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Trabajo de investigación
RevistadelaAsociaciónMexicanade
Vol. XX, Núm. 1 / Ene.-Mar. 2006
pp 30-40
edigraphic.com
* Médico pasante del Servicio Social.
†
Médico Intensivista del Centro Médico Nacional Lic. Igna-
cio García Téllez, IMSS, Mérida, Yucatán.
Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la
mortalidad en una unidad de cuidados intensivos de
adultos en la ciudad de Mérida Yucatán
MPSS José Antonio Gien López,* M en C Doris Del C. Salazar Escalante,†
MC Rafael UC López,†
MC Juan Jesús Ramírez De Reza†
RESUMEN
Objetivo: Evaluar el valor predictivo de la escala de
APACHE II en la mortalidad en pacientes adultos en
una unidad de cuidados intensivos.
Diseño: Estudio prospectivo.
Lugar: UCI de un hospital general de Mérida, Yucatán;
México.
Pacientes: Todos los pacientes ingresados a la UCI
durante un periodo de cinco meses.
Intervenciones: Ninguna.
Resultados: Ingresaron a la UCI un total 348 pacien-
tes, de los cuales se incluyeron en el estudio a 326 pa-
cientes (204 hombres y 122 mujeres, edad 52 + 20
años). La calificación por escala de APACHE II fue de
7.42 + 4.49 puntos vs 12.38 + 5.13, la estancia en la
UCI de 5 + 4 vs 6 + 7 días, respectivamente para los
sobrevivientes y no sobrevivientes. La mortalidad fue
de 15.33% y la sensibilidad y especificidad del 56% y
100% respectivamente, se obtuvo un valor predictivo
negativo de 92%.
Conclusiones: La escala de APACHE es útil para eva-
luar la mortalidad en la UCI de Mérida, Yucatán.
Palabras clave: Escala de APACHE II, pronóstico, pa-
cientes críticos.
SUMMARY
Objective: To evaluate the predicitive value of
APACHE II Scale on the mortality in an adult intensive
care unit.
Design: Prospective study.
Setting: ICU of a general hospital, Mérida, Yucatán;
Mexico.
Patients: All patients admitted to an ICU during a five-
month period.
Interventions: None.
Results: A total of 348 patients were admitted to the
ICU, of these, 326 patients (204 men and 122 women,
mean age 52 + 20 yrs) were included. APACHE II
Scale was 7 + 4.49 points vs 12.38 + 5.13; ICU stay 5 +
4 vs 6 + 7 days, respectively for survivors and non
survivors. The mortality rate was 15.33% and the
sensibility and specificity were 56% y 100% respectively,
and a predictive negative value of 92% was obtained.
Conclusion: APACHE II Scale is useful to evaluate the
mortality in the ICU of Mérida, Yucatán.
Key words: APACHE II Scale, prognosis, ICU patients.
ANTECEDENTES
La unidad de cuidados intensivos es el área hospita-
laria donde el personal médico y de enfermería es-
pecialmente entrenado en el diagnóstico y trata-
miento de alteraciones orgánicas agudas, apoyado
por medios avanzados de soporte cardiopulmonar y
dispositivos electrónicos de vigilancia de las funcio-
nes vitales, se ocupa de la atención integral de los
enfermos gravemente lesionados, con posibilidades
razonables de recuperación. Abarca dos aspectos
predominantes: la vigilancia estrecha y las decisio-
nes rápidas.
Esta especialidad médica se practicó de manera
informal durante muchos años y se perfeccionó duran-
te la época de guerra con el tratamiento de choque
hemorrágico, la sepsis y la insuficiencia renal aguda.
Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad
31
edigraphic.com
Las primeras unidades de cuidados intensivos
aparecieron en Escandinavia a principios de la dé-
cada de 1950, con el objetivo de centralizar el uso
de respiradores y la actividad de profesionales de la
salud; en América la primera unidad fue abierta en
1958 en un hospital de la ciudad de Baltimore.1
Los antecedentes históricos de las unidades de
cuidados intensivos se remontan a las salas de re-
cuperación postoperatoria, donde los anestesiólogos
se ocupaban del manejo de enfermos de alto ries-
go. Posteriormente la vigilancia del ritmo cardiaco y
el cuidado respiratorio condujo al ingreso de estas
áreas de enfermos con insuficiencia respiratoria, fa-
lla cardiaca o alteraciones metabólicas graves.2
La primera unidad de cuidados intensivos en
México se funda en 1951 en el Instituto Nacional de
Cardiología, por Clemente Robles, para pacientes
operados del corazón. Sin embargo, se considera
también como una de las primeras unidades de cui-
dados intensivos hecha ex profeso, con metodolo-
gía, área física, recursos humanos y participación
médica las 24 horas del día, todos los días del año,
a la del hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, inau-
gurada en agosto de 1964, misma que contaba con
laboratorio y rayos X.3
Las unidades se clasifican de acuerdo a su ca-
pacidad tecnológica y las características de su per-
sonal en unidades de nivel I al IV, donde:
Nivel I: es una unidad multidisciplinaria, tiene un
médico calificado disponible las 24 horas, por ejem-
plo, la UCI de un hospital universitario. La relación
enfermera-paciente es de 1:1 o mayor dependiendo
de la gravedad de los enfermos. Puede realizar to-
das las medidas invasivas o no invasivas de vigi-
lancia.
Nivel II: es una unidad multidisciplinaria o de es-
pecialidad definida, como las unidades de cuidados
intensivos respiratorios, neurológicos o coronarios,
o bien las UCI médico-quirúrgicas en hospitales de
enseñanza o grandes centros médicos. Tiene un
director calificado disponible en todo momento.
Realiza medidas invasivas de vigilancia y tiene una
relación enfermera-paciente de 1:1, 1:2 ó 1:3, de-
pendiendo de la gravedad de los enfermos.
Nivel III: es una unidad de cuidados intensivos
característica de un hospital comunitario. Proporcio-
na vigilancia invasiva limitada e intervenciones tera-
péuticas, como la ventilación mecánica. Un director
o encargado está disponible en cualquier momento.
Puede ser cubierta por un médico acreditado en el
hospital en soporte vital y manejo de la vía aérea y
soporte ventilatorio. La relación enfermera-paciente
es de 1:2, 1:3 ó 1:4, dependiendo de las condicio-
nes de los enfermos.
Nivel IV: es una unidad de cuidados especiales
de pequeños hospitales, que no cumple realmente
con la definición de una UCI. Proporciona vigilancia
del ritmo cardiaco y soporte vital básico. La relación
enfermera-paciente es 1:4 ó 1:5, dependiendo de la
severidad del estado crítico.4
La literatura categoriza igualmente a las unidades
de cuidados intensivos, de acuerdo a su estructura,
como “Abiertas” o “cerradas”, habiendo sido descri-
ta también una unidad “transicional”. Se definen
como:
Unidades abiertas: donde cualquier médico que
tenga privilegios de admisión hospitalaria puede ser
el encargado de la unidad. Hay presencia o ausen-
cia de un médico intensivista dedicado.
Unidades cerradas: un intensivista es el médico
de todos los pacientes de la unidad de cuidados in-
tensivos; en todo tiempo hay enfermeras y oficiales
y todas las órdenes son tomadas por el personal de
la unidad.
Unidades transicionales: el director intensivista,
los residentes y el equipo de la unidad están pre-
sentes; las órdenes pueden ser llevadas por el per-
sonal de la unidad bajo supervisión del intensivista.5
Hablando de su tipo de atención las unidades de
cuidados intensivos se clasifican en:
Polivalentes: donde se atiende a cualquier tipo
de paciente.
Especializada: se divide en quirúrgica y médica.
La quirúrgica puede ser especializada en traumato-
logía, en quemados, postoperados de cardiotórax,
de trasplante y neuroquirúrgica. La médica puede
ser gineco-obstétrica, oncológica, neurológica, uni-
dad coronaria y otras.1,6
Las condiciones clínicas por las cuales los enfer-
mos ingresan a la unidad de cuidados intensivos
comprenden generalmente el compromiso de uno o
más órganos vitales o la necesidad de cuidados es-
peciales o de drogas vasoactivas. Entre los padeci-
mientos específicos se encuentran:2,6-8
a) Estado de choque: hipovolémico, séptico, neuro-
génico, etc.
b) Hemorragia grave o hipovolemia grave
c) Alteración cardiocirculatoria.
d) Alteración respiratoria. Ejemplo: insuficiencia res-
piratoria aguda y/o ventilatoria, tórax inestable,
neumonía grave, etc.
e) Alteraciones metabólicas. Ejemplo: cetoacidosis
diabética, estado hiperosmolar no cetósico, des-
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG
32
edigraphic.com
equilibrio hidroelectrolítico, estado ácido-básico,
etc.
f) Estado de coma. Ejemplos: Vascular cerebral
(excepto Hunt-Hess III o mayor), urémico, esta-
do convulsivo, etc.
g) Postoperatorio de alto riesgo. Ejemplos: neuroci-
rugía, cirugía oncológica, cirugía cardiotorácica,
cirugía de columna vertebral, cirugía de grandes
vasos, cirugía abdominal mayor, tanto de tipo
electivo como urgente.
h) Politraumatismos.
i) Intoxicaciones graves (clase Reed 2 o mayor).
j) Desnutrición grado I a III.
k) La necesidad de hipotensores intravenosos.
La sociedad norteamericana de cuidados intensi-
vos ha establecido cuatro criterios de prioridades
en los pacientes que ingresan a las unidades.8
Prioridad 1: Los pacientes están críticamente en-
fermos, son inestables y necesitan un monitoreo in-
tenso, así como tratamiento que no puede ser ad-
ministrado fuera de la unidad. Usualmente estos
tratamientos incluyen ventiladores, drogas vasoacti-
vas, etc.
Prioridad 2: Los pacientes requieren de monitoreo
intensivo y pueden potencialmente necesitar de una
intervención inmediata. Los límites no terapéuticos
son estipulados para estos pacientes.
Prioridad 3: Los pacientes inestables están crí-
ticamente enfermos pero tienen una condición de
recuperación reducida por la enfermedad que pade-
cen. Pueden recibir tratamiento agudo para dismi-
nuir la enfermedad aguda, sin embargo, los límites
del esfuerzo terapéutico se pueden definir, tales
como no resucitarlos o no intubarlos.
Prioridad 4: Los pacientes que generalmente no
son apropiados para ingresar a la unidad de cuida-
dos intensivos y que deben de ser admitidos bajo el
criterio del director de la unidad. Estos pacientes
pueden ser categorizados en dos tipos: a) los que
tienen poco o ningún beneficio en una unidad de
cuidados intensivos y que pudieran ser manejados
en otra unidad de menos cuidados y b) los pacien-
tes con enfermedad terminal o irreversible que
afrontan la muerte inminente.
Debido a que la clasificación del paciente es
muy importante, varios investigadores se han dado
a la tarea de crear escalas que permitan pronosticar
la mortalidad del paciente en términos objetivos y
reales. Estas escalas se pueden dividir en anatómi-
cas y fisiológicas. Los sistemas de puntaje anatómi-
cos comprenden la extensión de las lesiones mien-
tras que las fisiológicas evalúan el impacto de la le-
sión en la función.
Las primeras escalas de clasificación fueron de-
sarrolladas para los pacientes con trauma y fueron
específicas anatómicamente hablando en escala de
lesión abreviada, 1969; escala de quemaduras,
1971; escala de lesión severa, 1974; o las escalas
de métodos fisiológicos como: el índice de trauma,
1971; la escala de Glasgow, 1974; la escala de
trauma, 1981, la escala de sepsis, 1983.9
Durante la pasada década se desarrollaron varios
métodos para evaluar la gravedad de los pacientes
con independencia de su diagnóstico. Estos méto-
dos han sido ampliamente utilizados en las UCI con
objeto de estimar la probabilidad de muerte de un
paciente de acuerdo a los valores de una serie de
variables asociadas a la mortalidad hospitalaria. Se
han creado varios modelos pronósticos de mortali-
dad específicos para la unidad de cuidados intensi-
vos, de entre los que destaca la escala Acute Phy-
siology and Chronic Health Evaluation (APACHE),
diseñada y actualizada por Knaus et al desde fina-
les de los años 70.10
APACHE I11
fue introducido en 1981, constaba
de 34 variables seleccionadas por un panel de siete
expertos representando tres especialidades tronca-
les: anestesia, medicina interna y cirugía. Se esco-
gieron variables disponibles al ingreso en una UCI,
o que pudieran ser obtenidas durante las primeras
32 horas de estancia. El número de variables se
juzgó excesivo en el primer estudio multicéntrico en
el que se utilizó,12
y aunque cayó rápidamente en
desuso, su impacto sobre la evolución y el desarro-
llo de nuevas medidas fue grande, ya que sentó las
bases de futuras versiones más simplificadas y de
gran utilidad.
APACHE II13,14
fue realizada esta versión en
1985, el número de determinaciones se redujo a
doce variables fisiológicas, más la edad y el estado
de salud previo. Se divide en dos componentes; el
primero, llamado APS o Acute Physiology Score
califica las variables fisiológicas. Para la determi-
nación de los parámetros fisiológicos se toman:
temperatura, tensión arterial media, frecuencia car-
diaca, frecuencia respiratoria, PaO2
, pH arterial, so-
dio, potasio y creatinina sérica, hematócrito, cuenta
de fórmula blanca, y la puntuación de la escala de
coma de Glasgow; se puede tomar HCO3
en caso
de no contar con el PaO2
arterial. A cada variable se
le asigna un valor que va del 0 al 4. La suma de las
puntuaciones de estas variables proporcionará este
primer componente APS del APACHE II, que se
Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad
33
edigraphic.com
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cihpargidemedodabor
:rop odarobale FDP
VC ed AS, cidemihparG
arap
acidémoiB arutaretiL :cihpargideM
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
considera una medida de la gravedad de la enferme-
dad aguda del paciente. El segundo componente,
denominado Chronic Health Evaluation, califica la
edad y el estado de salud previo. Si existe inmuno-
compromiso, insuficiencia hepática cardiaca, renal o
respiratoria y es sometido a un procedimiento qui-
rúrgico programado deberán sumarse 2 puntos al
total, pero si es sometido a un procedimiento de ur-
gencias, deberán sumarse 5 puntos. La suma de
ambas escalas constituye la puntuación Acute Phy-
siology And Chronic Health Evaluation II o APACHE
II. La puntuación máxima posible del sistema
APACHE II es 71, aunque apenas existe superviven-
cia sobrepasando los 55 puntos. El apache II ha sido
validado ampliamente y es usado en todo el mundo.
APACHE III15
apareció en 1991 con la novedad
de un formato en paquete de software. El sistema
consta de dos partes, una puntuación, que permite
la estratificación de la gravedad de los pacientes
críticos dentro de grupos definidos de pacientes y
una ecuación predictiva que proporciona el riesgo
estimado de mortalidad hospitalaria en pacientes in-
dividuales.
APACHE III incluye variables muy parecidas a
las de su versión anterior, pero el cálculo de la pre-
dicción de mortalidad y el manejo del producto se
encuentran bajo licencia de utilización de APACHE
Medical Systems (AMS), Inc., y por tanto es preci-
so comprarlo para poder acceder a los cálculos. La
información disponible en la literatura sólo permite
el cálculo de la puntuación aguda, denominada
APACHE III Physiologic Scoring o APS III, que
incluye alteraciones neurológicas, ácido-base, de
los signos vitales y pruebas de laboratorio. El
APACHE III no ha conseguido hasta ahora despla-
zar el uso de su antecesor, el APACHE II;16,17
por
una parte, al quedar la utilización libre del APACHE
III restringida al uso de la puntuación APS III, la me-
todología publicada en la literatura sólo ha permitido
dar puntaje el grado de alteración aguda para el pa-
ciente crítico y por tanto ha limitado su expansión.
Por otra parte, Zimmerman et al18
realizaron un estu-
dio en 1998, en el que la fiabilidad de la ecuación
predictiva del APACHE III sufrió un duro revés, don-
de el modelo mostró una notable falta de calibración.
Mundialmente se han hecho estudios clínicos
para evaluar las escalas pronósticas antes mencio-
nadas; la más aceptada hasta ahora es APACHE II,
por ser la que ha demostrado ser confiable en la es-
tratificación de la severidad del cuadro clínico19-21
ya
que por cada 5 puntos de incremento, aumenta sig-
nificativamente la mortalidad. La escala APACHE II
ha sido evaluada en diferentes poblaciones, como
por ejemplo, en pacientes con infarto agudo al mio-
cardio,22
eclampsia,23
trasplante de hígado,24
sepsis
abdominal25
y cirrosis,26
entre otros.
Los reportes de mortalidad hechos en varios paí-
ses indican que por ejemplo, en Argentina reporta-
ron una mortalidad de 28%,27
en Estados Unidos
19.7%,13
en Japón 17%,28
en Reino Unido 27%,21
en
Hong Kong 36%29
y en Italia 30%.30
En estudios
realizados en Canadá en el año de 199531
se obtuvo
una mortalidad predicha por Apache II de 24.7%,
observándose una mortalidad real de 24.8%. En un
estudio alemán, Markgraf et al,32
obtuvieron una
mortalidad predicha de 17.3% y una mortalidad ob-
servada de 18.5%
Con respecto a los datos epidemiológicos, en un
estudio de una UCI polivalente en Bombay, India33
realizado de 1991 a 1995, el diagnóstico de ingreso
más frecuente fue la infección con un 30.4%, seguida
de las alteraciones del sistema nervioso central con
un 24.7%; la edad promedio fue de 46 años; predomi-
nó el sexo masculino con 58%; los días de estancia
fueron de 11.3 días, con una mortalidad de 23%.
En Durango, México, Blas et al34
realizaron un
estudio en el que se obtuvo una mortalidad predicha
de 37.7% y la observada de 29%, concluyendo que
la escala es útil al no haber diferencia estadística-
mente significativa. En la ciudad de México, Cerón
et al17
realizó un estudio en el año 1998 evaluando
tres terapias polivalentes. El objetivo era comparar
el rendimiento de cuatro sistemas de predicción de
mortalidad. De las categorías diagnósticas al ingre-
so la más frecuente fue el postoperatorio con 45.5%
y le siguieron las categorías no quirúrgicas por falla
o insuficiencia respiratoria por falla o insuficiencia
cardiovascular con 14% y 7% respectivamente; la
edad promedio de los pacientes fue de 57 ± 20
años y el sexo que más predominó fue el masculino
con 55%; la mortalidad fue de 23.9%. En otro estu-
dio también realizado en la ciudad de México, aso-
ciado a la neumonía por ventilación mecánica se
encontró que el diagnóstico de ingreso más frecuen-
te fue sepsis abdominal; la edad promedio de 47.1 ±
20.6; fueron hombres de 51.6% y los días de es-
tancia fueron de 7.8 ± 1.23 días.
En Yucatán, en una tesis de postgrado de 1991
del Dr. Soto,35
diseñada para 100 pacientes en la
UCI del hospital O´Horan, se obtuvo una mortalidad
del 65% en pacientes no quirúrgicos y del 48% en
quirúrgicos, sin tener una diferencia estadísticamen-
te significativa y usando una escala APACHE II
modificada. Teniendo como datos epidemiológicos
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG
34
edigraphic.com
destacados, que el sexo predominante fue el mas-
culino con 47%, con una edad media de 39.6 años.
JUSTIFICACIÓN
En las UCI de los hospitales de todo el mundo, la
mortalidad es la mejor medida de evaluación de su
rendimiento y desempeño. Por ello muchos estu-
dios se han encaminado a evaluar dicha mortalidad
dependiendo de las patologías que en un principio
llevaron al paciente a ingresar a la UCI. Cierto es
que este recurso es limitado y que la población
adulta logra llevar una sobrevida mayor que la que
tenía la década pasada, teniendo ahora las posibili-
dades de manejar mejor las patologías que antes
llevaban inevitablemente a la muerte, por lo que los
datos epidemiológicos de las unidades en los cuida-
dos intensivos han cambiado, así como la mortali-
dad observada derivada de diferentes patologías
Estableciendo entonces, que los datos epidemioló-
gicos y la mortalidad son la base del análisis de las
unidades de cuidados intensivos, es importante cono-
cer los datos epidemiológicos y de mortalidad locales
para así poder establecer una distribución suficiente
de recursos materiales y un mejor manejo de estas
unidades, para dar atención de calidad a quienes lo
requieran y referir a los pacientes que no ameriten en-
trar a la UCI a los lugares donde correspondan.
Por ello, en la atención del enfermo crítico, resul-
ta indispensable contar con uno o más indicadores
que posibiliten, de una manera objetiva, categorizar-
los en términos de gravedad, clasificándolos dentro
de lo posible en las etiologías que lo llevaron al es-
tado crítico. Para este fin se han creado escalas
que pronostican la evolución de los pacientes en
base a lo observado. Las escalas APACHE en sus
tres versiones han sido las más utilizadas para di-
cho efecto, sin embargo, de éstas la versión II de
1985 ha sido la que mejor validación ha tenido en el
mundo y la que hasta ahora, ha dado mejor resulta-
do con respecto a su validez estadística, sin em-
bargo, las cifras en diferentes partes del mundo va-
rían ampliamente teniéndose reportes de mortalidad
que van de 10%38
al 74%.39
En esta tesis, se pretende evaluar la efectividad
de la escala APACHE II para pronosticar la mortali-
dad en una unidad de cuidados intensivos polivalen-
te, ya que siendo ésta una escala obtenida con da-
tos de hace 18 años, pudo haber sido ya superada
por los adelantos en la terapéutica de muchas pato-
logías y la tecnología actual utilizada para soporte
vital de los enfermos críticos.
Los estudios epidemiológicos en los que se basa
la planificación del manejo de la unidad de cuidados
intensivos son en su mayoría extranjeros o de cen-
tros médicos nacionales de la capital del país. Por
ello se pretende obtener datos epidemiológicos rea-
les de lo que sucede en nuestra localidad con la fi-
nalidad de que los datos obtenidos puedan contri-
buir a la mejor planeación en cuanto a equipo,
medicamentos, y capacitación de personal que cu-
bra las necesidades locales.
OBJETIVO GENERAL
Evaluar el valor predictivo de la escala APACHE II
sobre la mortalidad en una unidad de cuidados in-
tensivos de adultos en la ciudad de Mérida Yucatán.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Clasificar a los pacientes de acuerdo a la escala
Apache II
• Determinar la condición de egreso de los pacientes
• Clasificar a los pacientes en sobrevivientes y no
sobrevivientes
• Determinar la prevalencia de principales diagnós-
ticos de ingreso
• Cuantificar la frecuencia de ingreso de acuerdo a
la edad
• Cuantificar la frecuencia de ingreso de acuerdo al
sexo
• Determinar la frecuencia de ingreso de acuerdo al
servicio de procedencia
• Establecer los días de estancia promedio
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó previa autorización del comité local de in-
vestigación y ética del hospital, un estudio prospec-
tivo, longitudinal, observacional y descriptivo de los
pacientes que ingresaron a la UCI del Centro Médi-
co Nacional Lic. Ignacio García Téllez de la ciudad
de Mérida, Yucatán, México, de octubre del 2003 a
marzo del 2004.
Durante este periodo de 6 meses, se obtuvo la
información derivada de las primeras 24 horas de
estancia de todos los pacientes que ingresaron a la
unidad en forma consecutiva. Se excluyeron del es-
tudio a los pacientes menores de 18 años, a los que
permanecieron en la unidad menos de 24 horas, a
pacientes con quemaduras o con ingreso para vigi-
lancia de diálisis peritoneal, para monitoreo por sos-
pecha de cardiopatía isquémica no confirmada y a
Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad
35
edigraphic.com
pacientes en quienes no se completó la información
requerida.
Al ingreso del paciente, se llenó una hoja de re-
copilación de datos (anexo I) anotando el nombre,
sexo, edad, diagnóstico de ingreso, servicio de pro-
cedencia; se clasificó al paciente en “quirúrgico” y
“no quirúrgico”, es decir, con intervención quirúrgica
inmediata o, cuyo motivo de ingreso no era una
complicación del procedimiento quirúrgico, respecti-
vamente.
El investigador principal llenó la forma de califi-
cación APACHE II (anexo) con los datos obtenidos
dentro de las primeras 24 horas de estancia del
paciente en la unidad y se anotaron los días de es-
tancia en la unidad, así como la condición de egre-
so, clasificándose en sobreviviente y no sobrevi-
viente.
Los pacientes fueron divididos para su estudio en
quirúrgicos y no quirúrgicos; se revisó el lugar de
procedencia al momento de ingresar, los cuales se
dividieron a su vez en categorías diagnósticas para
conocer su porcentaje.
Para la calificación APACHE se utilizaron 12 va-
riables fisiológicas, para las cuales dependiendo del
valor obtenido se les asignó un valor del 0 al 4, se-
gún cuadro I.
A esta calificación se le sumó el segundo compo-
nente, denominado Evaluación de la Salud Crónica
(Chronic Health Evaluation), que califica la edad y el
estado de salud previo. Para la edad se asignó la
puntuación como lo muestra en el siguiente cuadro II.
Si existió inmunocompromiso, insuficiencia he-
pática, cardiaca, renal o respiratoria y fue sometido
a un procedimiento quirúrgico programado, se su-
maron 2 puntos al total, pero si fue sometido a un
procedimiento de urgencias, se sumaron 5 puntos.
Debió existir evidencia de insuficiencia orgánica
o inmunocompromiso, previa al ingreso hospitalario
y conforme a los siguientes criterios:
• Hígado: cirrosis (con biopsia), hipertensión portal
comprobada, antecedentes de hemorragia gastroin-
testinal alta debida a HTA portal o episodios pre-
vios de fallo hepático, encefalohepatopatía o coma.
• Cardiovascular: angina clase IV según la New
York Heart Association.
• Respiratorio: enfermedad restrictiva, obstructiva
o vascular que obligue a restringir el ejercicio,
(como por ej. incapacidad para subir escaleras o
realizar tareas domésticas); o hipoxia crónica
probada, hipercapnia, policitemia secundaria, hi-
pertensión pulmonar severa (> 40 mmHg), o de-
pendencia respiratoria.
• Renal: hemodializados.
• Inmunocomprometidos: que el paciente haya re-
cibido terapia que suprima la resistencia a la in-
Cuadro I. Variables fisiológicas
+4 +3 +2 +1 0 +1 +2 +3 +4
Temperatura ≥ 41° 39-40.9° 38.5-38.9° 36-38.4° 34-35.9° 32-33.9° 30-31.9° ≤ 29.9°
Presión arterial media (mmHg) ≥ 160 130-159 110-129 70-109 50-69 ≤ 49
Frecuencia cardiaca
(respuesta ventricular) ≥ 180 140-179 110-139 70-109 55-69 40-54 ≤ 39
Frecuencia respiratoria
(no ventilado o ventilado) ≥ 50 35-49 25-34 12-24 10-11 6-9 ≤ 5
Oxigenación:
a. Si FiO2
≥ 0.5 anotar P A-aO2
≥ 500 350-499 200-349 < 200
b. Si FiO2
< 0.5 anotar PaO2
> 70 61-70 55-60 < 55
pH arterial (Preferido) ≥ 7.7 7.6-7.59 7.5-7.59 7.33-7.49 7.25-7.32 7.15-7.24 < 7.15
HCO3
sérico (venoso mEq/L) ≥ 52 41-51.9 32-40.9 22-31.9 18-21.9 15-17.9 < 15
Sodio sérico (mEq/L) ≥ 180 160-179 155-159 150-154 130-149 120-129 111-119 ≤ 110
Potasio sérico (mEq/L) ≥ 7 6-6.9 5.5-5.9 3.5-5.4 3-3.4 2.5-2.9 < 2.5
Creatinina sérica (mg/dL)
*Doble puntuación en caso de
falla renal aguda ≥ 3.5 2-3.4 1.5-1.9 0.6-1.4 < 0.6
Hematócrito (%) ≥ 60 50-59.9 46-49.9 30-45.9 20-29.9 < 20
Leucocitos (Total/mm3
en miles) ≥ 40 20-39.9 15-19.9 3-14.9 1-2.9 < 1
Escala de Glasgow 3 4-6 7-9 10-12 13-15
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG
36
edigraphic.com
fección (por ejemplo inmunosupresión, quimiote-
rapia, radiación, tratamiento crónico o altas dosis
recientes de esteroides, o que padezca una en-
fermedad suficientemente avanzada para inmu-
nodeprimir como la leucemia, linfoma, SIDA).
La suma de ambas escalas constituyó la puntua-
ción Acute Physiology And Chronic Health Evalua-
tion II o APACHE II. La puntuación máxima posible
del sistema APACHE II es 71 y la mínima de 0.
De acuerdo a la calificación obtenida, se clasificó
a cada paciente en grupos como lo indica en el
cuadro III para determinar su porcentaje de mortali-
dad, como lo referido por Knaus et al.13
El índice de mortalidad se dividió en dos: el calcu-
lado a través del sistema APACHE II al que se le lla-
mó mortalidad esperada y el índice de la mortalidad
observada definida como el fallecimiento del paciente
en el hospital, considerándose de igual manera a los
pacientes dados de alta por máximo beneficio.
Para el análisis estadístico se utilizó medias,
desviación estándar y proporciones para los datos
epidemiológicos. Se calculó: sensibilidad, especifi-
cidad, valor predictivo positivo, valor predictivo ne-
gativo, así como prueba de correlación. Se conside-
ró como significativo una p < 0.05. Se utilizó un
paquete estadístico SPSS 8.
RESULTADOS
Durante el periodo de estudio ingresaron de manera
consecutiva a la unidad de cuidados intensivos del
Centro Médico Nacional Ignacio García Téllez del
IMSS un total de 348 pacientes de los cuales 326
cumplieron con los criterios de inclusión, siendo ex-
cluidos del estudio 22 pacientes por las siguientes
causas: 10 pacientes por no contar con toda la in-
formación requerida para la realización del análisis;
10 pacientes por estancia menor a las 24 horas; 1
paciente por insuficiencia cardiaca no confirmada y
un paciente por quemaduras como diagnóstico de
ingreso.
Con respecto a la edad se obtuvo una edad míni-
ma de ingreso de 18 años con una máxima de 95
años, siendo el promedio de edad de ingreso de
51.8 ± 20.1 años.
En cuanto a sexo se obtuvo un total de 204
(62.6%) ingresos masculinos y de 122 (37.4%) de
ingresos femeninos.
Refiriéndose a la frecuencia de ingreso según el
servicio de procedencia se observan en el cuadro IV.
Del total de pacientes estudiados 147 (45.1%)
fueron pacientes de patología quirúrgica y 179
(54.9%) de patología no quirúrgica, que por sus pun-
tajes de APACHE se observan en el cuadro V.
Con respecto a la mortalidad observada, se consi-
deró a los pacientes dados de alta por máximo bene-
ficio como una defunción, debido a que el paciente
era dado de alta por no haber posibilidad de vida a
corto plazo. De la población estudiada se obtuvo que
276 (84.7%) pacientes sobrevivieron con una califi-
cación APACHE mínima de 0 y máxima de 20, te-
Cuadro III. Predicción de mortalidad
Mortalidad esperada (%)
Puntuación Pacientes quirúrgicos Pacientes no quirúrgicos
0-4 2% 4%
5-9 4% 8%
10-14 8% 12%
15-19 12% 25%
20-24 29% 40%
25-29 35% 50%
30-34 70% 70%
> 34 88% 80%
Cuadro IV. Frecuencia de ingreso por servicio de
procedencia.
Servicio de procedencia Pacientes %
Urgencias 109 33.40
Neurocirugía 83 25.50
Cardiología 31 9.50
Cirugía 26 8
Ginecoobstetricia 22 6.70
Medicina interna 19 5.80
Ortopedia 16 5.00
Cardiocirugía 15 4.60
Nefrología 2 0.60
Neurología 2 0.60
Urología 1 0.30
Total 326 100.00
Cuadro II.
Edad Puntos
< 44 0
45-54 2
55-64 3
65-74 5
≥ 75 6
Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad
37
edigraphic.com
niendo como media 7.42 ± 4.49; y 50 (15.3%) no so-
brevivieron con una calificación APACHE mínima de
2 y máxima de 25 teniendo como media 12.38 ±
5.13, de los cuales 16 fueron por máximo beneficio.
Entre los pacientes estudiados se tuvo una mor-
talidad observada de 15.33%, la mortalidad espera-
da fue de 8.5%. La proporción de mortalidad (divi-
sión entre la observada y la esperada) fue de 1.81.
La sensibilidad y especificidad total fue de 56% y
100% respectivamente con un valor predictivo posi-
tivo de 100% y un valor predictivo negativo de 92%.
En los pacientes quirúrgicos, la sensibilidad y es-
pecificidad fue de 39% y 100% respectivamente
con un valor predictivo positivo de 100% y un valor
predictivo negativo de 92%.
En los pacientes no quirúrgicos la sensibilidad y
especificidad fue de 65% y 100% respectivamente
con un valor predictivo positivo de 100% y un valor
predictivo negativo de 93%.
En los cuadros VI y VII se indican la mortalidad
observada y predicha respectivamente y por grupo.
La causa de admisión agrupada por categorías
diagnósticas puede ser observada en la figura 1
para pacientes quirúrgicos y en la figura 2 para pa-
cientes no quirúrgicos.
Los días de estancia promedio entre los pacien-
tes sobrevivientes fueron de 5 ± 4, con una estan-
cia mínima de 1 y una estancia máxima de 39; los
días de estancia promedio de los pacientes no so-
brevivientes fueron de 6 ± 6 días, con una estancia
mínima de 1 y una estancia máxima de 29.
DISCUSIÓN
La mortalidad total observada para el paciente crítico
fue de 15.33%, cifra que está muy por debajo de
Cuadro V. Pacientes clasificados de acuerdo
a APACHE II.
Pacientes Pacientes
Escala quirúrgicos no quirúrgicos Total
0-4 50 35 85
5-9 62 70 132
10-14 24 41 65
15-19 10 28 38
20-24 1 4 5
25-29 0 1 1
30-34 0 0 0
> 34 0 0 0
Total 147 179 326
Cuadro VII. Mortalidad predicha por la escala APACHE II.
Pacientes Pacientes no
Escala quirúrgicos quirúrgicos Total
0-4 1 1.4 2.4
5-9 2.5 5.6 8.1
10-14 1.92 4.92 6.84
15-19 1.2 7 8.2
20-24 0.29 1.6 1.89
25-29 0 0.5 0.5
30-34 0 0 0
> 34 0 0 0
Total 6.91 21.02 27.93
Cuadro VI. Mortalidad observada en la unidad de
cuidados intensivos.
Pacientes Pacientes no
Escala quirúrgicos quirúrgicos Total
0-4 1 1 2
5-9 9 4 13
10-14 7 13 20
15-19 0 10 10
20-24 1 3 4
25-29 0 1 1
30-34 0 0 0
>34 0 0 0
Total 18 32 50
Figura 1. Porcentaje de ingresos agrupados en categorías
diagnósticas en pacientes quirúrgicos (n = 147).
Ortopedia
4%Trasplante
5%
Cirugía general
7%
Ginecoobstetricia
8%
Cardiotórax
12%
Neurólogico
64%
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG
38
edigraphic.com
otros países como Argentina con 28%,27
Reino Uni-
do 27%,21
Hong Kong 36%,29
Italia 30%30
y Canadá
25%;31
acercándose más a cifras establecidas en
Estados Unidos 19.7%,13
Japón con 17%28
y Alema-
nia con 18.5%.32
Este resultado fue menor del obser-
vado en Durango con 32.9%34
y que el estudio hecho
en la ciudad de Mérida, Yucatán que fue de 55%.35
Al analizar la mortalidad por grupos “quirúrgicos”
y “no quirúrgicos”, se encontró que fue mayor entre
los pacientes no quirúrgicos con un 17.87% contra
12.24% de los quirúrgicos, coincidiendo con los re-
sultados obtenidos en el artículo original de Knaus
et al,13
donde se señala que los pacientes no quirúr-
gicos tienen un mayor porcentaje asignado de pro-
babilidad de muerte que los quirúrgicos. Esto con-
cuerda con los resultados obtenidos en Canadá,31
y
Mérida Yucatán. No se cuenta con otros datos na-
cionales para comparación. Una explicación puede
ser que los pacientes que fueron intervenidos quirúr-
gicamente eran en muchos de los casos cirugías
electivas, además de ser sujetos previamente sa-
nos sin afectación multiorgánica o incluso sin enfer-
medades cronicodegenerativas de fondo.
Al dividir a los pacientes de acuerdo a la puntua-
ción de la escala APACHE II se observa cómo la
mortalidad aumenta proporcionalmente al aumentar
los puntos de la calificación, a través de una corre-
lación entre el aumento de puntos y el aumento de
mortalidad siendo ésta estadísticamente significati-
va (p < 0.05) en ambos grupos (quirúrgicos y no qui-
rúrgicos). La sensibilidad general fue del 56% con
una especificidad de 100% con un valor predictivo
positivo de 100% y negativo de 92% por lo que la
escala tiene un valor predictivo confiable.
De los 326 pacientes que conforman la población
estudiada, la mayoría fue del sexo masculino.
La edad promedio fue de 51.8 años con una
máxima de 95 años y una mínima de 18, siendo el
promedio mayor que el de la población estudiada en
el hospital O‘Horán en 1991 que fue de 39 años35
y
acercándose más a los resultados obtenidos en Ca-
nadá con un promedio de 58.3 años, por lo que a di-
ferencia de los antecedentes previos en la ciudad,
la unidad de cuidados intensivos estudiada se acer-
ca al paciente en la sexta década de la vida una
mayor probabilidad de padecimientos crónicos y
propias de esta etapa.
La frecuencia de ingreso por servicio de proce-
dencia indica que los tres primeros servicios de
donde se esperaron ingresos a la unidad de cuida-
dos intensivos son en orden descendente: urgen-
cias, neurocirugía y cardiología.
Se obtuvo un mayor ingreso de pacientes “no
quirúrgicos” que pacientes “quirúrgicos” dado que
la mayoría de los pacientes provenían del servicio
de urgencias y no de cirugías programadas o ur-
gentes.
El porcentaje de ingreso de pacientes por cate-
gorías diagnósticas en los pacientes quirúrgicos
fue mayor en los ingresos neurológicos con 64%,
seguida de cardiotorácicos con 12% y ginecoobs-
tétricos con 8%. En cuanto a los no quirúrgicos,
fue mayor en los pacientes con enfermedades de
índole cardiaca con 46%, seguido de los metabóli-
cos con 27% y los neurológicos con 18%, con lo
cual se refleja una mayor prevalencia de las enfer-
medades cronicodegenerativas en los pacientes
críticos.
En cuanto a los días de estancia promedio, los
pacientes sobrevivientes obtuvieron una estancia li-
geramente menor que los pacientes que no sobrevi-
vieron, con un promedio de 4.8 contra 6.36 días de
estancia, por lo que los pacientes que no sobrevi-
vieron requirieron de mayores recursos humanos
que los que sobrevivieron.
CONCLUSIONES
1. La escala APACHE II continúa siendo vigente
como escala pronóstica en los pacientes críticos.
2. La escala APACHE II tiene un valor predictivo
confiable.
3. La mortalidad en la unidad de cuidados intensi-
vos estudiada fue de 15.30%.
4. El servicio de procedencia más frecuente fue ur-
gencias.
Figura 2. Porcentaje de ingresos agrupados en categorías
diagnósticas en pacientes no quirúrgicos (n = 179).
Pulmonar
9%
Neurológico
18%
Metabólico
27%
Cardiológico
46%
Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad
39
edigraphic.com
5. Por categoría diagnóstica los pacientes quirúrgi-
cos neurológicos fueron más frecuentes y para
los no quirúrgicos fueron los cardiológicos.
6. La edad promedio fue de 51.8 ± 20.1 años.
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che II y falla orgánica múltiple. Universidad Autónoma de
Yucatán. 1991 Mérida Yucatán México.
Correspondencia:
MPSS José Antonio Gien López.
Calle 56 Núm. 653 B X 77 y 75. Mérida
Yucatán, Tel. 01 99 9247365, Cel. 99 97
38 87 90
Correo: dsalazar_222@hotmail.com
Anexo I
Fecha:
Datos epidemiológicos de los pacientes que ingresan a la Unidad de Cuidados intensivos. Resp: José Antonio Gien López
Nombre
Edad
Número de seguridad social Sexo: Femenino Masculino
Diagnóstico de ingreso
Servicio de procedencia
Datos fisiológicos:
Temperatura (0°C)
Tensión arterial media = (2 x diastólica + sistólica)/3
Frecuencia cardiaca
Frecuencia respiratoria
Oxigenación
a) FiO2
> 0.5: anotar A-aDO2
b) FiO2
< 0.5: anotar sólo PaO2
pH Arterial o HCO3
sérico
Sodio sérico (mMol/L)
Potasio sérico (mMol/L)
Creatinina sérica (mg/dL)
Hematócrito (%)
Cuenta de células blancas
Escala de coma de Glasgow
Días de estancia:
Diagnóstico de egreso: 1) Sobrevivió 2) No sobrevivió
Calificación Escala Apache II:
Puntos de escala fisiológica:
Puntos de edad:
Puntos de enfermedad crónica:
Total
Mortalidad predicha:
Predicción la mortalidad
0-4 2 4
5-9 4 8
10-14 8 12
15-19 12 25
20-24 29 40
25-29 35 50
30-34 70 70
> 34 88 80
Mortalidad esperada
Puntuación Pacientes Pacientes no
quirúrgicos quirúrgicos

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  • 1. Trabajo de investigación RevistadelaAsociaciónMexicanade Vol. XX, Núm. 1 / Ene.-Mar. 2006 pp 30-40 edigraphic.com * Médico pasante del Servicio Social. † Médico Intensivista del Centro Médico Nacional Lic. Igna- cio García Téllez, IMSS, Mérida, Yucatán. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad en una unidad de cuidados intensivos de adultos en la ciudad de Mérida Yucatán MPSS José Antonio Gien López,* M en C Doris Del C. Salazar Escalante,† MC Rafael UC López,† MC Juan Jesús Ramírez De Reza† RESUMEN Objetivo: Evaluar el valor predictivo de la escala de APACHE II en la mortalidad en pacientes adultos en una unidad de cuidados intensivos. Diseño: Estudio prospectivo. Lugar: UCI de un hospital general de Mérida, Yucatán; México. Pacientes: Todos los pacientes ingresados a la UCI durante un periodo de cinco meses. Intervenciones: Ninguna. Resultados: Ingresaron a la UCI un total 348 pacien- tes, de los cuales se incluyeron en el estudio a 326 pa- cientes (204 hombres y 122 mujeres, edad 52 + 20 años). La calificación por escala de APACHE II fue de 7.42 + 4.49 puntos vs 12.38 + 5.13, la estancia en la UCI de 5 + 4 vs 6 + 7 días, respectivamente para los sobrevivientes y no sobrevivientes. La mortalidad fue de 15.33% y la sensibilidad y especificidad del 56% y 100% respectivamente, se obtuvo un valor predictivo negativo de 92%. Conclusiones: La escala de APACHE es útil para eva- luar la mortalidad en la UCI de Mérida, Yucatán. Palabras clave: Escala de APACHE II, pronóstico, pa- cientes críticos. SUMMARY Objective: To evaluate the predicitive value of APACHE II Scale on the mortality in an adult intensive care unit. Design: Prospective study. Setting: ICU of a general hospital, Mérida, Yucatán; Mexico. Patients: All patients admitted to an ICU during a five- month period. Interventions: None. Results: A total of 348 patients were admitted to the ICU, of these, 326 patients (204 men and 122 women, mean age 52 + 20 yrs) were included. APACHE II Scale was 7 + 4.49 points vs 12.38 + 5.13; ICU stay 5 + 4 vs 6 + 7 days, respectively for survivors and non survivors. The mortality rate was 15.33% and the sensibility and specificity were 56% y 100% respectively, and a predictive negative value of 92% was obtained. Conclusion: APACHE II Scale is useful to evaluate the mortality in the ICU of Mérida, Yucatán. Key words: APACHE II Scale, prognosis, ICU patients. ANTECEDENTES La unidad de cuidados intensivos es el área hospita- laria donde el personal médico y de enfermería es- pecialmente entrenado en el diagnóstico y trata- miento de alteraciones orgánicas agudas, apoyado por medios avanzados de soporte cardiopulmonar y dispositivos electrónicos de vigilancia de las funcio- nes vitales, se ocupa de la atención integral de los enfermos gravemente lesionados, con posibilidades razonables de recuperación. Abarca dos aspectos predominantes: la vigilancia estrecha y las decisio- nes rápidas. Esta especialidad médica se practicó de manera informal durante muchos años y se perfeccionó duran- te la época de guerra con el tratamiento de choque hemorrágico, la sepsis y la insuficiencia renal aguda.
  • 2. Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad 31 edigraphic.com Las primeras unidades de cuidados intensivos aparecieron en Escandinavia a principios de la dé- cada de 1950, con el objetivo de centralizar el uso de respiradores y la actividad de profesionales de la salud; en América la primera unidad fue abierta en 1958 en un hospital de la ciudad de Baltimore.1 Los antecedentes históricos de las unidades de cuidados intensivos se remontan a las salas de re- cuperación postoperatoria, donde los anestesiólogos se ocupaban del manejo de enfermos de alto ries- go. Posteriormente la vigilancia del ritmo cardiaco y el cuidado respiratorio condujo al ingreso de estas áreas de enfermos con insuficiencia respiratoria, fa- lla cardiaca o alteraciones metabólicas graves.2 La primera unidad de cuidados intensivos en México se funda en 1951 en el Instituto Nacional de Cardiología, por Clemente Robles, para pacientes operados del corazón. Sin embargo, se considera también como una de las primeras unidades de cui- dados intensivos hecha ex profeso, con metodolo- gía, área física, recursos humanos y participación médica las 24 horas del día, todos los días del año, a la del hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, inau- gurada en agosto de 1964, misma que contaba con laboratorio y rayos X.3 Las unidades se clasifican de acuerdo a su ca- pacidad tecnológica y las características de su per- sonal en unidades de nivel I al IV, donde: Nivel I: es una unidad multidisciplinaria, tiene un médico calificado disponible las 24 horas, por ejem- plo, la UCI de un hospital universitario. La relación enfermera-paciente es de 1:1 o mayor dependiendo de la gravedad de los enfermos. Puede realizar to- das las medidas invasivas o no invasivas de vigi- lancia. Nivel II: es una unidad multidisciplinaria o de es- pecialidad definida, como las unidades de cuidados intensivos respiratorios, neurológicos o coronarios, o bien las UCI médico-quirúrgicas en hospitales de enseñanza o grandes centros médicos. Tiene un director calificado disponible en todo momento. Realiza medidas invasivas de vigilancia y tiene una relación enfermera-paciente de 1:1, 1:2 ó 1:3, de- pendiendo de la gravedad de los enfermos. Nivel III: es una unidad de cuidados intensivos característica de un hospital comunitario. Proporcio- na vigilancia invasiva limitada e intervenciones tera- péuticas, como la ventilación mecánica. Un director o encargado está disponible en cualquier momento. Puede ser cubierta por un médico acreditado en el hospital en soporte vital y manejo de la vía aérea y soporte ventilatorio. La relación enfermera-paciente es de 1:2, 1:3 ó 1:4, dependiendo de las condicio- nes de los enfermos. Nivel IV: es una unidad de cuidados especiales de pequeños hospitales, que no cumple realmente con la definición de una UCI. Proporciona vigilancia del ritmo cardiaco y soporte vital básico. La relación enfermera-paciente es 1:4 ó 1:5, dependiendo de la severidad del estado crítico.4 La literatura categoriza igualmente a las unidades de cuidados intensivos, de acuerdo a su estructura, como “Abiertas” o “cerradas”, habiendo sido descri- ta también una unidad “transicional”. Se definen como: Unidades abiertas: donde cualquier médico que tenga privilegios de admisión hospitalaria puede ser el encargado de la unidad. Hay presencia o ausen- cia de un médico intensivista dedicado. Unidades cerradas: un intensivista es el médico de todos los pacientes de la unidad de cuidados in- tensivos; en todo tiempo hay enfermeras y oficiales y todas las órdenes son tomadas por el personal de la unidad. Unidades transicionales: el director intensivista, los residentes y el equipo de la unidad están pre- sentes; las órdenes pueden ser llevadas por el per- sonal de la unidad bajo supervisión del intensivista.5 Hablando de su tipo de atención las unidades de cuidados intensivos se clasifican en: Polivalentes: donde se atiende a cualquier tipo de paciente. Especializada: se divide en quirúrgica y médica. La quirúrgica puede ser especializada en traumato- logía, en quemados, postoperados de cardiotórax, de trasplante y neuroquirúrgica. La médica puede ser gineco-obstétrica, oncológica, neurológica, uni- dad coronaria y otras.1,6 Las condiciones clínicas por las cuales los enfer- mos ingresan a la unidad de cuidados intensivos comprenden generalmente el compromiso de uno o más órganos vitales o la necesidad de cuidados es- peciales o de drogas vasoactivas. Entre los padeci- mientos específicos se encuentran:2,6-8 a) Estado de choque: hipovolémico, séptico, neuro- génico, etc. b) Hemorragia grave o hipovolemia grave c) Alteración cardiocirculatoria. d) Alteración respiratoria. Ejemplo: insuficiencia res- piratoria aguda y/o ventilatoria, tórax inestable, neumonía grave, etc. e) Alteraciones metabólicas. Ejemplo: cetoacidosis diabética, estado hiperosmolar no cetósico, des-
  • 3. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG 32 edigraphic.com equilibrio hidroelectrolítico, estado ácido-básico, etc. f) Estado de coma. Ejemplos: Vascular cerebral (excepto Hunt-Hess III o mayor), urémico, esta- do convulsivo, etc. g) Postoperatorio de alto riesgo. Ejemplos: neuroci- rugía, cirugía oncológica, cirugía cardiotorácica, cirugía de columna vertebral, cirugía de grandes vasos, cirugía abdominal mayor, tanto de tipo electivo como urgente. h) Politraumatismos. i) Intoxicaciones graves (clase Reed 2 o mayor). j) Desnutrición grado I a III. k) La necesidad de hipotensores intravenosos. La sociedad norteamericana de cuidados intensi- vos ha establecido cuatro criterios de prioridades en los pacientes que ingresan a las unidades.8 Prioridad 1: Los pacientes están críticamente en- fermos, son inestables y necesitan un monitoreo in- tenso, así como tratamiento que no puede ser ad- ministrado fuera de la unidad. Usualmente estos tratamientos incluyen ventiladores, drogas vasoacti- vas, etc. Prioridad 2: Los pacientes requieren de monitoreo intensivo y pueden potencialmente necesitar de una intervención inmediata. Los límites no terapéuticos son estipulados para estos pacientes. Prioridad 3: Los pacientes inestables están crí- ticamente enfermos pero tienen una condición de recuperación reducida por la enfermedad que pade- cen. Pueden recibir tratamiento agudo para dismi- nuir la enfermedad aguda, sin embargo, los límites del esfuerzo terapéutico se pueden definir, tales como no resucitarlos o no intubarlos. Prioridad 4: Los pacientes que generalmente no son apropiados para ingresar a la unidad de cuida- dos intensivos y que deben de ser admitidos bajo el criterio del director de la unidad. Estos pacientes pueden ser categorizados en dos tipos: a) los que tienen poco o ningún beneficio en una unidad de cuidados intensivos y que pudieran ser manejados en otra unidad de menos cuidados y b) los pacien- tes con enfermedad terminal o irreversible que afrontan la muerte inminente. Debido a que la clasificación del paciente es muy importante, varios investigadores se han dado a la tarea de crear escalas que permitan pronosticar la mortalidad del paciente en términos objetivos y reales. Estas escalas se pueden dividir en anatómi- cas y fisiológicas. Los sistemas de puntaje anatómi- cos comprenden la extensión de las lesiones mien- tras que las fisiológicas evalúan el impacto de la le- sión en la función. Las primeras escalas de clasificación fueron de- sarrolladas para los pacientes con trauma y fueron específicas anatómicamente hablando en escala de lesión abreviada, 1969; escala de quemaduras, 1971; escala de lesión severa, 1974; o las escalas de métodos fisiológicos como: el índice de trauma, 1971; la escala de Glasgow, 1974; la escala de trauma, 1981, la escala de sepsis, 1983.9 Durante la pasada década se desarrollaron varios métodos para evaluar la gravedad de los pacientes con independencia de su diagnóstico. Estos méto- dos han sido ampliamente utilizados en las UCI con objeto de estimar la probabilidad de muerte de un paciente de acuerdo a los valores de una serie de variables asociadas a la mortalidad hospitalaria. Se han creado varios modelos pronósticos de mortali- dad específicos para la unidad de cuidados intensi- vos, de entre los que destaca la escala Acute Phy- siology and Chronic Health Evaluation (APACHE), diseñada y actualizada por Knaus et al desde fina- les de los años 70.10 APACHE I11 fue introducido en 1981, constaba de 34 variables seleccionadas por un panel de siete expertos representando tres especialidades tronca- les: anestesia, medicina interna y cirugía. Se esco- gieron variables disponibles al ingreso en una UCI, o que pudieran ser obtenidas durante las primeras 32 horas de estancia. El número de variables se juzgó excesivo en el primer estudio multicéntrico en el que se utilizó,12 y aunque cayó rápidamente en desuso, su impacto sobre la evolución y el desarro- llo de nuevas medidas fue grande, ya que sentó las bases de futuras versiones más simplificadas y de gran utilidad. APACHE II13,14 fue realizada esta versión en 1985, el número de determinaciones se redujo a doce variables fisiológicas, más la edad y el estado de salud previo. Se divide en dos componentes; el primero, llamado APS o Acute Physiology Score califica las variables fisiológicas. Para la determi- nación de los parámetros fisiológicos se toman: temperatura, tensión arterial media, frecuencia car- diaca, frecuencia respiratoria, PaO2 , pH arterial, so- dio, potasio y creatinina sérica, hematócrito, cuenta de fórmula blanca, y la puntuación de la escala de coma de Glasgow; se puede tomar HCO3 en caso de no contar con el PaO2 arterial. A cada variable se le asigna un valor que va del 0 al 4. La suma de las puntuaciones de estas variables proporcionará este primer componente APS del APACHE II, que se
  • 4. Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad 33 edigraphic.com sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c cihpargidemedodabor :rop odarobale FDP VC ed AS, cidemihparG arap acidémoiB arutaretiL :cihpargideM sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c considera una medida de la gravedad de la enferme- dad aguda del paciente. El segundo componente, denominado Chronic Health Evaluation, califica la edad y el estado de salud previo. Si existe inmuno- compromiso, insuficiencia hepática cardiaca, renal o respiratoria y es sometido a un procedimiento qui- rúrgico programado deberán sumarse 2 puntos al total, pero si es sometido a un procedimiento de ur- gencias, deberán sumarse 5 puntos. La suma de ambas escalas constituye la puntuación Acute Phy- siology And Chronic Health Evaluation II o APACHE II. La puntuación máxima posible del sistema APACHE II es 71, aunque apenas existe superviven- cia sobrepasando los 55 puntos. El apache II ha sido validado ampliamente y es usado en todo el mundo. APACHE III15 apareció en 1991 con la novedad de un formato en paquete de software. El sistema consta de dos partes, una puntuación, que permite la estratificación de la gravedad de los pacientes críticos dentro de grupos definidos de pacientes y una ecuación predictiva que proporciona el riesgo estimado de mortalidad hospitalaria en pacientes in- dividuales. APACHE III incluye variables muy parecidas a las de su versión anterior, pero el cálculo de la pre- dicción de mortalidad y el manejo del producto se encuentran bajo licencia de utilización de APACHE Medical Systems (AMS), Inc., y por tanto es preci- so comprarlo para poder acceder a los cálculos. La información disponible en la literatura sólo permite el cálculo de la puntuación aguda, denominada APACHE III Physiologic Scoring o APS III, que incluye alteraciones neurológicas, ácido-base, de los signos vitales y pruebas de laboratorio. El APACHE III no ha conseguido hasta ahora despla- zar el uso de su antecesor, el APACHE II;16,17 por una parte, al quedar la utilización libre del APACHE III restringida al uso de la puntuación APS III, la me- todología publicada en la literatura sólo ha permitido dar puntaje el grado de alteración aguda para el pa- ciente crítico y por tanto ha limitado su expansión. Por otra parte, Zimmerman et al18 realizaron un estu- dio en 1998, en el que la fiabilidad de la ecuación predictiva del APACHE III sufrió un duro revés, don- de el modelo mostró una notable falta de calibración. Mundialmente se han hecho estudios clínicos para evaluar las escalas pronósticas antes mencio- nadas; la más aceptada hasta ahora es APACHE II, por ser la que ha demostrado ser confiable en la es- tratificación de la severidad del cuadro clínico19-21 ya que por cada 5 puntos de incremento, aumenta sig- nificativamente la mortalidad. La escala APACHE II ha sido evaluada en diferentes poblaciones, como por ejemplo, en pacientes con infarto agudo al mio- cardio,22 eclampsia,23 trasplante de hígado,24 sepsis abdominal25 y cirrosis,26 entre otros. Los reportes de mortalidad hechos en varios paí- ses indican que por ejemplo, en Argentina reporta- ron una mortalidad de 28%,27 en Estados Unidos 19.7%,13 en Japón 17%,28 en Reino Unido 27%,21 en Hong Kong 36%29 y en Italia 30%.30 En estudios realizados en Canadá en el año de 199531 se obtuvo una mortalidad predicha por Apache II de 24.7%, observándose una mortalidad real de 24.8%. En un estudio alemán, Markgraf et al,32 obtuvieron una mortalidad predicha de 17.3% y una mortalidad ob- servada de 18.5% Con respecto a los datos epidemiológicos, en un estudio de una UCI polivalente en Bombay, India33 realizado de 1991 a 1995, el diagnóstico de ingreso más frecuente fue la infección con un 30.4%, seguida de las alteraciones del sistema nervioso central con un 24.7%; la edad promedio fue de 46 años; predomi- nó el sexo masculino con 58%; los días de estancia fueron de 11.3 días, con una mortalidad de 23%. En Durango, México, Blas et al34 realizaron un estudio en el que se obtuvo una mortalidad predicha de 37.7% y la observada de 29%, concluyendo que la escala es útil al no haber diferencia estadística- mente significativa. En la ciudad de México, Cerón et al17 realizó un estudio en el año 1998 evaluando tres terapias polivalentes. El objetivo era comparar el rendimiento de cuatro sistemas de predicción de mortalidad. De las categorías diagnósticas al ingre- so la más frecuente fue el postoperatorio con 45.5% y le siguieron las categorías no quirúrgicas por falla o insuficiencia respiratoria por falla o insuficiencia cardiovascular con 14% y 7% respectivamente; la edad promedio de los pacientes fue de 57 ± 20 años y el sexo que más predominó fue el masculino con 55%; la mortalidad fue de 23.9%. En otro estu- dio también realizado en la ciudad de México, aso- ciado a la neumonía por ventilación mecánica se encontró que el diagnóstico de ingreso más frecuen- te fue sepsis abdominal; la edad promedio de 47.1 ± 20.6; fueron hombres de 51.6% y los días de es- tancia fueron de 7.8 ± 1.23 días. En Yucatán, en una tesis de postgrado de 1991 del Dr. Soto,35 diseñada para 100 pacientes en la UCI del hospital O´Horan, se obtuvo una mortalidad del 65% en pacientes no quirúrgicos y del 48% en quirúrgicos, sin tener una diferencia estadísticamen- te significativa y usando una escala APACHE II modificada. Teniendo como datos epidemiológicos
  • 5. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG 34 edigraphic.com destacados, que el sexo predominante fue el mas- culino con 47%, con una edad media de 39.6 años. JUSTIFICACIÓN En las UCI de los hospitales de todo el mundo, la mortalidad es la mejor medida de evaluación de su rendimiento y desempeño. Por ello muchos estu- dios se han encaminado a evaluar dicha mortalidad dependiendo de las patologías que en un principio llevaron al paciente a ingresar a la UCI. Cierto es que este recurso es limitado y que la población adulta logra llevar una sobrevida mayor que la que tenía la década pasada, teniendo ahora las posibili- dades de manejar mejor las patologías que antes llevaban inevitablemente a la muerte, por lo que los datos epidemiológicos de las unidades en los cuida- dos intensivos han cambiado, así como la mortali- dad observada derivada de diferentes patologías Estableciendo entonces, que los datos epidemioló- gicos y la mortalidad son la base del análisis de las unidades de cuidados intensivos, es importante cono- cer los datos epidemiológicos y de mortalidad locales para así poder establecer una distribución suficiente de recursos materiales y un mejor manejo de estas unidades, para dar atención de calidad a quienes lo requieran y referir a los pacientes que no ameriten en- trar a la UCI a los lugares donde correspondan. Por ello, en la atención del enfermo crítico, resul- ta indispensable contar con uno o más indicadores que posibiliten, de una manera objetiva, categorizar- los en términos de gravedad, clasificándolos dentro de lo posible en las etiologías que lo llevaron al es- tado crítico. Para este fin se han creado escalas que pronostican la evolución de los pacientes en base a lo observado. Las escalas APACHE en sus tres versiones han sido las más utilizadas para di- cho efecto, sin embargo, de éstas la versión II de 1985 ha sido la que mejor validación ha tenido en el mundo y la que hasta ahora, ha dado mejor resulta- do con respecto a su validez estadística, sin em- bargo, las cifras en diferentes partes del mundo va- rían ampliamente teniéndose reportes de mortalidad que van de 10%38 al 74%.39 En esta tesis, se pretende evaluar la efectividad de la escala APACHE II para pronosticar la mortali- dad en una unidad de cuidados intensivos polivalen- te, ya que siendo ésta una escala obtenida con da- tos de hace 18 años, pudo haber sido ya superada por los adelantos en la terapéutica de muchas pato- logías y la tecnología actual utilizada para soporte vital de los enfermos críticos. Los estudios epidemiológicos en los que se basa la planificación del manejo de la unidad de cuidados intensivos son en su mayoría extranjeros o de cen- tros médicos nacionales de la capital del país. Por ello se pretende obtener datos epidemiológicos rea- les de lo que sucede en nuestra localidad con la fi- nalidad de que los datos obtenidos puedan contri- buir a la mejor planeación en cuanto a equipo, medicamentos, y capacitación de personal que cu- bra las necesidades locales. OBJETIVO GENERAL Evaluar el valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad en una unidad de cuidados in- tensivos de adultos en la ciudad de Mérida Yucatán. OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Clasificar a los pacientes de acuerdo a la escala Apache II • Determinar la condición de egreso de los pacientes • Clasificar a los pacientes en sobrevivientes y no sobrevivientes • Determinar la prevalencia de principales diagnós- ticos de ingreso • Cuantificar la frecuencia de ingreso de acuerdo a la edad • Cuantificar la frecuencia de ingreso de acuerdo al sexo • Determinar la frecuencia de ingreso de acuerdo al servicio de procedencia • Establecer los días de estancia promedio MATERIAL Y MÉTODOS Se realizó previa autorización del comité local de in- vestigación y ética del hospital, un estudio prospec- tivo, longitudinal, observacional y descriptivo de los pacientes que ingresaron a la UCI del Centro Médi- co Nacional Lic. Ignacio García Téllez de la ciudad de Mérida, Yucatán, México, de octubre del 2003 a marzo del 2004. Durante este periodo de 6 meses, se obtuvo la información derivada de las primeras 24 horas de estancia de todos los pacientes que ingresaron a la unidad en forma consecutiva. Se excluyeron del es- tudio a los pacientes menores de 18 años, a los que permanecieron en la unidad menos de 24 horas, a pacientes con quemaduras o con ingreso para vigi- lancia de diálisis peritoneal, para monitoreo por sos- pecha de cardiopatía isquémica no confirmada y a
  • 6. Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad 35 edigraphic.com pacientes en quienes no se completó la información requerida. Al ingreso del paciente, se llenó una hoja de re- copilación de datos (anexo I) anotando el nombre, sexo, edad, diagnóstico de ingreso, servicio de pro- cedencia; se clasificó al paciente en “quirúrgico” y “no quirúrgico”, es decir, con intervención quirúrgica inmediata o, cuyo motivo de ingreso no era una complicación del procedimiento quirúrgico, respecti- vamente. El investigador principal llenó la forma de califi- cación APACHE II (anexo) con los datos obtenidos dentro de las primeras 24 horas de estancia del paciente en la unidad y se anotaron los días de es- tancia en la unidad, así como la condición de egre- so, clasificándose en sobreviviente y no sobrevi- viente. Los pacientes fueron divididos para su estudio en quirúrgicos y no quirúrgicos; se revisó el lugar de procedencia al momento de ingresar, los cuales se dividieron a su vez en categorías diagnósticas para conocer su porcentaje. Para la calificación APACHE se utilizaron 12 va- riables fisiológicas, para las cuales dependiendo del valor obtenido se les asignó un valor del 0 al 4, se- gún cuadro I. A esta calificación se le sumó el segundo compo- nente, denominado Evaluación de la Salud Crónica (Chronic Health Evaluation), que califica la edad y el estado de salud previo. Para la edad se asignó la puntuación como lo muestra en el siguiente cuadro II. Si existió inmunocompromiso, insuficiencia he- pática, cardiaca, renal o respiratoria y fue sometido a un procedimiento quirúrgico programado, se su- maron 2 puntos al total, pero si fue sometido a un procedimiento de urgencias, se sumaron 5 puntos. Debió existir evidencia de insuficiencia orgánica o inmunocompromiso, previa al ingreso hospitalario y conforme a los siguientes criterios: • Hígado: cirrosis (con biopsia), hipertensión portal comprobada, antecedentes de hemorragia gastroin- testinal alta debida a HTA portal o episodios pre- vios de fallo hepático, encefalohepatopatía o coma. • Cardiovascular: angina clase IV según la New York Heart Association. • Respiratorio: enfermedad restrictiva, obstructiva o vascular que obligue a restringir el ejercicio, (como por ej. incapacidad para subir escaleras o realizar tareas domésticas); o hipoxia crónica probada, hipercapnia, policitemia secundaria, hi- pertensión pulmonar severa (> 40 mmHg), o de- pendencia respiratoria. • Renal: hemodializados. • Inmunocomprometidos: que el paciente haya re- cibido terapia que suprima la resistencia a la in- Cuadro I. Variables fisiológicas +4 +3 +2 +1 0 +1 +2 +3 +4 Temperatura ≥ 41° 39-40.9° 38.5-38.9° 36-38.4° 34-35.9° 32-33.9° 30-31.9° ≤ 29.9° Presión arterial media (mmHg) ≥ 160 130-159 110-129 70-109 50-69 ≤ 49 Frecuencia cardiaca (respuesta ventricular) ≥ 180 140-179 110-139 70-109 55-69 40-54 ≤ 39 Frecuencia respiratoria (no ventilado o ventilado) ≥ 50 35-49 25-34 12-24 10-11 6-9 ≤ 5 Oxigenación: a. Si FiO2 ≥ 0.5 anotar P A-aO2 ≥ 500 350-499 200-349 < 200 b. Si FiO2 < 0.5 anotar PaO2 > 70 61-70 55-60 < 55 pH arterial (Preferido) ≥ 7.7 7.6-7.59 7.5-7.59 7.33-7.49 7.25-7.32 7.15-7.24 < 7.15 HCO3 sérico (venoso mEq/L) ≥ 52 41-51.9 32-40.9 22-31.9 18-21.9 15-17.9 < 15 Sodio sérico (mEq/L) ≥ 180 160-179 155-159 150-154 130-149 120-129 111-119 ≤ 110 Potasio sérico (mEq/L) ≥ 7 6-6.9 5.5-5.9 3.5-5.4 3-3.4 2.5-2.9 < 2.5 Creatinina sérica (mg/dL) *Doble puntuación en caso de falla renal aguda ≥ 3.5 2-3.4 1.5-1.9 0.6-1.4 < 0.6 Hematócrito (%) ≥ 60 50-59.9 46-49.9 30-45.9 20-29.9 < 20 Leucocitos (Total/mm3 en miles) ≥ 40 20-39.9 15-19.9 3-14.9 1-2.9 < 1 Escala de Glasgow 3 4-6 7-9 10-12 13-15
  • 7. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG 36 edigraphic.com fección (por ejemplo inmunosupresión, quimiote- rapia, radiación, tratamiento crónico o altas dosis recientes de esteroides, o que padezca una en- fermedad suficientemente avanzada para inmu- nodeprimir como la leucemia, linfoma, SIDA). La suma de ambas escalas constituyó la puntua- ción Acute Physiology And Chronic Health Evalua- tion II o APACHE II. La puntuación máxima posible del sistema APACHE II es 71 y la mínima de 0. De acuerdo a la calificación obtenida, se clasificó a cada paciente en grupos como lo indica en el cuadro III para determinar su porcentaje de mortali- dad, como lo referido por Knaus et al.13 El índice de mortalidad se dividió en dos: el calcu- lado a través del sistema APACHE II al que se le lla- mó mortalidad esperada y el índice de la mortalidad observada definida como el fallecimiento del paciente en el hospital, considerándose de igual manera a los pacientes dados de alta por máximo beneficio. Para el análisis estadístico se utilizó medias, desviación estándar y proporciones para los datos epidemiológicos. Se calculó: sensibilidad, especifi- cidad, valor predictivo positivo, valor predictivo ne- gativo, así como prueba de correlación. Se conside- ró como significativo una p < 0.05. Se utilizó un paquete estadístico SPSS 8. RESULTADOS Durante el periodo de estudio ingresaron de manera consecutiva a la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Nacional Ignacio García Téllez del IMSS un total de 348 pacientes de los cuales 326 cumplieron con los criterios de inclusión, siendo ex- cluidos del estudio 22 pacientes por las siguientes causas: 10 pacientes por no contar con toda la in- formación requerida para la realización del análisis; 10 pacientes por estancia menor a las 24 horas; 1 paciente por insuficiencia cardiaca no confirmada y un paciente por quemaduras como diagnóstico de ingreso. Con respecto a la edad se obtuvo una edad míni- ma de ingreso de 18 años con una máxima de 95 años, siendo el promedio de edad de ingreso de 51.8 ± 20.1 años. En cuanto a sexo se obtuvo un total de 204 (62.6%) ingresos masculinos y de 122 (37.4%) de ingresos femeninos. Refiriéndose a la frecuencia de ingreso según el servicio de procedencia se observan en el cuadro IV. Del total de pacientes estudiados 147 (45.1%) fueron pacientes de patología quirúrgica y 179 (54.9%) de patología no quirúrgica, que por sus pun- tajes de APACHE se observan en el cuadro V. Con respecto a la mortalidad observada, se consi- deró a los pacientes dados de alta por máximo bene- ficio como una defunción, debido a que el paciente era dado de alta por no haber posibilidad de vida a corto plazo. De la población estudiada se obtuvo que 276 (84.7%) pacientes sobrevivieron con una califi- cación APACHE mínima de 0 y máxima de 20, te- Cuadro III. Predicción de mortalidad Mortalidad esperada (%) Puntuación Pacientes quirúrgicos Pacientes no quirúrgicos 0-4 2% 4% 5-9 4% 8% 10-14 8% 12% 15-19 12% 25% 20-24 29% 40% 25-29 35% 50% 30-34 70% 70% > 34 88% 80% Cuadro IV. Frecuencia de ingreso por servicio de procedencia. Servicio de procedencia Pacientes % Urgencias 109 33.40 Neurocirugía 83 25.50 Cardiología 31 9.50 Cirugía 26 8 Ginecoobstetricia 22 6.70 Medicina interna 19 5.80 Ortopedia 16 5.00 Cardiocirugía 15 4.60 Nefrología 2 0.60 Neurología 2 0.60 Urología 1 0.30 Total 326 100.00 Cuadro II. Edad Puntos < 44 0 45-54 2 55-64 3 65-74 5 ≥ 75 6
  • 8. Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad 37 edigraphic.com niendo como media 7.42 ± 4.49; y 50 (15.3%) no so- brevivieron con una calificación APACHE mínima de 2 y máxima de 25 teniendo como media 12.38 ± 5.13, de los cuales 16 fueron por máximo beneficio. Entre los pacientes estudiados se tuvo una mor- talidad observada de 15.33%, la mortalidad espera- da fue de 8.5%. La proporción de mortalidad (divi- sión entre la observada y la esperada) fue de 1.81. La sensibilidad y especificidad total fue de 56% y 100% respectivamente con un valor predictivo posi- tivo de 100% y un valor predictivo negativo de 92%. En los pacientes quirúrgicos, la sensibilidad y es- pecificidad fue de 39% y 100% respectivamente con un valor predictivo positivo de 100% y un valor predictivo negativo de 92%. En los pacientes no quirúrgicos la sensibilidad y especificidad fue de 65% y 100% respectivamente con un valor predictivo positivo de 100% y un valor predictivo negativo de 93%. En los cuadros VI y VII se indican la mortalidad observada y predicha respectivamente y por grupo. La causa de admisión agrupada por categorías diagnósticas puede ser observada en la figura 1 para pacientes quirúrgicos y en la figura 2 para pa- cientes no quirúrgicos. Los días de estancia promedio entre los pacien- tes sobrevivientes fueron de 5 ± 4, con una estan- cia mínima de 1 y una estancia máxima de 39; los días de estancia promedio de los pacientes no so- brevivientes fueron de 6 ± 6 días, con una estancia mínima de 1 y una estancia máxima de 29. DISCUSIÓN La mortalidad total observada para el paciente crítico fue de 15.33%, cifra que está muy por debajo de Cuadro V. Pacientes clasificados de acuerdo a APACHE II. Pacientes Pacientes Escala quirúrgicos no quirúrgicos Total 0-4 50 35 85 5-9 62 70 132 10-14 24 41 65 15-19 10 28 38 20-24 1 4 5 25-29 0 1 1 30-34 0 0 0 > 34 0 0 0 Total 147 179 326 Cuadro VII. Mortalidad predicha por la escala APACHE II. Pacientes Pacientes no Escala quirúrgicos quirúrgicos Total 0-4 1 1.4 2.4 5-9 2.5 5.6 8.1 10-14 1.92 4.92 6.84 15-19 1.2 7 8.2 20-24 0.29 1.6 1.89 25-29 0 0.5 0.5 30-34 0 0 0 > 34 0 0 0 Total 6.91 21.02 27.93 Cuadro VI. Mortalidad observada en la unidad de cuidados intensivos. Pacientes Pacientes no Escala quirúrgicos quirúrgicos Total 0-4 1 1 2 5-9 9 4 13 10-14 7 13 20 15-19 0 10 10 20-24 1 3 4 25-29 0 1 1 30-34 0 0 0 >34 0 0 0 Total 18 32 50 Figura 1. Porcentaje de ingresos agrupados en categorías diagnósticas en pacientes quirúrgicos (n = 147). Ortopedia 4%Trasplante 5% Cirugía general 7% Ginecoobstetricia 8% Cardiotórax 12% Neurólogico 64%
  • 9. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG 38 edigraphic.com otros países como Argentina con 28%,27 Reino Uni- do 27%,21 Hong Kong 36%,29 Italia 30%30 y Canadá 25%;31 acercándose más a cifras establecidas en Estados Unidos 19.7%,13 Japón con 17%28 y Alema- nia con 18.5%.32 Este resultado fue menor del obser- vado en Durango con 32.9%34 y que el estudio hecho en la ciudad de Mérida, Yucatán que fue de 55%.35 Al analizar la mortalidad por grupos “quirúrgicos” y “no quirúrgicos”, se encontró que fue mayor entre los pacientes no quirúrgicos con un 17.87% contra 12.24% de los quirúrgicos, coincidiendo con los re- sultados obtenidos en el artículo original de Knaus et al,13 donde se señala que los pacientes no quirúr- gicos tienen un mayor porcentaje asignado de pro- babilidad de muerte que los quirúrgicos. Esto con- cuerda con los resultados obtenidos en Canadá,31 y Mérida Yucatán. No se cuenta con otros datos na- cionales para comparación. Una explicación puede ser que los pacientes que fueron intervenidos quirúr- gicamente eran en muchos de los casos cirugías electivas, además de ser sujetos previamente sa- nos sin afectación multiorgánica o incluso sin enfer- medades cronicodegenerativas de fondo. Al dividir a los pacientes de acuerdo a la puntua- ción de la escala APACHE II se observa cómo la mortalidad aumenta proporcionalmente al aumentar los puntos de la calificación, a través de una corre- lación entre el aumento de puntos y el aumento de mortalidad siendo ésta estadísticamente significati- va (p < 0.05) en ambos grupos (quirúrgicos y no qui- rúrgicos). La sensibilidad general fue del 56% con una especificidad de 100% con un valor predictivo positivo de 100% y negativo de 92% por lo que la escala tiene un valor predictivo confiable. De los 326 pacientes que conforman la población estudiada, la mayoría fue del sexo masculino. La edad promedio fue de 51.8 años con una máxima de 95 años y una mínima de 18, siendo el promedio mayor que el de la población estudiada en el hospital O‘Horán en 1991 que fue de 39 años35 y acercándose más a los resultados obtenidos en Ca- nadá con un promedio de 58.3 años, por lo que a di- ferencia de los antecedentes previos en la ciudad, la unidad de cuidados intensivos estudiada se acer- ca al paciente en la sexta década de la vida una mayor probabilidad de padecimientos crónicos y propias de esta etapa. La frecuencia de ingreso por servicio de proce- dencia indica que los tres primeros servicios de donde se esperaron ingresos a la unidad de cuida- dos intensivos son en orden descendente: urgen- cias, neurocirugía y cardiología. Se obtuvo un mayor ingreso de pacientes “no quirúrgicos” que pacientes “quirúrgicos” dado que la mayoría de los pacientes provenían del servicio de urgencias y no de cirugías programadas o ur- gentes. El porcentaje de ingreso de pacientes por cate- gorías diagnósticas en los pacientes quirúrgicos fue mayor en los ingresos neurológicos con 64%, seguida de cardiotorácicos con 12% y ginecoobs- tétricos con 8%. En cuanto a los no quirúrgicos, fue mayor en los pacientes con enfermedades de índole cardiaca con 46%, seguido de los metabóli- cos con 27% y los neurológicos con 18%, con lo cual se refleja una mayor prevalencia de las enfer- medades cronicodegenerativas en los pacientes críticos. En cuanto a los días de estancia promedio, los pacientes sobrevivientes obtuvieron una estancia li- geramente menor que los pacientes que no sobrevi- vieron, con un promedio de 4.8 contra 6.36 días de estancia, por lo que los pacientes que no sobrevi- vieron requirieron de mayores recursos humanos que los que sobrevivieron. CONCLUSIONES 1. La escala APACHE II continúa siendo vigente como escala pronóstica en los pacientes críticos. 2. La escala APACHE II tiene un valor predictivo confiable. 3. La mortalidad en la unidad de cuidados intensi- vos estudiada fue de 15.30%. 4. El servicio de procedencia más frecuente fue ur- gencias. Figura 2. Porcentaje de ingresos agrupados en categorías diagnósticas en pacientes no quirúrgicos (n = 179). Pulmonar 9% Neurológico 18% Metabólico 27% Cardiológico 46%
  • 10. Gien López et al. Valor predictivo de la escala APACHE II sobre la mortalidad 39 edigraphic.com 5. Por categoría diagnóstica los pacientes quirúrgi- cos neurológicos fueron más frecuentes y para los no quirúrgicos fueron los cardiológicos. 6. La edad promedio fue de 51.8 ± 20.1 años. BIBLIOGRAFÍA 1. Task force on guidelines, society of critical care medici- ne: Guidelines for categorization of services for the criti- cally ill patient. Crit Care Med 1991;19:279-285. 2. Benítez-Cortazar M. Mito y realidad del cuidado intensi- vo. Rev Iberolat C Int 1992;1(2):75-83. 3. Olvera HC. Rev Iberolat C Int 1995;4(4):194-198. 4. Society of critical care medicine: recommendations for services and personnel for delivery of care in critical care setting. Crit care Med 1998;16:809-811. 5. Brili, Richard et al. Critical care delivery in the intensive care unit: defining clinical roles and the best practice mo- del. Crit Care Med 2001;29(10):2007-2019. 6. 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  • 11. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2006;20(1):30-40 MG 40 edigraphic.com 34. Blas J, Nava M, Juárez A. Mortalidad en la unidad de cui- dados intensivos: evaluación con una escala pronóstica. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2001;15(2):41-44. 35. Soto A. Tesis recepcional: Valoración de la escala apa- che II y falla orgánica múltiple. Universidad Autónoma de Yucatán. 1991 Mérida Yucatán México. Correspondencia: MPSS José Antonio Gien López. Calle 56 Núm. 653 B X 77 y 75. Mérida Yucatán, Tel. 01 99 9247365, Cel. 99 97 38 87 90 Correo: dsalazar_222@hotmail.com Anexo I Fecha: Datos epidemiológicos de los pacientes que ingresan a la Unidad de Cuidados intensivos. Resp: José Antonio Gien López Nombre Edad Número de seguridad social Sexo: Femenino Masculino Diagnóstico de ingreso Servicio de procedencia Datos fisiológicos: Temperatura (0°C) Tensión arterial media = (2 x diastólica + sistólica)/3 Frecuencia cardiaca Frecuencia respiratoria Oxigenación a) FiO2 > 0.5: anotar A-aDO2 b) FiO2 < 0.5: anotar sólo PaO2 pH Arterial o HCO3 sérico Sodio sérico (mMol/L) Potasio sérico (mMol/L) Creatinina sérica (mg/dL) Hematócrito (%) Cuenta de células blancas Escala de coma de Glasgow Días de estancia: Diagnóstico de egreso: 1) Sobrevivió 2) No sobrevivió Calificación Escala Apache II: Puntos de escala fisiológica: Puntos de edad: Puntos de enfermedad crónica: Total Mortalidad predicha: Predicción la mortalidad 0-4 2 4 5-9 4 8 10-14 8 12 15-19 12 25 20-24 29 40 25-29 35 50 30-34 70 70 > 34 88 80 Mortalidad esperada Puntuación Pacientes Pacientes no quirúrgicos quirúrgicos