LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
Lectio divina I Domingo de adviento
1. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO
El Adviento, este tiempo litúrgico fuerte que estamos comenzando, nos invita a detenernos, en silencio, para captar una
presencia. Es una invitación a comprender que los acontecimientos de cada día son gestos que Dios nos dirige, signos de su
atención por cada uno de nosotros. ¡Cuán a menudo nos hace percibir Dios un poco de su amor! Escribir —por decirlo así—
un "diario interior" de este amor sería una tarea hermosa y saludable para nuestra vida. El Adviento nos invita y nos
estimula a contemplar al Señor presente. La certeza de su presencia, ¿no debería ayudarnos a ver el mundo de otra
manera? ¿No debería ayudarnos a considerar toda nuestra existencia como "visita", como un modo en que él puede venir a
nosotros y estar cerca de nosotros, en cualquier situación?
BENEDICTO XVI
2. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 1
La síntesis del Adviento
1.- Adviento es una palabra de etimología latina, que significa “venida”.
2.- Adviento es el tiempo litúrgico compuesto por las cuatro semanas que preceden a la Navidad como tiempo
para la preparación al Nacimiento del Señor.
3.- El adviento tiene como color litúrgico al morado que significa penitencia y conversión, en este caso,
transidas de esperanza ante la inminente venida del Señor.
4.- El adviento es un periodo de tiempo privilegiado para los cristianos ya se nos invita a recordar el pasado,
vivir el presente y preparar el futuro.
5.- El adviento es memoria del misterio de gracia del nacimiento de Jesucristo. Es memoria de la encarnación.
Es memoria de las maravillas que Dios hace en favor de los hombres. Es memoria de la primera venida del Señor.
El adviento es historia viva.
6.- El adviento es llamada vivir el presente de nuestra vida cristiana comprometida y a experimentar y
testimoniar la presencia de Jesucristo entre nosotros, con nosotros, por nosotros. El adviento nos interpela a
vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor en el justicia y en el amor. El adviento es
presencia encarnada del cristiano, que cada vez que hace el bien, reactualiza la encarnación y la natividad de
Jesucristo.
7.- El adviento prepara y anticipa el futuro. Es una invitación a preparar la segunda y definitiva venida de
Jesucristo, ya en la “majestad de su gloria”. Vendrá como Señor y como Juez. El adviento nos hace proclamar la
fe en su venida gloriosa y nos ayuda a prepararnos a ella. El adviento es vida futura, es Reino, es escatología.
8.- El adviento es tiempo para la revisión de la propia vida a la luz de vida de Jesucristo, a la luz de las promesas
bíblicas y mesiánicas. El adviento es tiempo para el examen de conciencia continuado, arrepentido y
agradecido.
9.- El adviento es proyección de vida nueva, de conversión permanente, del cielo nuevo y de la tierra nueva,
que sólo se logran con el esfuerzo nuestro -mío y de cada uno de las personas- de cada día y de cada afán.
10.- El adviento es el tiempo de María de Nazaret que esperó, que confío en la palabra de Dios, que se dejó
acampar por El y en quien floreció y alumbró el Salvador de mundo.
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3. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 2
TABLA DE CONTENIDO
LA SÍNTESIS DEL ADVIENTO .............................................................................................................. 1
I DOMINGO DE ADVIENTO: “ESTAD SIEMPRE VIGILANTES Y ORAD EN TODO TIEMPO”........................ 3
LA PALABRA DE DIOS..................................................................................................................................... 3
PADRES DE LA IGLESIA .................................................................................................................................. 3
CATECISMO DE LA IGLESIA ............................................................................................................................ 4
LECTIO DIVINA .................................................................................................................................. 5
AMBIENTACIÓN ............................................................................................................................................. 5
ORACIÓN INICIAL ........................................................................................................................................... 5
LECTURA: ¿QUÉ DICE EL TEXTO? ........................................................................................................................ 5
MEDITACIÓN: ¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR A MÍ EN EL TEXTO? ....................................................................................7
ORACIÓN: ¿QUÉ LE RESPONDO AL SEÑOR QUE ME HABLA EN EL TEXTO?................................................................. 8
CONTEMPLACIÓN: ¿CÓMO HAGO PROPIO EN MI VIDA LAS ENSEÑANZAS DEL TEXTO? ............................................. 8
ACCIÓN: ¿A QUÉ ME COMPROMETO PARA DEMOSTRAR EL CAMBIO?........................................................................ 8
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4. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 3
I DOMINGO DE ADVIENTO: “Estad siempre
vigilantes y orad en todo tiempo”
LA PALABRA DE DIOS
Jer 33, 14-16: “Haré brotar para David legítimo descendiente”
Sal 24, 4-5.8-10.14: “A Tí, Señor, levanto mi alma”
1Tes 3, 12-4, 2: “Que Él fortalezca sus corazones, para cuando Jesús vuelva”
Lc 21, 25-28. 34-36: “Tened cuidado: que vuestros corazones no se entorpezcan”
PADRES DE LA IGLESIA
San Gregorio Magno: «Los que aman a Dios se regocijan al ver llegar el fin del mundo, porque encontrarán
pronto aquella patria que aman, cuando haya pasado aquel mundo al que no se sienten apegados. Quiera Dios
que ningún fiel que desea ver a Dios se queje de las pruebas de este mundo, ya que no ignora la caducidad de
este mundo. En efecto, está escrito: “El que ama a este mundo es enemigo de Dios”. Aquel, pues, que no se
alegra de ver llegar el fin de este mundo es su amigo y por lo tanto, enemigo de Dios. No será así entre los fieles,
entre aquellos que creen que hay otra vida y que manifiestan por sus obras que la aman».
San Pacomio: «En cuanto a ti, hijo mío, ¿hasta cuándo serás negligente? ¿Cuál es el límite de tu negligencia?
Este año es como el año pasado y hoy es como ayer. Mientras seas negligente, no habrá ningún progreso para ti.
Sé sobrio, eleva tu corazón. Deberás comparecer delante del tribunal de Dios y rendir cuentas de lo que has
hecho en lo secreto y de lo que has hecho públicamente. Si vas a un lugar donde se combate la guerra, la guerra
de Dios, y si el Espíritu de Dios te exhorta: “No te duermas en este lugar, porque hay insidias”, y el diablo por su
parte te susurra: “Cualquier cosa que te suceda, es la primera vez, o si has visto esto o aquello, no te aflijas”; no
escuches sus astutos discursos... He aquí que has aprendido que Dios no les ha ahorrado (pruebas) a los santos.
Vigila, entonces, sabes las promesas que has hecho, huye de la arrogancia, arranca de ti mismo al diablo para
que él no te arranque los ojos de tu inteligencia y te deje ciego, de modo que no conozcas más el camino de la
ciudad, el lugar donde vives. Reconoce de nuevo la ciudad de Cristo, dale gloria porque ha muerto por ti».
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5. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 4
CATECISMO DE LA IGLESIA
¡Estad en vela, vigilantes!
2612: En Jesús «el Reino de Dios está próximo», llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la
oración, el discípulo espera atento a Aquel que «es y que viene», en el recuerdo de su primera venida en la
humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria. En comunión con su Maestro,
la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación.
2730: Mirado positivamente, el combate contra el yo posesivo y dominador consiste en la vigilancia. Cuando
Jesús insiste en la vigilancia, es siempre en relación a Él, a su Venida, al último día y al «hoy». El esposo viene en
mitad de la noche; la luz que no debe apagarse es la de la fe: «Dice de ti mi corazón: busca su rostro» (Sal 27, 8).
2733: Otra tentación a la que abre la puerta la presunción es la acedía. Los Padres espirituales entienden por ella
una forma de aspereza o de desabrimiento debidos a la pereza, al relajamiento de la ascesis, al descuido de la
vigilancia, a la negligencia del corazón. «El espíritu está pronto pero la carne es débil» (Mt 26, 41). El desaliento,
doloroso, es el reverso de la presunción. Quien es humilde no se extraña de su miseria; ésta le lleva a una mayor
confianza, a mantenerse firme en la constancia.
2849: Pues bien, este combate [contra la tentación] y esta victoria sólo son posibles con la oración. Por medio de
su oración, Jesús es vencedor del Tentador, desde el principio y en el último combate de su agonía. En esta
petición a nuestro Padre, Cristo nos une a su combate y a su agonía. La vigilancia del corazón es recordada con
insistencia en comunión con la suya. La vigilancia es «guarda del corazón», y Jesús pide al Padre que «nos guarde
en su Nombre» (Jn 17, 11). El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a esta vigilancia. Esta petición
adquiere todo su sentido dramático referida a la tentación final de nuestro combate en la tierra; pide la
perseverancia final. «Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela» (Ap 16, 15).
2863: Al decir: «No nos dejes caer en la tentación», pedimos a Dios que no nos permita tomar el camino que
conduce al pecado. Esta petición implora el Espíritu de discernimiento y de fuerza; solicita la gracia de la
vigilancia y la perseverancia final.
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6. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 5
LECTIO DIVINA
AMBIENTACIÓN
Ponemos al centro a Jesucristo, la Biblia, y cada niño dibuja a Jesús de la esperanza y la deposita al centro y explica brevemente su
significado.
ORACIÓN INICIAL
Pueda rezarse el Padre nuestro u otra oración
Espíritu, virgen María, queremos que nos iluminéis en este camino a través de la palabra de
Dios, que nuestras mentes y corazones, se dispongan a recibirla con cariño y profundo amor.
Amén
LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Nos disponemos a leer el texto en su contexto para no hacer pretextos.
Lucas 21, 25-28;34-36
21,25: Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas.
En la tierra se angustiarán los pueblos, desconcertados por el estruendo del mar y del oleaje.
21,26: Los hombres desfallecerán de miedo, aguardando lo que le va a suceder al mundo;
porque hasta las fuerzas del universo se tambalearán.
21,27: Entonces verán al Hijo del Hombre que llega en una nube con gran poder y gloria.
21,28: Cuando comience a suceder todo eso, enderécense y levanten la cabeza, porque ha
llegado el día de su liberación.
21,33: Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
21,34: Prestad atención, no os dejeis aturdir con el vicio, la embriaguez y las preocupaciones
de la vida, para que aquel día no os sorprenda de repente 21,35: porque caerá como una
trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
21,36: Estad despiertos y orad incesantemente, pidiendo poder escapar de cuanto va a
suceder, así podrán presentarse seguros ante el Hijo del Hombre.
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7. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 6
Comenzamos el nuevo año litúrgico y lo hacemos con el Adviento, el tiempo de la espera. Estamos esperando
que Cristo vuelva, por eso este texto, que nos prepara a su segunda venida.
La promesa de un Mesías que traerá la reconciliación y la paz a la humanidad es de muy antiguo. La primera
promesa la encontramos ya en la escena misma de la caída original: «Enemistad pondré entre ti y la Mujer, y
entre tu linaje y su linaje: Él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar» (Gén 3, 15). A este pasaje se le
ha llamado el proto-evangelio, es decir, el primer anuncio de la Buena Nueva.
En el Señor Jesús se cumplen estas profecías. Él es el descendiente de la Mujer, Aquel que por su Cruz y
Resurrección ha pisado la cabeza de la serpiente, ha vencido al Demonio y quebrantado su dominio, recreando y
reconciliando al ser humano con Dios, consigo mismo, con sus hermanos humanos y con toda la creación. Él es
aquel “Germen justo” de la descendencia de David que en su primera venida trajo la salvación a la humanidad
entera.
Es un texto parecido al que tomamos unos domingos atrás, del evangelista Marcos. Ahora estamos tomando a
Lucas. Debemos recordar que Lucas, el médico griego escribe para que los griegos conozcan a Jesús, el Cristo y
también acepten la salvación que Él nos ofrece a todos.
Después de las señales que se manifiestan en todo el universo, que es un acontecimiento para todo el cosmos,
Lucas dice el texto: “Verán al Hijo del Hombre” (éste es un título mesiánico, con que se reconocía al Señor) y
añade que estará rodeado de poder y de gloria. Es tal, la evidencia que muestra el Señor en su segunda venida,
que quedarán al descubierto los falsos profetas. No debe ser un motivo de miedo o temor, porque, es cuando
nos dice el Señor: “Levantad la cabeza, porque ha llegado el día de su liberación”. Es un momento de alegría, de
esperanza cumplida en la promesa.
Pero también es un momento de advertencia, ya que como no hay aviso previo para ese día, nos pide el Señor
que estemos preparados: Dejando atrás los vicios que nos aturden y las preocupaciones de la vida cotidiana.
La recomendación es: Estar despiertos y orar, para que ese momento no nos encuentre distraídos, y así
podamos presentarnos tal cual somos, frente al Hijo del Hombre que volverá.
Una frase en medio del texto es el versículo 33, que aunque no se lee en el texto litúrgico, es bueno recordarlo:
“el cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”. Porque aquí lo importante es estar atentos al Señor y
a la Palabra de Dios. Pues seremos juzgados por esta Palabra dada a la humanidad.
Preguntas para la lectura –ADULTOS-:
¿Cómo comienza el texto?
¿Quién es el que dirige el discurso?
¿Cuáles son las señales que dice el Evangelista?
¿Quién aparecerá y de qué forma lo hará?
¿Cuándo suceda esto qué debemos hacer los que creemos en Cristo?
¿Qué es lo único que no permanecerá, luego del fin de todo?
¿Cómo debemos estar atentos?
¿Qué significa estar despiertos y orar incesantemente
Sintetiza cuál es la idea principal de este texto.
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8. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 7
Preguntas para la lectura –NIÑOS-:
¿Cómo comienza el texto?
¿Quién es el que dirige el discurso?
¿Cuáles son las señales que dice el Evangelista?
¿Quién aparecerá y de qué forma lo hará?
¿Cuándo suceda esto qué debemos hacer los que creemos en Cristo?
¿Qué es lo único que no permanecerá, luego del fin de todo?
¿Cómo debemos estar atentos?
¿Qué significa estar despiertos y orar incesantemente
MEDITACIÓN: ¿Qué me dice el Señor a mí en el texto?
El texto sagrado no es sólo para leerlo, sino para dejarse leer por Dios que nos habla a cada uno a través del texto.
Amigo, debemos preguntarnos sinceramente cómo este texto está dirigido directamente a nosotros. Hoy vivimos un mundo donde hay
muchas confusiones y muchos hablan de Jesús. Algunos dicen cosas muy distintas de lo que está escrito en el Evangelio. Nosotros
queremos conocer a Jesús y lo que Él nos dice a nosotros.
Preguntas para los ADULTOS-:
¿Estoy consciente y creo que el Señor Jesús volverá?
¿Qué implicancias tiene para mi vida que Él vuelva?
¿Estoy preparado para afrontar un diálogo sobre mi vida que me hará Jesús como
un Juez Universal?
Cuando el Señor dice que debo prestar atención y no dejarme aturdir por el
vicio…¿Cómo puedo entender esto en mi vida concreta? ¿Cómo me dejo aturdir?
¿Cómo podría evitarlo?
Jesús habla de la embriaguez, tal vez pueda hacer referencia al alcohol que se
consume, pero ¿hay otra forma de embriagarse? ¿Me puede suceder a mí? ¿cómo
evitar huir de este mundo y poner los pies sobre la tierra afrontando mi vida y
cambiando lo que sea necesario?
¿Son las preocupaciones de la vida cotidiana, algo que te separa de Dios? Cómo
podrías incluir estas preocupaciones en tus momentos de oración personal. Así la
oración no se convierte en algo “fuera de este mundo”.
¿Tomo conciencia que me voy a presentar con toda mi vida ante un Juez que ya ha
dicho cómo será su sentencia y sobre qué me juzgará?
Este texto tan importante ¿qué te lleva a pensar? ¿Cuál sería tu conclusión
personal.
Preguntas para los NIÑOS-:
¿Creo que el Señor Jesucristo volverá? ¿Qué sucederá con mi vida?
¿Estoy seguro de que Jesucristo, quiere que yo lo siga y no me pierda?
¿Qué es lo que me separa de estar siempre cerca de Dios?
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9. LECTIO DIVINA I DOMINGO DE ADVIENTO | 8
ORACIÓN: ¿Qué le respondo al Señor que me habla en el texto?
Cuando me hablan no puedo quedarme callado. Es Jesús el que está comunicándose conmigo. Debo responder. Para eso, la oración es la
respuesta a Dios que me habló primero.
Señor Gracias por este diálogo tan importante. A veces estoy distraído y las cosas de este
mundo me hacen olvidar lo más importante.
Te pido, Señor, que me des la fuerza de voluntad para que cada acción de mi vida esté
orientada al día que Tú regreses a preguntarme ¡cómo he vivido!
Te doy Gracias Señor, porque me ofreces la liberación. Son tantas las cosas que me atan,
tantos los nudos que me aprietan. Pero Tú me ofreces la liberación y ahora estoy consiente
de todo esto y agradecido contigo por todo esto.
Señor, que no me deje aturdir por los vicios, la embriaguez y las preocupaciones cotidianas.
Que no me envuelva la rutina. Que cada día sea un nuevo momento de encuentro contigo y
con tu Palabra Salvadora, porque sólo tu Palabra permanecerá para siempre.
Que viva Señor de acuerdo a Tu Palabra y no de acuerdo a los criterios del mundo.
Amén
CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo hago propio en mi vida las enseñanzas del texto?
Podemos recordar la frase, dirigiéndola a Jesús:
Estad despiertos y orad incesantemente …
Mientras vamos pidiéndole al Señor repetidamente con esta frase, cómo podemos ser sus seguidores, dando todo, desde nuestra propia
vida.
ACCIÓN: ¿A qué me comprometo para demostrar el cambio?
Nuestra vida debe tomar un compromiso serio para llegar al proceso de conversión. Esto debe notarse exteriormente.
Cada uno asuma una de las actitudes del Reino de Jesús y llevémosla a cabo a lo largo de la semana. Colocándola en un lugar visible
como por ejemplo la puerta de la nevera para que así toda la familia ayude a su cumplimiento.
Individualmente, te propongo mirar interiormente todas las veces que la rutina y las preocupaciones cotidianas,
te impiden ver la historia completa, en la que el Señor viene a liberarte. Hacer alguna acción, que rompa esa
preocupación tuya personal y atender a alguien que lo necesite.
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