Baruc, secretario y escriba del profeta Jeremías, ayudó a registrar y preservar los mensajes proféticos de Jeremías en un momento de decadencia moral y política en Judá. A pesar de las consecuencias por mantenerse fiel a la verdad divina, como quedar proscrito, Baruc recibió una promesa de Dios de protección y vida dondequiera que fuera.