El documento discute la importancia de la educación superior para el desarrollo. Señala que la educación superior es un motor para acumular capital humano avanzado, produce nuevo conocimiento y tiene beneficios económicos y sociales. Sin embargo, existen desafíos como bajos niveles de acceso y calidad, falta de titulación, débil vinculación con empresas e insuficiente inversión. Para abordar estos problemas, se requieren políticas nacionales de largo plazo que aseguren financiamiento, autonomía universitaria y resultados.