Este documento es un homenaje a Marujita en el primer mes de su muerte, recordando su sonrisa inalterable a pesar de las dificultades de la vida y su legado de transmitir alegría a los demás. También recuerda los geranios que cultivó con cariño, simbolizando su respeto por la individualidad de cada persona y familia, al igual que cada flor ostentaba su propio color. Su sonrisa y los geranios perduran como lecciones de vida para enfrentar la muerte sin dolor.