La naturaleza de la naturaleza - REFLEXIÓN EPISTOLAR
1. REFLEXIÓN EPISTOLAR:
ANÁLISIS DEL TEXTO “EL ESPÍRITU DEL VALLE” DEL PENSADOR
FRANCÉS EDGAR MORIN
REFLECTION LETTERS:
TEXT ANALYSIS "THE VALLEY SPIRIT"
OF THE FRENCH THINKER EDGAR MORIN
MARIA ELCINA VALENCIA CORDOBA
Colombia, Marzo 2013
2. 4
INTRODUCCIÓN
La decisión de hacer un análisis textual de un libro en una forma escritural
poco usual que he llamado “epistolar”, nace de la curiosidad ante la necesidad
de entablar un diálogo respetuoso con el autor por el agradable dinamismo del
documento que nos entrega el pensador planetario Edgar Morin como una dulce
medicina que entra por mis ojos y penetra mi cuerpo sintiendo el ritmo prosaico
que hace baile simbólico en intertextualidad con otras obras de la misma
naturaleza y mi pensamiento como lectora.
3. 4
CARTA A EDGAR MORÍN, PENSADOR FRANCÉS.
Buenaventura, marzo 1 de 2013
DOCTOR:
EDGAR MORIN
Pensador Planetario
Francés
Respetado y admirado Maestro Morin:
He tenido la oportunidad de leer algunas de sus obras y me ha llamado mucho la
atención el texto introductorio del libro “La naturaleza de la naturaleza: El
espíritu del Valle”. Tuve una sensación de afirmación postural de mi humanidad
compleja, sobre todo cuando leí el último párrafo que transcribiré en esta
carta para saborear un texto que me hizo emprender un viaje por el delta de
un río que llevo en la memoria y me ha inspirado tantas veces para dar a luz un
poema:
"No es la certidumbre ni la seguridad, sino la necesidad la que me ha
impulsado a emprender este trabajo día tras día, durante años. Me he
sentido empujado por la misma necesidad evidente de
transubstanciación que aquella por la cual la araña segrega su hilo y teje
su tela. Me he sentido conectado con el patrimonio planetario, animado
por la religión de lo que une, el rechazo de lo que rechaza, una
4. 4
solidaridad infinita; lo que el Tao llama el espíritu del valle "recibe todas
las aguas que se vierten en él" (Morín. Pág 39).
He leído que Espíritu del Valle es una especie de analogía cuyo origen es de la
filosofía Tao (pensamiento oriental) que semeja un espacio geográfico
alimentado por varias fuentes hidrográficas. Creo que usted utiliza esa
metáfora para representar los caudales de conocimiento existentes y la
necesidad que hay en el mundo de romper paradigmas y abrirse de pensamiento
para la construcción permanente de ese conocimiento, eliminando su
fragmentación; porque estas vertientes son como diversos caudales de un rio
que van a parar a un mismo mar.
A usted se le reconoce como un pensador planetario, que cultivó el arte de la
complejidad; tiene una visión global pero humanizante, totalizante pero
personalizada, y reconoce que la civilización ha edificado una “ciencia sin
conciencia” y por lo mismo encontramos personas de mucho conocimiento pero
carecen de humanidad y usted lo atribuye a esa fragmentación de la vida que
nos muestra separadamente ciencia y sabiduría, economía y ética, técnica y
arte.
Leer este texto, me remite al Delta del Ají; territorio bañado por las aguas de
la cuenca del río Naya con tres desembocaduras que como un solo cuerpo
descansan en el océano Pacífico colombiano, donde se unen de nuevo para
testificar la historia libertaria de afrocolombianos, afrocolombianas e
indígenas que luchan en alianzas interculturales, territoriales y ethopilíticas
5. 4
reivindicatorias de sus derechos étnicos para SER y decidir autónomamente
con el debido respeto a la diversidad manifiesta en el mundo.
Siento tranquilidad, admiración y asombro cuando me meto en las aguas de un
rio transparente y apacible como el “Naya”, sintiendo los cristales líquidos que
me cubren de pies a cabeza, cuando intento atravesarlo navegando sobre mi
propio cuerpo, sintiéndome parte de la naturaleza que despierta una necesidad
de conocimiento e infinidad de preguntas por “la naturaleza de la naturaleza”.
Es la misma sensación de admiración que experimento cuando me hundo en el
caudal espiralado de conocimiento que habita sus textos; cuando siento la
necesidad de atreverme a conversar con un pensador de su talla; pero la
admiración trae consigo una dosis o mil dosis de respeto.
Esto me impulsa a hacer un ejercicio epistolar, de reflexión, diálogo
intertextual y redescubrimiento. Quiero decir con esto, que a través de una
carta dirigida a usted (autor del texto que me provoca), reflexiono y me hago
preguntas, no tanto con la intención de obtener una respuesta suya, sino como
un pretexto para el análisis que me permita encontrarlas en el proceso mismo
de mis elucubraciones. O pensándolo bien, quizá tenga la oportunidad de
allegarle mi texto y establecer un diálogo virtual para alimentar mi sed frente
al conocimiento.
Sobre los Paratextos
Tiene usted razón en colocar esos paratextos antes de comenzar su libro.
Aquel fragmento de la carta de DESCARTES a Mersenne que transcribo a
6. 4
continuación, viene a bien: “Me alegraría mucho que aquellos que quieran
hacerme objeciones no se apresuraran, e intentaran comprender todo lo que he
escrito antes de juzgar una parte: ya que el todo se mantiene y el fin sirva
para probar el comienzo”.
Esto por un lado, me previene como lectora, de juzgar a priori y conjeturar
sobre su obra antes de entrar en ella; aunque a veces, conjeturar es bueno,
porque nos pone a volar la imaginación. Viene a bien que me prevenga, porque a
menudo juzgamos cuando empezamos a leer un texto o el mero título de éste,
con un concepto fraccionado, sin saber lo que viene.
Por otro lado, (y creo que es lo más importante de ese paratexto y los demás)
pone de presente, entre líneas, la necesidad de ver la totalidad de las cosas,
del mundo y la integralidad del conocimiento.
Creo haber entendido en esos paratextos:
• La misión imposible de conocer las partes sin conocer el todo, según Pascal.
• Que Lo expresado por Heráclito refleja la necesidad de unir dos realidades
a pesar de la paradoja.
• Que el conocimiento especializado no puede ser aislado, como lo manifiesta
E. Schrödinger. Este debe funcionar dentro de un sistema teórico y su razón
de ser está en la respuesta a la pregunta ¿Qué somos nosotros? y más aún
como lo expresa Hegel: La ciencia tiene sentido si responde a las
necesidades de los hombres (y yo agrego... de las mujeres, aunque a muchos
les parezca inútil la determinación de género).
7. 4
• Que S. Moscovici, sugiere Partir de lo ignorado para indagar otros
conocimientos.
El evadido del paradigma.
Según lo que he leído en esta parte de su obra, usted está convencido de unas
cosas muy importantes, como por ejemplo: que debemos despegarnos de unos
principios que no nos dejan ver lo que es necesario ver y conocer lo que en
adelante es vital conocer1
; que nos valemos de conceptos mutilados para
concebir nuestra sociedad2
; y también está convencido de la necesidad de
articular las ciencias reorganizando las estructuras del saber3
.
Me parece que usted, aún reconociendo la radicalidad de los problemas (de
mutilación de conceptos, de principios arraigados de conocimientos, de
paradigmas obsoletos), atiende el reto de enfrentar “...el problema de
comprender el mundo, a nosotros mismos y a nuestros conocimientos, en tanto
que éste forma parte del mundo” (Karl Popper) y de rearticular lo
desarticulado: la esfera biológica y la esfera antroposocial a la esfera física.
Coloca usted como problema fundamental cuestionar la relación (individuo-
especie-sociedad) y restablecer lo que ha desaparecido con la disociación4
.
1
Estoy cada vez más convencido de que nuestros principios de conocimiento ocultan lo que, en adelante es
vital conocer (Morin. La naturaleza de la naturaleza. pág 21)
2
Estoy cada vez más convencido de que los conceptos de los que nos servimos para concebir nuestra
sociedad-toda sociedad- están mutilados y desembocan en acciones inevitablemente mutilantes (Ibid. pág
22)
3
Estoy cada vez más convencido de que la ciencia antroposocial necesita articularse a la ciencia de la
naturaleza y que esta articulación requiere una reorganización de la estructura misma de saber (Ibíd. pág
22).
4
La disociación de los tres términos individuo/especie/sociedad/ rompe la relación permanente y
simultanea de estos. El problema fundamental es pues, restablecer y cuestionar lo que ha desaparecido con
8. 4
Cuando usted habla de una teoría de la auto-organización, ¿a qué se refiere?
¿Tiene alguna relación con ordenar el conocimiento que poseemos o con el modo
de acceder a él?; Sería importante y necesario dedicar un espacio no solo al
radical del auto de auto-organización, sino al término organización en sí mismo
en una perspectiva de complejidad.
Leo en sus planteamientos, que el auto de auto-organización abre la
problemática de la organización viva.5
Pero le confieso que tampoco reúno los
conocimientos y las competencias para entenderlo y menos para explicarlo.
La escuela del duelo
¿A qué se refiere el término duelo?; ¿...eso es como decir: un desafío?; ¿es un
período reflexivo en la vida de...? y, ¿escuela?; ¿cómo la concibe? Y en últimas,
¿Cómo es que la universidad se convierte en una escuela de duelo?; ¿Qué hace
de nosotros cuando ingresamos a ella?
la disociación: esta relación misma. Es pues de primera necesidad, no solo rearticular individuo y sociedad
(cosa que comenzó en ocasiones aunque el precio del aplastamiento de una de las dos nociones en
provecho de la otra), sino también efectuar la articulación reputada de imposible (pero de “superada”)
entre la esfera biológica y la esfera antroposocial Ibíd. Pág 23.
5
La organización es un concepto original se piensa en su naturaleza física. Entonces introduce una
dimensión física radical en la organización viva y en la organización antroposocial que pueden y deben
considerarse como desarrollos transformadores de la organización física. De golpe, la unión entre física y
biología ya no puede quedar limitada a la química, ni siquiera a la termodinámica. Debe ser
organizacional. Desde ahora, no solo hay que articular la esfera antroposocial a la esfera biológica, hay
que articular la esfera biológica a la esfera física. (Ibíd. pág 23)
9. 4
Me surgen muchos interrogantes y no se aterre, pueden parecerle infantiles:
¿Cuál es el papel del investigador en las investigaciones?; ¿Cuál es su interés?;
¿Y el poder de manipulación hasta dónde llega?; ¿El sentido ético donde está?
¿Por qué cada ciencia se considera absoluta y no reconoce que lleva inmersas
otras dimensiones, otros orígenes, otras naturalezas?; ¿Qué es la ciencia?;
¿Para qué sirve la ciencia?
Y usted, ¿qué pretende hacer de nosotros los lectores y lectoras? Por qué se
pregunta que si “¿Debe pagarse la especialización funcional con una parcelación
absurda? o si ¿Es necesario que el conocimiento no se disloque en mil saberes
ignorantes?; ¿No le parece que si no se divide la ciencia en disciplinas, eso es
mucha información junta para un solo cerebro?; ¿no le parece que se verá todo
por encima, sin profundidad?; ¿No es mejor preguntarse: ¿Cómo hacer un
puente para que esas pequeñas islas se comuniquen entre sí reconociendo las
estructuras de sus saberes específicos? Espero encontrar respuestas en este
diálogo a través de las páginas posteriores.
EL imposible imposible.
Con el “imposible, imposible”, advierto su incertidumbre entre el hacer y el
no hacer, entre la necesidad que se vislumbra de enfrentar y la decisión de
decidirse o no decidirse a enfrentar; advierto su consciencia entre las cosas
oscuras del conocimiento y el reto de asumir el problema de la ciencia ante
tanta incertidumbre. Asumirlo parece una misión imposible, pero es más
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imposible la quietud; resultará peor no hacerlo. Eso sería a todas luces una
actitud de irresponsabilidad. Es como ver que se cae nuestra casa y nos
quedamos sentados mirando como se cae y nos aplasta.
Advierto además el problema de la disociación - al concebir una cosa
excluyendo la otra; las imprecisiones de los progresos locales frente a lo
global; la manipulación de la ciencia, la incomunicación, la exclusión del sujeto
en el conocimiento y la dislocación del conocimiento en disciplinas... y me
pregunto si habrá un “método” que pueda articular lo que está separado y
volver a unir lo que está desunido; pero usted es mucho más meticuloso cuando
plantea que “Hoy nuestra necesidad histórica es encontrar un método que
detecte y no oculte las uniones, articulaciones, solidaridades, implicaciones,
imbricaciones, interdependencias y complejidades”.
Hoy ya sabemos que hay muchas maneras de “conocer”, pero aun me queda la
duda si esas “maneras” proporcionan conocimientos articulados o siguen siendo
igualmente fraccionados.
Dice usted que “Tenemos que partir de la extinción de las falsas claridades”.
¿Eso significa: Desaprender? y entonces... ¿Cómo reaprender a aprender?;
¿Cómo reorganizar nuestro sistema mental?
Habrá que emprender la búsqueda, cambiar paradigmas, cambiar nuestras
estructuras mentales, despegarse de viejas concepciones que nos mantienen
atados a viejas realidades; revolucionar el pensamiento haciendo viaje desde la
experiencia fenoménica a los paradigmas que organizan dicha experiencia,
11. 4
teniendo como viáticos a la incertidumbre, la antinomia y la paradoja; un
proceso que he graficado de la siguiente manera:
__________
Fig. No1. Valencia Córdoba María Elcina.
comienzo
re-comienzoexperiencia
experiencia
experiencia
experiencia
experiencia
experiencia
experiencia
Método
final
incertidumbreantinomía
paradoja
conocimiento
Nuevos paradigmas
Revoluciones de pensamiento
Experiencia
fenoménica
paradigmas
discursos - teorías -
pensamiento
bio-sico-social
bio-sico-social
bio-sico-social
bio-sico-social
bio-sico-social
bio-sico-social
bio-sico-social
• remembrar lo
mutilado
• articular lo
disjunto
• pensar lo
oculto
Ciclo del conocimiento Vuelve al comienzo pero en un nivel superior,
distanciándose de éste por la acumulación de experiencias, volviéndolo espiral, y
no circular.
CICLO DEL CONOCIMIENTO
(Nueva mirada)
12. 4
La experiencia tendrá que ser vista de manera correlacional, solidaria,
biosicosocial. Al emprender el viaje, si se dejan las cargar para arreglarlas en
el camino, esto puede parecer improvisación o desorden, pero eso es
precisamente el modelo que es necesario cambiar, donde tenga cabida un nuevo
orden que puede parecer desorden porque contradice la norma o porque no es
lo siempre dicho y lo siempre hecho. “y no hay que tener miedo de participar en la
destrucción de ideas o teorías obsoletas, aunque eso agite algunas somnolencias dogmáticas”6
No se preocupe porque habla de usted en su escrito;7
aunque no diga nada, su
texto hablaría de su personalidad. Su impronta está allí. No por ello, se
constituye en el sol omnipotente del sistema planetario; su humildad está
latente en medio del reconocimiento propio de su pensamiento complejo
producto de largos recorridos de aprendizaje-descubrimiento-construcción-
deconstrucción-aprendizaje, sin embargo vuelca su esfuerzo en un método que
termine con el autocentrismo absoluto.
Advierto su incertidumbre infinita, su duda sobre la duda, su convicción de
incompletud, la sinceridad de saberse ignorante en algo... porque no hay nadie
poseedor absoluto de la verdad, porque usted reconoce que sentirse eso, es ya
6
SERRES, Michel. Atlas, Ediciones Cátedra S.A. Madrid, 1995, P.42
7
Porqué hablar de mí?. No es decente, normal, serio que cuando se trata de ciencia, de conocimiento, de pensamiento,
el autor se eclipse detrás de su obra y se desvanezca en un discurso que se ha vuelto impersonal? Debemos, por el
contrario, saber que es allí donde triunfa la comedia. El sujeto que desaparece de su discurso se instala de hecho en la
torre de control. Fingiendo dejar el sitio al sol copernicano, reconstruye un sistema de Ptolomeo cuyo dentro es su
espíritu. Ahora bien, mi esfuerzo de método tiende precisamente a arrancarme de este autocentrismo absoluto por el
cual el sujeto desaparece de puntillas, se identifica con la objetividad soberana. No es la ciencia anónima la que se
expresa por mi boca. No hablo desde lo alto de un trono de seguridad. Por el contrario mi convicción segrega una
incertidumbre infinita. Sé que creerse poseedor o poseído por la verdad es ya intoxicarse, es ocultarse a sí mismo sus
desfallecimientos y sus carencias. En el reino de intelecto, es el inconsciente el que se cree todo consciencia (Ibid pág
39)...
13. 4
intoxicarse, es desconocer sus limitaciones humanas (y digo humano,
considerando todas las dimensiones del “ser”).
Y sobre la idea de integrar y correlacionar... no me es nada difícil; como mujer
Afroamericana, nacida y residente en el Litoral Pacífico colombiano, he tenido
muchas dificultades con las disociaciones que se han hecho de las cosas, de los
conceptos, de sujeto-objeto, de naturaleza y cultura, de individuo y sociedad,
porque para nosotros la vida es una totalidad; el individuo no “es” sino existe la
concepción de comunidad.
Con frecuencia nos enfrentamos serios problemas por este tipo de
concepciones disociadoras; en muchas ocasiones se pretende ofrecer mejores
condiciones de vida a determinados grupos o pueblos ubicándoles en hábitat
distintos a los que han cultivado, producido o extractado los recursos para la
pervivencia, desconociendo y dejando a un lado los instrumentos, actitudes y
valores que están mediadas por el territorio.
Al concluir al análisis de este capítulo introductorio del libro “La naturaleza de
la naturaleza” tengo la agradable sensación de un diálogo respetuoso con uno de
los académicos más importantes del planeta y sin embargo siento que se sigue
despertando mi curiosidad como en mis años de la primera infancia en los que
desafiaba a la luna a ver si me cortaba el dedo por señalarla como me habían
dicho mis padres.
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Siento que la metáfora del espíritu del Valle es un exordio a la escrituricidad,
al cambio de paradigmas, a la apertura epistemológica y a la sensibilidad frente
a nuevos modos de conocer porque nada es absoluto y como usted lo dice: “el
único conocimiento que vale es aquel que se nutre de la incertidumbre y que el
único pensamiento que vale es aquel que se mantiene a la temperatura de su
propia destrucción”.
Soy consciente que hay otras formas de pensar la vida, otra cosmovisión, otros
órdenes, otros lenguajes, otras formas de aprender, negados a través de la
historia, reconociendo el pensamiento occidental como único.
Antes de leer su texto, tenía la duda si era normal pensar de manera integral
como ocurre en nuestras culturas indígenas y afrocolombianas; pero usted lo
afirma y entonces ahora sí lo creo, lo considero dentro de tono, porque a pesar
de mi integralidad vital, reconozco que no es fácil liberarse de viejos
paradigmas en muchos aspectos; muy en mis adentros, estoy aceptando que
“Eso es así porque lo dijo el pensador planetario “Edgar Morín”
Con sentimiento de gratitud.
MARIA ELCINA VALENCIA CORDOBA
Candidata Ph.D en Artes
ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY (AIU)
HONOLULU, HAWAI
15. 4
BIBLIOGRAFÍA:
MORIN, Edgar. La Naturaleza de la naturaleza. Ediciones Cátedra, grupo
Anaya S:A: 2001.
http://es.scribd.com/doc/38045189/Morin-1977-El-Metodo-1-La-
Naturaleza-de-La-Naturaleza.