El documento cuestiona si la guerra puede sustentar la paz y argumenta que los grupos dominantes utilizan la violencia a través del Estado para mantenerse en el poder. Señala que las grandes cantidades de gasto militar de las naciones supuestamente para asegurar la paz en realidad sirven para perpetuar el poder de quienes lo ostentan. Concluye que ha llegado la hora de resurgir y luchar por la humanidad y la paz en lugar del armamentismo y el odio.