El documento resume el Libro de Baruc, un libro deuterocanónico del Antiguo Testamento. Explica que el libro fue escrito por Baruc, secretario de Jeremías, y que trata sobre las oraciones y lamentaciones del pueblo judío en el exilio en Babilonia. También discute la estructura y contenido del libro, incluida la Epístola de Jeremías que aparece como un apéndice, y menciona otros escritos apócrifos atribuidos a Baruc como el Apocalipsis Siríaco de Baruc
2. INTRODUCCIÓN
El Libro de Baruc (también llamado de Baruk o Baruch) es
un libro deuterocanónico perteneciente al canon bíblico
de la Iglesia católica que se encuentra en el Antiguo
Testamento, perteneciente al grupo de los libros
conocidos como “apócrifos” por los protestantes.
Se encuentra ubicado entre Jeremías y Ezequiel, como
parte de los libros proféticos, en la Biblia de Jerusalén.
3. CANONICIDAD
Aunque no está en la Biblia hebrea, se encuentra en la Septuaginta, en la Biblia ortodoxa de Eritrea /
Etiopía, y también en la versión griega de Teodoción. Para los que pertenecen a la Iglesia católica y
ortodoxa, Baruc es inspirado y por lo tanto canónico.
En efecto, este libro solo aparece en la versión griega de los LXX y en la Vulgata latina . En estas dos
biblias, forma con Lamentaciones un apéndice conceptual al Libro de Jeremías.
Atanasio (367 d.C.), Cirilo de Jerusalén (c 350 d.C.) y Epifanio de Salamina (385 d.C.) enumeraron el Libro
de Baruc como canónico. Atanasio dice "Jeremías con Baruc, Lamentaciones y la epístola"; los otros
Padres ofrecen formulaciones similares.
En los decretos del Concilio de Laodicea (364 d.C.), Concilio de Florencia (1442 d.C.) y el Concilio de
Trento (1546 d.C.) "Jeremías con Baruc" es declarado como canónico.
4. ORIGEN
El libro de Baruc existió primeramente como tres partes separadas e independientes que más tarde fueron
reunidas y resultaron en el libro actual.
La pieza más antigua (dos poemas, Bar. 3,9-5,9) pertenecen al siglo III a. C. Ya en tiempos de los Macabeos, un
último redactor añadió el prólogo y la parte final y atribuyó el todo al profeta Baruc, secretario y amanuense
de Jeremías, lo que demuestra la influencia de este último en aquel tiempo y lugar.
La Septuaginta muestra separado el capítulo 6 de Baruc, que se llama "Carta de Jeremías" y en las biblias de
ciertas religiones se encuentra como libro separado. La Vulgata, en cambio, la junta con el libro de Baruc y la
numera como un capítulo más. La Carta de Jeremías es un discurso apologético contra la idolatría, y desarrolla
aún más los conceptos estudiados por Jeremías e Isaías. Baruc hace una fuerte declaración en contra de la
confección, adoración y fe en los ídolos hechos en maderas y revestidos de oro, plata y otros materiales. Esta
costumbre la adquirió del pueblo de Babilonia que representaban deidades con imágenes hechas por manos
de hombres (Baruc capítulo 6 o Carta de Jeremías).
Por la teología que contiene y el estilo, los estudiosos suelen datar el texto del período de la rebelión de los
Macabeos; es difícil establecer mayores precisiones. Las cartas fueron reunidas en un solo libro en el año 100
a. C.
5. ESTRUCTURA
El libro de Baruc está formado por las siguientes partes:
1. Inscripción (1,1-2)
2. Introducción narrativa (1,3-14)
3. Plegarias (1,15-3,8)
4. Primer poema (3,9-4,4)
5. Segundo poema (4,5-5,9)
6. Epístola de Jeremías (6,1-72)
6. DESARROLLO DEL LIBRO
La profecía comienza con una introducción histórica (1,1-14), estableciendo primero (v. 1-2) que el libro
fue escrito por Baruc en Babilonia cinco años después de que Jerusalén fue quemada por los caldeos, y
lo siguiente que cuenta (v. 3-14) es que fue leída en una asamblea del Rey Jeconías y otros exiliados
babilonios, a los que produjo efectos muy beneficiosos. La primera sección en el cuerpo del libro (1,15;
3,8) contiene una doble confesión de los pecados que condujeron al exilio (1,15 - 2,25; 2,6-13) junto con
una oración para que Dios al fin perdonase a su pueblo (2,14; 3,8). Mientras que la sección siguiente
tiene mucho en común con el Libro de Daniel (Dan 9,4-19), la segunda sección de Baruc (3,9; 4,4) se
asemeja cercanamente a los pasajes de Job 28 y 38. Es un bello panegírico sobre la Sabiduría Divina que
no se halla en ningún otro lugar excepto en la Ley dada a Israel. Solamente bajo la apariencia de la Ley
ha aparecido la Sabiduría en la tierra y se ha hecho accesible al hombre; dejemos, por lo tanto, que Israel
demuestre su fe nuevamente a la Ley.
La última sección del Libro de Baruc se extiende desde 4,5 al 5,9. Se compone de cuatro odas, cada una
de las cuales comienza con la expresión, “Ánimo, pueblo mío” (4,5.21.27.30) y de un salmo
estrechamente relacionado con el undécimo de los salmos apócrifos de Salomón (4,36; 5,9).
7. LA EPÍSTOLA DE JEREMÍAS
El capítulo 6 tiene como un apéndice a la totalidad del
libro “La Epístola de Jeremías” enviada por ese profeta
a “aquellos que iban a ser llevados cautivos a Babilonia”
por Nabucodonosor. Por sus pecados serían llevados a
Babilonia y permanecerían allí “durante largo tiempo,
incluso hasta siete generaciones”. En esa ciudad pagana
serían testigos del impresionante culto rendido a
“dioses de oro, plata, piedra y madera”, pero que no se
debían someterse a ellos. Tales dioses, se argumenta de
varias maneras, son impotentes y obras perecederas de
la mano del hombre; no pueden hacer bien ni mal; por
lo tanto, no son dioses en absoluto.
8. Es cierto que este sexto capítulo de Baruc es realmente distinto del resto de la obra. No sólo su título especial,
“La Epístola de Jeremías”, sino también su estilo y contenido prueban claramente que es un escrito totalmente
independiente de la profecía de Baruc. De nuevo, mientras algunos manuscritos griegos que tienen a Baruc no
tienen la epístola, otros, entre los mejores, la tienen separada del libro de Baruc e inmediatamente antes de las
Lamentaciones de Jeremías.
El hecho de que el capítulo 6 de Baruc lleve el titulo de “Epístola de Jeremías” ha sido, y es todavía a los ojos
de muchos, una razón decisiva para sostener la opinión tradicional de que el gran profeta es su autor. También
se insiste en que la vívida y precisa descripción del espléndido pero infame culto a los dioses babilonios en
Baruc 6 aporta a la autoría tradicional, ya que Jer. 13,5.6 probablemente habla de un doble viaje de Jeremías al
Éufrates. Finalmente se afirma que un cierto número de hebraísmos se pueden rastrear al punto original
hebreo en la misma dirección. En oposición a este punto de vista tradicional, la mayoría de los críticos
contemporáneos argumentan que el estilo griego de Baruc 6, prueba que originalmente no fue escrito en
hebreo, sino en griego y que, por consiguiente, Jeremías no es el autor de la epístola que se le atribuye. Por
ésta y otras razones sugeridas por el estudio del contenido de Baruc 6, piensan que San Jerónimo estuvo
decididamente correcto cuando denominó a este escrito “pseudepigraphos”, esto es, inscrito bajo un nombre
falso. Sea como fuese, un importante estudio del canon de la Sagrada Escritura demuestra que, a pesar de las
afirmaciones contrarias de los protestantes, Baruc 6 siempre ha sido reconocido por la Iglesia como una obra
inspirada.
10. APOCALIPSIS SIRÍACO DE BARUC
El Apocalipsis siríaco de Baruc, también conocido como Libro II de Baruc, o 2 Baruc, es un escrito
apócrifo israelita del Antiguo Testamento de finales del siglo I, después de la caída de Jerusalén (año 70)
o de comienzos del siglo II.
Aunque es considerado apócrifo, y ni para el judaísmo ni para el cristianismo forma parte del canon
bíblico, se encuentra en la Peshitta, la versión siríaca de la Biblia. Tiene 87 capítulos.
Aunque el Libro de Jeremías canónico presenta a Baruc como secretario de Jeremías, el Apocalipsis de
Baruc lo trata no solo como profeta, como el Libro de Baruc, sino que además le otorga un papel aún
más importante que el de Jeremías.
Este libro apocalíptico tiene un estilo similar a las escrituras atribuidas a Jeremías ― una mezcla de
oraciones, lamentaciones y visiones ―. Los eruditos lo consideran como una reacción a la caída de
Jerusalén, y particularmente del templo. Según el texto, los objetos sagrados del templo fueron
rescatados de la destrucción por ángeles, y están reservados para cuando sea reconstruido.
11. APOCALIPSIS SIRÍACO DE BARUC
La primera parte del libro se estructura en tríadas ―tres ayunos, cada uno seguido por tres visiones y
luego por tres discursos al pueblo―. Las visiones son notables para su discusión de la teodicea, el
problema del mal, y un énfasis en el predestinación. En los capítulos 56 y 74, el ángel Ramiel hace una
interpretación mesiánica de la visión de Baruc de «las aguas negras y las aguas blancas», descifrando el
sentido de la historia del pecado y la redención.
La segunda parte del texto es una larga carta de Baruc a «las nueve y media tribus» (76-86), que muchos
eruditos creen que era originalmente un documento separado, que discute la importancia y la primacía
de la Ley judía.
12. APOCALIPSIS GRIEGO DE BARUC
El llamado Apocalipsis griego de Baruc, también conocido como Libro III de Baruc o 3 Baruc, es un
escrito apócrifo israelita del Antiguo Testamento, atribuido a Baruc, escriba y secretario del profeta
Jeremías durante el exilio en Babilonia (s. VI a. C.)
Fue escrito en griego a finales del s. I o a comienzos del II. Pertenece al género apocalíptico.
En la historia que se narra en el libro, Baruc se lamenta por la caída de Jerusalén (587 a. C.). Un ángel lo
acompaña en un viaje al cielo, donde encuentra demonios y ángeles, después a Miguel, y luego
reencuentra el templo celeste.