El documento discute los desafíos que enfrentan los movimientos sociales a medida que se institucionalizan, incluida la burocratización y la pérdida de enfoque en sus objetivos iniciales. También analiza la representatividad de los líderes y el riesgo de que se concentre demasiado poder, así como la necesidad de mantener la autonomía del movimiento social frente a otras organizaciones.