Los indígenas Ranqueles habitaban la provincia de La Pampa y regiones adyacentes, y tenían su propio idioma y conocimiento de plantas silvestres. Un árbol importante era el caldén, llamado "árbol que da el trupel" en su idioma, cuyo fruto es comestible y constituye un forraje importante. El caldén provee madera y constituye un recurso valioso protegido en parques nacionales.