La arquitectura romana se caracteriza por la practicidad, funcionalidad y belleza de sus construcciones. Utilizaba arcos, bóvedas y cúpulas de manera dinámica. Los templos romanos destacaban por sus figuras femeninas y culto a diosas, mientras que los anfiteatros como el Coliseo tenían gran capacidad para espectadores. La arquitectura romana fue monumental e imponente, reflejando la idea de inmortalidad del Imperio romano.