El documento discute cómo la computación puede complementar la enseñanza de las matemáticas realizada por los profesores, ofreciendo recursos dinámicos que ayudan a los estudiantes a comprender mejor los conceptos. Aunque las herramientas computacionales no pueden reemplazar a los profesores, sí pueden motivar más a los estudiantes al permitirles aprender haciendo ejercicios y actividades interactivas. El mejor profesor es aquel con quien los estudiantes más aprenden a través de la práctica.