La modernidad se caracteriza por la confianza ilimitada en la razón occidental como motor de progreso. Sin embargo, los desastres del siglo XX como las guerras mundiales generaron una crisis de la razón moderna y el surgimiento de la posmodernidad, la cual se caracteriza por el escepticismo hacia las grandes narrativas, la diversidad de opiniones y valores, y la falta de certezas absolutas.