El documento presenta un resumen esquemático de la poesía barroca en España. Explica que los temas son similares al Renacimiento pero con un tono más pesimista. Describe las dos principales tendencias poéticas, el Culteranismo y el Conceptismo, detallando sus características estilísticas como el uso de figuras retóricas y juegos de palabras. Ilustra estas tendencias con fragmentos de poemas de autores representativos como Góngora y Quevedo.
1. LITERATURA BARROCA – LA POESÍA (presentación esquemática)
a) Temas de la literatura barroca Los mismos del Renacimiento (amor de raíz petrarquista, tópico de carpe
diem, mitos grecolatinos…), pero carecen del optimismo renacentista y adoptan un tono pesimista y
burlesco. Entre los temas principales están: el desengaño, la angustia existencial, la ruina y la muerte.
b) Estilo literario:
poesía de inspiración popular letrillas y romances.
c) Tendencias Culteranismo (predomina la forma sobre el fondo)
poesía culta con recursos expresivos
que oscurecen y dificultan la comprensión.
Conceptismo (predomina el fondo sobre la forma)
1. CULTERANISMO
a) Principal representante: Luis de Góngora
Empleo exagerado de figuras retóricas
(especialmente, metáforas).
b) Principales rasgos del estilo: estilo exagerado y oscuro Sintaxis retorcida hipérbatos
Léxico rebuscado: neologismos, cultismos…
Abundantes alusiones mitológicas
Uso frecuente de perífrasis
de estilo culterano o gongorino: Soledades, Fábula de Polifemo y Galatea
c) Principales obras de Góngora de inspiración popular: romances y letrillas.
2. CONCEPTISMO
a) Principales representantes: Francisco de Quevedo y Baltasar Gracián.
b) Tema predominante: la sátira y la caricatura.
Concentración de significados versos y palabras con doble y triple sentido
c) Principales rasgos del estilo Juegos de ingenio (cercanos al acertijo o la adivinanza).
Para asociar significados: metáfora, símil.
Principales recursos Para lograr dobles sentidos: juegos de palabras, dilogía
Para asociar contrarios: antítesis, paradoja, ironía.
Para intensificar la caricatura: hipérbole
Para lograr concisión: elipsis.
2. Ejemplo de poema culterano (fragmento de la Fábula de Polifemo y Galatea):
Un monte era de miembros eminente
este (que, de Neptuno hijo fiero,
de un ojo ilustra el orbe de su frente,
émulo casi del mayor lucero)
cíclope, a quien el pino más valiente,
bastón le obedecía, tan ligero,
y al grave peso junco tan delgado,
que un día era bastón y otro cayado.
Negro el cabello, imitador undoso
de las obscuras aguas del Leteo,
al viento que lo peina proceloso,
vuela sin orden, pende sin aseo,
un torrente es su barba impetüoso,
que (adusto hijo de este Pirineo)
su pecho inunda, o tarde, o mal o en vano
surcada aun de los dedos de su mano.
Prosificación:
Era como un eminente monte de miembros humanos este cíclope, feroz hijo del dios Neptuno. En la frente de
Polifemo, amplia como un orbe, brilla un solo ojo, que casi podría competir con el Sol, el máximo lucero. Usa el más
alto y fuerte pino de la montaña a modo de ligero bastón, el cual, al cargar con el gran peso de Polifemo, se dobla
como un delgado junco, de tal modo que, si un día era bastón, al otro ya estaba encorvado como un cayado.
El cabello negro imita, con sus ondas, las oscuras aguas del río del Olvido, y cuando el viento tempestuoso lo peina,
vuela sin orden y cuelga sin aseo. Su barba es como un torrente impetuoso (hijo adusto, es decir, poco tratable del
enorme Polifemo, tan grande como los Pirineos) e inunda el pecho del cíclope, surcada no por un peine o un cepillo,
sino por los dedos de su mano (aunque pocas veces, mal y en vano).
Actividad: Indica las características culteranas presentes en este fragmento.
Ejemplo de poema conceptista: “A una nariz”
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado, 5
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto, 10
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.