento de uno nuevo.
Este documento resume los principales paradigmas y enfoques de la investigación científica, incluyendo el paradigma positivista, el paradigma naturalista y el concepto de paradigma según Thomas Kuhn. Kuhn define el paradigma como un modelo o ejemplo a seguir por una comunidad científica que provee una base teórica y conceptual, así como problemas y soluciones compartidas. Explica que la ciencia normal opera dentro de un paradigma, pero las anomalías pueden conducir a cambios de paradigma y revoluciones científicas. También distingue entre los enfoques posit
1. El documento discute las perspectivas epistemológicas sobre la ciencia, particularmente la tradición positivista. 2. Examina la pregunta "¿Qué es la ciencia?" y argumenta que no tiene una respuesta simple. 3. Explora los supuestos del cientificismo, incluyendo la distinción entre el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación de la ciencia.
El documento discute la relación entre la ciencia y los valores humanos. Argumenta que aunque la ciencia tiene como objetivo principal la producción y el beneficio, también debe concebirse como una actitud de respeto a la vida humana y la moral. La ciencia es importante pero tiene limitaciones, y se necesita una "ética de la ciencia" para asegurar que sus instrumentos e ideologías se utilicen de manera correcta y en pro del bienestar de toda la sociedad.
1) El documento discute los diferentes paradigmas que han guiado la investigación científica a través de la historia, incluyendo el paradigma positivista, el cual dominó la ciencia en los siglos XIX y XX, y el paradigma naturalista el cual propuso enfoques alternativos para las ciencias sociales.
2) También describe la teoría de los paradigmas de Thomas Kuhn, en la cual un paradigma es un modelo aceptado por una comunidad científica que guía su investigación. Los paradigmas pueden cambiar durante revoluciones científic
1) El documento discute los diferentes paradigmas que han guiado la investigación científica a través de la historia, incluyendo el paradigma positivista, el cual dominó durante mucho tiempo, y el paradigma naturalista el cual propuso enfoques alternativos.
2) También describe la noción de paradigma propuesta por Thomas Kuhn, la cual se refiere a los modelos o ejemplos que guían el trabajo de una comunidad científica, incluyendo teorías, problemas, técnicas y supuestos.
3) Finalmente, analiza cómo sur
Este documento presenta las ideas de Ludwik Fleck, un científico y médico polaco del siglo XX considerado un pionero en la filosofía constructivista y relativista de la ciencia. Fleck propuso que los hechos científicos son constructos sociales desarrollados por "colectivos de pensamiento" que comparten estilos de pensamiento. Rechazó la idea de verdad y realidad absolutas, afirmando que el conocimiento depende del contexto social y cultural. Sus ideas anticiparon las revoluciones posteriores en la filosofía de la ci
Filosofía y ciencia: Relación existente Felipeleal91
La filosofía y la ciencia están relacionadas desde sus orígenes. La filosofía busca comprender la realidad mediante la reflexión, mientras que la ciencia surge de los filósofos que sintieron la necesidad de realizar experimentos para verificar sus teorías. Aunque la ciencia se estableció como un método objetivo, complementa a la filosofía al dar respuestas empíricas a sus preguntas. Ambas comparten el objetivo de mejorar la vida humana y resolver interrogantes sobre la naturaleza.
La epistemología como disciplina, los planteos del Círculo de Viena y la problemática entorno a los contextos de la ciencia.
Fuentes
-Casares Serrano, Antonio D. (2009) “Lógicas y contextos en la construcción de las ciencias: Los contextos de modelización en la filosofía de la ciencia”
-García, Norma “Metodología de las Ciencias Sociales”
Audiovisuales
-Estephan, Carlos (2011) “Espistemología – Círculo de Viena”
-Educatina (2012) “Círculo de Viena – Filosofía”
-Canal Encuentro (2009) “Entrevista al Dr. Gregorio Kilmovsky”
Este documento discute los paradigmas científicos, su relación con la filosofía y la ciencia, y los principales métodos y enfoques epistemológicos del siglo XX. Explica que los paradigmas son conjuntos de creencias que forman una visión del mundo y pueden cambiar a través del tiempo. También describe diferentes métodos como la hermenéutica, fenomenología e interaccionismo simbólico, así como las contribuciones de Popper, Kuhn, Lakatos y Laudan a la epistemología. Finalmente, argumenta que
El pensamiento científico y su lado filosófico.jorgesoyyo
Este documento discute la relación entre la ciencia y la filosofía. Argumenta que la ciencia no se ha desarrollado de forma aislada sino que ha estado influenciada por la filosofía. La filosofía de la ciencia ha aportado marcos conceptuales que han guiado el desarrollo científico, como el positivismo. Además, grandes revoluciones científicas han surgido de cambios en el pensamiento filosófico. Si bien la ciencia moderna buscó emanciparse de la filosofía, aún se observan influencias
Paradigmas científicos en la postmodernidad algunas reflexiones para optar po...Christiam Alvarez
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El documento resume las teorías de Thomas Kuhn sobre la estructura de las revoluciones científicas y la naturaleza cambiante del conocimiento científico. Explica que Kuhn ve la ciencia como progresando a través de paradigmas y revoluciones en lugar de progreso continuo. También discute las teorías de Karl Popper sobre la demarcación entre ciencia y pseudociencia y su concepción de tres mundos. Finalmente, presenta conclusiones sobre la importancia de la historia de la ciencia y la necesidad de que la producción científica abor
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El 27 de mayo de 1891, pronunció un discurso público en la Filarmónica de Berlín, en el que introdujo su concepto de un vehículo galáctico(Weltenfahrzeug).
Ganswindt también exploró el uso de una estación espacial giratoria para contrarrestar la ingravidez y crear gravedad artificial.
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Reacciones Químicas en el cuerpo humano.pptxPamelaKim10
Este documento analiza las diversas reacciones químicas que ocurren dentro del cuerpo humano, las cuales son esenciales para mantener la vida y la salud.
El documento publicado por el Dr. Gabriel Toro aborda los priones y las enfermedades relacionadas con estos agentes infecciosos. Los priones son proteínas mal plegadas que pueden inducir el plegamiento incorrecto de otras proteínas normales en el cerebro, llevando a enfermedades neurodegenerativas mortales. El Dr. Toro examina tanto la estructura y función de los priones como su capacidad para propagarse y causar enfermedades devastadoras como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, la encefalopatía espongiforme bovina (conocida como "enfermedad de las vacas locas"), y el síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker. En el documento, se exploran los mecanismos moleculares detrás de la replicación de los priones, así como las implicaciones para la salud pública y la investigación en tratamientos potenciales. Además, el Dr. Toro analiza los desafíos y avances en el diagnóstico y manejo de estas enfermedades priónicas, destacando la necesidad de una mayor comprensión y desarrollo de terapias eficaces.
La era precámbrica comenzó hace 4 millones de años y se cuenta hasta hace 570 millones de años. Durante este período se creó el complejo basal propio de la Guayana venezolana, al sur del país; también en Los Andes; en la cordillera norte de Perijá, estado de Zulia; y en el Baúl, estado de Cojedes.
1. dirigido por
Alfredo Marcos
prólogo de
Alberto Cordero
100
TEMAS
100
FILOSOFÍA
DE
LA
CIENCIA
2o
trimestre 2020 · N.o
100 · 6,90 € · investigacionyciencia.es
TEMAS
TEMAS
Filosofía
de la ciencia
Claves filosóficas
para comprender
la ciencia actual
Los monográficos de
N .o 1 0 0
A
N
I V E R S A R I
O
2. Consulta promociones, suscripciones,
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NUESTRAS PUBLICACIONES
INVESTIGACIÓN Y CIENCIA
Desde 1976, divulga el desarrollo de la
ciencia y la técnica con la colaboración
de los mejores expertos internacionales
Revista mensual
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MENTE Y CEREBRO
Desde 2002, divulga los avances
más sólidos en el dominio
de la psicología y las neurociencias
Revista bimestral
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3. MONOGRÁFICOS
TEMAS de IyC
Monografías sobre los temas clave
que guían el desarrollo de la ciencia
Revista trimestral
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ESPECIAL
Recopilaciones de nuestros
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sobre temas de actualidad
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CUADERNOS de MyC
Monografías sobre los grandes temas
de la psicología y las neurociencias
Revista cuatrimestral
Formatos: papel y digital
4. 2 TEMAS 100
L
as ciencias constituyen una de
nuestras grandes formas con-
temporáneas de creatividad —
otra, a decir del pensador Isaiah Berlin,
es el cine—. En los últimos 300 años, el
conocimiento científico y el poder aso-
ciado a sus usos han crecido de forma
exponencial. Resulta, pues, crucial la
reflexión filosófica sobre la ciencia. Y
esta es precisamente la inspiración y la
aspiración de este volumen, con el que
la colección de monografías TEMAS de
Investigación y Ciencia celebra sus 25
años. Hoy las ciencias generan recursos
innegables para emanciparnos —o sub-
yugarnos—, especialmente desde la físi-
ca, la química, la biología y un número
creciente de ramas de la psicología y
las ciencias sociales. En la actualidad,
las aplicaciones de la física cuántica, la
nanotecnología, la biología molecular
y la psicología experimental nos están
cambiando las posibilidades de acción a
pasos agigantados y, con ello, lo que en-
tendemos por «vida» y «humanidad».
A nivel institucional, las ciencias
aspiran a ser accesibles a todos (exo-
terismo); exigen descripciones preci-
sas; dan prioridad epistemológica a la
observación crítica; admiten que no
conocemos nada con certeza absoluta
y, en correspondencia, mantienen to-
das las ideas abiertas a la posibilidad
de revisión crítica. Los planteamientos
científicos se presentan, por consiguien-
te, como falibles, y nunca aciertan del
todo, pero sus logros sugieren que es
posible desarrollar teorías exitosas y
creer en mucho de lo que dicen, sin ga-
rantías absolutas, pero con buen rédito
epistémico y práctico.
La filosofía de la ciencia examina
la coherencia de estos ideales y las
propuestas resultantes, coteja las afir-
maciones de logros científicos con las
pruebas y trata de identificar las partes
problemáticas. A tal efecto, analiza los
argumentos invocados en las distintas
disciplinas, el carácter y estructura de
las teorías propuestas caso por caso, las
metodologías de aceptación y rechazo
de hipótesis, y los alcances y límites de
los veredictos científicos. De modo com-
plementario, investiga los presupuestos
lógicos, metafísicos, epistemológicos,
éticos e ideológicos discernibles en las
ciencias, así como la historia filosófica
del pensamiento científico, las ontolo-
gías de las teorías tomadas literalmen-
te, las relaciones (armónicas o tensas)
que las principales teorías guardan con
otras perspectivas actuales, y los con-
trastes entre los hechos y los valores
en las prácticas científicas, entre otras
áreas de interés. Todos estos enjundio-
sos estudios ciertamente mantienen
fascinados a los filósofos. Pero, fuera
del mundo académico, ¿para qué sirven
los resultados que obtiene la filosofía?
Puede parecer raro, pero la filosofía
de la ciencia tiene usos de interés gene-
ral. Entre los rubros de mayor utilidad
destacaré brevemente cinco: el impacto
vital de la crítica de las ideas, los mé-
todos y los resultados de las ciencias;
el ascenso del moderno pensamiento
científico como una nueva forma de ra-
cionalidad y sensibilidad; el análisis de
aperturas de la imaginación inducidas
por las ciencias; la ciencia y el proyecto
de conocer sin garantías ni absolutos, y
las aplicaciones a la educación. Veamos
ahora con mayor detalle cada uno de
estos usos.
El impacto de la crítica
El objetivo central de los filósofos no
es celebrar los dictámenes de la ciencia
sino examinarlos. Como muestran los
artículos incluidos en esta monografía,
el propósito es tasar críticamente los
productos de la ciencia y, en la medida
de lo posible, integrar los más convin-
centes de ellos en una imagen sobria
del mundo y de nosotros en él —un
«mapa existencial» al cual las personas
interesadas podamos echar mano para
entender el mundo, situarnos, saber a
qué atenernos, y actuar en consecuen-
cia como agentes libres.
Una nueva forma
de racionalidad y sensibilidad
En el siglo xvii, el proyecto de las «nue-
vas ciencias» era distinto del que te-
nemos ahora. Había mucha esperanza
de alcanzar conocimientos acabados,
ciertos, libres de toda duda posible.
Pronto el pensamiento científico aban-
donaría ese optimismo auroral, adop-
tando expectativas más modestas. En
las ciencias empíricas, la orientación
apuntó hacia conocimientos compara-
tivamente modestos; teleológicamente
opacos, fragmentarios, de carácter con-
jetural, tentativos, abiertos al cambio
a la luz de nuevos datos y razones. La
versión moderna surgió, por esta razón,
como un proyecto que inicialmente las
élites académicas tildaron de «pseudo-
filosofía natural», un saber de segunda
clase que, no obstante, con el tiempo
suplantaría al proyecto filosófico tradi-
Los usos de la filosofía
de la ciencia en el siglo XXI
Prólogo
por Alberto Cordero
5. Filosofía de la ciencia 3
cional en un número creciente de áreas.
Lejos de hacer la naturaleza menos in-
teligible, estas admisiones de limitación
epistemológica y metafísica condujeron
al descubrimiento de niveles «interme-
dios» de conocimiento explicativo que
han mostrado ser, pese a todo, esclare-
cedores, fructíferos y muy confiables.
Apertura de la imaginación
Desde siempre, pero sobre todo de
mediados del siglo xix en adelante, el
desarrollo de las ciencias ha ido de la
mano de la superación intelectual de
«imposibles» teóricos recibidos. En
1900, uno de esos imposibles era la
idea de que la luz pudiese propagar-
se en el vacío con la misma velocidad
para todos los sistemas de referencia,
independientemente del movimiento
relativo entre ellos. Pocos años después,
esta idea inicialmente tan irrazonable
encontraría expresión coherente en la
revolucionaria concepción del espacio,
el tiempo y la materia propuesta por
Einstein. Las innovaciones científicas
del último siglo y medio muestran lo
profundamente que es posible revisar
las ideas y relaciones conceptuales.
Creencias tenidas por absolutamente
ciertas pueden terminar revelándose
falsas. Ejemplos de esto abundan en
la historia de grandes temas como la
cosmología, el espacio, el tiempo, la
materia, la ontología física, la vida or-
gánica, la mente, la naturaleza humana
y la historia natural de las categorías
éticas, entre otros.
Conocer sin garantías
ni absolutos
Una interpretación de las mencionadas
aperturas del intelecto es que la ciencia
moderna nos ayuda no solo a apren-
der acerca del mundo sino también a
aprender a aprender. Continuando la lí-
nea sugerida en el punto anterior, en el
siglo xvii un reconocimiento filosófico
decisivo fue que es posible y fructífero
estudiar el mundo fraccionándolo en
dominios específicos abiertos al escru-
tinio empírico (dominios como el del
movimiento de los cuerpos, las propie-
dades de la luz o el comportamiento
de los gases), cada uno estudiado de
forma aislada de los otros, para luego
tratar de compatibilizar los resultados
en la medida de lo posible, sin garantía
de unificación total. De este modo, los
científicos estudian aspectos del mundo
aislándolos metodológicamente de su
contexto total.
Por ejemplo, al investigar las propie-
dades fisicoquímicas de un metal, no
se tienen en cuenta parámetros como
la altura de los yacimientos de donde
proceden —o, para tal caso, la longitud
promedio de la nariz de los mineros—.
Siempre que nos fijamos en algún as-
pecto, lo hacemos a costa de abstraer
otros muchos. Algunos de los abstraídos
serán susceptibles de estudio bajo otro
enfoque; otros —como la longitud de la
nariz de los mineros—, quizá ni siquiera
eso. Se asume tácitamente que, en cada
dominio de interés, las relaciones causa-
les que los entes, regularidades y proce-
sos tomados en cuenta guardan con los
aspectos dejados de lado son desprecia-
bles. Forjado desde nuestra imperfecta
situación epistémica, el estilo resultante
de conocimiento científico es humilde
comparado con muchos otros. Cabe ar-
güir, sin embargo, que en numerosos
campos de interés, esta forma modesta
de estudiar el mundo logra realizar mu-
chos de nuestros objetivos epistémicos
y prácticos mejor y más fácilmente que
otras formas imaginadas de hacerlo, en
todo caso muy por encima de lo que
nuestros antepasados creyeron posible.
Una interpretación naturalista de estos
éxitos es que, si bien los conocimientos
a nuestro alcance carecen de certeza ab-
soluta, para saber no necesitamos saber
que sabemos. La filosofía de la ciencia
explicita este modo de creer, dudar y
negar sin garantías ni absolutos.
La filosofía en la educación
Finalmente, un uso poco celebrado
de la filosofía de la ciencia se da en la
educación. El mundo actual, inmerso
como está en ideas y productos cientí-
ficos, nos lleva a enfatizar la enseñanza
razonada de las ciencias en las escuelas.
Los jóvenes necesitan una formación
que los ayude a entender y evaluar críti-
camente las propuestas científicas y los
ideales subyacentes a ellas. Los benefi-
cios son no solo técnicos, sino también
cívicos y culturales. Por el lado cívico,
compartimos una necesidad urgente
de cultivar y defender el proyecto de-
mocrático fomentando el espíritu crí-
tico a todos los niveles. Con creciente
frecuencia, los ciudadanos debemos
decidir en las urnas entre programas
políticos con distintos enfoques cientí-
fico-tecnológicos. Para ello precisamos
comprender los temas involucrados y
las opciones existentes. Lograr esto es
prácticamente imposible sin maestros
capaces de entender las ideas, los mé-
todos y las formas científicas de pensar
y representar el mundo. Del lado cultu-
ral, parte del interés pedagógico de la
filosofía de la ciencia reside en la ayuda
que presta a maestros y alumnos para
ver los grandes descubrimientos como
las aventuras intelectuales y humanas
que son.
Hay otras aplicaciones para las con-
tribuciones de los filósofos —y con toda
seguridad el lector las irá descubriendo
a medida que se adentre en las páginas
que siguen—, pero creo que las cinco
destacadas ejemplifican el vigor público
y pertinencia general de la disciplina.
Alberto Corderoes catedrático
de filosofía e historia de la ciencia
en la Universidad Municipal de
Nueva York (CUNY). Reconocido
internacionalmente por sus
aportaciones a la filosofía de la
ciencia y también a una historia
filosófica de la ciencia, centra su
investigación actual en el realismo
científico, las implicaciones
filosóficas de la mecánica cuántica
y el naturalismo.
6. 4 TEMAS 100
A
lo largo de sus más de cuarenta años de actividad di-
vulgadora, Investigación y Ciencia ha prestado siem-
pre atención a los aspectos filosóficos de la ciencia.
Encontramos en su fondo documental artículos que son ya
clásicos. Muchos de los que ahora somos profesores hicimos
nuestra primera aproximación a la filosofía de la ciencia a
través del artículo de Jesús Mosterín «La estructura de los
conceptos científicos» (1978). Y en las décadas siguientes, la
revista publicó artículos filosóficos de pensadores tan pres-
tigiosos como Emilio Lledó, Pedro Laín Entralgo, Evandro
Agazzi, Mariano Artigas, Gerard Radnitzky, Francis Crick,
Christof Koch o Allan Calder.
A partir de 2011, Investigación y Ciencia decidió incor-
porar contenidos filosóficos de manera más regular. Se in-
auguró la sección «Filosofía de la Ciencia» y me invitaron a
coordinarla. Estas páginas constituyen una ventana abierta,
a través de la cual los filósofos que escribimos sobre ciencia
podemos comunicarnos con un público muy diverso. Es una
gran oportunidad que implica, al mismo tiempo, un gran
reto: esta iniciativa nos ha impulsado a muchos a aprender
el oficio de comunicar la filosofía a la sociedad —o, al menos,
lo hemos intentado—. Como resultado, hemos contribui-
do a consolidar la cultura filosófica de un gran número de
lectores, a incrementar el interés social por la filosofía y a
Celebrar y compartir
la filosofía
Presentación
por Alfredo Marcos
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8. PARTE I
FILOSOFÍA GENERAL
DE LA CIENCIA
10 Más allá de la lógica y la semántica
Alfredo Marcos
12 Los conceptos científicos
José Díez
14 Metáforas de la vida y vida de las metáforas
Alfredo Marcos
16 Las leyes en ciencia
José Díez
18 Las teorías en ciencia
María Caamaño
20 Popper y Kuhn sobre el progreso científico
Julio Ostalé
24 El mundo de las pruebas
Ana Luisa Ponce Miotti
26 ¿Puede la ciencia explicarlo todo?
Jesús Zamora Bonilla
28 Naturaleza y finalidad
Héctor Velázquez Fernández
30 Los valores de las ciencias
Javier Echeverría
32 Realismo científico. ¿Sigue el debate?
Antonio Diéguez
34 En busca de la objetividad
Evandro Agazzi
36 Pluralismo integrador
Marta Bertolaso y Sandra D. Mitchell
38 La lógica de la creatividad científica
Jaime Nubiola
40 Ciencia y sentido común, ¿adversarios o aliados?
Ambrosio Velasco
42 El universo creativo de Popper
Josep Corcó
44 ¿Ciencia sin emociones?
A. R. Pérez Ransanz
46 Ciencia y arte: ¿Vidas paralelas?
J. Pinto de Oliveira
48 Nuevas tendencias en comunicación científica
Alfredo Marcos
50 El conocimiento situado
E. Pérez Sedeño
52 La ciencia al límite
Alfredo Marcos
PRÓLOGO
2 Los usos de la filosofía de la ciencia en el siglo XXI. Por Alberto Cordero
PRESENTACIÓN
4 Celebrar y compartir la filosofía. Por Alfredo Marcos
Filosofía de la ciencia
9. PARTE II
FILOSOFÍA DE LAS CIENCIAS
ESPECIALES Y DE LA TECNOLOGÍA
56 Matemática con estilo
Javier De Lorenzo
58 Aleatoriedad y mecánica cuántica
Albert Solé y Carl Hoefer
60 La frontera filosófica de la cosmología moderna
Francisco José Soler Gil
62 Física y filosofía
Francisco José Soler Gil
64 Libertad y belleza en La théorie physique
Alfredo Marcos
66 ¿Es posible una filosofía de la química?
Anna Estany
68 La filosofía de la biología en el siglo xxi
Alfredo Marcos
70 ¿Qué es un organismo individual?
Arantza Etxeberría
72 Neurociencia: evitar el desengaño
Alfredo Marcos
74 ¿Qué significa estar sano o enfermo?
Cristian Saborido
76 Los pilares de la mente
Fernando Martínez Manrique
78 Yo, mi cerebro y mi otro yo (digital)
Mariano Asla
80 La filosofía de las ciencias sociales
Amparo Gómez
82 La irrupción de las masas y la sabiduría colectiva
J. Francisco Álvarez
84 La filosofía de la economía
María Jiménez Buedo
86 En la senda de Jesús Mosterín
Anna Estany
88 Racionalidad en ciencia y tecnología
León Olivé
90 La extraña relación entre filosofía y tecnología
Ana Cuevas
92 Transhumanismo: entre el mejoramiento
y la aniquilación
Antonio Diéguez
94 La técnica y el proceso de humanización
José Sanmartín Esplugues
TEMAS
TEMAS
2.o
trimestre 2020 · N.o
100
12. S
uele decirse—y con razón— que la alternativa a la filosofía
no es la ausencia de filosofía, sino la mala filosofía. Es de
cir, las cuestiones filosóficas resultan inevitables. Cuando
parece que las hemos arrojado por la puerta, vuelven a entrar
por la ventana. Aunque prescindiésemos de la reflexión filosófi
ca sobre la ciencia, seguiríamos utilizando supuestos filosóficos
implícitos en la investigación, supuestos mal planteados, mal di
geridos y nunca debatidos. Así pues, será mejor abordar de fren
te los problemas filosóficos vinculados con la ciencia.
A esa tarea se dedica la filosofía de la ciencia. Desde muy
antiguo encontramos contenidos que podemos ubicar bajo esta
denominación. Cuando Platón, en La República, reflexiona
sobre el método adecuado para la astronomía, está haciendo
filosofía de la ciencia. Con más razón todavía se puede situar a
su discípulo Aristóteles entre los pensadores que han cultivado
esta disciplina. Por poner tan solo un ejemplo, el libro I de su
tratado Sobre las partes de los animales constituye toda una
lección de metodología para las ciencias de la vida. Fueron
muchos los pensadores medievales que se ocuparon también de
estas cuestiones: Roger Bacon, Duns Escoto, Tomás de Aquino,
Robert Grosseteste, Guillermo de Ockham y, en general, los
estudiosos de las escuelas de Oxford y Padua. Ya en los tiempos
modernos encontramos filosofía de la ciencia en las obras de
diversos científicos y filósofos: Descartes, Francis Bacon, Galileo,
New
ton, Leibniz, Locke, Hume o Kant son tan solo algunos de
los más importantes. A partir de ahí, con el crecimiento de la
ciencia moderna y el desarrollo de la tecnología, abundan los
pensadores e investigadores que hacen filosofía de la ciencia.
Cabe recordar entre ellos a Whewell, Herschel, Stuart Mill,
Duhem, Mach y Poincaré.
Pero el reconocimiento académico de la filosofía de la cien
cia como tal disciplina llega de la mano del Círculo de Viena,
que estuvo activo entre 1922 y 1936. Sus miembros pusieron
en marcha una colección de libros dedicada a esta materia,
así como una revista, Ertkenntnis, que todavía se publica.
Organizaron congresos y vieron nacer en la Universidad de
Viena la primera cátedra de filosofía de las ciencias inducti
vas, desempeñada por Moritz Schlick. El programa filosófico
propuesto por los pensadores más notables del círculo, entre
ellos Rudolf Carnap y Otto Neurath, se puede denominar em
pirismo lógico o neopositivismo. Se desarrolló durante un par
de décadas hasta su agotamiento. El pensamiento producido
durante esta época de influencia, desarrollo y agotamiento del
programa neopositivista se conoce como «la concepción he
redada» (the received view).
Tras ese período, hacia el comienzo de los años sesenta
del pasado siglo, dos autores pro
ducen un cambio drástico en la
filosofía de la ciencia. Por un lado,
Karl Popper publica en 1959 la
traducción al inglés de su obra
magna, La lógica de la investi-
gación científica. Nos enseña en
este texto que el conocimiento
científico es conjetural, que debe
mos olvidar el sueño largamente
buscado de la certeza científica,
pero sin desesperar nunca de la
aspiración a la verdad. Se abre
así una oportunidad para ubicar
la ciencia en el mismo plano que
otras actividades humanas, olvi
dando cualquier pretensión de
superioridad absoluta.
Por otra parte, aparece en 1962
uno de los libros más influyentes
del siglo: La estructura de las re-
voluciones científicas, de Thomas
Kuhn. Un síntoma de su impor
Más allá de la lógica
y la semántica
La filosofía de la ciencia favorece la producción
y la comunicación crítica de la ciencia
Alfredo Marcos
Catedrático de filosofía
de la ciencia en la
Universidad de
Valladolid.
AMPLIANDO LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
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10 TEMAS 100
13. tancia cultural es que todos en cierto modo hablamos hoy en
lenguaje kuhniano. Cuando afirmamos que tal ciencia se halla
en crisis, que pasa por una etapa revolucionaria, que ha cam
biado o debe cambiar de paradigma, o que vive un momento
de normalización, estamos empleando la terminología que
Kuhn nos legó. Pero quizás el punto crucial de su magisterio
sea la idea de que la ciencia es una actividad humana y social,
condicionada por factores contextuales, y que como tal debe
ser estudiada y valorada. No sería injusto decir que la filosofía
de la ciencia de las últimas décadas es principalmente post-
kuhniana. Kuhn marcó la agenda. Él dejó
planteados una buena parte de los problemas
con los que hoy se enfrenta la filosofía de la
ciencia. ¿Cuáles son esos problemas?
La respuesta depende en gran medida
de lo que entendamos por ciencia. Así pues,
esta pregunta ha de llevarnos a otra: ¿Qué
es la ciencia? Sería demasiado ambicioso, y
estaría fuera de lugar aquí, cualquier intento
de aportar una definición cabal de la ciencia.
Pero la cuestión no carece de utilidad. Nos
sirve para evocar la idea de ciencia que cada
uno tiene, las imágenes que relacionamos
con la misma. ¿En qué tipo de cosas pensa
mos cuando hablamos de ciencia? Quizás en frases como «la
fuerza es igual a la masa por la aceleración», «la temperatura
troposférica media del año 2000 fue inferior a la de 1998»,
«una de las causas de la evolución es la selección natural»,
u otras análogas, de carácter empírico o teórico, tomadas de
cualquier disciplina científica y época histórica. Quizás ha
yamos pensado en fórmulas matemáticas, tablas o gráficos.
En todo caso, cuando pensamos así en la ciencia, estamos
asumiendo que lo importante son sus resultados y que estos
quedan recogidos en un conjunto de enunciados. La ciencia
sería, principalmente, lenguaje. Y en cierta medida lo es, nadie
podría negarlo. La ciencia entraña una dimensión lingüística.
Cuando la filosofía de la ciencia se fija únicamente en esa
dimensión, se plantea problemas de carácter lógico y semántico.
¿Son coherentes entre sí los enunciados de una teoría?, ¿hay
concordancia entre enunciados teóricos y empíricos?, ¿qué
relación lógica existe entre dos teorías alternativas o sucesi
vas? Nos preguntamos también por las relaciones semánticas
entre los términos teóricos y los empíricos. Podemos buscar
la estructura de las teorías o familias de teorías, así como los
modelos semánticos que las satisfacen.
Bajo esa luz van apareciendo los problemas filosóficos de
mayor calado, como el de la racionalidad y el del realismo.
Es decir, podemos cuestionar la racionalidad del desarrollo
científico fijándonos en las relaciones lógicas entre teorías. Por
otro lado, problemas de corte ontológico y epistemológico, como
el del realismo, acaban convertidos en problemas semánticos.
Por ejemplo, la pregunta por la realidad de los neutrinos o de
las especies biológicas se convierte en la pregunta por la refe
rencia semántica del término neutrino o de la palabra especie.
Pero es posible, incluso probable, que al leer la pregunta por
la ciencia hayan venido a nuestra mente no solo enunciados,
sino también otro tipo de entidades. Uno ha podido imaginarse
a personas que trabajan en un laboratorio, que miran a través de
un telescopio o flotan en una nave espacial, que observan entre
la maleza el comportamiento de unos gorilas, que gestionan
una excavación paleontológica. Quizás hayamos pensado en
mujeres y hombres que tabulan encuestas o registran datos
experimentales, en científicos que salen del laboratorio para
entrevistarse con un político, que buscan financiación para
sus investigaciones, que establecen alianzas con otros grupos,
que persiguen aplicaciones técnicas de sus resultados o que, en
charlas y debates televisivos, tratan de difundir sus proyectos
y resultados. Quizás hayamos imaginado a una profesora que
imparte clases o dirige una tesis, a un be
cario que guía unas
prácticas o a un ensayista que escribe para el gran público
sobre el cambio climático. Tal vez hayamos evocado la soledad
de un despacho, el lápiz y el papel todavía en blanco, las horas
de meditación y el momento creativo en que
se van vislumbrando nuevas relaciones, o el
debate entre colegas durante un congreso, o
el diálogo entre la persona que hace ciencia
y el editor de una prestigiosa revista espe
cializada... Acciones.
La ciencia es acción humana y social. No
está rígidamente conducida por un método
algorítmico, sino gestionada por la pruden
cia y la creatividad de las personas, como
otras actividades humanas. Digámoslo con
las palabras del filósofo Ernst Nagel, en
La estructura de la ciencia (1974): «Como
arte institucionalizado de la investigación,
la ciencia ha dado frutos variados, conquistas tecnológicas,
conocimiento, emancipación». Es difícil caracterizar mejor y
en tan pocas palabras la actividad científica y sus objetivos,
prácticos así como epistémicos.
Al pensar la ciencia como acción orientada hacia el cono
cimiento, el bie
nestar y la libertad, se abren nuevas dimensiones
para la filosofía de la ciencia. Aparecen nuevas cuestiones.
Entiéndase bien, la dimensión lingüística no queda ahora anu
lada, sino integrada en una nueva perspectiva, ya que muchas
de las acciones que componen la ciencia son de carácter lin
güístico. Solo que ahora podremos preguntarnos también por
los sujetos que hacen ciencia, con todas sus circunstancias,
por las dimensiones morales de la actividad científica, por la
función de las emociones, por la integración de la ciencia en
el conjunto de la vida humana, por su sentido político, por los
resortes de la creatividad científica, los aspectos didácticos,
comunicativos o estéticos de la ciencia, por el valor y el riesgo
de sus aplicaciones, por el tipo de sociedad a la que apunta
cada acción científica y por el tipo de sociedad de la que brota.
Como se ve, nos hallamos ante un nuevo y dilatado univer
so de cuestiones que iremos desgranando en esta sección de
Investigación y Ciencia. Entendida en estos términos, la filo
sofía actual de la ciencia puede prestar un servicio importante
a la comunidad científica y a la sociedad en general. Puede
servir como vector crítico para potenciar la racionalidad de
las actividades científicas y el desarrollo de una comunicación
científica más eficaz.
Como otras
actividades
humanas y sociales,
la ciencia avanza
según la prudencia
y la creatividad de
las personas
Filosofía de la ciencia. Javier Echeverría. Akal, 1995.
Philosophy of science: a very short introduction. Samir Okasha. Oxford
University Press, 2002.
Fundamentos de filosofía de la ciencia. José A. Díez y Ulises Moulines. Ariel,
2008.
The routledge companion to philosophy of science. Dirigido por Stathis
Psillos y Martin Curd. Routledge, 2008.
PARA SABER MÁS
Filosofía de la ciencia 11
14. L
a ciencia consisteen un conjunto de prácticas, tales como
contrastar hipótesis, realizar experimentos, proponer expli
caciones o construir modelos y teorías. La teorización cons
ta a su vez de otras prácticas, como la conceptualización, o acu
ñación de nuevos conceptos. Con ellos, los científicos formulan
leyes, y combinando leyes generan teorías, que pueden ser aglu
tinadas en grupos de teorías o disciplinas científicas. Por ejem
plo, con los conceptos de masa, fuerza, atracción y distancia se
formula la famosa ley de la gravitación de Newton: «Cualesquie
ra dos partículas se atraen con una fuerza directamente propor
cional al producto de sus masas e inversamente proporcional al
cuadrado de su distancia». Esta ley se combina con otras, como
la no menos famosa «f = m·a», conformando la mecánica clási
ca, una de las teorías mecánicas dentro de la física. Los concep
tos científicos son, por así decir, donde todo empieza.
Usamos los conceptos en nuestra representación del mundo y
en la comunicación con los demás. Tienen que ver, por tanto, con
nuestras representaciones mentales y con el lenguaje, pero no
son ni entidades mentales subjetivas ni entidades lingüísticas.
Tomemos el concepto ordinario de montaña. Dicho concepto no
es la palabra española «montaña», ni la inglesa «mountain»,
ni ningún otro vocablo; es lo que todas esas palabras sinónimas
significan. Tampoco constituye una representación mental sub
jetiva. Cuando dos personas entienden la oración «José subió
la montaña», sus imágenes mentales difieren, mientras que lo
que entienden ambos, el contenido de la frase, del cual montaña
forma parte, es lo mismo. Los conceptos corresponden, pues, a
lo expresado por ciertas palabras y captado por la mente.
Resulta esencial distinguir también entre conceptos y pro
piedades en el mundo (como la de ser tigre, agua u oro). Los
primeros no pueden identificarse con las segundas, pues puede
haber conceptos a los que no corresponde ninguna propiedad
en el mundo (pensemos en minotauro o flogisto). Un proble
ma filosófico interesante consiste en averiguar cómo las teorías
científicas que usan conceptos que no corresponden a nada en
el mundo (flogisto, calórico, éter) pueden tener éxito predictivo.
Los conceptos vienen a ser, pues, «la idea» que expresan los
términos conceptuales con significado. Es muy difícil caracteri
zar esa entidad. Los filósofos no se ponen de acuerdo, más allá de
que no es meramente lingüística ni subjetiva. Pero, para lo que
sigue, nos bastará con esta noción general de concepto como la
idea de la propiedad que existiría en el mundo, caso de referir
el término conceptual a una propiedad del mundo.
Lo dicho hasta aquí se aplica a todos los conceptos, inclui
dos los científicos. A diferencia de los ordinarios, los conceptos
científicos se distinguen por una gran precisión. Casi todos los
conceptos ordinarios son vagos: si bien presentan casos cla
ros de aplicación y de no aplicación, su uso no siempre queda
claro (¿cuánto pelo debe faltarle a alguien para que podamos
considerarlo calvo?). Para la mayoría de los fines cotidianos, la
vaguedad no es mala. Sí lo es, en cambio, para la ciencia, cuyas
finalidades (como diseñar satélites o medicinas) requieren un
altísimo grado de precisión. Por eso los científicos acuñan con
ceptos más precisos que los ordinarios.
Existen tres tipos principales de conceptos científicos: clasi
ficatorios, comparativos y métricos, progresivamente más pre
cisos. Los conceptos clasificatorios (mamífero, nitrato, conífera)
son propios de las ciencias clasificatorias o taxonómicas, como
ciertas ramas de la química, la botánica o la mineralogía. Las
ciencias taxonómicas no acuñan conceptos clasificatorios suel
tos, sino en familias: las clasificaciones. Una clasificación es una
colección de conceptos que, aplicados a cierto conjunto de obje
tos, lo divide en grupos o taxones. Por ejemplo, la clasificación
«mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces» divide al conjunto
de los vertebrados en cinco taxones. Para que una familia de
conceptos constituya una buena clasificación ha de generar una
partición del conjunto inicial: todo individuo ha de pertenecer
a algún taxón, ningún individuo puede hallarse en dos taxones
y no puede haber ningún taxón vacío.
Los conceptos
científicos
Clasificar, comparar, medir
José Díez
Profesor de filosofía de la
ciencia en la Universidad
de Barcelona.
CONCEPTOS
DAJ/THINKSTOCK
12 TEMAS 100
15. Las ciencias taxonómicas más interesantes no presentan una
única clasificación, sino varias sucesivas tales que unas refinan a
otras. Los seres vivos se clasifican en hongos, animales, plantas,
y protistas. A su vez, los animales se clasifican en protozoos,
poríferos, celenterados... Y así sucesivamente. Estas series de
clasificaciones son las jerarquías taxonómicas. Por otro lado,
cada clasificación se realiza atendiendo a cierto criterio (el que
expresan los conceptos clasificatorios que conforman la clasifica
ción), y diferentes criterios (morfológicos, funcionales, etcétera)
pueden dar lugar a distintas clasificaciones. Determinar cuál es
el mejor criterio para clasificar un conjunto de objetos constituye
uno de los problemas más importantes, y filosóficamente más
interesantes, de las ciencias taxonómicas.
Las clasificaciones son óptimas para conceptualizar propieda
des del tipo «todo o nada». Un animal es tigre o no; una planta
es conífera o no lo es (un animal no es más, o menos, tigre que
otro, ni una planta más, o menos, conífera que otra). Pero no todas
las propiedades del mundo son de este tipo. La masa no es una
propiedad de «todo o nada», sino gradual: dados dos cuerpos
con masa, tiene sentido decir que uno tiene más, o menos, o
igual, masa que el otro. Lo mismo sucede con la longitud, la
temperatura, la densidad y muchas otras. Obviamente, las cla
sificaciones no son óptimas para conceptualizar propiedades
graduales. Para ello necesitamos conceptos comparativos.
Los conceptos comparativos permiten ordenar los objetos
de un cierto conjunto según el grado en que estos tienen una
propiedad, y lo hacen atendiendo a cierto criterio de compa
ración. El criterio comparativo permite determinar, para dos
objetos cualesquiera dentro del conjunto, cuál de ellos posee
la propiedad en mayor grado, o si ese grado es el mismo para
ambos. Un concepto comparativo, masa, para la masa podría ser
el siguiente: x es tan o más masivo que y si, y solo si, al colocarlos
en los platos de una balanza, el plato de y no desciende respecto
del de x. Un concepto comparativo, temp, para la temperatura,
podría formularse así: x es tan o más caliente que y si, y solo si,
pasando un tubo con mercurio de x a y la columna de mercurio
no asciende. Y análogamente para las otras propiedades como
la longitud, la densidad o la dureza.
Para una propiedad gradual puede haber más de un procedi
miento de comparación. Así, también pueden compararse masas
de este otro modo: x es tan o más masivo que y si suspendiendo
x de un muelle y sustituyéndolo después por y, el muelle no
desciende. Este no es el concepto anterior, masa, sino otro di
ferente, masa*. Un problema filosófico interesante consiste en
determinar cuándo dos conceptos comparativos conceptualizan
la misma propiedad. Otro, hallar la forma de generalizar un con
cepto para objetos no comparables mediante un procedimiento
dado (¿Cómo podemos ordenar, por masa, planetas o átomos,
objetos que no podemos poner en balanzas ni muelles?).
Los conceptos comparativos son óptimos para conceptualizar
cualitativamente las propiedades graduales. Sin embargo, se
les escapa algo. Supongamos que tengo en mi mesa un libro,
tres lápices (idénticos) y cinco bolígrafos (idénticos), y que los
comparo mediante una balanza. El libro tiene más masa que un
lápiz o un bolígrafo; un bolígrafo, más que un lápiz; los lápices
son igual de masivos entre sí, y los bolígrafos también. Eso es
todo lo que podemos decir con nuestro concepto comparativo.
No obstante, hay una diferencia cuantitativa que se nos escapa:
dos lápices juntos, por ejemplo, equilibran un bolígrafo, pero
necesito ciento cincuenta bolígrafos para equilibrar el libro. El
libro es mucho más masivo respecto del bolígrafo, de lo que el
bolígrafo es respecto del lápiz. Para capturar estas diferencias en
el grado en que se tiene una propiedad gradual, los científicos
acuñan conceptos cuantitativos o métricos.
Los conceptos métricos son los más precisos y útiles, pero
también los más complejos. Asignan a los objetos números que
representan el grado en que cada objeto tiene la propiedad. Un
concepto métrico de masa puede asignar al libro el número 600,
a cada bolígrafo el 40 y a cada lápiz el 20; otro puede asignar al
libro 0,6, a cada bolígrafo 0,04 y a cada lápiz 0,02. Existen varias
asignaciones posibles, y cada sistema de asignación corresponde
a una escala. En nuestro ejemplo, la primera asignación se hace
en la escala de gramos, y la segunda, en la de kilogramos. Y hay
otras muchas, como la escala de libras o la de onzas.
Asimismo, debe cumplirse cierta condición: si un objeto
tiene la propiedad en mayor o igual grado que otro, cualquier
escala aceptable debe asignar al primero un número mayor o
igual que al segundo. Es decir, las asignaciones numéricas deben
preservar el ordenamiento cualitativo. Esto es así para todas
las escalas. Sin embargo, algunas especialmente útiles cumplen
condiciones adicionales. Pongamos que un libro se equilibra
con ciento cincuenta bolígrafos, y un bolígrafo, con 2 lápices.
En este caso, el número asignado a cada bolígrafo ha de ser el
doble del asignado a cada lápiz, y el asignado a cada libro 150
veces el de cada bolígrafo. Las escalas de este tipo (como las de
masa, longitud y otras) se llaman proporcionales, y son las más
útiles para la ciencia.
Pero no todas las propiedades graduales pueden medirse me
diante escalas proporcionales. La temperatura termométrica, por
ejemplo, se mide con otro tipo de asignaciones, menos útiles que
las proporcionales: nos referimos a las escalas de intervalos. La
teoría de la medición explica cómo es posible que entidades ma
temáticas como los números se apliquen a la realidad física, cómo
es posible medir una propiedad con uno u otro tipo de escala y en
qué sentido unas escalas resultan más útiles que otras.
Los conceptos cuantitativos o métricos constituyen el máxi
mo grado de conceptualización de la naturaleza. Gracias a ellos,
las teorías que los usan pueden disponer de todo el rigor y la
potencia del aparato matemático, y lograr así un asombroso
grado de precisión, tanto en sus formulaciones teóricas como
en sus predicciones y aplicaciones prácticas. Por ello la mate
matización de una disciplina es el ideal al que todo científico
secretamente aspira, y su logro representa un paso de gigante
en las capacidades teóricas y prácticas de la misma. Estos con
ceptos, con los que culmina la capacidad conceptualizadora de
la ciencia, son los que Galileo tiene en mente cuando escribe:
«Este libro abierto ante nuestros ojos, el universo, [...] está es
crito en caracteres matemáticos [...] sin los cuales es imposible
entender una palabra, sin ellos es como adentrarse vanamente
por un oscuro laberinto» (Opere VI, 232).
Fundamentals of concept formation in empirical science.C. G. Hempel.
University of Chicago Press, 1952.
Philosophical foundations of physics.R. Carnap. Basic Books, 1966.
Conceptos y teorías de la ciencia.J. Mosterín. Alianza, 2002.
Fundamentos de filosofía de la ciencia.(3.a
ed.) J. Díez y C. U. Moulines. Ariel,
2008.
La estructura de los conceptos científicos.J. Mosterín en IyC, enero de 1978.
EN NUESTRO ARCHIVO
PARA SABER MÁS
Filosofía de la ciencia 13
16. N
egación,negociación, aceptación.Como un paciente al
cual se le comunica un mal diagnóstico, así ha reacciona
do la filosofía de la ciencia ante la metáfora. Ha pasado
por varias fases típicas. En primer lugar, los filósofos de la cien
cia se han negado a ver las metáforas: no puede ser, la ciencia
es el territorio del lenguaje literal, las metáforas quedan siem
pre allende sus fronteras, en los dominios brumosos de la belle
za literaria o del sinsentido metafísico. El filósofo alemán Hans
Reichenbach afirmaba en 1938 que el neopositivismo aboga por
«el estricto repudio del lenguaje metafórico de la metafísica».
Pero el sol no se puede tapar
con la mano, del mismo modo
que no puede ocultarse la pre
sencia de metáforas en los textos
científicos. Negociemos, pues.
Que pase la metáfora, pero solo
hasta el zaguán. Otorguemos a
las metáforas ciertas funciones
periféricas, alejadas del núcleo
central de la ciencia. Puede que
hasta resulten serviciales para
las tareas heurísticas, didácticas
y divulgativas. Pueden guiarnos
en el comienzo de una investiga
ción, tal vez resulten inspirado
ras, pueden favorecer la conexión
inesperada entre ideas diferentes,
quizás incluso orientarnos o mos
trarnos el inicio del camino. Tam
bién tienen su utilidad en el aula
o en la prensa. Un buen juego de
metáforas hará más fácil la expli
cación de los conceptos más abs
tractos. Pero el investigador que
emprende la búsqueda valiéndo
se de una metáfora tendrá, a la
postre, que desprenderse de ella
para regresar al lenguaje literal
de la ciencia seria. Y otro tanto
le sucede al estudiante o al lego
que se internan en una laberín
tica teoría con la metáfora como
lazarillo: ambos tendrán que des
hacerse de su guía cuando por fin
entiendan.
Ya en los años sesenta del pasado siglo, algunos filósofos de
la ciencia, como la británica Mary Hess y el neozelandés Rom
Harré, demostraron que la visión positivista del lenguaje cien
tífico, que lo considera exclusivamente literal, no hace justicia a
la ciencia real. Metáforas, comparaciones, analogías y modelos
son recursos comunicativos y útiles heurísticos imprescindibles.
¡Y eso ya es muy importante! Pero es que, además, residen en
la entraña misma de las teorías científicas y no pueden ser sim
plemente remplazados por lenguaje literal. Hay que aceptarlo.
Podemos encontrar metáforas en todas las disciplinas cien
tíficas. No obstante, en lo que
sigue, nos centraremos en algu
nas de las que aparecen en las
ciencias de la vida. Ya Aristóteles,
considerado el padre de la biolo
gía, en su Retórica dejó dicho que
la metáfora es «más que nada, lo
que da claridad». Y en su trata
do sobre la Poética escribió que
«lo más importante con mucho
es dominar la metáfora [...], es
indicio de talento».
De hecho, la biología de Aris
tóteles está escrita a base de me
táforas. Hallaríamos ejemplos
de ello en casi cualquier página
de los tratados Historia anima-
lium, De partibus aminalium o
De generatione animalium: los
vasos sanguíneos y el corazón se
comparan con jarrones; el fluir de
la sangre en los vasos, con el del
agua a través de canales de riego;
el vientre, con un pesebre de don
de el cuerpo entero toma la comi
da; la región del corazón, donde
se halla el calor vital, con el fuego
del hogar. El propio concepto de
pepsis, clave en la concepción
térmica de la fisiología, es me
tafórico: significa tanto madu
ración como digestión o cocción.
Con frecuencia utiliza elementos
de la actividad cotidiana, sobre
todo relacionados con la pesca y
DETALLE
DE
EL
ÁRBOL
DE
LA
VIDA,
DE
GUSTAV
KLIMT,
WIKIMEDIA
COMMONS/DOMINIO
PÚBLICO
Metáforas de la vida
y vida de las metáforas
La presencia de metáforas en biología
es compatible con el realismo científico
METÁFORAS
Alfredo Marcos
Catedrático de filosofía
de la ciencia en la
Universidad de
Valladolid.
14 TEMAS 100
17. la navegación, que sin duda resultaban familiares a cualquier
griego: las patas de los cuadrúpedos le parecen los soportes
de los barcos en dique seco; equipara las patas traseras de los
saltamontes a timones de barca, y la cola de la langosta a un
remo; la trompa del elefante al tubo que se utiliza para respirar
bajo el agua; el cuello y pico de las aves zancudas a una caña
de pescar con su línea y anzuelo. Todas estas imágenes sirven
para entender la función de un determinado tejido, órgano o
miembro, e intentan explicar la misma por relación con objetos
artificiales cuya función nos resulta evidente.
También en la biología contemporánea podemos encontrar
numerosos ejemplos de metáforas. En el libro La evolución y
sus metáforas, del paleontólogo catalán Jordi Agustí, leemos:
«Como en otras actividades del conocimiento, las ciencias suelen
valerse en su desarrollo de esquemas conceptuales preconcebi
dos —a los que podemos dar el nombre de metáforas— y que,
como los antiguos mitos, perduran sin ser cuestionados durante
generaciones; “eternas metáforas”, al decir de S. J. Gould». Según
Agustí, en fecha reciente se han puesto en duda «muchas de las
metáforas utilizadas en la biología evolutiva en el último medio
siglo, todas ellas basadas en el papel omnímodo de la selección
natural y en una concepción gradualista del
cambio evolutivo». Es decir, la propia teoría
de la evolución, que constituye la médula de
la biología actual, parece sustentarse sobre
metáforas.
En efecto, no faltan metáforas en la obra
de Charles Darwin. «Maestro de la metáfo
ra», le llama Stephen Jay Gould. «Todos co
nocemos —afirma Gould— las dos metáforas
que Darwin empleó para definir su teoría: la
selección natural y la lucha por la existencia.
También podríamos considerar metáforas las tres descripciones
principales que Darwin hizo de la naturaleza, a cual más ma
ravillosa, adecuada y poética». Se refiere Gould a la visión que
propone Darwin de la naturaleza como un ribazo enmarañado,
en alusión a su complejidad y a lo intrincado de las relaciones
ecológicas. En segundo término, apunta a la comparación de la
naturaleza con un árbol, el árbol de la vida, metáfora de origen
bíblico con la que Darwin pretende expresar la interconexión
genealógica entre todos los seres vivos. En tercer lugar, alude a
la naturaleza como ser de dos caras, una luminosa y otra oscura,
pues junto con el equilibrio y armonía de la vida, se dan sórdidas
luchas y sufrimiento.
Podríamos incluso decir que la biología actual se halla pro
fundamente marcada por ciertas metáforas. Algunas de ellas,
como la del gen egoísta, debida al zoólogo Richard Dawkins, y
que nos fuerza a ver el organismo como un simple vehículo de
sus genes, han condicionado durante décadas el desarrollo de las
ciencias de la vida. En la actual era posgenómica algunos autores
abogan precisamente por un cambio de metáforas. Es el caso del
cardiólogo británico Denis Noble, quien sugiere que miremos
los genes como elementos cautivos en el organismo, y no como
rectores de todos sus procesos y acciones.
Aceptemos, pues, la presencia e importancia de las metáforas
en la ciencia y, especialmente, en las ciencias de la vida. Ello no
indica que la biología esté libre de todo compromiso con la ver
dad. Sucede, más bien, que las metáforas pueden ser verdaderas
o falsas, no solo bellas, elegantes, clarificadoras o sus contra
rios. Es más, quizá son bellas en la medida en que son veraces.
Además, cada metáfora tiene su propia inercia heurística, y el
científico se ve obligado a perseguir a sus metáforas hasta donde
estas le lleven, para comprobar la verdad de las mismas o para
modificarlas, mientras que el poeta no necesita comprometerse
con todas las consecuencias de sus metáforas.
Algunos filósofos de la ciencia, como el holandés Bas van
Fraassen, sostienen que la presencia de metáforas en la ciencia
sería incompatible con una interpretación realista de la misma.
Para el norteamericano Frederick Suppe, en cambio, el lenguaje
científico no es literal, pero la verdad sí constituye un objeti
vo para la ciencia. ¿Cómo podemos compatibilizar metáfora y
realismo?
Planteemos el problema con la crudeza y lucidez con que
lo hace Friedrich Nietzsche en su obra Sobre verdad y mentira
en sentido extramoral: «Aquel a quien envuelve el hálito de la
frialdad, se resiste a creer que el concepto [...] no sea más que
el residuo de una metáfora». Eso son los conceptos científicos,
no lenguaje literal, sino residuos metafóricos, metáforas que
han llegado a convertirse en convenciones. Según el pensador
alemán, nos engañamos cuando olvidamos el origen de nuestros
conceptos. Creemos que proceden de la experiencia y del razo
namiento lógico. Nacen, sin embargo, de la fantasía. Nacen como
metáforas. Y «solamente mediante el olvido puede el hombre
alguna vez llegar a imaginarse que está en
posesión de una “verdad”. [...] Olvida que las
metáforas [...] no son más que metáforas y
las toma por las cosas mismas».
Como sostiene el filósofo francés Paul Ri
coeur, cada metáfora tiene su propia vida.
La ciencia está cargada de metáforas vivas.
Metáforas nacientes, como conjeturas o hi
pótesis; metáforas maduras, como teorías; y
metáforas ya fijadas, casi inertes, converti
das en pura convención o paradigma. Solo el
olvido de su origen metafórico, afirma Nietzsche, nos permite
atribuir verdad a los conceptos y teorías convencionales de la
ciencia.
Según esa visión de las cosas, la aceptación de la metáfora
en ciencia implica la renuncia a una interpretación realista.
Pero, precisamente, el olvido puede fungir aquí como síntoma
de verdad: olvidamos con mayor facilidad el origen metafórico de
los conceptos y teorías que mejor funcionan, que generan buenas
aplicaciones y predicciones correctas, que conservan su coheren
cia interna. Todo esto no es garantía de verdad, lo sabemos, pero
¿no estamos acaso ante los síntomas de la verdad? La metáfora,
en definitiva, no es una enfermedad de la ciencia. Es la fuerza
creativa que le da vitalidad, y quizá también el mejor vehículo
para aproximarse a la realidad de las cosas.
La metáfora no es
una enfermedad de
la ciencia. Es la
fuerza creativa que
le da vitalidad
Lenguaje y vida: Metáforas de la biología en el siglo xx.Evelyn Fox Keller.
Ediciones Manantial, 2000.
La metáfora viva.Paul Ricoeur. Trotta, 2001.
Making truth: Metaphor in science. Theodore L. Brown. University of Illinois
Press, 2003.
Metaphor and analogy in science education.Peter Aubusson, Allan G.
Harrison y Steve Ritchie (eds.). Springer, 2006.
Ciencia y acción.Alfredo Marcos. F. C. E., 2010, capítulo 10.
¡Cuidado con las metáforas!Eleonore Pauwels en IyC, abril de 2014.
El lenguaje de la neurocienciaChristian Wolf en MyC, n.o
70, 2015.
Historia del cerebro en metáforas.Gunnar Grah y Arvind Kumar en MyC,
n. o
71, 2015.
EN NUESTRO ARCHIVO
PARA SABER MÁS
Filosofía de la ciencia 15
18. E
n un artículo anteriorhablamos de los conceptos científi
cos. La ciencia usa los conceptos para describir hechos par
ticulares y formular leyes. Por ejemplo, hechos particulares
son los que quedan descritos por enunciados como «Venus sigue
una trayectoria elíptica» o «Esta barra de hierro se ha dilatado
al calentarse». Pero, si la ciencia solo hiciese afirmaciones par
ticulares, no sería muy interesante: se limitaría a elaborar lista
dos de fenómenos. La ciencia hace algo más: formula hipótesis
y leyes, las cuales combina después en conjuntos más amplios o
teorías. Así, con los conceptos de fuerza, masa y distancia se for
mula la ley de la gravitación de Newton, F = Gm1
m2
/r2
.
En ocasiones se usa la palabra hipótesis para referirse a las
conjeturas aún no confirmadas, mientras que se reserva el tér
mino ley para las que ya lo están. También cabe distinguir entre
el enunciado legaliforme, esto es, la formulación lingüística de
la ley, y el contenido o hecho que sucede en la naturaleza y que
queda descrito por ese enunciado.
Para simplificar, no tendremos en
cuenta aquí estas distinciones.
Hechas estas precisiones, po
demos preguntarnos: ¿qué es una
ley? La descripción de la trayecto
ria de Venus no enuncia una ley,
sino un hecho particular. En cam
bio, enunciados como la ley de
gravitación, (1) «Los planetas se
mueven en trayectorias elípticas
con el Sol en uno de sus focos»
o (2) «Los metales se dilatan al
calentarse» sí expresan leyes. Las
leyes corresponden a cierto tipo
de hechos generales, expresados
mediante enunciados también ge
nerales de la forma «Todos los...
son...», «A todos los... sometidos
a... les sucede...», etcétera.
¿Por qué decimos que las leyes corresponden a hechos gene
rales «de cierto tipo»? Porque no toda regularidad es una ley na
tural. Por ejemplo, (3) «Ningún soltero está casado», (4) «Todo
triángulo tiene tres lados», (5) «Todas las monedas que tengo
ahora en mi bolsillo derecho son doradas» o (6) «Siempre que
muere un ave, después nace un mamífero» expresan hechos
generales. Pero, a diferencia de (1) y (2), no corresponden a leyes.
La diferencia reside en que los hechos generales declarados en
(1) y (2) contienen cierta clase de necesidad natural, mientras
que el resto, o bien no contienen ninguna necesidad, como su
cede en (5) y (6), o la que encierran no es una necesidad de la
naturaleza, como ocurre en (3) y (4).
Los enunciados (5) y (6) refieren hechos generales que no
suceden necesariamente. Suceden, por así decirlo, por casuali
dad: no hay ninguna conexión necesaria entre el antecedente y
el consecuente. Las monedas que tengo ahora en mi bolsillo son
de hecho doradas, pero podrían no serlo. Y es un hecho que, tras
morir un ave, siempre nace un mamífero, pero podría no suceder
así (bastaría con que se extinguiesen los mamíferos). Se trata de
regularidades accidentales, carentes de necesidad. Por otro lado,
en (3) y en (4) sí se da una conexión necesaria entre antecedente
y consecuente, pero esa necesidad no es natural, sino lingüística:
su verdad se deriva de lo que significan las palabras. Decimos
en estos casos que se trata de verdades analíticas, semánticas
o conceptuales; su negación es una contradicción conceptual.
Si volvemos a (1) y (2), veremos que, aunque no se trata de
enunciados accidentalmente verdaderos, sino necesariamente
verdaderos, tampoco son analíticamente verdaderos. Las pala
bras planeta, trayectoria, elipse y
foco podrían significar lo mismo
y, si el mundo fuese diferente, (1)
podría ser falsa. Es decir, las ne
gaciones de (1) y (2) no son con
tradicciones conceptuales. De he
cho, significando lo mismo esas
palabras, durante siglos se pensó
que los planetas se comportaban
de otra manera. Así pues, aunque
se trata de generalizaciones ne
cesariamente verdaderas, no son
analíticamente verdaderas, sino
nomológicamente (de nomos,
«ley» en griego) verdaderas. Son
leyes de la naturaleza: necesarias
en virtud de cómo es esta.
¿Cómo reconocer que una
generalización verdadera es una
ley? El rasgo principal de las ge
neralizaciones analíticamente verdaderas es relativamente sen
cillo de entender: basta con saber el significado de las palabras
para reconocer su verdad. Pero (1) y (2) no son así; se puede en
tender lo que dicen sin saber si son verdaderas o no. Eso facilita
la distinción entre las leyes y las regularidades analíticas. Pero
¿cómo diferenciarlas de las regularidades accidentales? ¿Cómo
saber si un enunciado como «Todos los cisnes son blancos» se
refiere a una ley o a un accidente?
Aunque se trata de una cuestión compleja, hay algunos rasgos
que, intuitivamente, distinguen la ley natural de la generaliza
ción accidental. Dos de ellos son la capacidad predictiva y la
capacidad explicativa.
GETTY
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Las leyes en ciencia
Las leyes científicas hacen referencia a regularidades naturales
no accidentales. ¿Dónde radica su necesidad?
LEYES
José Díez
Profesor de filosofía de la
ciencia en la Universidad de
Barcelona.
16 TEMAS 100
19. Si estamos dispuestos a predecir nuevos casos sobre la base
de casos anteriores, entonces es que consideramos que la ge
neralización no es casual, sino nomológica. Supongamos que
todas las monedas que tengo ahora en mi bolsillo derecho son
doradas. ¿Apostaría el lector a que la próxima que introduzca
en mi bolsillo también será dorada? Si la respuesta es negativa,
es porque considera que dicha regularidad es accidental, no
producto de una ley. Suponga ahora que la regularidad de «To
das las piezas de cobre pulido son doradas» ha sido constatada
siempre. ¿Estaría dispuesto a apostar a que la próxima pieza
de cobre pulido que encuentre será dorada? Si la respuesta es
afirmativa, es porque considera que esa regularidad no es acci
dental, sino nomológica.
En segundo lugar, en la medida en que estemos dispuestos a
usar una regularidad para dar explicaciones, la estaremos consi
derando nomológica, no accidental. Ante la pregunta «¿Por qué
esta pieza de metal es dorada?», la respuesta «Porque está en
mi bolsillo derecho y todas las monedas que tengo allí son do
radas» no parece una buena explicación. En cambio, algo como
«Porque es de cobre pulido y todas las piezas de cobre pulido son
doradas» sí que lo parece. Ello se debe a que consideramos que
«Todas las piezas de cobre pulido son doradas» corresponde a
una ley, mientras que «Todas las monedas de mi bolsillo derecho
son doradas» parece referir a un mero accidente.
Existen varios tipos de leyes. Las leyes que llamamos estric-
tas, como la ley de la gravitación, no presentan excepciones:
siempre que se da el antecedente, ocurre el consecuente. Pero
no todas las leyes son de este tipo. Por ejemplo, que la ingesta de
barbitúricos va acompañada de somnolencia no constituye una
correlación accidental: hay una conexión genuina entre una cosa
y la otra. Sin embargo, no es cierto que siempre que alguien in
giere barbitúricos sufra somnolencia. Ocurre así en condiciones
normales, pero tal vez no sea el caso si, por ejemplo, también se
han tomado estimulantes.
Tales correlaciones son nomológicas; son leyes, pero no es
trictas. Reciben el nombre de leyes ceteris paribus, que significa
«en condiciones normales» (literalmente, «permaneciendo lo
demás igual»), o leyes cp. Se pueden esquematizar así: «Todos
los... son, cp, ...» o «Siempre que... entonces, cp, ...». Muchas
de las leyes cotidianas son leyes cp. La ingesta de analgésicos
redime el dolor, pero solo en condiciones normales. También que
los metales se expanden al calentarse sucede solo en condiciones
normales (a presiones extremas podría no ocurrir).
Una cuestión debatida es si las leyes cp son irreducibles o
si, más bien, constituyen versiones simplificadas de leyes estric
tas en las que desconocemos parte del antecedente. Así, la ley
«Todos los A son, cp, B», constituiría una versión provisional
de la ley estricta «Todos los que son a la vez A y ? son también
B», de la que desconocemos parte del antecedente. Por ejemplo,
«Fumar en exceso produce, cp, cáncer» correspondería a una
ley no estricta tras la que habría otra que sí lo es: «Fumar en
exceso cuando el organismo presenta tales y cuales condiciones
produce (sin excepciones) cáncer».
Otro tipo de leyes son las llamadas probabilísticas o esta-
dísticas, como «El 75 por ciento de los guisantes que resultan
de cruzar amarillos y verdes salen verdes» o «El 90 por ciento
de los electrones disparados contra una barrera de potencial
rebotan». No se trata de hechos casuales, sino de correlaciones
dotadas de una necesidad natural. Son leyes, pero no del mismo
tipo que la ley de la gravitación. En muchos casos, el guisante
saldrá verde o el electrón rebotará, pero no en todos. Podemos
representar estas leyes mediante la forma «El X por ciento de
los... son...», «La probabilidad de que suceda... si ha sucedido...
es p», etcétera.
También se debate si las leyes estadísticas corresponden a
relaciones probabilísticas irreducibles o si, más bien, reflejan
nuestro desconocimiento de algunos factores. Por ejemplo, «Al
menos el 80 por ciento de los fumadores intensivos de larga
duración desarrolla enfermedades respiratorias» expresaría una
correlación nomológica estadística. Pero si conociésemos mejor
las condiciones de los sujetos, podríamos formularla de modo
absoluto, no estadístico: «La totalidad de quienes fuman en
exceso y cumplen tales y cuales condiciones desarrollan enfer
medades respiratorias».
No obstante, aunque lo anterior pueda funcionar para una
gran cantidad de leyes probabilísticas, no queda claro que pueda
aplicarse a todas. Numerosos filósofos defienden que las leyes de
la mecánica cuántica son irreduciblemente probabilísticas: no
expresan un desconocimiento parcial, sino relaciones necesarias,
«brutas», de la naturaleza. Este constituye uno de los aspectos
más misteriosos y debatidos de la mecánica cuántica.
Concluiremos con la mención de una cuestión más filosófica,
relativa a las leyes naturales: ¿dónde radica su necesidad? ¿A
qué nos referimos cuando hablamos de la necesidad natural?
En el mundo observamos fenómenos y vemos que unos siguen a
otros, pero no vemos conexiones necesarias entre ellos. Tanto en
el caso de la muerte de las aves y el nacimiento de los mamíferos
como en el de la expansión de los metales, lo que observamos es
lo mismo: primero ocurre una cosa y luego otra. Consideramos
que en el segundo hay una necesidad de la que el primero carece,
pero no vemos dicha necesidad.
Los empiristas radicales, como David Hume, sostienen que
en el mundo hay fenómenos y regularidades. Sin embargo, no
consideran que haya regularidades que, además, tengan adheri
da una propiedad a la que podamos llamar «necesidad». Lo que
denominamos leyes son meras regularidades que, entre todas
las disponibles, tomamos para construir los sistemas predictivos
más simples y exitosos. Las leyes serían las «regularidades que
pertenecen al mejor sistema predictivo» (best system account).
Pero ¿por qué funciona mejor un sistema predictivo con unas
regularidades que con otras? Para el realista, de inspiración
aristotélica, esto último carece de explicación a menos que su
pongamos que el mundo contiene en sí mismo tales necesida
des («causas», o como queramos llamarlas). Por tanto, nuestras
leyes científicas funcionarán mejor cuanto más se aproximen a
esas necesidades naturales. En la ciencia ideal —a la que quizá
no se llegue nunca, pero a la que continuamente nos vamos
acercando—, las leyes captarán exactamente esas necesidades.
Al empirista, en cambio, todo esto le parece mala metafísica. Y
el debate continúa.
Philosophical foundations of physics.R. Carnap. Basic Books, 1966.
Philosophy of natural science.C. G. Hempel. Prentice Hall, 1966.
The structure of science.E. Nagel. Hacket Publishing, 1979.
Fundamentos de filosofía de la ciencia.J. Díez y C. U. Moulines, 3.a
edición.
Ariel, 2008.
Los límites de la razón.Gregory Chaitin en IyC, mayo de 2006.
¿Puede la ciencia explicarlo todo?Jesús Zamora Bonilla, en este mismo número.
Los conceptos científicos.José Díez, en este mismo número.
EN NUESTRO ARCHIVO
PARA SABER MÁS
Filosofía de la ciencia 17
20. L
a curiosidad,de la que finalmente surge la mayor parte de
nuestro conocimiento, nos conduce sin cesar, y casi sin re
parar en ello, a hacer conjeturas sobre multitud de aconteci
mientos. No podemos evitar preguntarnos por qué ocurre lo que
ocurre, cuáles son las causas de lo que sucede a nuestro alrededor
y, también, de lo que acontece en lugares muy alejados de nuestro
entorno inmediato o a escalas muy distintas de las que nos son
familiares. Así, nos preguntamos acerca de una inundación, del
mal funcionamiento de nuestro ordenador, del comportamiento
extraño de un amigo o del origen de la crisis económica. Pero tam
bién acerca de la evolución de las galaxias, del origen de la vida
en la Tierra o de la amenaza de las superbacterias.
El intento espontáneo y recurrente de buscar explicaciones a
lo que sucede, de ponerlo en un marco de ideas que nos permita
comprenderlo, puede organizarse para que la actividad adquiera
cierta complejidad y rigor, convirtiéndola así en un teorizar. Si
tanto esa complejidad como ese rigor satisfacen determinados
requisitos conceptuales y empíricos, diremos que se trata de un
teorizar científico. Los productos de dicha actividad constituyen
lo que denominamos teorías científicas, y se entiende que estas
son la parte conjetural del conocimiento científico. La mecánica
cuántica, la teoría de la evolución, el marginalismo económico
o la teoría química sobre el origen del cáncer constituyen todas
ellas, a pesar de su gran heterogeneidad, teorías científicas.
Son múltiples y muy variopintos los interrogantes que nos
asaltan cuando hablamos de teorías científicas: ¿qué función
cumplen?, ¿cómo se justifican?, ¿cómo llegan a idearse?, ¿qué
relación guardan unas con otras?, ¿qué tipos existen? Todas
esas preguntas se encuentran a su vez entrelazadas con otra,
que por ello ha merecido una atención especial por parte de
la filosofía de la ciencia: ¿qué clase de contenidos incluye una
teoría y cómo se estructuran?
En efecto, cuando intentamos identificar las funciones de las
teorías científicas, nos vemos abocados a especificar mínima
mente su estructura interna. A las teorías generadas en el ámbito
científico se les suele atribuir, como principales finalidades, la
comprensión, explicación (a partir de causas o mecanismos) y
predicción de los fenómenos que se producen en distintas par
celas del mundo, así como la intervención en dichas parcelas y
la creación de nuevos recursos tecnológicos. Puede advertirse
que, de manera más o menos directa, todas estas finalidades
comparten una misma presuposición. A saber, que existen dos
niveles contrapuestos: uno en el que se describe o representa
aquello que hay que comprender, explicar o predecir; y otro en
el que se describe o representa aquello que permite comprender,
explicar o predecir. En la filosofía de la ciencia de comienzos del
siglo xx, esa distinción de nivel solía entenderse como una entre
el plano observacional y el teórico. El primero proporcionaría la
base de la contrastación de las teorías, a la vez que su contenido
empírico; el segundo, la fuerza explicativa y predictiva.
Aunque el debate en torno a la noción de observación se
mantiene abierto aún hoy, hay dos ideas ampliamente aceptadas
al respecto. La primera es que lo que en ciencia se denomina
«observación» va mucho más allá de lo que podemos detectar
por medio de los sentidos, e incluye resultados de experimentos
complejos donde se aplican ciertas presuposiciones teóricas. La
segunda es que dichas presuposiciones han de ser independien
tes de la teoría contrastada a partir de los resultados.
En el ámbito científico, además de los requisitos que atañen
al plano empírico o aplicativo de las teorías, existen otros,
no menos específicos, concernientes al propio plano teórico.
Tales requisitos nos remiten, en primer lugar, a una exigencia
conceptual de generalidad, característica de todo teorizar. Una
conjetura cuyo alcance explicativo se limite a un caso particular
no constituye una teoría, por más que nos permita explicar un
Las teorías en ciencia
Las teorías científicas agrupan leyes y conceptos en
una perspectiva sinóptica. Su contenido y estructura
confieren a la ciencia su poder explicativo y predictivo
María Caamaño
Profesora de filosofía de la
ciencia en la Universidad
de Valladolid.
TEORÍAS
GETTY
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18 TEMAS 100
21. acontecimiento a partir de una causa; faltaría un marco gene
ral de comprensión para el tipo de fenómeno que deseamos
explicar. Para establecerlo, necesitamos conceptos generales; es
decir, conceptos que delimiten clases de entidades o fenómenos
prominentes en el dominio de estudio. A diferencia de lo que
ocurre con los conceptos generales no científicos, como los de
«fruta recogida en una cesta» o «música favorita de los indi
viduos diestros», los conceptos científicos de «agua», «oro»,
«tigre» o «electrón» hacen posible realizar
inferencias acerca de las propiedades y el
comportamiento de aquello que categorizan.
Saber que cierta sustancia cae bajo el con
cepto científico de oro conlleva conocer que
se trata de un elemento químico con número
atómico 79 y poder inferir, por ejemplo, que
si se calentase hasta los 1063 grados centí
grados se fundiría.
Los conceptos científicos son los constitu
yentes básicos, o piezas, del edificio teórico.
Pero la arquitectura del edificio depende de
los principios teóricos. Es importante notar
que los principios o leyes generales que con
forman el núcleo de una teoría han de tener
un carácter sinóptico; es decir, deben co
nectar distintos conceptos y articular así un
marco de comprensión. Si bien la noción de
explicación continúa generando controversia
en la filosofía de la ciencia actual, existe un
amplio reconocimiento de la importancia
que reviste la identificación de causas que,
al actuar conforme a ciertas leyes, permitan
realizar predicciones. Tradicionalmente, las
leyes se han caracterizado como generalizaciones universales,
contingentes desde un punto de vista lógico y necesarias desde
un punto de vista físico. Con independencia de la revisión con
temporánea de algunos de estos rasgos, hay un acuerdo prác
ticamente unánime acerca de la importancia de las leyes para
la realización de inferencias contrafácticas; esto es, inferencias
sobre lo que ocurriría si se diesen determinadas condiciones
distintas de las presentes.
Así pues, aunque no toda teoría científica proporcione expli
caciones en forma de leyes (pensemos en la teoría de la deriva
continental), ni toda ley remita a causas (recordemos las leyes
de Kepler sobre el movimiento planetario), ni toda explicación
científica tenga valor predictivo (como ilustra el caso de las teo
rías paleontológicas), una gran parte del conocimiento científico
sí exhibe estas características en mayor o menor medida. En
otras palabras: las teorías suelen estar compuestas por leyes, las
cuales remiten habitualmente a causas y sirven para formular
predicciones. Por otro lado, el aspecto sinóptico de los princi
pios teóricos, junto con su contrastabilidad empírica mediante
comprobaciones cruzadas e independientes, sigue dotando de
carácter científico incluso a aquellas teorías y disciplinas más
alejadas de los casos prototípicos.
En la contrastación, que imprime carácter científico a las
teorías, el marco general de ideas que manejamos ha de ser tal
que posibilite inferir, con ayuda de ciertos añadidos, consecuen
cias empíricas concretas que permitan conectar el marco teórico
general, sumamente abstracto, con algún aspecto preciso de un
fenómeno concreto. Los dos principales añadidos son la descrip
ción de las condiciones iniciales (aquellas dadas al iniciarse un
experimento u observación) y los supuestos auxiliares acerca
del instrumental empleado, la no interferencia de determinados
factores o el tratamiento estadístico de los datos recopilados.
Además de todo lo dicho, hemos de tener en cuenta que
las teorías científicas —al igual que los ríos, los volcanes o los
seres humanos— son entidades cambiantes, que, no obstante,
mantienen su identidad a lo largo del tiempo. Las teorías se ori
ginan a partir de otras, crecen apoyándose en otras o producen
otras, lo que se traduce en una compleja articulación intra- e
interteórica. Las relaciones entre teorías pue
den ser de presuposición (una presupone a
otra), de evolución o especialización, de in
corporación, o bien de conflicto. Las teorías
dependen de otras no solo para su contrasta
ción empírica, sino también para engendrar
especializaciones. Asimismo, puede ocurrir
que los principios teóricos y las aplicacio
nes exitosas de una teoría se mantengan en
otra, como ocurre con la incorporación de la
teoría planetaria de Kepler en la mecánica
newtoniana, o con la de la teoría especial
de la relatividad en la relatividad general.
Por último, cuando la aplicación de los con
ceptos de una teoría excluye la aplicación de
los conceptos de otra orientada hacia un mis
mo dominio, la relación entre ambas es de
conflicto o incluso de inconmensurabilidad,
como parece suceder en el controvertido caso
del paso de la mecánica clásica a la mecánica
relativista.
Así pues, las teorías científicas viven no
solo más allá de quienes las idearon, sino que
en ocasiones lo hacen en una forma tal que
aquellos incluso desaprobarían. En su Exposición del sistema
del mundo —publicada en 1796, más de un siglo después de los
Principia de Newton—, Laplace explica la unidireccionalidad y
la coplanaridad aproximada de las órbitas planetarias a partir
de las leyes de la mecánica newtoniana y de la hipótesis nebular.
Y lo hace sin postular, como hiciera Newton, la intervención de
un dios creador.
Narra la leyenda que, ante un extrañado Napoleón Bona
parte, sorprendido de que en una obra sobre el universo no se
mencionara a su creador, Laplace replicó: «Señor, nunca he
necesitado esa hipótesis».
En el ámbito
científico, además
de los requisitos
que atañen al plano
empírico o
aplicativo de las
teorías, existen
otros, no menos
específicos,
concernientes al
propio plano
teórico
The semantic conception of theories and scientific realism.Frederick Suppe.
University of Illinois Press, 1989.
Pluralidad y recursión: Estudios epistemológicos.Carlos Ulises Moulines.
Alianza Editorial, 1991.
Fundamentos de filosofía de la ciencia.José Díez y Carlos Ulises Moulines,
3.a
edición. Ariel, 2008.
The Routledge companion to philosophy of science.Dirigido por Stathis
Psillos y Martin Curd, 2.a
edición. Routledge, 2014.
Natural kinds and classification in scientific practice.Dirigido por Catherine
Kending. Routledge, 2016.
Los conceptos científicos.José Díez, en este mismo número.
Los límites del método científico.Adán Sus en IyC, abril de 2016.
Las leyes en ciencia.José Díez, en este mismo número.
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PARA SABER MÁS
Filosofía de la ciencia 19
22. E
l 13 de julio de 1965se celebraba en Londres el simposio
«Criticism and the growth of knowledge». Fue en aquel
acto donde se inició el famoso debate entre el filósofo Karl
Popper y el historiador de la ciencia Thomas S. Kuhn en torno
al progreso científico, debate que ha marcado todos los mode
los contemporáneos sobre cómo y por qué unas teorías son sus
tituidas por otras.
Popper había publicado en 1959 The logic of scientific dis-
covery (La lógica de la investigación científica, Tecnos, 1962),
disponible desde 1934 pero solo en alemán. Kuhn acababa de
publicar en 1962 The structure of scientific revolutions (La es-
tructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Econó
mica, 1971), que iniciaba el giro historicista al que se sumarían
Lakatos, Feyerabend, Hanson, Toulmin y también Laudan una
década más tarde.
El falsacionismo de Popper
Según Popper, la ciencia avanza a través de
hipótesis audaces y falsaciones severas. En
la imagen decimonónica, la ciencia parte de
hechos para inferir desde ahí teorías. Popper,
en cambio, defiende que partimos siempre
de alguna teoría previa, que orienta nuestra
atención hacia unos hechos más que hacia
otros, y por medio de esa teoría intentamos
solucionar problemas. Desde esta perspec
tiva, los momentos del progreso científico
serían cuatro.
Primero nos enfrentamos a los proble
mas, ya sean prácticos (¿Cómo curo esta
gripe?) o teóricos (¿Qué es la gripe?). Des
pués proponemos hipótesis a modo de so
luciones tentativas. Dichas hipótesis son entidades abstractas
que se corresponden con enunciados, desde «Todos los cisnes
son blancos» hasta la ley de gravitación de Newton. El modo
como inventamos las hipótesis es, según Popper, un misterio. En
tercer lugar, una vez que las hipótesis han sido formuladas, el
verdadero científico trata de falsarlas una a una hasta quedarse
con la que mejor resista a la crítica. La crítica en cuestión puede
basarse en criterios como la coherencia o la simplicidad, aun
que lo más característico de la ciencia empírica es que se base
en la experiencia, es decir, en observaciones y experimentos.
Por último, el científico descubre que la hipótesis corroborada
por la crítica genera nuevos problemas, con lo que el ciclo del
progreso científico vuelve a empezar.
Esta generalización del método de ensayo y error, que a veces
se ha llamado método hipotético-deductivo, implica que el pro
greso científico no ha de verse principalmente como persecución
de la verdad, sino como huida de la falsedad. Según Popper, el
científico que actúa como tal no busca verificar ni confirmar las
hipótesis, sino falsarlas, desmentirlas. La discusión que mantu
vieron Popper y Rudolf Carnap en la década de 1930 versaba, de
hecho, sobre la alternativa confirmación-falsación. Para Carnap,
la ciencia busca lo primero; para Popper, lo segundo.
Popper distinguía dos conceptos de falsabilidad. En sentido
lógico, una hipótesis H es falsable, y con ello científica, si de ella
se sigue algún enunciado fáctico que, de ser verdadero, falsaría
H. En sentido metodológico, H queda falsada si la experiencia
enseña que es verdadero alguno de aquellos enunciados fác
ticos. En definitiva, falsar a posteriori una
hipótesis es distinto de —y, en general, más
problemático que— demostrar a priori su
falsabilidad.
«Todos los cisnes son blancos» es falsable
porque de ella se sigue «El cisne ahí escondi
do es blanco», lo cual podría ser falso. Ahora
bien, falsar «Todos los cisnes son blancos»
no es tan sencillo. Si alguien dice que ve un
cisne negro, yo puedo responder que precisa
mente porque es negro no puede ser un cis
ne. Estaría interpretando la hipótesis como
si fuera una definición. Incluso admitiendo
que es una hipótesis, podría objetar que lo
observado es un cisne blanco manchado de
ceniza. En general, si alguien declara falsada
H porque la experiencia demuestra que una
de sus consecuencias fácticas C es falsa, se
puede responder que C no se sigue solo de H, sino de la con
junción de H con unos supuestos auxiliares (S1, S2, etcétera),
de modo que la falsedad de C no implica la falsedad de H,
sino de algún elemento de esa conjunción. En tercer lugar,
por neutral que parezca un enunciado fáctico, contiene nece
sariamente términos, como cisne, cuyo significado depende de
las hipótesis en que aparece, hipótesis de cuya verdad nunca
podemos estar seguros.
El historicismo de Kuhn
Kuhn se ocupa, no de la ciencia como conjunto de hipótesis
junto con sus consecuencias lógicas, sino del hacer ciencia,
una actividad humana en la cual están involucradas las teorías,
Popper y Kuhn sobre
el progreso científico
¿Innumerables refutaciones o unas pocas revoluciones?
Julio Ostalé
Profesor de lógica y teoría
del conocimiento en la
Universidad Nacional
de Educación a Distancia.
DINÁMICA DE TEORÍAS
Según Popper, el
progreso científico
no ha de verse
principalmente
como persecución
de la verdad, sino
como huida de la
falsedad
20 TEMAS 100
23. INVESTIGACIÓN
Y
CIENCIA
pero también otros elementos. Para su estudio son necesarias
la historia, la sociología, la psicología y la lingüística, sin dejar
de lado el análisis lógico de teorías. Y dentro de ese quehacer
científico distingue Kuhn entre ciencia normal y ciencia revo
lucionaria.
La primera consiste en lo que la mayoría de los investigado
res hacen la mayor parte del tiempo: solucionar rompecabezas
nuevos conforme a cómo se han solucionado ya antes otros
semejantes. Los problemas de examen en matemáticas y física,
el experimento para obtener luz a partir de una patata o la decli
nación de rosa, rosae son ejemplos de solución de rompecabezas.
Kuhn los llamó, con gran acierto etimológico, paradigmas, o
sea, ejemplos. Pero utilizó ese mismo término en un segundo
sentido, más amplio y que engloba tanto a los paradigmas en
sentido restringido como a otros elementos que comparten los
científicos cuando practican ciencia normal. En el epílogo de
1969 a su obra de 1962, aclaraba que un paradigma en sentido
amplio comprende: generalizaciones simbólicas, modelos, va
lores y ejemplos.
Las generalizaciones simbólicas se corresponden hasta cier
to punto con las leyes científicas. Pueden ser cuantitativas
(ecuaciones de Schrödinger) o cualitativas (ley de la oferta y
la demanda).
ESPACIO PARA EL DEBATE: El falsacionismo de Popper (izquierda) y el historicismo de Kuhn (derecha) encuentran un terreno común
para la discusión filosófica cuando se preguntan qué es una teoría científica.
Los modelos proporcionan a los científicos analogías con
que pensar la realidad, así como enseñar y difundir sus ideas,
pero también innovar. Hay modelos heurísticos (pensar la
dinámica de un gas como infinidad de bolas de billar en mo
vimiento) y los hay ontológicos (creer que toda causa es an
terior a su efecto).
Los valores sirven a la comunidad científica para evaluar
su propia actividad. Los más importantes son internos (una
medición ha de ser precisa), pero hay otros externos (la ciencia
debe ser útil) [véase «Los valores de las ciencias», por Javier
Echeverría, en este mismo número].
Los ejemplos (paradigmas en sentido restringido) son aplica
ciones muy concretas de las generalizaciones simbólicas. Suelen
tener la forma de resolución de rompecabezas. Muestran cómo
se desciende de la teoría a la realidad, cuando, hasta Kuhn, lo
normal era estudiar cómo se asciende de la realidad a la teo
ría con vistas a confirmarla (Carnap) o falsarla (Popper). Estos
ejemplos marcan la pauta de cómo hacer ciencia.
A partir de estos conceptos, Kuhn explica el progreso cien
tífico como una sucesión de largos períodos de ciencia normal
y breves episodios de ciencia revolucionaria. En la ciencia nor
mal, el científico es algo así como un burócrata altamente espe
cializado, cuya tarea diaria consiste en resolver rompecabezas
Filosofía de la ciencia 21
24. con las herramientas del paradigma. Pero, en ocasiones, un
problema no se deja solucionar y se convierte en una anomalía.
Se entra entonces en un período de crisis, caracterizado por la
defensa pública de paradigmas alternativos. Sigue a la crisis la
ciencia revolucionaria, durante la cual los científicos no exa
minan la realidad a través de un paradigma,
sino que examinan varios paradigmas con
objeto de comprobar cuál resuelve mejor la
anomalía y al mismo tiempo soluciona el
mayor número de rompecabezas. Pero nunca
abandonan su paradigma antes de adoptar
uno nuevo. Hecha la elección, comienza otro
período de ciencia normal.
Kuhn nunca precisó cuándo un rompe
cabezas pasa a convertirse en una anomalía,
qué diferencia sus rompecabezas de los pro
blemas de Popper, ni por qué ha de preferirse
un nuevo paradigma al anterior. Se limitó a
discutir casos concretos de la historia de la
ciencia. Y observó que, en ocasiones, no hay
algoritmo posible que decida cuál de entre
dos paradigmas alternativos es preferible.
Aplicando valores internos distintos, decía,
se obtiene a veces que un paradigma es mejor en relación a un
valor y peor en relación a otro, de modo que elegir uno u otro
paradigma depende del peso relativo que en cada caso se otor
gue a cada valor. De ahí el relativismo kuhniano, que, al menos,
tiene la virtud de estar claramente planteado.
Progreso en teorías y entre teorías
La revolución permanente de Popper poco tiene que ver con las
rutinas profesionales de Kuhn. En el falsacionismo, la ciencia
avanza de hipótesis en hipótesis por medio de la crítica. En el
historicismo, la ciencia avanza de paradigma en paradigma a
través de revoluciones. Pero sería un error enfocar el debate entre
Popper y Kuhn como una discusión sociológica sobre comunida
des científicas. Tampoco es una disputa historiográfica sobre si
la ciencia es renovadora o conservadora. Por último, no es muy
esclarecedor tomar a Popper por un idealista que prescribe cómo
debe ser la ciencia y a Kuhn como un realista que describe
cómo es realmente. ¿Dónde encontramos, pues, un terreno co
mún para el debate filosófico entre ambos?
El desacuerdo concierne a lo que uno y otro entendían
por teoría científica. Para verlo mejor conviene distinguir
entre teoría estática y teoría dinámica. La primera es un fo
tograma; la segunda, una sucesión de fotogramas. La teoría
dinámica persiste en el tiempo porque se compone de teorías
estáticas sucesivas, las cuales contienen elementos que no
pueden variar sin que la teoría pierda su identidad y otros
elementos que sí pueden variar. Surgen dos cuestiones: ¿Qué
elementos de una teoría dinámica la individualizan a través
del tiempo? ¿Qué criterios pueden esgrimirse al comparar
teorías dinámicas?
La primera cuestión se puede replantear mejor desde el mo
delo de Kuhn. Su paradigma en sentido amplio puede verse
como una teoría dinámica. Él mismo destacó que los esquemas
de generalización y los ejemplos configuran el paradigma. Así,
no solo se individualiza una teoría dinámica, sino que se dis
tingue entre progreso como cambio en una teoría dinámica y
progreso como cambio entre teorías dinámicas (no nos salimos
de la teoría de la evolución al incorporar el hecho de que los
neandertales convivieron con los humanos modernos, pero sí
nos salimos de la teoría newtoniana al decir que la simultanei
dad es relativa a un marco de referencia). Aunque los modelos
actuales de progreso científico conceptualizan y subdividen con
mucha mayor finura esos dos tipos de cambio, estaban ya im
plícitos en el modelo kuhniano.
En cuanto a la segunda cuestión, si bien
Kuhn tenía razón al sostener que los cientí
ficos raras veces dan por falsadas sus teorías,
Popper era más convincente y preciso en sus
propuestas de elección entre teorías.
Kuhn sostenía que una teoría T1 sustitui
da por otra T2 es «inconmensurable» con
ella: no hay T3 desde donde comparar T1 y
T2 para zanjar cuál es mejor. Tampoco existe
un conjunto neutral de enunciados fácticos
para T1 y T2. Las teorías en liza no compar
ten los rompecabezas que pretenden resolver,
la concepción de ciencia, el vocabulario, los
referentes ontológicos ni la interpretación de
los hechos. Echando mano de ideas lógicas
como la no traducibilidad entre lenguajes,
ideas psicológicas co
mo el cambio de Ges
talt e ideas lingüísticas como la hipótesis de
Sapir-Whorf (hay correlación entre las categorías gramaticales
que una persona usa y su modo de entender la realidad), Kuhn
llegaba a decir que, si dos científicos trabajan con teorías in
conmensurables, sus esquemas perceptuales y conceptuales son
tan dispares que es como si viviesen en mundos distintos. La
demostración de qué teoría es mejor cede entonces a la mera
persuasión.
Popper, que acabó reconociendo que no se pueden falsar hi
pótesis aisladas sino conjuntos de hipótesis, en 1963 propuso en
Conjectures and refutations (Conjeturas y refutaciones, Paidós,
2003) seis criterios para juzgar si T1 ha sido superada por T2: T2
hace afirmaciones más precisas que T1; T2 explica más hechos
que T1; T2 explica mejor que T1; T2 ha resistido más tests que
T1; T2 ha sugerido nuevos tests; T2 ha conectado problemas
entre sí. No hace falta «salirse del marco», decía Popper, para
discutir con alguien que está dentro de otro marco. Su propuesta
contiene lagunas y fallos, pero ha inspirado otras muchas que
han venido después y que no se resignan a que la elección entre
teorías deje de ser racional.
La crítica y el desarrollo del conocimiento.Dirigido por Imre Lakatos y Alan
Musgrave. Grijalbo, 1975.
Kuhn y el cambio científico.Ana Rosa Pérez Ransanz. Fondo de Cultura
Económica, 1999.
El camino desde la estructura.Thomas S. Kuhn. Paidós, 2001.
Thomas Kuhn.Alexander Bird. Tecnos, 2002.
Popper.Julio Ostalé. RBA, 2016.
El concepto de ciencia en Popper.Andrés Rivadulla en MyC, n.o
11, 2005.
Ciencia y arte: ¿Vidas paralelas?J. Pinto de Oliveira, en este mismo número.
El universo creativo de Popper.Josep Corcó, en este mismo número.
Los límites del método científico.Adán Sus en IyC, abril de 2016.
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PARA SABER MÁS
Kuhn explica el
progreso científico
como una sucesión
de largos periodos
de ciencia normal
y breves episodios
de ciencia
revolucionaria
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suscripción
26. E
n la década de los sesentase produjo un cambio radical en
filosofía de la ciencia. Nos referimos al llamado giro histo
ricista. Algunos de sus autores más representativos fueron
Thomas Kuhn, Imre Lakatos y Paul Feyerabend. Supuso la crí
tica y el abandono de las tesis neopositivistas tradicionales, así
como un replanteamiento en la agenda de los problemas esen
ciales en filosofía de la ciencia.
Dicho parteaguas trajo aparejado un profundo distancia
miento de la noción tradicional de racionalidad científica, que
solía reducirse a una serie de reglas algorítmicas y universales.
Como consecuencia, se ampliaron los criterios de demarcación
entre ciencia y pseudociencia basados en la verificabilidad, por
ser demasiado excluyentes. Ante este panorama, algunos soció
logos de la ciencia comenzaron a vislumbrar una oportunidad
para estudiar la ciencia como una institución social. Con ello,
pretendían revelar el vacío de la epistemología más tradicional.
El resultado fue un antagonismo entre filósofos de la ciencia
y sociólogos de la ciencia. En su libro Defending science —within
reason: Between scientism and cynicism (2003), Susan Haack,
de la Universidad de Miami, describe esta rivalidad en términos
de una oposición entre el viejo cientificismo de los filósofos de
la ciencia, que consideraban la ciencia como algo casi sagrado,
y el nuevo cinismo de los sociólogos de la ciencia, que toman la
ciencia como una especie de truco o engaño. Pero, en realidad,
según señala la filósofa angloamericana, ambas partes en disputa
comparten —aunque no lo reconozcan— algunos falsos supuestos
clave, como un modelo de racionalidad demasiado rígido (según
el cual algo es racional solo si de ello se derivan lógicamente
consecuencias empíricamente verificables). De aquí, continúa
Haack, que la supuesta oposición pueda ser superada. Es decir,
existe una posición intermedia mucho más defendible que las dos
concepciones hasta ahora en liza, una posición que Haack deno
mina sentido común crítico, tomando la expresión del filósofo
estadounidense Charles Sanders Peirce (1839-1914). Uno de los
propósitos principales de su Defending science es precisamente
el de desarrollar en detalle esta posición intermedia.
Pero antes de adentrarnos más en la filosofía de Haack, he
mos de decir unas palabras sobre esta autora, considerada hoy
en día una de las más importantes mentes filosóficas. Se cuen
ta entre los pocos pensadores que han realizado aportaciones
fundamentales en diversas ramas de la filosofía, como la lógica,
la filosofía del lenguaje, la metafísica, la epistemología, la filo
sofía de la ciencia y la filosofía del derecho. Su pensamiento es
nuclear para la filosofía actual, dado que es de los pocos que
logra conciliar distintos ámbitos filosóficos. El amplio alcance
de sus intereses es coherente con su dura crítica a la hiperes
pecialización y a la reciente fragmentación de la filosofía. Y es
precisamente esta amplitud de miras lo que le ha permitido
edificar una filosofía de la ciencia iluminadora. En ella, Haack
explora la función de las pruebas empíricas como apoyo de las
teorías científicas exitosas, la naturaleza siempre evolutiva de
los métodos científicos, las suposiciones metafísicas de la em
presa científica, el rol de la ciencia en la sociedad y el rol de la
sociedad en la ciencia, e incluso las relaciones entre la ciencia
y la literatura, la religión y el derecho.
Gracias a ese entramado de áreas filosóficas, surge en el pen
samiento de Haack un concepto central para la epistemología,
una noción que permite zanjar la disputa que mencionábamos
al principio entre cínicos y cientificistas. Se trata del concepto
de prueba, que en la obra de Haack es integral: incluye tanto
las pruebas empíricas como las racionales.
Ahora bien, la noción de prueba se entiende dentro del lla
mado fundherentismo. Este marco teóri
co es creado por Haack como un vía de
superación de otra dicotomía epistémica,
la que enfrenta a los fundacionistas con
los coherentistas. Los primeros buscan un
fundamento último y definitivo del cono
cimiento, ya sea en la razón o en los datos
de los sentidos. Los segundos se desen
tienden de esta empresa y ponen el acen
to en la coherencia interna de cualquier
cuerpo de conocimiento. La historia de la
epistemología enseña que ninguna de las
dos estrategias resulta satisfactoria. Con
el fundherentismo, Haack pretende no
solo disolver esta dicotomía clásica, sino
también rescatar a la epistemología de la
desilusión generalizada en la que parece
F U N D A C I O N I S M O
B
F U N D H E R E N T I S M O
U
C O H E R E N T I S M O
P
El mundo
de las pruebas
La filosofía de la ciencia de Susan Haack
Ana Luisa Ponce Miotti
Profesora de filosofía de la
ciencia en la Universidad de
Xalapa, México.
PRUEBAS
24 TEMAS 100