El documento resume la evolución del torques como adorno personal y símbolo entre los pueblos celtas e ibéricos desde la Edad del Bronce hasta la época romana. Explica que los torques pasaron de ser un adorno exclusivo de la élite guerrera a convertirse también en un símbolo religioso asociado a la fertilidad y la abundancia. Finalmente, analiza la presencia de torques en la Península Ibérica y su influencia foránea.