El documento discute el impacto de la ciencia en la calidad de vida humana y la necesidad de que la ciencia se desarrolle de manera ética y responsable con respeto a la vida humana y la libertad individual. También argumenta que la ciencia debe entender al ser humano como una persona compleja con capacidades intelectuales, emocionales y espirituales más allá de la mera aplicación técnica del conocimiento.