Este documento describe los números romanos, incluyendo su historia, símbolos y reglas. Explica que los números romanos tomaban letras del alfabeto latino y las usaban como símbolos numéricos con valores fijos que se sumaban y restaban. También cubre cómo el sistema romano evolucionó de ser solo aditivo a permitir la sustracción, y cómo los números romanos aún se usan hoy en día principalmente para títulos de capítulos y horas en relojes.
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
1. Número romanos
Nombre de estudiante: María Ignacia Cerna Cartes
Curso: 4º hc
Fecha: 01|09|2023
Miembros del proyecto: Rodrigo Medina
Luis ramos
Mario Herrera
Cristian Guzmán
Daniela yevenes
Nombre de las asignaturas: matemática geometría 3D
Matemática
Lenguaje literatura
Historia geografia
2. ¿Qué son los números romanos?
Los números romanos o numerales romanos son el conjunto de símbolos escritos desarrollados en la
Antigua Roma para representar las cantidades. Estos símbolos formaban parte de un sistema de
numeración empleado en la totalidad del Imperio romano, que tomaba en préstamo algunas letras del
propio alfabeto, es decir, que no usaba símbolos específicos para los números, como sí ocurría en los
sistemas de otras culturas.
Los símbolos del sistema romano consistían en letras mayúsculas dotadas de un valor
numérico fijo, que al aparecer en la cifra se iban sumando o restando, dependiendo de su
posición, para crear cifras más elevadas. Esto significa que formaban parte de un sistema
numérico aditivo y sustractivo, en vez de uno posicional (como es el caso del sistema
decimal).
3. Historia de los números romanos
Los números romanos nacieron como una actualización del sistema numeral etrusco, tomado a su vez del sistema de los
antiguos griegos. Los antiguos romanos tomaron de su alfabeto las letras que más se parecían a los símbolos etruscos y
crearon su propio patrón. Estas letras son mayúsculas porque inicialmente el alfabeto latino nntenía minúsculas de ningún
ti
El sistema romano era, en sus inicios, únicamente aditivo, como el etrusco, de modo que los símbolos
se iban amontonando para crear la cifra elegida (4, por ejemplo, se correspondía a cuatro unidades: IIII),
hasta alcanzar una cifra lo suficientemente elevada para cambiar de signo (5 unidades: IIIII, se convierte
en V). Pero alrededor del siglo III a. C. el sistema fue perfeccionado para permitir también la resta, lo que
dio origen a un modelo más sintético y pragmático (en el que 4 es representado como IV, es decir, cinco
unidades menos una).
Los números romanos sobrevivieron a la caída del imperio y a la transformación de la
cultura europea, y siguieron usándose durante siglos, hasta ser eventualmente
desplazados por los números arábigos, debido a la influencia de los imperios árabes
durante el Medioevo. En la actualidad se reservan para usos muy específicos, como la
titulación de capítulos y la numeración de algunos relojes, entre otros.
4. Símbolos de la numeración romana
Los símbolos de la
numeración romana son
limitados, siete únicamente, y
cada uno con un valor fijo
establecido, como se muestra
a continuación:
5. Reglas del sistema romano de numeración
El sistema romano de numeración consiste, en primera instancia, en la acumulación de símbolos con
un valor fijo, dispuestos de mayor a menor en un sentido lineal de izquierda a derecha. En otras
palabras, las cifras deben siempre empezar por los signos más altos.
Las cifras, por lo tanto, se componen sumando los signos que aparecen hacia la derecha. Así, por
ejemplo, si vemos dos o más signos de unidad, debemos sumarlos: I + I = II (1 + 1 = 2), y la cifra, por lo
tanto, crece hacia la derecha conforme aumenta: III es I + I + I.
Así, cualquier cifra en números romanos es producto de la suma de los signos que la representan.
1382, por ejemplo, se representa de la siguiente manera: MCCCLXXXII, equivalente a 1000 + (100 + 100
+ 100) + (50 + 10 + 10 + 10) + 1 + 1, o sea, 1000 + 300 + 80 + 2. Sin embargo, en ningún caso se podrá
repetir un mismo número más de tres veces seguidas, es decir, no se puede escribir IIII (para 4) ni
XXXX (para 40); en estos casos se debe acudir a la sustracción.
Cuando encontramos un número de mayor valor que otro, pero ubicado a la derecha de este, debemos
restar el número pequeño al más grande: IV = V – I (4 = 5 – 1), por ejemplo, dado que V es mayor que I.
Esto aplica para cualquier número: IX = X – I (9 = 10 – 1), XL = L – X (40 = 50 – 10), CD = D – C (400 = 500
– 100). Esta es la forma de componer los números romanos para los cuales haría falta repetir más de
tres veces un mismo signo.
6. Usos actuales de los números romanos
En la actualidad, los números romanos tienen un uso muy limitado y específico.
Se emplean muchas veces para numerar los capítulos de los libros, para marcar
las horas de algunos relojes y en el lenguaje escrito para señalar la numeración
de los siglos (siglo XI, siglo XX), la numeración de los reyes y nobles (Juan
Carlos I, Enrique VII).
También se utilizan en la numeración de divisiones militares (IV Pelotón del
ejército, II Batallón de lanceros) y las ediciones de ciertos eventos importantes
(II Bienal de Literatura Mariano Picón Salas, III Congreso Europeo de Astrofísica,
XX aniversario del retorno de la democracia).
También es común hallarlos en documentos de épocas antiguas y como parte
de símbolos nacionales, monumentos y otros objetos y lugares solemnes, como
las naves de una iglesia cristiana, o las etapas del viacrucis de Jesús de
Nazaret.