Este documento describe cómo los narcotraficantes y grupos paramilitares han concentrado grandes extensiones de tierras en Colombia, desplazando a campesinos y pequeños propietarios. Se estima que han acumulado entre 1 y 4.4 millones de hectáreas, lo que ha aumentado la pobreza y desigualdad en el campo colombiano. Además, su control sobre las tierras y recursos les da poder político a nivel local y amenaza la soberanía alimentaria del país. Se argumenta que es necesaria una reforma agraria integral para redistribuir la