Henry Ford revolucionó la industria automovilística a través de la producción en serie o fordismo. Este método consistía en una cadena de montaje donde grupos de trabajadores realizaban tareas especializadas de manera eficiente y estandarizada, lo que redujo drásticamente los costos. El modelo más exitoso de Ford fue el Modelo T, lanzado en 1908, que era sencillo, barato y fácil de reparar, haciéndolo accesible para la clase media estadounidense.