La integración escolar implica educar juntos a niños con y sin discapacidad. Es un proceso gradual que toma diferentes formas dependiendo de las habilidades de cada niño. La escuela juega un rol clave al modificar conductas que dificultan la integración. Tanto niños con necesidades especiales como los demás deben tener las máximas oportunidades para desarrollar sus capacidades. Esto puede requerir adaptaciones a objetivos, contenidos, metodología, evaluación y otros elementos curriculares.