El documento describe los principales problemas con las colaciones que consumen los estudiantes chilenos en la escuela, incluyendo que prefieren comida chatarra en lugar de opciones más saludables, lo que los expone a enfermedades y sobrepeso, y que a menudo la comida tiene poca higiene o está vencida. También señala que los estudiantes no siempre tienen acceso a opciones nutritivas o tiempo suficiente durante el recreo.