Este documento discute los métodos de historias de vida y autobiografías como fuentes para el estudio científico de la sociedad y la cultura. Explica que las historias de vida, contadas por el sujeto, ofrecen una perspectiva subjetiva valiosa para el conocimiento, aunque los positivistas las consideran "demasiado subjetivas". También señala que los diarios personales y cartas son considerados documentos primarios, mientras que se deben usar otros documentos externos para confirmar los datos y garantizar la objetividad.