La medicina intensiva provee soporte vital a pacientes críticamente enfermos que requieren monitoreo y supervisión intensivos. Los cuidados intensivos se ofrecen a pacientes cuya condición es potencialmente reversible y tienen posibilidades de sobrevivir con esta ayuda. Florence Nightingale estableció las directrices modernas de enfermería e intensivos durante la guerra de Crimea, donde bajó la tasa de mortalidad de soldados heridos de 40% a 2%.