Las protestas estudiantiles de mayo de 1968 en Francia se extendieron rápidamente y llevaron a una huelga general. Aunque el gobierno temió una insurrección, la mayoría de los grupos no buscaban derrocar al estado. Las protestas terminaron cuando el presidente De Gaulle anunció elecciones anticipadas. Como resultado, el gobierno francés se vio obligado a emprender reformas para abordar el malestar social.