En la lección de la semana pasada vimos que el testimonio cristiano tiene que ser valiente, pues hay muchas fuerzas externas (sociales, religiosas, políticas y económicas) que se oponen a él. En la lección de hoy veremos que esa valentía no es necesaria solo en los hechos heroicos, sino también en una vida cotidiana que rechace los valores del mundo y afirme los del evangelio. Un elemento de esa vida es el compartimiento y la generosidad entre los creyentes.