La modernidad se caracteriza por tener una estructura sólida y estable que perdura en el tiempo, mientras que la posmodernidad es más líquida sin límites de tiempo y espacio. La modernidad se basa en instituciones garantizadas por el estado-nación y transmite valores y creencias a través de mecanismos como vigilar y castigar. En cambio, la posmodernidad se define por la caída del estado-nación y las instituciones, con reglas que solo aplican a espacios y tiempos determinados y nuevos mecanismos de control.