1. Redes digitales y tramas multiculturales. Nuevos desafíos para la
formación del bibliotecario.
Lic. Horacio Avendaño ; Dra. Silvia Coicaud ; Lic. Laura De La Torre ; Lic.
Haydee Murga.
Resumen:
La denominada “sociedad de la información” plantea la necesidad de asumir
nuevas posturas ante los procesos de producción, comunicación y
apropiación de la información y el conocimiento. La formación del
bibliotecólogo requiere de una alfabetización múltiple en los contextos
actuales, pues estos profesionales tendrán que enfrentarse críticamente a
textos funcional y simbólicamente diversos. Las TIC constituyen
herramientas que posibilitan el desarrollo de la interculturalidad. A partir de
su instauración en las bibliotecas, son enormes las potencialidades que
surgen para el acceso a la información, en un mundo cada vez más
conectado. Estos nuevos desarrollos requieren que los responsables de la
educación de los futuros profesionales de bibliotecología les enseñen a sus
alumnos a utilizar estrategias metainformativas apropiadas, lo cual los
ayudará a seleccionar, procesar y transferir conocimientos dentro de los
complejos y sobreabundantes cúmulos de información que caracterizan a
nuestras bibliotecas actuales.
2. Introducción
La masificación de la tecnología con la aparición de la PC ha sido decisiva en
la historia de la gestión de la Información. A diferencia de los siglos
precedentes que han estado dominados por los grandes sistemas mecánicos
que acompañaron la Revolución Industrial, en el siglo XVIII; o la máquina
de vapor en el siglo pasado, el siglo XX ha tenido como tecnología clave la
recolección, procesamiento y distribución de la información.
Los modernos pensadores, como Toffler describen en este fenómeno
denominado como Sociedad de la información, la aparición y fortalecimiento
de un sector “cuaternario” de la economía, dedicado a esta actividad.
La economía, fuertemente influenciada por el vertiginoso desarrollo de las
nuevas tecnologías informáticas y de comunicación, crea un entorno de
fuerte competencia, donde la recopilación y el adecuado empleo de la
información, constituye una clave estratégica para el logro de nuevas
formas de organización y la penetración en los nuevos mercados, como así
también la creación de nuevos productos y servicios.
Este nuevo estado de cosas obliga a un replanteo acerca del verdadero
valor de la información, ante esta novedosa visión de mercancía que actúa
en el mercado como cualquier otro bien tangible, obedeciendo a las leyes de
oferta y demanda.
La información, considerada como un bien económico, resulta difícil de
cuantificar por tener la característica de no poseer un valor fijo o fácilmente
calculable, ya que esto depende del uso dado a la misma y la de no
gastarse con su uso (la información que se brinda no se pierde); pero, aún
así, su valor y utilidad son innegables y exceden los límites económicos, en
especial si entendemos como “información” a aquella destinada a resolver
problemas, disponible públicamente y que sirve para el desarrollo. La
disponibilidad de información confiable en tiempo y forma, está cada vez
más ligada a la eficiente toma de decisiones.
La sociedad actual está en un proceso donde las tecnologías provocan
efectos socioeconómicos, logros personales y también efectos
despersonalizadores, como han advertido psiquiatras y sociólogos, de allí la
gran importancia de repensar el significado de la comunicación en este
contexto.
Podría decirse que en la “sociedad de la información” se destacan factores,
como:
a) la producción masiva de la información
b) el desarrollo notable de las industrias de la información
c) el impacto de las tecnologías de la información en los sectores
sociales y educativos
d) la información como poder
e) la internacionalización y la unificación del mundo sin fronteras
(representado en el concepto de globalización de la información y
3. de integración del receptor que se convierte cada vez más en
protagonista)
La tendencia actual de los países más desarrollados (que son justamente los
“ricos” en información) es la de avanzar hacia la sociedad de la información.
En esta carrera, los países en desarrollo corren el riesgo de repetir una vez
más el esquema de dependencia, solo que esta vez, referida a las redes de
comunicación. El riesgo potencial de crear dos sociedades, divididas entre
ricos y pobres en información es real y evitarlo constituye un gran desafío
para los países subdesarrollados del mundo. Por esto la cooperación es vital
y solo la coordinación de sus recursos y servicios de información, les
permitirá achicar la brecha que se abre cada vez con respecto a los países
desarrollados. La gran pregunta es ¿Cómo? La respuesta posiblemente sea:
formulando una política nacional para asegurar la ejecución y
funcionamiento armoniosos de los recursos, servicios y sistemas de
información aprovechando y potenciando los recursos tecnológicos
existentes.
Nuevos Paradigmas
La noción de paradigma es muy antigua, pero tomo vigencia con Kuhn a
través de su obra “La estructura de la Revoluciones científicas”.
Simplificando el concepto puede afirmarse que el paradigma es una serie de
reglas que por un lado establecen límites y por otro, nos indican claramente
cómo movernos dentro de esos límites. Los paradigmas filtran nuestras
experiencias y tienen además otra característica muy importante y es lo que
Backer llamó la regla del retorno a cero: cuando un paradigma cambia todo
el mundo vuelve a cero. No importa cuan bueno haya sido el viejo
paradigma, los éxitos pasados no aseguran nada.
Para obtener el éxito es imprescindible adaptarse a los cambios y sacar
partido de ellos. Si uno es flexible en su paradigma, lo que escucharán
serán oportunidades, pero si uno sufre de parálisis paradigmática, solo
escuchará amenazas.
El nuevo paradigma que mejor refleja en forma global esta transformación
en el ámbito bibliotecario es el de Biblioteca Virtual
El nuevo paradigma comunicacional: La comunicación es una
“puesta en común”
Cuando nos preguntamos acerca de “la comunicación”, acerca de sus
múltiples significados y acepciones, acerca de sus orígenes y concepciones,
descubrimos que la comunicación es, ni más ni menos, que una forma de
relación. Esta aparente simplicidad comienza a modificarse cuando a la
palabra relación, le adicionamos la palabra convergente, es decir, no
hablamos de simples relaciones sino de una puesta en común.
4. Dice Miguel Reyes1 que la comunicación es “el fenómeno básico de la vida,
una forma específica de relación convergente de dos seres vivos que
aportan algo de su esencia”.
Rastrear su historia, es hacerlo del mismo modo y al tiempo de la propia
historia de la humanidad, que es decir de sus evoluciones y conflictos.
La modernidad ha puesto a la comunicación casi en el centro de los
escenarios socio culturales, en un intento por recuperar la lógica y, a la vez,
encontrando en ella una forma de generar nuevos procesos lógicos que
posibiliten agilidad, puntualidad, exactitud y democracia. El poder de los
medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación, han sido de los hechos más significativos del siglo XXI
porque como herramientas, poseen una extraordinaria potencialidad para
difundir ideas y valores. Particularmente, las TIC´s y las “autopistas de la
información” han significado para la humanidad, la posibilidad inédita del
progreso del conocimiento y el posterior desarrollo a partir de la
cooperación intelectual, por ejemplo.
Dice Federico Mayor Zaragoza 2 que “hace más de cincuenta años los
fundadores de la UNESCO señalaron que la libre circulación de las ideas por
la palabra y la imagen era una condición esencial para el acercamiento y la
colaboración entre las naciones (...)y sigue siendo el medio más eficaz de
promover la comprensión entre los pueblos y de garantizar la paz, la
igualdad y la dignidad de todos los seres humanos”.
Es indudable que los medios, no solo llegaron para quedarse sino que
además, “han roto las paredes de las aulas”. Hablar de la comunicación, de
los medios en relación a la educación implica re-pensar ( es decir volver a
pensar para resignificar) en formas nuevas y diferentes de las formas en
los que se pueden desarrollar los procesos de enseñanaza-aprendizaje;
entonces también re- pensar el ejercicio de la práctica docente y los modos
mediante los cuales, los sujetos aprenden. A partir de estos cambios, el
sector educativo tiene la posibilidad de proponer una visión globalizadora,
integral y generalista del mundo, en forma conjunta con la tradicional
transmisión de habilidades y saberes instrumentales.
La cuestión no termina allí sino que a partir de estas nuevas relaciones
surge la necesidad de pensar en los nuevos lenguajes que los medios y las
tecnologías proponen y en las resemantizaciones ineludibles que surgen de
ellos.
Los nuevos espacios educativos que surgen de este contexto se
transforman, al decir del Prof. Carlos Vallina 3 en “un árbol de narratividades
que merece ser abordado por todas las puertas y ventanas, por todos los
conocimientos, los saberes y los métodos probados”.
1
Profesor de Filosofía y director del Centro de Investigación de Medios en la Universidad de Playa
Ancha en Chile
2
Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
en 1998
3
Director Cinematográfico, es docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata.
5. La consecuente dinamización producida por los medios como nuevas formas
de producción y acceso al conocimiento, modificó también, la tradicional
concepción del papel que la cultura tiene en este nuevo escenario, porque
como plantea Josué Serrano4 “ el espacio vital para la comunicación es la
cultura, que actúa como ¨referente¨ principal del proceso, ya que
suministra al sujeto las reglas para su acción social”. Entonces la cultura,
pensada en un sentido próximo a la praxis, debe ser mirada como el
conjunto de procesos sociales que es, en las circulaciones simbólicas y
materiales que produce, en las dinámicas en las que producen y se re-
producen tanto como, en las que se consumen en las sociedades. Aparece
entonces la cultura como multiculturalidad, esa inmedible producción
circulante de producciones identitarias que los medios y las tecnologías han
puesto en los lugares más insólitos del mundo. Aquella cultura pre-
mediática, prisionera de ciertos sectores de la sociedad a los que el poder
ideológico del estado, le había otorgado su manejo y discusión, se
democratiza sin pedir permiso, se amplía a velocidades imparables y se
resignifica en los múltiples contextos a los que llega.
Entonces si el contexto cultural en el que se colocan las prácticas educativas
en relación a la comunicación y las tecnologías no se constituyen como
elementos a través de los cuales reflexionar acerca de las identidades y las
prácticas sociales; como vías de reproducción de las estructuras socio
políticas, económicas de las realidad próxima y lejana, sus prácticas
materiales, no tiene sentido práctico para el cambio.
Comunicación y mediaciones
Martín Barbero señala que la mediación es el lugar desde donde se otorga
sentido al proceso de comunicación, y considera que la principal mediación
de todo proceso de producción comunicativa es la cultura. Así descentra el
lugar privilegiado que se le otorgaba en la comunicación a los medios
masivos, para analizarla y profundizarla no circunscribiéndose únicamente a
los medios sino incluyendo en el contexto más abarcativo de la cultura.
La cultura se manifiesta a través de:
La sociabilidad, que se relaciona con las prácticas cotidianas de todos los
sujetos sociales para negociar el poder de cualquier autoridad.
La ritualidad, que se relaciona con las rutinas, repetición de ciertas
prácticas. Estas rutinas determinan buena parte de la producción de sentido
y de la propia promoción cultural.
La tecnicidad, que asume un aspecto instrumental (como medios y
técnicas) pero que también introducen cambios perceptuales de la realidad.
Es un aspecto de estructuración exterior de la percepción.
Pero a los efectos de hacer operativas estas mediaciones generales se
distinguen un conjunto de mediaciones que Orozco Gómez denomina
“mediaciones individuales, institucionales, massmediáticas, situacionales y
de referencia”.
En este marco es útil rescatar para el análisis el concepto de representación
social. Como señala Prieto Castillo, las representaciones “son nuestra toma
4
Director del Proyecto “Medios de Comunicación y Educación” de la Organización de Estados
Iberoamericanos en Bogotá, Colombia en 1997.
6. de posición ante la realidad, ante los otros y ante nosotros mismos”; es
imposible vivir al margen de ellas, ya que “somos esencialmente nuestras
representaciones, somos nuestra manera de situarnos ante el mundo”
En tanto que fenómenos, las representaciones sociales se presentan bajo
formas variadas, más o menos complejas; pero que tratan siempre de lo
mismo: una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana,
una forma de conocimiento social. Así, la noción de representación social
nos sitúa en el punto donde se intersectan lo psicológico y lo social.
Este conocimiento se constituye a partir de nuestras experiencias pero
también de las informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento
que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la
comunicación social. De este modo este conocimiento es, en muchos
aspectos, un conocimiento socialmente elaborado y compartido, un saber de
sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos
generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más
amplio, designa una forma de pensamiento social.
Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento
práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del
entorno social, material e ideal. En tanto que tales, presentan
características específicas a nivel de organización de los contenidos, las
operaciones mentales y la lógica.
La caracterización social de los contenidos o de los procesos de
representación ha de referirse a las condiciones y a los contextos en los que
surgen las representaciones, a las comunicaciones mediante las que circulan
y a las funciones a las que sirven dentro de la interacción con el mundo y
los demás.
Representar es sustituir a, estar en lugar de. En este sentido la
representación es el representante mental de algo. Al igual que el símbolo y
el signo, la representación remite a otra cosa. Por otra parte, representar es
re – presentar, hacer presente en la mente, en la conciencia. En este
sentido la representación es la reproducción mental de otra cosa.
El juego de significados externos tiene incidencia sobre las relaciones
establecidas entre los diferentes elementos de la representación. Un grupo
expresa sus contornos y su identidad a través del sentido que confiere a su
representación. Este aspecto del proceso de anclaje resulta importante
desde el punto de vista del análisis teórico de una representación. Al poner
de manifiesto un “principio de significado”, provisto de apoyo social, se
asegura la interdependencia de los elementos de una representación y
constituye una indicación fecunda para tratar las relaciones existentes entre
los contenidos de un campo de representación.
Esta modalidad permite comprender cómo los elementos de la
representación, no sólo expresan las relaciones sociales, sino que también
contribuyen a constituirlas. El sistema de interpretación tiene una función
de mediación entre el individuo y su medio, así como entre los miembros de
un mismo grupo. Capaz de resolver y expresar problemas comunes,
7. transformado en código, este sistema servirá para clasificar a los individuos
y a los acontecimientos. Se convierte en instrumento de referencia que
permite comunicar en el mismo lenguaje.
En los discursos o las respuestas que dan acceso a las representaciones,
estas estructuras significantes y gráficas de la representación intervienen
efectivamente como organizadores de contenido y como operadores de
sentido: con ellos lo que alcanzamos es un pensamiento en actos, pues
hacen inteligible su funcionamiento. Por otra parte son proporcionados por
el lenguaje y funcionan como un lenguaje que sirve para codificar la
realidad.
Así como no surge de la nada, la representación no se inscribe sobre una
tabla rasa, sino que siempre encuentra “algo que ya había sido pensado”,
latente o manifiesto. El contacto entre la novedad y el sistema de
representación preexistente se hallan en el origen de los fenómenos que
dan a las representaciones una dualidad que consiste en ser tanto
innovadoras, como rígidas; tanto movientes como permanentes, y en
ocasiones, en el seno de un mismo sistema.
Comprender algo nuevo es hacerlo propio y también explicarlo. El sistema
de representación proporciona marcos, las señales a través de las que el
anclaje clasificará dentro de lo familiar y explicará de una forma familiar.
Al permitir una rápida evaluación de las informaciones disponibles, el
anclaje autoriza así conclusiones rápidas sobre la conformidad y la
desviación respecto al modelo.
En la representación tenemos el contenido mental concreto de un acto de
pensamiento que restituye simbólicamente algo ausente, que aproxima algo
lejano. Esto garantiza a la representación su aptitud para fusionar precepto
y concepto, y su carácter de imagen. No solamente restituye de modo
simbólico algo ausente, sino que puede sustituir lo que está presente.
Siempre significa algo para alguien y hace que aparezca algo de quien la
formula, su parte de interpretación. Debido a ello no es simple
reproducción, sino construcción y conlleva en la comunicación una parte de
autonomía y de creación individual o colectiva.
Situación actual en el ámbito de la Bibliotecología y efectos de las
nuevas tecnologías en el trabajo del PROFESIONAL de la
información.
La autopista de la Información se convertirá en breve en una gran base
de datos que llegará a contener prácticamente todo el conocimiento
humano, utilizando los recursos multimedia.
La cadena documental ha sufrido transformaciones desde su inicio
(selección) hasta su final (recuperación de la información)
8. Los procesos técnicos pasan a un segundo plano, debiendo ocuparse de
problemas organizacionales y motivacionales
En el ciberespacio no es necesario tener el documento en mano para
poder brindar la información por este contenida.
El concepto de documento deja lugar al de recurso informativo
Los esfuerzos del bibliotecario deben centrarse en mejorar el
conocimiento de las herramientas de búsqueda presentes en la red.
La posibilidad de actualización permanente de los documentos virtuales,
no implica una restricción en las posibilidades de acceso y evita los
trabajos repetitivos.
La disponibilidad de fondos físicos y virtuales a través de la red,
introduce la idea de “Biblioteca Universal”.
La presencialidad ya no es requisito para prestar el servicio, cuyas
fronteras se ven ampliadas gracias a las herramientas multimedia.
El usuario es cada vez más independiente y no necesita siempre la
intermediación del bibliotecario, convertido a su vez en gestor de
información.
La comunicación toma una nueva dimensión en la red
Espacio Virtual, Red Internet, Documentación multimedia, Realidad
virtual, Intranet, Java y Actives, Inteligencia artificial, Web/TV,
Videoconferencia, aula virtual , campus electrónico son algunas
tendencias y desarrollos de las nuevas tecnologías de la información que
tienen incidencia en el ámbito bibliotecario
Las Unidades de información no permanecen ajenas a esto,
justamente por el hecho de constituir un servicio inmerso en una realidad
social; sino por el contrario, se apropian de estas nuevas tecnologías y se
convierten en nuevas productoras de servicios y productos de información.
Ante todo este conjunto el término de documentación cede lugar, en
general al de ciencia de la información y el bibliotecario adopta la filosofía
que esta transformación implica, transformándose en un gestor de
información.
Es decir, el profesional de la Información está replanteando su rol, los
procesos que realiza y el rol de la Biblioteca en este nuevo contexto.
El nuevo perfil del Profesional de la Información
Hasta hace poco tiempo el bibliotecario tradicional era un autodidacta
por falta de enseñanzas oficiales, un conservador y un coleccionista, pero la
llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a
nuestra sociedad suponen un cambio radical en el concepto del bibliotecario
actual.
9. La figura del Gestor de Información es un elemento clave para el
desarrollo de la sociedad actual por su papel dinámico y activo a partir de
las nuevas tecnologías. Actualmente se está asumiendo la importancia de
este profesional de la información completamente integrado en la llamada
era de las nuevas tecnologías.
El gestor de información se ocupará de la planificación estratégica y
la coordinación de todos los recursos relacionados con la información y
participará en el diseño e implantación del sistema de información de la
organización, a través de la coordinación de todos aquellos departamentos
que manejan información. Esa es la labor que tiene encomendada para el
siglo XXI y su formación ha de estar en consonancia con esta necesidad
potencial que se detecta desde hace algunos años.
Se puede afirmar, en líneas generales, que son pocas las
organizaciones que cuentan con un Plan de Información que contemple el
desarrollo de un Sistema de Información (SI) integrado, que, normalmente
suele estar fragmentado por departamentos o áreas de la organización y no
suele haber un responsable de la integración y organización global del SI y,
si existe, lo normal es que pertenezca al departamento de Informática.
Los profesionales de la información: archiveros, bibliotecarios y
documentalistas se han ocupado, en colaboración con el área de
informática, del diseño y desarrollo de los SI documentales. El resto de los
subsistemas se han desarrollado de forma aislada y descoordinada desde
las distintas áreas de las organizaciones y sin tener en cuenta la opinión y la
experiencia del experto en información.
Su formación deberá centrarse en la adaptación a las nuevas corrientes
tecnológicas y nuevos paradigmas comunicacionales, deberá ser flexible,
multidisciplinar y evolutiva.
Félix de Moya opina que la formación de este nuevo gestor de recursos
informativos deberá aunar tres tradiciones existentes: la que representa la
enseñanza en tecnologías, la que representa la enseñanza de los
bibliotecarios tradicionales (regidos por normas internacionales para el
desarrollo de su actividad) y la tradición de los documentalistas (orientada a
la utilización de los servicios de información comerciales no ligados a la
utilización de estándares.
OPINA QUE LA FORMACIÓN
247 a 249
Unesco moya 254
10. La instauración de propuestas pedagógicas diferentes a partir de las
posibilidades que ofrecen las TIC
En los contextos actuales en los que vivimos, en los cuales, como decíamos
antes, la irrupción de las nuevas tecnologías ha modificado patrones socio-
comportamentales en diversas regiones, garantizar el acceso a las TIC
como forma de participar plenamente de la cultura más allá de distancias
geográficas y sociales, implica un desafío ineludible para las instituciones de
nivel superior. Pero no sólo se trata de incorporar máquinas –más allá de
que esto constituya una prioridad en nuestros países emergentes-, sino
también de propiciar las condiciones para su utilización. Entendemos que el
espectacular desarrollo que han adquirido las propuestas de
educación/aprendizaje/enseñanza de carácter abierto/virtual/a distancia a
través de los recursos telemáticos que propicia Internet, instauran una
nueva utopía en la modalidad, la de mantener vigente el principio de educar
a todos, para que el conocimiento y sus formas avanzadas de transmisión le
sean accesibles a cualquier persona sin importar su lugar de nacimiento,
residencia, edad, raza, género o condición socio-económica, porque como lo
afirma Mattelart (1998) “se quiera o no, la era de la sociedad de la
información es también la de la colaboración de los cerebros”
Desde el enfoque político-ideológico planteado, uno de sus propósitos
ineludibles de las instituciones educativas es lograr una “alfabetización
múltiple” en los alumnos, a fin de que éstos puedan aprender no solamente
competencias comunicativas a través de los diversos lenguajes y medios,
sino también la preparación para el ejercicio de una ciudadanía crítica y
responsable durante toda la vida, lo cual les permitirá adquirir destrezas
técnicas y conocimientos específicos acerca de los nuevos sistemas
simbólicos, como así también estrategias metainformativas apropiadas para
poder seleccionar, procesar y utilizar los conocimientos dentro de complejos
y sobreabundantes cúmulos de información. Al respecto, Gutiérrez Martín
(2003) propone una alfabetización digital o multimedia para el tercer
milenio, la cual capacitará a las personas para “...utilizar los procedimientos
adecuados al enfrentarse críticamente a distintos tipos de texto (diferentes
en cuanto a su función y su sistema de representación simbólica), y para
valorar lo que sucede en el mundo y mejorarlo en la medida de sus
posibilidades”.
Sin embargo, para que se puedan conformar comunidades educativas en
Internet es preciso que se generen condiciones mediadoras, las cuales
posibilitan interactuar desde ciertas prácticas que otorgan identidad y
pertenencia a los grupos. Es importante establecer, por un lado, canales de
colaboración a partir de nexos de “inteligencia distribuida”, y por otro lado,
condiciones éticas y políticas que ayuden a proteger a las comunidades que
se forman de contenidos perniciosos. De este modo, Internet se convertirá
en un ciberlugar más que en un ciberespacio, es decir, un lugar que le
permite a la comunidad educativa dejar sus huellas a través de una
arquitectura confortable para la navegación, evitando la dispersión azarosa
y el vagabundeo errático.
Numerosas investigaciones y programas desarrollados en diversos
contextos nos demuestran que son múltiples las posibilidades didácticas que
ofrecen las TIC en las instituciones educativas. La orientación de los
aprendizajes en tiempos reales mediante la utilización de plataformas
11. tecnológicas, y la organización de experiencias en las que se pueden
compartir diferentes tipos de saberes entre alumnos y docentes, por
ejemplo, propician la generación de procesos genuinos para la comprensión
del conocimiento. La comunicación entre expertos y novatos a través de
Internet y el correo electrónico, las estrategias de simulación que permiten
aprender desde situaciones que ejemplifican claramente los problemas
reales, son otras propuestas valiosas que surgen a partir de la utilización de
las nuevas tecnologías.
Un recurso muy importante surgido en estos nuevos contextos tecnológicos,
son los hipertextos informáticos, como documentos que integran en un
mismo soporte textos, imágenes –fijas y/o animadas- y sonidos. Estas
formas narrativas posmodernas posibilitan abordar de otro modo la
información. Las modificaciones que se producen a partir de estos nuevos
formatos no atañen sólo a la cantidad de información que introducen, sino
fundamentalmente a cambios de tipo cualitativo en la adquisición del
conocimiento. En los textos escritos en papel los lectores pueden tomar
notas, subrayar ideas y establecer relaciones diversas, pero siempre
siguiendo una cierta linealidad determinada por un orden que establece el
autor. En los hipertextos, la distinción entre autor y lector se desvanece,
pues constituyen al mismo tiempo un modo de composición, de diseño y de
escritura. No existe un orden lineal de lectura, pues la información central
lleva a otros núcleos, y éstos a otros, en un camino reticular caracterizado
por la complejidad y la diversificación. Esta semiosis ilimitada conlleva a que
cualquier persona que los utilice pueda convertir a sus propios intereses en
principios organizadores de su indagación, por lo cual las asociaciones que
se establecen son siempre inéditas e impredecibles.
Estas potencialidades que surgen a partir de las nuevas formas narrativas
digitales, nos lleva a los docentes a pensar en la importancia que tiene el
hecho de asumir el desafío de incorporar en nuestras prácticas de
enseñanza este tipo de discursos, respetando sus códigos y seleccionando
buenas estrategias didácticas. De esta manera, nos comprometeremos en
formar a los alumnos como hiperlectores críticos que logran superar el
fenómeno “zapping”, interviniendo activamente en la estructura de los
hipertextos, aprendiendo metacognitivamente de ellos, modificándolos y
produciendo otros según sus intereses.
Pero también es imprescindible logar un equilibrio entre los tiempos del
placer y la indagación de fuentes de información por parte de los alumnos.
La selección de estrategias innovadoras a partir de juegos didácticos, y el
empleo de simulaciones para resolver problemas y casos, son otras
cuestiones que deberemos atender para utilizar de forma no arbitraria ni
descalificadora a las nuevas tecnologías.
Consideramos además que la elección de los recursos y los materiales para
las propuestas pedagógicas mediadas por tecnologías, constituye una
opción que conlleva a decisiones de índole axiológico. En la era en que
estamos viviendo, caracterizada por la producción de tecnología interactiva
y virtual para lograr comunicaciones planetarias, ofrecer migajas de cultura
a través de recursos limitados y limitantes, implica ampliar la brecha entre
aquellos que tienen un acceso completo a las fuentes del conocimiento, y
aquellos que están privados de este beneficio. Creemos, sin embargo, que
el logro de los propósitos de la formación virtual se relaciona más con el
desarrollo de buenos proyectos educativos, que con las características
intrínsecas de los recursos mediáticos utilizados.
12. Estos análisis nos llevan a valorar el papel que cumplen los pedagogos en
los equipos de diseño del material multimedia para la educación mediada
por tecnologías, pues ellos pueden realizar un procesamiento didáctico
adecuado de los mismos utilizando determinadas macrorreglas semáticas,
las cuales posibilitan relacionar de manera apropiada los contenidos a partir
de ciertas estrategias estructurales de acceso que ayudan a orientar los
aprendizajes.
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