Debido a la globalización, las organizaciones deben cambiar y adaptarse para ser más competitivas. Esto implica que deben crear y compartir conocimiento a través de redes, pasar de una producción rígida a una más flexible y automatizada, e incorporar tecnologías de información. También deben enfrentar nuevos fenómenos como la apertura económica y encontrar formas de aumentar la productividad y calidad para responder a los desafíos actuales.