La pancreatitis puede ser aguda o crónica. La aguda ocurre repentinamente y luego se recupera, mientras que la crónica se desarrolla después de un ataque agudo y puede deberse a anomalías genéticas. Los síntomas comunes incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre. El diagnóstico se realiza mediante exámenes de imagen como ecografía, TAC o CPRE.