El documento argumenta que la mente humana responde a las situaciones cotidianas ya sea con paralización o acción. La mayoría de las veces se opta por lamentarse y culpar a otros en lugar de buscar soluciones. Sin embargo, es mejor enfocarse en la acción para salir de las dificultades mediante el análisis de alternativas o nuevos caminos. La vida es corta y hay que aprovecharla resolviendo los problemas rápidamente en lugar de quedarse lamentando.
Ponemos pretextos cuando las cosas se ponen serias, no queremos aceptar errores ni las consecuencias de nuestras fallas y nos es dificil asumir las consecuencias de nuestra nueva realidad.
Elaborado por Jaime Eduardo Cáceres
Presentación elaborada para presentar un resumen general del libro de Rafael Santandreu: 'El arte de no amargarse la vida"
En el taller el Campamento del Sabio de Life Perú descubrirás que todas las experiencias son necesarias para la vida. Por esta razón hoy queremos compartir contigo 4 secretos para superar los momentos difíciles.
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En el taller el Campamento del Sabio de Life Perú descubrirás que todas las experiencias son necesarias para la vida. Por esta razón hoy queremos compartir contigo 4 secretos para superar los momentos difíciles.
No hay que aceptar lo que la vida nos impone. La vida tiene que aceptar lo que imponemos a ella, el valor que tenemos para decidir lo improbable y para afianzarnos en lo difícil. Tengamos fe en nuestras aptitudes y en nuestra determinación de superarnos. Con esa actitud, podremos superar los obstáculos y alcanzar nuestras metas
Dejar ir es una de las lecciones más difíciles de asimilar, porque siempre queremos tener lo que más deseamos: ser amados con reciprocidad, ser exitoso, obtener los logros y objetivos propuestos. Cuando no conseguimos aquello que anhelamos viene la frustración, la ansiedad, depresión, el dolor, la angustia y todo lo demás.
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3.pdfsandradianelly
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1. ¡La vida solo es una!
Ante las situaciones cotidianas, la mente humana siempre responde de dos maneras muy básicas. La
paralización y la acción.
La mayoría de las veces ante una dificultad de cualquier tipo, ya sea laboral, familiar, social, siempre
tenemos al lamento. A quedarnos quietos por un rato lamentando lo que nos esta pasado,
culpándonos de lo sucedido, incluso buscando el motivo fuera de nuestro propio comportamiento y
echándole la culpa a alguien de lo que nosotros hemos hecho. Con este camino solamente nos
convertidos en seres víctimas, seres que no aprenden de momento, y solamente nos regodeamos en
ese mal llamado error.
Nos estancamos, y nos quedamos quietos, mirando a ver quién viene a darnos la receta maestra para
solucionar nuestra vida. Nos sentimos inseguros, sin decisión, sin armas para afrontar una situación
que nos parece irremediable o que nos la hemos buscado. Todo este planteamiento es antiguo, como
si no pudiéramos revertir la situación. Como si en esta vida el papel de mártires nos viene
determinado.
No es real, la mente actúa según nuestro propio plan
Ante cualquier adversidad, debemos enfocarnos en salir de ella, en buscar caminos y soluciones que
nos hagan abandonar lo antes posible eso que parece un error y es simplemente una lección que
debemos superar.
Si reaccionamos con la acción, comenzamos a barajar alternativas conocidas por nuestra
experiencia vivida o arriesgamos en aventurarnos a conocer nuevos caminos, la problemática
desaparecerá con mayor rapidez. Porque ponemos todas nuestras capacidades mentales en alerta
para salir de ese asunto. Porque si nos caemos activamos todos nuestros recuerdos en ponernos de
pie en el menor tiempo posible.
Y es importante hacer esa reflexión sobre las acciones porque queridos amigos, la vida solo es una y
tiene buenos y malos momentos, pero tenemos que exprimirla y aprovecharla. Quedarse a llorar no es
el camino, buscar soluciones es una fórmula más inteligente de actuar.
Siempre ante lo que nos perturba, aceptar que sucedió como sucedió, y que podemos y está en
nuestras manos que no vuelva ocurrir y que aprendimos de ese mal rato, y sobre todo cuanto tiempo
nos llevó resolverlo.
Si porque nuestro máximo valor está en el tiempo, y quedarnos parado en lamentos no va hacer que
las cosas cambien, demos el valor a nuestro tiempo y aprovechemos para disfrutar más y lamentarte
menos.