RETO MES DE ABRIL .............................docx
Juan josé millás-Ideas que caducan
1. C O L U M N A D E J U A N J O S É M I L L Á S
IDEAS QUE CADUCAN
2. Ideas que caducan
En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora
duran más los alimentos que las ideas. Hemos mejorado los sistemas
de conservación de la fruta, la carne o el pescado, pero no hemos
dado con métodos eficaces para curar las ideas como se cura, por
ejemplo, el jamón. Total, que mientras nos comemos como si fuera
fresco un solomillo que llevaba dos años en el congelador, el
pensamiento occidental se enmohece de arriba abajo como ese
bloque de pan de molde olvidado en un rincón de la cocina .¿Cuánta
gente estudia hoy a Platón, a Kant, a Spinoza, a Hegel, a Marx, a
Sartre…? ¿Cuántos ejemplares de un título cualquiera de Ortega se
habrán vendido en España a lo largo de la última semana? El
pensamiento no dura ya ni 24 horas. Sabemos producirlo, pero da la
impresión de que se descompone antes de llegar a las mentes. Todo
lo que se ha avanzado en la elaboración, almacenamiento,
conservación y distribución de los productos perecederos se ha
retrocedido en el de los imperecederos (quizá porque estábamos
convencidos de que las ideas eran inmortales). El caso es que llegas a
una librería, incluso a una librería de fondo, preguntas por un
ensayo del que has leído algo seductor en la prensa, y ya no está. Nos
trajeron un ejemplar, pero se lo llevaron, dice el librero tras
consultar el ordenador. Se lo llevó un loco (tú eres el segundo) con el
que seguramente no te cruzarás en la vida. A los dos días te has
olvidado del libro porque ha aparecido otro más interesante que
tampoco encontrarás (en el último mes no he leído tres o cuatro
libros que me interesaban). Todo lo que creíamos que portaba dentro
de sí el gen de la longevidad se encuentra en trance de extinción,
mientras que lo caduco dura y dura como el conejito de Duracell.
JUAN JOSÉ MILLÁS: El País
TEMA:
1. Paradoja del mundo
actual: las ideas duran
poco, los alimentos
mucho.
2. Hoy los alimentos se
conservan, las ideas
cambian.
COMENTARIO
1) PRAGMÁTICO
Estructura deductiva: la
tesis se formula al inicio.
En el texto se combinan la
exposición –en la
información sobre la
evolución de alimentos e
ideas desde la antigüedad
hasta hoy con distintos
ejemplos- y la
argumentación se
intenta convencer de esta
paradoja al receptor.
3. Ideas que caducan
En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora
duran más los alimentos que las ideas. Hemos mejorado los
sistemas de conservación de la fruta, la carne o el pescado, pero no
hemos dado con métodos eficaces para curar las ideas como se cura,
por ejemplo, el jamón. Total, que mientras nos comemos como si
fuera fresco un solomillo que llevaba dos años en el congelador, el
pensamiento occidental se enmohece de arriba abajo como ese bloque
de pan de molde olvidado en un rincón de la cocina .¿Cuánta gente
estudia hoy a Platón, a Kant, a Spinoza, a Hegel, a Marx, a Sartre…?
¿Cuántos ejemplares de un título cualquiera de Ortega se habrán
vendido en España a lo largo de la última semana? El pensamiento no
dura ya ni 24 horas. Sabemos producirlo, pero da la impresión de
que se descompone antes de llegar a las mentes. Todo lo que se ha
avanzado en la elaboración, almacenamiento, conservación y
distribución de los productos perecederos se ha retrocedido en el de
los imperecederos (quizá porque estábamos convencidos de que las
ideas eran inmortales). El caso es que llegas a una librería, incluso a
una librería de fondo, preguntas por un ensayo del que has leído
algo seductor en la prensa, y ya no está. Nos trajeron un ejemplar,
pero se lo llevaron, dice el librero tras consultar el ordenador. Se lo
llevó un loco (tú eres el segundo) con el que seguramente no te
cruzarás en la vida. A los dos días te has olvidado del libro porque ha
aparecido otro más interesante que tampoco encontrarás (en el último
mes no he leído tres o cuatro libros que me interesaban). Todo lo que
creíamos que portaba dentro de sí el gen de la longevidad se encuentra
en trance de extinción, mientras que lo caduco dura y dura como el
conejito de Duracell.
JUAN JOSÉ MILLÁS: El País
PRAGMÁTICO (CONTINUACIÓN)
El emisor, J.J Millás, firma el texto y
adopta una postura subjetiva, observable
en el uso de la 1ª persona y distintas
valoraciones personales. Se dirige a un
receptor múltiple, no seleccionado
al que se apela directamente mediante
distintos procedimientos lingüísticos:
interrogaciones retóricas, plural
sociativo…Emisor y receptor
comparten contexto, lo que facilita la
comprensión del mensaje (ambos son
testigos de esta caducidad de las ideas),
Las funciones predominantes en el texto
son la expresiva (subjetividad) y la
apelativa . Junto a éstas, la poética: el
autor utiliza distintas figuras estilísticas,
es una marca de su estilo personal, no hay
que olvidar que Millás es , además de
columnista, un escritor.
El autor utiliza todos los recursos
lingüísticos necesarios par conseguir su
finalidad: convencernos de lo acertado de
su tesis: esta paradoja que observa en el
mundo actual
4. Ideas que caducan
En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora
duran más los alimentos que las ideas. Hemos mejorado los sistemas
de conservación de la fruta, la carne o el pescado, pero no hemos
dado con métodos eficaces para curar las ideas como se cura, por
ejemplo, el jamón. Total, que mientras nos comemos como si fuera
fresco un solomillo que llevaba dos años en el congelador, el
pensamiento occidental se enmohece de arriba abajo como ese
bloque de pan de molde olvidado en un rincón de la cocina .¿Cuánta
gente estudia hoy a Platón, a Kant, a Spinoza, a Hegel, a Marx, a
Sartre…? ¿Cuántos ejemplares de un título cualquiera de Ortega se
habrán vendido en España a lo largo de la última semana? El
pensamiento no dura ya ni 24 horas. Sabemos producirlo, pero da la
impresión de que se descompone antes de llegar a las mentes. Todo lo
que se ha avanzado en la elaboración, almacenamiento, conservación y
distribución de los productos perecederos se ha retrocedido en el de
los imperecederos (quizá porque estábamos convencidos de que las
ideas eran inmortales). El caso es que llegas a una librería, incluso a
una librería de fondo, preguntas por un ensayo del que has leído algo
seductor en la prensa, y ya no está. Nos trajeron un ejemplar, pero se
lo llevaron, dice el librero tras consultar el ordenador. Se lo llevó un
loco (tú eres el segundo) con el que seguramente no te cruzarás en
la vida. A los dos días te has olvidado del libro porque ha aparecido
otro más interesante que tampoco encontrarás (en el último mes no he
leído tres o cuatro libros que me interesaban). Todo lo que creíamos
que portaba dentro de sí el gen de la longevidad se encuentra en trance
de extinción, mientras que lo caduco dura y dura como el conejito de
Duracell.
JUAN JOSÉ MILLÁS: El País
ANÁLISIS DE PLANOS
a) fonético-fonológico: aunque
predomina en el texto la
entonación enunciativa, el uso de la
interrogativa apela directamente al
receptor, junto a éstas, alguna
dubitativa. (quizá, seguramente),
muestran el carácter especulativo
del texto.
b) Morfosintáctico: en el texto
predomina el SN como corresponde
a un texto de ideas, de reflexión
intelectual. Los sustantivos
utilizados se centran en la
comparación entre alimentos e
ideas, así junto a nombres comunes
y concretos: “solomillo”, “jamón”,
pan de molde”; se utilizan los
abstractos relacionados con las
ideas: “ pensamiento”, “ideas”,
“sistema”…Mención aparte
merecen los antropónimos
relacionados con la filosofía-ámbito
de las ideas-, “Spinoza”, “Kant”
“Ortega”… la subjetividad del texto
se muestra también en la
utilización de adjetivos y adverbios
5. Ideas que caducan
En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora
duran más los alimentos que las ideas. Hemos mejorado los
sistemas de conservación de la fruta, la carne o el pescado, pero no
hemos dado con métodos eficaces para curar las ideas como se
cura, por ejemplo, el jamón. Total, que mientras nos comemos como
si fuera fresco un solomillo que llevaba dos años en el congelador, el
pensamiento occidental se enmohece de arriba abajo como ese
bloque de pan de molde olvidado en un rincón de la cocina .¿Cuánta
gente estudia hoy a Platón, a Kant, a Spinoza, a Hegel, a Marx, a
Sartre…? ¿Cuántos ejemplares de un título cualquiera de Ortega se
habrán vendido en España a lo largo de la última semana? El
pensamiento no dura ya ni 24 horas. Sabemos producirlo, pero da la
impresión de que se descompone antes de llegar a las mentes. Todo lo
que se ha avanzado en la elaboración, almacenamiento,
conservación y distribución de los productos perecederos se ha
retrocedido en el de los imperecederos (quizá porque estábamos
convencidos de que las ideas eran inmortales). El caso es que llegas
a una librería, incluso a una librería de fondo, preguntas por un
ensayo del que has leído algo seductor en la prensa, y ya no está.
Nos trajeron un ejemplar, pero se lo llevaron, dice el librero tras
consultar el ordenador. Se lo llevó un loco (tú eres el segundo) con el
que seguramente no te cruzarás en la vida. A los dos días te has
olvidado del libro porque ha aparecido otro más interesante que
tampoco encontrarás (en el último mes no he leído tres o cuatro
libros que me interesaban). Todo lo que creíamos que portaba
dentro de sí el gen de la longevidad se encuentra en trance de
extinción, mientras que lo caduco dura y dura como el conejito de
Duracell.
Valorativos: “seductor”, más
interesante”, inmortales”
…”seguramente”.
Se combinan la 1ª persona del plural, un
plural sociativo que une emisor y
receptor, “ hemos mejorado”,
estábamos”…, con la 2º- con valor
generalizador (has leído, preguntas,
te has olvidado…) y la 1º (he leído,
me…)
Variedad también de tiempos verbales,
junto al presente que es predominante,
el pret.perfecto compuesto y el futuro:
“se cura”, “comemos”, “dura”, “hemos
dado”, “cruzarás”, “encontrarás”. Esta
variedad de personas y tiempos verbales
es una muestra de la subjetividad y la
riqueza lingüística del texto.
Sintaxis muy elaborada, con tendencia a
las oraciones extensas, predominio de la
subordinación, encontramos oraciones
subordinadas sustantivas, adjetivas,
adverbiales… ( Todo lo que creíamos
que portaba… No he leído tres libros
que me interesaban… Mientras que lo
caduco dura y dura…)
6. Ideas que caducan
En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora
duran más los alimentos que las ideas. Hemos mejorado los
sistemas de conservación de la fruta, la carne o el pescado, pero no
hemos dado con métodos eficaces para curar las ideas como se cura,
por ejemplo, el jamón. Total, que mientras nos comemos como si
fuera fresco un solomillo que llevaba dos años en el congelador, el
pensamiento occidental se enmohece de arriba abajo como ese bloque
de pan de molde olvidado en un rincón de la cocina .¿Cuánta gente
estudia hoy a Platón, a Kant, a Spinoza, a Hegel, a Marx, a Sartre…?
¿Cuántos ejemplares de un título cualquiera de Ortega se habrán
vendido en España a lo largo de la última semana? El pensamiento no
dura ya ni 24 horas. Sabemos producirlo, pero da la impresión de
que se descompone antes de llegar a las mentes. Todo lo que se ha
avanzado en la elaboración, almacenamiento, conservación y
distribución de los productos perecederos se ha retrocedido en el de
los imperecederos (quizá porque estábamos convencidos de que las
ideas eran inmortales). El caso es que llegas a una librería, incluso a
una librería de fondo, preguntas por un ensayo del que has leído
algo seductor en la prensa, y ya no está. Nos trajeron un ejemplar,
pero se lo llevaron, dice el librero tras consultar el ordenador. Se lo
llevó un loco (tú eres el segundo) con el que seguramente no te
cruzarás en la vida. A los dos días te has olvidado del libro porque ha
aparecido otro más interesante que tampoco encontrarás (en el último
mes no he leído tres o cuatro libros que me interesaban). Todo lo que
creíamos que portaba dentro de sí el gen de la longevidad se encuentra
en trance de extinción, mientras que lo caduco dura y dura como el
conejito de Duracell.
LÉXICO-SEMÁNTICO
Se utiliza un código simple, un
castellano escrito de registro
formalizado y nivel , en general culto,
(perecedero, trance, enmohece…),
aunque con la inclusión de algún
término más coloquial, (loco, uso del
pronombre de 2ª persona…)
Lengua connotativa, connotaciones
positivas en las valoraciones con los
adjetivos.
El autor utiliza distintas figuras
retóricas: la enumeración, el símil: “ el
pensamiento se enmohece como ese
bloque de pan de molde…”, “dura y
dura como el conejito de Duracell”;
metáforas: “el pensamiento se
enmohece…”, y, sobre todo, la
paradoja que se utiliza en la tesis del
texto…
TEXTUALES. Resulta un texto
adecuado para el receptor medio al que
se dirige, el emisor lanza distintos
“guiños” a éste : la 1ª persona del
plural, referentes por ambos conocidos
como el símil del final (es decir, Millás
siempre tiene en cuenta al lector)
7. Ideas que caducan
En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora
duran más los alimentos que las ideas. Hemos mejorado los
sistemas de conservación de la fruta, la carne o el pescado, pero no
hemos dado con métodos eficaces para curar las ideas como se cura,
por ejemplo, el jamón. Total, que mientras nos comemos como si fuera
fresco un solomillo que llevaba dos años en el congelador, el
pensamiento occidental se enmohece de arriba abajo como ese
bloque de pan de molde olvidado en un rincón de la cocina .¿Cuánta
gente estudia hoy a Platón, a Kant, a Spinoza, a Hegel, a Marx, a
Sartre…? ¿Cuántos ejemplares de un título cualquiera de Ortega se
habrán vendido en España a lo largo de la última semana? El
pensamiento no dura ya ni 24 horas. Sabemos producirlo, pero da la
impresión de que se descompone antes de llegar a las mentes. Todo lo
que se ha avanzado en la elaboración, almacenamiento, conservación y
distribución de los productos perecederos se ha retrocedido en el de
los imperecederos (quizá porque estábamos convencidos de que las
ideas eran inmortales). El caso es que llegas a una librería, incluso a
una librería de fondo, preguntas por un ensayo del que has leído algo
seductor en la prensa, y ya no está. Nos trajeron un ejemplar, pero se
lo llevaron, dice el librero tras consultar el ordenador. Se lo llevó un
loco (tú eres el segundo) con el que seguramente no te cruzarás en la
vida. A los dos días te has olvidado del libro porque ha aparecido otro
más interesante que tampoco encontrarás (en el último mes no he
leído tres o cuatro libros que me interesaban). Todo lo que creíamos
que portaba dentro de sí el gen de la longevidad se encuentra en trance
de extinción, mientras que lo caduco dura y dura como el conejito de
Duracell.
JUAN JOSÉ MILLÁS: El País
La cohesión textual se logra con
distintos procedimientos léxico-
semánticos y gramaticales:
recurrencias léxicas: se repiten los
términos “ ideas”, “alimentos”,
“pensamiento”, sustitución con
sinónimos: “ ejemplar”, “libro”,
con antónimos: “perecedero”/
“imperecedero”, con familias
léxicas: librero, librería,
libros…. Se establecen dos campos
semánticos: el de los alimentos y el
de las ideas, campos que se
contraponen entre sí y son el
germen de su tesis.
La cohesión gramatical se logra con
el uso de conectores temporales:
“ahora”, “ya”, “En la antigüedad”,
de ejemplificación , “por ejemplo”,
de contraposición “pero”…
8. TIPO DE TEXTO
Si atendemos al canal (un medio de comunicación escrito) se trata de un texto
periodístico, los rasgos lingüísticos analizados lo sitúan en el género de opinión, la
firma de un colaborador habitual del periódico en la columna, escrito de
publicación fija.
RESUMEN
1. Antiguamente, las ideas perduraban y los alimentos se estropeaban
rápidamente, hoy la situación ha cambiado, distintas técnicas hacen que los
alimentos perduren mientras que las ideas caen rápidamente en desuso. Prueba
de ello es que en la librerías los ensayos se renuevan rápidamente y antes de
adquirirlos ya se publican otros nuevos.
2. Según Millás, las ideas hoy duran poco y los alimentos se conservan mucho
tiempo al contrario de lo que pasaba en la antigüedad. Basta con ir a una
librería, continuamente los ensayos se renuevan sin que te dé tiempo a
adquirirlos.