El documento resume el sacramento de la reconciliación o confesión. Explica que en este sacramento, Jesús perdona los pecados a través del sacerdote. Describe los efectos de este sacramento como la reconciliación con Dios y la Iglesia, así como el perdón de las penas eternas y temporales por los pecados. Finalmente, enfatiza la necesidad y conveniencia de confesarse con frecuencia para crecer en el amor a Dios.
Sacramentos de Curación: Penitencia y Unción de los enfermosNorith Ramos Vela
Explicación didáctica del significado de los sacramentos de curación según la clasificación que propone el Catecismo de la Iglesia Católica. Para compartir y si gustan pueden comentar.
Esquema de la celebración penitencial de Adviento para 5º y 6º de primaria en el colegio Apóstol Santiago de Aranjuez (PP. Somascos) http://www.scribd.com/doc/116702907/Penitencia-de-Adviento-2012
Exámenes de conciencia para proyectar en celebraciones penitencialesDiego Ferrer
Una presentación con varios exámenes de conciencia, por ámbitos de la vida y por mandamientos, con indicaciones de qué y cómo confesar y varios actos de contrición. Fue pensada para proyectar en la parroquia durante las celebraciones penitenciales.
Que importante es conocer acerca del trabajo del hombre aquí en la tierra, desde el principio de sus orígenes y conocer que hizo nuestro Señor Jesucristo por nuestro trabajo conforme a su Palabra.
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
Instrucciones del procedimiento para la oferta y la gestión conjunta del proceso de admisión a los centros públicos de primer ciclo de educación infantil de Pamplona para el curso 2024-2025.
A veces nos alejamos del amor de Dios. El pecado, que es decir no a Dios, es una posibilidad real en nuestra vida y se manifiesta en la desobediencia a los Mandamientos. Pero el Evangelio nos muestra la misericordia de Dios con los pecadores, la victoria sobre el pecado cuando amamos a Jesús y la ayuda que nos da el Espíritu para hacer el bien
Una de las páginas más conmovedoras del Evangelio es la parábola del hijo pródigo, que retrata la conducta de un hijo ingrato con su padre. Eran dos hermanos y el menor decide abandonar la casa; después de pedir su parte en la herencia, se marchó a un país lejano donde derrochó todo llevando mala vida. Entonces tuvo que ponerse a cuidar cerdos para poder vivir, hasta que un día sintió vergüenza de su situación y decidió volver a casa para pedir perdón a su padre: " Padre, he pecado contra el cielo y contra ti " (Lucas 15, 18). El padre, que lo esperaba, cuando lo vio venir salió a su encuentro, se le echó al cuello y lo besó. Y fue tanta su alegría que mandó a los criados que preparasen un banquete y una gran fiesta para celebrar el retorno del hijo pequeño. Esta parábola nos puede ayudar a entender el sacramento de la Penitencia, que es el sacramento de la misericordia de Dios.
Hemos estudiado los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, que otorgan la vida nueva en Cristo. Pero, a pesar de tanta gracia, el hombre es débil, puede pecar, y arrastra las miserias del pecado. Cristo quiso que en la Iglesia hubiese un remedio para esas necesidades, y lo encontramos en los sacramentos de la Penitencia y de la Unción de enfermos, llamados sacramentos de curación porque curan la debilidad y perdonan los pecados.
No hay salvación posible sin el arrepentimiento de los pecados, que es completamente necesario para aquél que ha ofendido a Dios. Así lo dice Jesucristo: " Si no hacéis penitencia, todos igualmente pereceréis" (Lucas 13,3). Antes de venir Jesucristo los hombres no tenían seguridad de haber obtenido el perdón de sus pecados. La seguridad nos la trajo Él, que podía decir: " Tus pecados te son perdonados" (Mateo 9,2).
En la tarde del domingo de Resurrección Jesucristo instituyó el sacramento de la Penitencia, al decir a sus discípulos: " Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos" (Juan 20,22-23). Instituyó este sacramento a manera de juicio, pero juicio de misericordia, para que los Apóstoles y legítimos sucesores pudiesen perdonar los pecados. "¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la justicia de Dios! -Porque en los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona. ¡Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia!" ( Camino , 309). Este sacramento se denomina también sacramento de la conversión, de la reconciliación, o confesión.
Sólo el sacerdote -con potestad de orden y facultad de ejercerla- puede perdonar los pecados, pues Jesucristo dio ese poder sólo a ellos. No se obtiene el perdón, por tanto, diciendo los pecados a un amigo, o directamente a Dios. Además, en el momento de la absolución es Cristo mismo quien absuelve y perdona los pecados por medio del sacerdote, ya que el pecado es ofensa a Dios y sólo Dios puede perdonarlo. El sacerdote debe guardar -bajo obligación gravísima- el sigilo sacramental.
Los efectos de este sacramento son realmente maravillosos: * la reconciliación con Dios, perdonando el pecado para recuperar la gracia santificante; * la reconciliación con la Iglesia; * la remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales y de las penas temporales -al menos en parte- según las disposiciones; * la paz y la serenidad de la conciencia con un profundo consuelo del espíritu; * los auxilios espirituales para el combate cristiano, evitando las recaídas en el pecado.
El sacramento de la Penitencia es completamente necesario para aquéllos que después del bautismo han cometido un pecado mortal. La Iglesia enseña que hay obligación de confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, y si se ha de comulgar. Pero una cosa es la obligación y otra muy distinta lo que conviene hacer, si se quiere que aumente nuestro amor a Dios. Tampoco hay obligación de besar a la madre, ni de saludar a los amigos, ni de comer todos los días... pero cualquier persona normal lo hace. Si queremos progresar en el amor de Dios, debemos confesarnos a menudo y confesarnos bien.
La Iglesia recomienda vivamente la práctica de la confesión frecuente, no sólo de los pecados mortales -que deben confesarse en seguida- sino también de los pecados veniales. De esta manera se aumenta el propio conocimiento; se crece en humildad; se desarraigan las malas costumbres; se hace frente a la tibieza y pereza espiritual; se purifica y forma la conciencia; nos ayudan en nuestra vida interior, y aumenta la gracia en virtud del sacramento. Para crecer en el amor a Dios es muy conveniente tener en mucha estima la confesión: confesarse a menudo y bien.