Antes de la conquista, la tierra en el Virreinato era propiedad de la clase alta y trabajada por el pueblo de forma comunal. Después de la conquista, la corona española se convirtió en el verdadero propietario de la tierra mexicana y la otorgó a través de encomiendas, repartimientos o mercedes reales, aunque esto condujo al despojo de las tierras de los indígenas. La agricultura fue reemplazada por la minería como principal actividad económica.