Las fuerzas magnéticas pueden modificar las fuerzas de rozamiento al afectar a la fuerza normal entre dos superficies. Un imán magnético oprime una figurita contra una puerta de nevera, creando una fuerza normal que permite la fuerza de rozamiento que evita que caiga. Sin embargo, si se reduce la fuerza magnética o el coeficiente de rozamiento es menor, como en un vidrio, la figura caerá debido a que la fuerza de rozamiento ya no compensa su peso.