1. “Es difícil que exista otra palabra en el lenguaje religiosos,
sea teológico o popular, que padezca tantas
malinterpretaciones, distorsiones y definiciones
cuestionables como el término “fe”. Pertenece a ese grupo
de palabras que necesitan una curación antes de poder ser
empleadas para curar a los seres humanos"
2. ...los seres humano tenemos preocupaciones preliminares, inmediatas y urgentes...
más allá de eso también tenemos preocupaciones últimas...
La fe es el estado de experimentar la preocupación última.
El hecho de que una preocupación se presente como última, exige la entrega total de
quien la acepta y promete una realización total.
-Lo que conforma nuestra preocupación última se convierte en santo, en sagrado-
3. La realidad de la fe, entendida como preocupación última del ser humano, revela
algo acerca de su propio ser, a saber, el hecho de que es capaz de trascender el
flujo de experiencias relativas y transitorias de su vida ordinaria.
El término "preocupación última " reúne 2 aspectos: La fe por la cual uno/a cree
(acto personal) y la fe que se cree (aquello hacia lo cual se dirige ese acto, lo
último en sí mismo, expresado en símbolos de lo divino)
La fe como acto personal (pero no aislado de la realidad!) y abarcador del ser
humano en todas sus esferas, es "extática". Trasciende lo racional y lo irracional.
"Éxtasis" significa "estar parado fuera de sí mismo", sin dejar de ser uno mismo.
4. Quien penetra en la esfera de la fe penetra en el santuario de la vida; allí donde hay
una percepción de lo trascendente...
La percepción de lo santo/sagrado es percepción de la presencia de lo divino.
Es una presencia misteriosa a pesar de su aparición que ejerce una función atractiva y
repulsiva a la vez con respecto a quienes la experimentan.
Lo santo es experimentado como creativo y destructivo a la vez, de manera que parece
ser que yace por debajo de la alternativa del bien y del mal
Es un misterio tremendo, estremecedor, aterrador y fascinante a la vez.
5. Entrar al santuario, significa encontrarse con lo santo. Lo infinitamente separado se
hace cercano y presente, sin perder su carácter remoto
Moisés dijo a Yahvéh: "Déjame ver tu gloria, déjame ver tu rostro". Él le contestó: "Yo
haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de tí el nombre de
Yahvéh; pues concedo mi favor a quien quiero y tengo misericordia con quien quiero". Y
añadió: "Pero mi rostro no podrás verlo, porque nadie puede verme y seguir con vida".
Yahvéh añadió: "Aquí hay un sitio junto a mi; ponte sobre la roca. Al pasar mi gloria, te
meteré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.
Luego apartaré mi mano, para que veas mis espaldas; pero mi rostro no lo verás".
Éxodo 33:18-23
No hay posibilidad de encontrar a Dios directamente.
6. Sólo podemos acceder a lo santo, a lo sagrado, a lo divino,
a lo trascendente, mediante el lenguaje simbólico, no es
posible una experiencia inmediata.
7.
8. Características del símbolo
1. No puede ser reemplazado por conveniencia.
2. Participa en aquello hacia lo cual apunta.
3. Abre niveles de realidad que de otro modo nos están vedados.
4. También abre elementos y dimensiones de nuestra alma que corresponden a las dimensiones y
elementos de la realidad.
5. No se pueden producir de manera intencional.
6. No puede inventarse.
9. Símbolos religiosos
Si llamamos a la preocupación útima "Dios", podemos afirmar que constituye lo
verdaderamente último para la fe y a su vez, trasciende infinitamente el terreno
de la realidad finita. Por tanto, ninguna realidad finita lo puede expresar de
manera directa y adecuada.
En términos cristianos, podemos decir que Dios trasciende su propio
nombre.
Todo lo que digamos sobre lo que nos concierne últimamente tiene un
significado simbólico. Apunta más allá de sí mismo mientras participa en
aquello hacia lo cual apunta.
"Dios" es un símbolo de Dios.
(está Dios mismo y están los símbolos que nosotros aplicamos, por ejemplo:
"Dios")
10. Las cosas sagradas no son sagradas en sí mismas sino
que apuntan más allá de sí mismas a la fuente de toda
trascendencia, hacia aquello que es sujeto de
preocupación útima.
Los mitos, como relatos que acompañan ciertos símbolos,
son expresiones de encuentros divino-humanos.
De la combinación de símbolos y mitos, surgen los ritos.
11. Cuando el ser humano, experimenta la trascendencia, reconoce su finitud, se
reconoce como criatura de Dios y esto es lo que se llama en términos bíblicos
"Revelación".
Revelación es la experiencia en la cual una preocupación útima captura la mente
humana y crea una comunidad en la cual ésta preocupación se expresa en
símbolos de acción, imaginación y pensamiento. Es un evento en el cual lo último
se manifiesta en una preocupación última y a la vez altera y transforma la
situación.
12. La preocupación última se relaciona con todos los aspectos del
ser humano y su realidad.
En el acto de fe participa cada nervio del cuerpo humano, cada
anhelo del alma, cada función del espíritu.
Cuerpo, alma, espíritu son dimensiones del ser humano, siempre
están uno dentro del otro: el ser humano es una unidad.
13. Se siente una preocupación útima únicamente por algo a lo cual se
pertenece por esencia y de lo cual se está existencialmente separado.
La
preocupación de la fe es idéntica al deseo del amor: la reunión con aquello a
lo cual uno pertenece y de lo cual está extrañado.
Pero la fe en tanto estado de preocupación útlima implica el amor, es decir,
el deseo y el impulso hacia la unión de lo que está separado.
El lazo mediador entre la fe y la acción es el amor.
La fe implica el amor, el amor vive en la acción.
Una acción que implica cuestionamientos respecto a las consecuencias
éticas y el compromiso con la realidad.