El documento discute los factores que influyen en la alfabetización infantil, incluyendo la percepción visual y auditiva, la orientación espacial y temporal, el lenguaje, el nivel mental, la orientación afectiva y la capacidad de simbolización. También describe cómo el juego simbólico puede ayudar a los niños a desarrollar estas habilidades y acercarse a la lectura y escritura.
Se presentan conceptos básicos del alfabetismo emergente: Definición, dimensiones, características, un modelo de lectura, procesadores y subhabilidades, clases de practicas.
Se presentan conceptos básicos del alfabetismo emergente: Definición, dimensiones, características, un modelo de lectura, procesadores y subhabilidades, clases de practicas.
Guía para primer grado lecto escrituraHéctor Ortíz
manual en donde se describen algunas tecnicas a trabajar con niños de primer grado o 3ro de prescolar para la adquisicion o inicio del proceso de lectura y escritura
Guía para primer grado lecto escrituraHéctor Ortíz
manual en donde se describen algunas tecnicas a trabajar con niños de primer grado o 3ro de prescolar para la adquisicion o inicio del proceso de lectura y escritura
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3.pdfsandradianelly
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestr
Las capacidades sociomotrices son las que hacen posible que el individuo se pueda desenvolver socialmente de acuerdo a la actuación motriz propias de cada edad evolutiva del individuo; Martha Castañer las clasifica en: Interacción y comunicación, introyección, emoción y expresión, creatividad e imaginación.
1. La alfabetización infantil
Según Erickson, estar alfabetizado significa mucho más que conocer las letras y
saber cómo usarlas. La lectura y escritura son formas de construir, interpretar y comunicar
significados.
En la alfabetización, el niño nos es un mero receptor de conocimientos, sino que
es un sujeto cognoscente. Los estímulos no actúan directamente en él sino que son
transformados por los sistemas de asimilación del sujeto.
Para que el niño sea capaz de asimilar los estímulos y transformarlos, existen
ciertos factores intervinientes:
1) PERCEPCION VISUAL
2) PERCEPCION AUDITIVA
3) ORIENTACION ESPACIAL
4) ORIENTACION TEMPORAL
5) LENGUAJE
6) ORGANIZACIÓN AFECTIVA
7) NIVEL MENTAL
Percepción visual: La percepción visual permite obtener y organizar la información
del ambiente y organizar lo que ven. Entre otras cosas, permite distinguir colores, formas
y distancias. Estas destrezas son importantes para actividades básicas de la lecto-
escritura, como observar las diferencias y similitudes entre formas y símbolos, recordar
formas y símbolos y visualizarlos
Percepción auditiva: Es la capacidad de percibir y discriminar sonidos,
fundamental para la adquisición auditiva del lenguaje.
Con audición normal el niño no tendrá dificultad para la discriminación auditiva.
Si confunde sonidos similares repercutirá en la representación gráfica de ese
sonido.
Orientación espacial: es el conocimiento o toma de conciencia del medio y sus
alrededores; es decir, la toma de conciencia del sujeto, de su situación y de sus posibles
situaciones en el espacio que le rodea (mide el espacio con su cuerpo), su entorno y los
objetos que en él se encuentran.
La orientación espacial dependerá de la percepción visual y el esquema corporal,
ya que la conciencia de los movimientos a reproducir podrá establecer un hábito
visomotor (escritura) o, motor (lectura)
Incide también en la lecto- escritura ya que involucra el dominio de la lateralidad.
El niño, alcanzando estas habilidades, puede reconocer que las letras y palabras se
diferencian por la forma, y su orientación.
Repercute en la orientación del niño en la hoja del cuaderno. Al realizarse la
lectura de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo una distorsión en la orientación
espacial repercutirá en su progresión, salteo de renglones o, repetición del mismo.
Orientación temporal: En una tarea como la lectura la capacidad para entender
aquello escrito exige ser capaz de orientarse en el tiempo, en el antes y el después, en las
causas y las consecuencias; aspectos clave para comprender textos tanto de tipo
narrativo como expositivo. Las palabras además de regirse por determinadas leyes
espaciales se rigen por leyes temporales: suponen un orden de sonidos y signos gráficos,
que si están alterados se obtienen palabras nuevas.
Lenguaje: Para adquirir el lenguaje escrito, el niño debe haber adquirido antes el
lenguaje oral. Éste, por su parte, debe estar libre de dificultades de expresión
El niño debe haber estructurado frases simples con partículas auxiliares; tener
vocabulario amplio ya que de ese modo la expresión sonora lo ayudará a reconocer
patrones escritos
2. Nivel mental: Se plantea que la edad mental adecuada para que el niño aprenda a
leer y escribir está comprendida entre 5 – 7 años.
La inteligencia de un niño pequeño al principio es de tipo práctico, fundamentada en su
actividad psicomotriz. Con la imitación posterior, aparece un pensamiento representativo y
ya a los 4 años es capaz de evocar y representar acciones; el lenguaje le ayuda a
estructurar su pensamiento y poco a poco su inteligencia adquiere un carácter operativo,
que no depende de circunstancias y situaciones concretas.
Esta adquisición será lenta y fundamental para la enseñanza de la lectura y la escritura,
pues en ella intervienen operaciones fundamentales de análisis y síntesis,
generalizaciones y abstracciones. Sólo a través de la actividad analítica podrá
descomponer los elementos que componen las palabras hasta sus elementos
básicos (fonemas y grafemas) y de éstos volver a la síntesis de sílabas y palabras.
En síntesis, se puede llegar a leer y escribir cuando se pone en juego el
mecanismo analítico sintético para decodificar la PALABRA como TOTALIDAD, y cuando
se es capaz de objetivar la relación entre las partes y respetar las relaciones para volver a
formar un todo original.
Orientación afectiva: Conjuntamente a la evolución física se da la evolución
afectiva. El niño pasa por una serie de etapas madurativas a través de las cuales se va
configurando su personalidad. El niño debe tener un equilibrio del Yo, integrado con
elaboración de situaciones traumáticas para evitar regresiones; pérdida de confianza;
inhibiciones; estereotipias que no permitan la plasticidad.
Además de contar con estas funciones, es necesario para alcanzar la lecto-
escritura que el niño cuente con la capacidad de simbolizar.
Aunque Piaget no habló específicamente de lectoesritura, sus principios pueden
ayudar a explicar la adquisición gradual de esta capacidad en los niños.
Los niños dedican la mayor parte de su tiempo al juego. En el juego, establecen
conexiones entre su mundo personal y el mundo social, y donde empiezan a encontrar
significados a las cosas culturalmente valiosas de los adultos.
Para muchos niños, el inicio de la escritura es el juego simbólico. El dibujo, las
conversaciones sobre carteles en la calle o las etiquetas demuestran que los niños
intentan activamente usar, entender y descifrar la lectura y escritura mucho antes de que
sepan leer y escribir.
Los juegos simbólicos pueden tender puentes a la alfabetización, porque los niños
descubren en los juegos de escritura una forma novedosa de comunicar significados.
Anteriormente, su forma de comunicarlos era mediante los símbolos que creaban a través
del jugo.
Según McLane y McNamee, el juego guardaría relación con el desarrollo posterior
de la alfabetización en dos posibles aspectos. En primer lugar, el juego como actividad
simbólica hace posible que los niños desarrollen y perfeccionen sus capacidades de
utilizar símbolos, de representar la experiencia y de construir mundos imaginarios, unas
actividades a las que recurrirán cuando empiecen a leer y a escribir.
En segundo lugar, podría servir como orientación o aproximación a la experiencia,
desempeñando las varias funciones y actividades de las personas que leen y escriben
con mayor claridad y que son más accesibles para los niños.
Con la edad, los juegos se hacen cada vez menos dependientes de los objetos y
se apoyan más en la imaginación y el lenguaje. A medida que se basan más en el
lenguaje, se van acercando a las experiencias de contar cuentos, escribir y leer.
Entonces, el juego simbólico y el dibujo están íntimamente relacionados con la
lectura y la escritura, ya que están repletos de símbolos que el niño signica. Pero la
capacidad de los niños para utilizar símbolos está condicionada por las personas que lo
moldean y demuestran su uso.
3. Así, la sociedad pasa a ocupar un lugar privilegiado en la alfabetización de los
niños. Una generación analfabeta implica, en la mayoría de los casos, generaciones
subsiguientes analfabetas.
En la actualidad, la lucha por combatir el analfabetismo pasó por alto un problema
emergente en todas las sociedades: una generación a la que Emilia FerreIro cita como
“iletrados”. Son personas que, si bien aprendieron a leer y escribir gracias a la escuela
obligatoria, no pueden considerarse lectores en el sentido pleno ya que no practican la
lectura frecuentemente ni tienen gusto por ella.
El problema de esto radica en que personas que no leen, tampoco escriben. Si no
se escribe, no se transmiten ideas, y si no se transmiten ideas, la sociedad queda
condenada a la hegemonía, a las ideas de unos pocos “letrados”, dejando de lado el
pluralismo del que tanto se habla.
Estar alfabetizado en el siglo XXI no significa únicamente saber leer y escribir.
Implica darle sentido a la acción de decodificar textos, y utilizarlos como herramientas
para el cambio. Ser alfabetizador, por su parte, significa entender que no debemos
motivar a los niños a aprender, porque ellos aprenden todo el tiempo, sino entenderlos,
escucharlos y alejarnos de los “métodos” para lograr un aprendizaje natural más
significativo.
BIBLIOGRAFÍA
FERREIRO, E. Leer y escribir en un mundo cambiante. De las Sesiones Plenarias
del 26 Pongreso de la Unión Internacional de Editores. México.
MCLANE, J. B y MCNAMEE, G. D. Alfabetización temprana. Cap. I y II. Ediciones
Morata. Madrid, 1999.
CASTORINA, J. A. et al. Psicología genética. Aspectos metodológicos e
implicaciones pedagógicas. Miño y Dávila editores. Buenos Aires, 1986.
CORGNALI, A. B. Leer, escribir, alfabetizar (ppt). 2013